Nombre: Alejandra Rey • Edad: 52 • Ocupación: médica internista y neumóloga, conductora de Saber vivir mejor • Señas particulares: sagitariana de alma; cuando termine la pandemia, le gustaría hacer stand up; era de Nacional y ahora es de Peñarol
Nombre: Alejandra Rey • Edad: 52 • Ocupación: médica internista y neumóloga, conductora de Saber vivir mejor • Señas particulares: sagitariana de alma; cuando termine la pandemia, le gustaría hacer stand up; era de Nacional y ahora es de Peñarol
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa convocaron a la televisión, en parte, por su forma de comunicar. ¿A qué atribuye esa habilidad?
Es parte de la personalidad de uno, y el haber dado clases durante mucho tiempo. Cuando uno se expone, ya sea en la tele o en algún lado, piensa que le está hablando a sus pares. Y yo me convencí de que no le estoy hablando a los médicos. Los médicos van a ir a informarse a otros lados. Yo les estoy hablando a mis padres, a mis tíos y a la población en general. Tengo que decir cosas correctas pero en un lenguaje de ellos. Creo que eso es un error que cometemos muchas veces los médicos cuando damos notas o vamos a la tele; queremos quedar bien con el par, que el par entienda que leíste el último paper, y ahí es cuando se desbarranca. A mí me resulta eso de buscar la información y tratar de hablarle a doña María.
¿Ha recibido críticas de sus colegas?
No, pero soy dura conmigo. ¿Es académico esto que estoy haciendo? A nosotros los profesionales nos gusta mucho el peso académico: tú sos lo que publicás, lo que investigás. Entonces, esa dicotomía entre pasar a ser una doctora popular de la tele, Alejandra que sale en Polémica en el bar, ¿es un desprestigio para mí? Me lo he cuestionado mucho y creo que no. Por algo la vida me puso hoy en este lugar y mientras lo pueda hacer y a la gente le sirva, lo voy a seguir haciendo. Los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida en neumología y medicina interna los tengo conmigo, no se me van a caer por salir en la televisión y sentarme en Polémica en el bar.
¿Cómo conoció a su esposo?
Era mi jefe. Yo era secretaria, él estaba casado y tenía tres hijos. Quedó viudo, lo empecé a acompañar en ese proceso del duelo y terminamos juntos.
¿Cuántos años tenían sus hijos?
Tenían 14, ocho y siete años, los crie. Después tuvimos uno en común que ahora tiene 21. Las cosas osadas fueron parte de mi vida.
¿Qué le gustaría hacer que no haya hecho?
La vida te sorprende. Empecé este año diciendo que estaba cansada de hacer lo que hacía todos los días. Por cábala no voy a decir nada más.
¿Se imagina en política?
Creo que no. Pero si mañana vienen y me dicen: "Te necesitamos acá, me parece que lo podés hacer", lo voy a hacer.
¿Le cuesta decir que no?
Soy de sí fácil. Me cuesta horrible decir que no, y más si me parece que puedo aportar algo. Si vos me decís que necesitás que te acompañe, te voy a acompañar.
Dicen que siempre tuvo un tema con su pelo. ¿Le encontró la vuelta?
Yendo a la peluquería, sí. En mi época no había progresivos. Una persona es preprogresivo y posprogresivo. Ahora con la peluquería y todo, le voy encontrando la vuelta.
Sale a correr. ¿Cuánto es lo máximo que ha corrido?
Hice una maratón en San Francisco que es cruzar toda la ciudad. Es una fiesta. La hice dos veces y es de 15 kilómetros.
Se cambió de cuadro de fútbol al casarse. ¿Por qué?
Toda mi familia es de Nacional. El problema es que cuando vos tenés un marido y tres hijos totalmente fanáticos de Peñarol, que cuando pierde vienen con un malhumor que son infumables, lo único que empezás a pensar es: "Por favor, que gane Peñarol". Y al final me hice de Peñarol. Quiero que se sientan bien.
Le encanta hacer compras. ¿Es de comprar cosas que termina sin usar?
Sí, regalo todo el tiempo. Trabajo mucho en la computadora haciendo informes y cuando me aburro, entro en páginas de China y compro cosas que nunca me van a servir para nada, pero cuando viene el correo y me las trae, es una sensación de placer impresionante. Después busco a quién regalárselas. Ahora estoy un poquito perdida porque no he tenido tiempo.
La definen como alguien que vive "enchufada a 220". ¿Logra balancear la vida laboral y personal?
Vivo enchufada, pero bien. Creo que todos vivimos un poco enchufados. Trato de hacer ejercicio. Eso lo hice siempre y lo trato de mantener, solo que ahora cuando hago ejercicio estoy escuchando una conferencia. Antes escuchaba música.
Si tuviera que enseñarle algo a alguien, ¿qué sería?
No encasillarse. Dentro de la profesión hay muchas formas de vivirla. Estoy segura de que ser médico no es solamente estar en un consultorio. Lo otro es no cerrar puertas; si se te abren caminos o querés buscarlos, buscalos, porque no sabés dónde estás. No cierres la puerta, abrila, explorá y fijate si te gusta. Y si te gusta, ese es el camino.
¿Es verdad que hizo un video suyo para mostrar en su cumpleaños de 50?
Sí. Me encanta festejar, compartir y mi fiesta de 50 fue maravillosa. Toda vestida de rosado y dorado. Entré como Susana Giménez, con una boa rosada, fue impresionante. Hice un stand up contando mi vida, mostrando mis rulos de cuando era chica.
No quiere pasar inadvertida.
Parece que no. Cuando llego, se nota que llegué.