Nombre: Cecilia Comunales • Edad: 33 • Ocupación: Excampeona mundial de boxeo, comentarista en ESPN Knockout, profesora de boxeo y pilates, DJ • Señas particulares: tiene el parlante prendido 24/7, colecciona lentes de sol, adicta a la playa
Nombre: Cecilia Comunales • Edad: 33 • Ocupación: Excampeona mundial de boxeo, comentarista en ESPN Knockout, profesora de boxeo y pilates, DJ • Señas particulares: tiene el parlante prendido 24/7, colecciona lentes de sol, adicta a la playa
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáCuando iba al liceo 1 de Paysandú tenía una onda dark, ¿qué música escuchaba? Es verdad. De adolescente me gustaba mucho el rock y de hecho hice dos meses guitarra eléctrica hasta que empecé con el boxeo. Mi madre me dijo que no podía pagarme las dos cosas. Quizás hubiera terminado en una banda metalera, me encantaba Metallica, Megadeath, pero también La Vela Puerca, No Te Va Gustar, La Trampa, Soda Stereo, Los Piojos...
Pero de adolescente también le gustaba el Carnaval. Sí, y también lo tuve que dejar por el boxeo. En Paysandú salí tres años con un grupo de parodistas. Con el tiempo, me saqué las ganas de ser vedette en el Carnaval de Melo. Hace ocho años seguidos que voy a desfilar. Desde que comencé no me lo perdí más, salvo en los años de la pandemia.
¿Qué mezcla hace como DJ? A mí el reggaeton, el canchengue me gustan para ir a bailar, no para mezclar. La electrónica me resulta más interesante para eso. Hay varias ramas como el house, el tech house, que es un poco más arriba, tenés la música techno que es más oscura, más pesada... Me gustan todos, pero lo que más me gusta y paso es house y tech house.
Además, es profesora de pilates, ¿qué tipo de alumnos tiene? De todo. Por suerte hay un montón de hombres, rompiendo el mito de que es para mujeres. Va mucha gente después de una operación de cadera o con tendinitis, pero trabajo con todo tipo de público, con gente que solo le gusta el método. Lo primero que pregunto es si tienen alguna patología porque obviamente se trabaja diferente.
¿Se cuidó mucho la cara? Viéndola, cuesta creer que se haya comido una trompada fea. Tengo un pequeño desvío en la nariz, no sé si es por la acumulación de guanteos y peleas. Después, más que machucones, hematomas, ojos negros... he zafado bastante. Practiqué mucho la defensa cuando viví en Buenos Aires, eso era algo primordial. Igualmente nunca me preocupó si me pasaba algo en la cara porque sabía que estaba expuesta a romperme la ñata literalmente o a cualquier tipo de corte o lesión.
¿Qué la llevó al boxeo? Además de todo, también hizo patín, ballet y gimnasia olímpica. Cuando arranqué, a los 15, yo estaba buscando hacer algún deporte de contacto; como estaba en una época medio rebelde y rockera, quería hacer algo fuerte. Había averiguado por taekwondo, kick boxing y justo en ese año se estrenó la película Million Dollar Baby. Ahí le dije a una amiga que quería hacer eso. Ballet hice de chiquita dos meses, también hice patín de muy chica; gimnasia olímpica fue hasta los 12, me gustaba pero era muy alta y eso no me favorecía.
Anda en bicicleta. ¿Mete muchos kilómetros? La gente a veces me pregunta si entreno tres o cuatro horas por día. Me muero entrenando tres horas, ¡me aburro! Con la bicicleta me pasa lo mismo: salgo de repente solo 40 minutos, pero me exijo y no hago mucho más que eso. Me gusta entrenar intenso, por eso también me enamoré del boxeo. Pero eso es personal. Hay gente que no le gusta ese entrenamiento en el que sentís que te morís, que no das más; para mí es al revés: vengo una hora al gimnasio y me mato.
Para estar en casa, ¿prefiere alpargatas o chancletas? En casa vivo prácticamente descalza. Y en pilates trabajo descalza.
Está soltera, ¿por qué vía le llegan más propuestas? Por Instagram. Te invitan a salir, pero ese no es un medio por el cual yo vaya a tener una cita con alguien. Una vez mi cuñada me bajó Happn y dije que no era para mí. Me encantaría volverme a casar y formar una familia. Soy de familia grande, ojalá si llega la persona correcta lo pueda lograr.
Estuvo casada con quien fue su mánager, ¿le resultó fácil mezclar lo laboral con lo familiar? En el momento en que estaba con mi marido yo estaba tan enfocada en el deporte, en mi carrera, que no me pareció tan malo. Era una persona que entendía la vida que tenía que llevar, los entrenamientos, la alimentación, los descansos, me superacompañó. También yo era muy chica, él era más grande que yo, estuve en esa relación de los 19 a los 26. Por momentos, el estar 24/7 juntos, sobre todo en el último momento, fue como mucho. No te voy a decir que no fue un buen compañero. Hoy no estoy peleando ni pienso volver, pero no me molestaría vincularme con alguien del ambiente boxeo. Si me enamoro, podría compartir varios mundos sin problema.
Usted fue campeona del mundo, ¿se siente reconocida? Sí, me siento reconocida. La gente de Paysandú me trata divino hasta el día de hoy. A veces se da al revés, pero yo estoy eternamente agradecida. A nivel de todo el país también. Lo que sí pasó es que como en su momento yo no peleaba para la Federación de Boxeo [del Uruguay], eso me trancó mucho en la parte deportiva, quizás en el reconocimiento oficial, que por ahí me hubiera gustado que fuera diferente. Pero eso no me pasó con la gente, con el público siento solo reconocimiento.
¿Es creyente? Sí, creo en Dios pero no practico ninguna religión.
¿Qué nombre le pondría a un hijo o hija? Tengo una tortuga en Paysandú como mascota, que no la puedo tener en mi apartamento acá [en Pocitos], a la que le puse Layla, por Layla Lee. Es un nombre de alguien que para mí es referente y que para nena me encantaría. Para hombre no sé, ¡tendría que ver!