¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

Fervientes lectores comparten sus libros de cabecera y dónde suelen comprarlos

En el marco del Día Nacional del Libro, celebrado cada 26 de mayo, diferentes personajes hacen honor a este día y hablan del vínculo con sus diferentes lecturas.

En el marco del Día Nacional del Libro, celebrado cada 26 de mayo, diferentes personajes hacen honor a este día y hablan del vínculo con sus diferentes lecturas.

Las razones por las que una persona elige leer pueden ser infinitas. Un libro funciona como una simple forma de entretenimiento. Pero también puede convertirse en una ingeniosa manera de escapar hacia otros mundos, de conectar y ponerse en la piel de los protagonistas o, simplemente, de adquirir conocimientos.

En el marco del Día Nacional del Libro, celebrado cada 26 de mayo, y con motivo de venerar a estos micromundillos que hacen viajar la imaginación de los lectores, diferentes personajes hacen honor a este día y hablan del vínculo con sus diferentes lecturas. 

 

Martín Inthamoussú 


El actual presidente del Sodre, Martín Inthamoussú, comenzó su vínculo con la lectura desde pequeño. "Cuando era chico iba a la Biblioteca Horacio Quiroga (donde ahora está el Centro Cultural Goes) y me dejaban leer allí mientras esperaba que mi hermano regresara de su clase de música. Recuerdo con mucha alegría esos días", cuenta.

Hoy, su librería favorita es Escaramuza, tanto que fue allí donde decidió casarse. Allí encuentra libros de todos los estilos. Hubo momentos en los que leía biografías, y otros en los que leía solo ficción. Sin embargo, hoy su interés volvió a cambiar. "En este momento leo mucha literatura técnica sobre varios temas que me interesan", dice.

Inthamoussú nunca lee más de un libro a la vez. Y al igual que le sucede con los estilos, también tiene períodos para los autores. "Tuve un momento con Roberto Blatt que comenzó con Harari. Pero ahora estoy en un plano absolutamente técnico. Estoy muy interesado en la lectura de investigaciones sobre la comunicación y su desarrollo en espacios de trabajo. Estoy con un autor que me recomendó Leandro Folgar (presidente de Plan Ceibal) sobre los niveles de las conversaciones", concluye. 

 

Virginia Arlington y Verónica Correa 

Ambas amantes de la lectura y con gran experiencia en comunicación, Virginia Arlington y Verónica Correa no pueden referirse a los libros sin antes esbozar una sonrisa. Fue ese amor, que comenzó desde pequeñas, el que se mantiene intacto hasta el día de hoy. 

El primer contacto de Virginia y los libros fue cuando era niña. "Me acuerdo que mi cuarto era el que había sido de mi madre y tenía toda su biblioteca. Me leí todos sus libros de muy chiquita", recuerda. Mientras que a Verónica le ocurrió algo similar. "Iba al campo de mis abuelos a pasar las vacaciones, y en invierno no había muchas actividades para hacer. Como estaba bastante sola, porque todavía no tenía hermanos ni primos, lo que hacía era leer. Era la biblioteca de mi abuelo y me leía todo, desde El tesoro de la juventud, hasta las selecciones de Reader's Digest. Todo lo que había lo leía, era mi diversión. Y a partir de ahí no paré más", recuerda. 

Hoy, ninguna de las dos tiene una librería de preferencia. Virginia se considera una buscadora y suele cambiar de librerías asiduamente. Y a Verónica le ocurre algo similar. "En donde hay una librería entro, entonces son todas mis preferidas", dice. 

Virginia suele leer novelas, libros de no ficción, y todo lo que sale de Leila Guerriero, Elizabeth Gilbert, y muchas obras de escritoras mujeres. "No lo hago por discriminar. Me siento más hermanada con quien está escribiendo", dice. 

A su vez, Verónica no tiene un estilo definido. "La novela histórica me encanta; pero no sé si busco un estilo, me viene bien todo", dice. Aunque lo que sí tiene claro es que, si sale algo nuevo de Javier Moro, seguro lo lee porque le encanta su forma de escribir. 

Ambas coinciden en que elegir un libro preferido resulta un poco complicado. "Es como decir qué hijo querés más; todos te dejan algo", dice Verónica. Y agrega: "Virginia dice que el mejor libro es el próximo, y es verdad. Cada vez que agarrás un libro lo hacés con esa expectativa por lo que vas a encontrar". 

Sin embargo, las dos lograron recomendar uno de sus bibliotecas. Virginia eligió El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo, de Irene Vallejo, y Verónica recomendó dos: El imperio eres tú, de Javier Moro, y El reflejo de las palabras, de Kader Abdolah, "un autor iraní que escribe con una belleza poética espectacular", dice. Además, ambas son seguidoras de autores como John Boyne, escritoras que leían en su infancia, como Louisa May Alcott, clásicas como Jane Austen, y otras más recientes como Elena Ferrante. 

Si bien no sienten que su vínculo con la lectura haya cambiado, quizá la pandemia fue el impulso para que comenzaran con su club de lectura, que se inició el 5 de mayo a través de Zoom, y está abierto para quien quiera inscribirse. 

 

Fernando Medina

A diferencia de Virginia y Verónica, el conductor del programa radial Oír con los ojos y columnista en Fácil desviarse, Fernando Medina, comenzó a relacionarse con los libros en la adolescencia tardía. "De pequeño solo tengo el recuerdo de que me leían, pero es un recuerdo medio desconectado", dice. 

A sus 20 años tuvo su primer encuentro con Jorge Luis Borges, y con el doctor Samuel Johnson, que hasta el día de hoy sigue releyendo. "Cuando tenía 20 años tenía una gran capacidad para leer. Me decía: ‘Vamos a ver qué tal la literatura española', entonces podía leer a Manrique, a Quevedo y a Góngora; a Lope y a Cervantes; la Epístola moral a Fabio, y realmente podía. Capaz que me enteraba de una parte infinitesimal de lo que estaba puesto allí, pero muchas cosas se filtraban y, sobre todo, me movían hacia otras lecturas. Era una forma de leer muy viajera, abierta, que después no la recuperé", dice. 

Por eso, de los 30 en adelante, Medina comenzó a reelegir algunas bibliotecas, temas y obras puntuales, y a repetir autores como Dante, Shakespeare, Borges y Bioy Casares. Igualmente hoy, y a pesar de reiterar lecturas, siempre está al día de la literatura actual. "He sido librero mucho tiempo y, de hace cinco años a esta parte trabajo en radio con libros y siempre estoy tratando de ver qué está pasando". 

Trabajó en librerías como Patio Biarritz -hoy Diomedes Libros- en donde fue aprendiz y conoció el mundo de las librerías, en Puro Verso, y más. Según cuenta Medina, hoy no tiene una única librería de referencia. "Ningún amante de la lectura puede tener una única librería favorita", dice. Y agrega: "Me encanta Minerva; es una librería que tiene una confluencia muy interesante. De libros nuevos, el panorama editorial actual, con la compra de bibliotecas particulares, usados, o ‘leídos' como dicen en Diomedes, que es otra librería que también me gusta". 

Además destaca a Linardi y Risso si quiere literatura uruguaya, a Las Karamazov si quiere narrativa contemporánea y que lo orienten, o a Escaramuza si quiere libros infantiles y juveniles. "En cada una encontrás una cosa particular muy valiosa", concluye.

 

Julia Arrillaga y su hijo Benjamín Vergueiras 

A la psicóloga clínica y autora del libro La otra mitad, Julia Arrillaga, le encanta leer y es algo que trae desde muy pequeña. "Mi vínculo con la lectura empezó desde muy chica porque era algo que compartía con mi padre. En mi casa había una biblioteca con libros de mi abuelo -exsenador de la República, Atilio Arrillaga Safons-, que murió cuando mi padre era chico, y mi forma de conocerlo fue leyendo los libros de él y viendo lo que había subrayado y anotado en cada libro", recuerda Julia.

De chica leía poesía de escritores como Francisco de Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer, Walt Whitman, e incluso poesía gauchesca. "Mi libro preferido era Grillo Nochero, de Osiris Rodríguez Castillos", dice. 

Además de leer, en esa época comenzó a dar sus primeros pasos en la escritura. "En esa época decir que escribías era un horror, entonces con Victoria Rodríguez escribíamos las dos y nos mostrábamos los poemas, pero todo a escondidas. Decíamos que de grandes íbamos a ser poetisas", dice. 

Hoy, ese vínculo que mantenía con su papá se traslada a sus hijos, Benjamín y Guillermina. "Benjamín está en plena adquisición de la lectura y de la fluidez en la lectura y en la comprensión", argumenta. Por eso leen mucho La bruja Winnie y Gerónimo Stilton, también de Susana Olaondo, Roy Berocay, cuentos como Las tres preguntas, basado en la obra León Tolstói, e incluso a veces inventan cuentos. 

El tiempo los convirtió en compradores habitués de librerías como Puro Verso, Libruras, Libros de la Arena, Mosca y más. En ellas encontró muchos de los libros que hoy destaca, como Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini; la autobiografía de Rudyard Kipling, Something of Myself; y también El último encuentro, de Sandor Marai.
Recientemente leyó Ingrato fuego amigo, de Sergio Abreu, y su próxima lectura es la biografía de la vicepresidenta Beatriz Argimón, de Rosana Zinola. 

 

Natalia Jinchuk

La cofundadora de Mirada Couture Natalia Jinchuk lee desde que era niña. "Mi madre me compraba un libro y a las tres horas ya lo había terminado. Era insaciable", recuerda. Y ese vínculo que comenzó desde muy pequeña es el que se mantiene hasta hoy. 

Natalia es una gran lectora y habitué de la librería Escaramuza, que este año cumple sus primeros cinco años de existencia. "Me gusta mucho la selección que tienen. La mayoría de las veces, los libros que me interesan están acá", cuenta. Allí compra libros de ficción, arte, algún ensayo y muchos libros infantiles para sus hijas Nina (de siete) y Lelé (de cuatro). 

"El otro día me hice unos autorregalos del Día de la Madre, y la mayoría de lo que estoy leyendo ahora son autoras mujeres que yo llamo con ‘pocas pulgas', mujeres que están un poco hartas de todo". En esa lista aparecieron autoras como Pilar Quintana, Aurora Venturini, Elena Ferrante, Margaret Atwood y Alice Munro. 

Sin embargo, hoy también está leyendo 2666, de Roberto Bolaño, y La mujer rota, de Simone de Beauvoir. Además, trata de leer en inglés, principalmente ficción. "Hace poco leí uno que se titula Girl, Woman, Other, de Bernardine Evaristo, que ganó el premio Booker 2019". 

Si bien su vínculo con la lectura en cuarentena no cambió, Jinchuk siempre tiene que tener libros en cola. "Voy leyendo lo que tengo ganas, pero trato de terminarlos. Por lo general leo libros de papel. Lo que me gusta es dejar una pantalla. Pongo el teléfono en silencio, la pantalla para abajo, y me pongo a leer, y eso me hace muchísimo bien", concluye. 

 

Hannah Sandling 


Las visitas a Rizoma forman parte de su rutina familiar semanal: luego de la clase de equitación, los sábados son de leche caliente, croissants y lectura en esta emblemática librería que conjuga libros, café, cerámicas y hotel en La Juanita. Siempre compran algún libro y complementan su biblioteca con los pedidos que hacen por Amazon. 

"Toda mi familia lee. Desde que tengo memoria mis padres me leían cuentos lindos. Mi momento del día para la lectura es durante la mañana, antes de que los chicos se despierten. Además, suelo tener algún libro en mi cartera para cuando tengo largas esperas en un trámite o tengo que hacer tiempo para llegar a un lugar", cuenta la expresentadora de la BBC y actual diseñadora de mesas mientras recorre la galería de arte con piezas y esculturas de la artista plástica argentina Marcela Jacob, anexa a la librería. 

También confiesa que le encanta inventar cuentos con sus niños y leerles historias. Como si fuera una escena teatral, se mete en los personajes, actúa voces e improvisa gestos grandilocuentes haciendo de ese momento uno de los más divertidos del día.

Hannah nació en Inglaterra y vive en Uruguay hace 12 años. Lee en inglés y es fanática de todo lo que escribe Khaled Hosseini, autor de uno de sus libros de cabecera, Cometas en el cielo. A su vez, le gustan mucho Kristen Harmel, Karen Kingsbury, Agatha Christie y Roald Dahl, estos dos últimos autores para leer con sus hijos.

 

None Fossati y Alfonso Larrea 


En esta familia se lee y mucho. Tanto None como Alfonso son unos apasionados de la lectura, aunque cada uno con su estilo: ella encuentra en los libros de imágenes un complemento de su profesión como decoradora de interiores y una forma de no perder su hábito de lectura mientras es mamá de dos niños de uno y tres años; él suele sumergirse en clásicos de Onetti, Martínez Moreno, Benet, Camus y Kafka, que lo inspiran también en su propio proceso de escritura. 

Alfonso se ha convertido en un gran lector y siempre está buscando libros nuevos. La lectura y la escritura son una característica sumamente importante de su cotidianidad y disfruta muchísimo de ambos rituales. Le gusta la poesía, la filosofía y la novela, y recomienda particularmente La Piedra Lunar, de Wilkie Collins, sobre la desaparición de una valiosa gema hindú, narrada desde el punto de vista de las distintas personas involucradas. Un clásico policial inglés. 

En cuanto al formato, Alfonso destaca particularmente el valor agregado del libro en tanto objeto, por lo que suele leer en papel. None coincide en este aspecto: "Leo para desconectarme, entonces no me funciona el iPad o la computadora. Me gusta leer a la vieja usanza, afuera si es posible", explica. 

None asegura que tanto ella como su marido tienen hábito de lectura desde pequeños. "Quizás porque no existía la tecnología que hay hoy, me encantaba juntarme con amigas a leer. Era un pasatiempo de adolescente y desde entonces he leído de todo. Actualmente se me hace muy difícil ser mamá de dos niños tan pequeños y poder encontrar el tiempo para disfrutar de la lectura, por eso consumo muchos libros de diseño y arquitectura que me inspiran. Ya volveré a las novelas". 

Ambos son asiduos compradores en librerías, pero no visitan una puntual. Les encantan las de Tristán Narvaja en Montevideo y siempre que están de paso por Gorlero suelen hacerse de algún ejemplar para enriquecer la biblioteca que comparten en su hogar. Allí descansan muchos libros heredados del abuelo de None, otros que sumó Alfonso cuando iniciaron la vida de pareja y nuevos títulos que han incorporado juntos. 

 

Paula Lattes

Su gusto por la literatura es tan versátil que de un mes a otro puede pasar de Borges a Shakespeare o Dickens. Le fascinan las novelas, los libros de fotografía y diseño y los libros de historia, especialmente los que narran episodios verídicos con una trama de ficción. "Siempre fui de leer. Recuerdo que a los 18 años me fui sola a una isla del Caribe y mi mamá me preguntó por qué me pesaba tanto la valija. ¡Llevaba conmigo seis libros! Tenía la necesidad de leer", recuerda la exmodelo argentina y licenciada en Administración de Empresas especializada en Moda, Lujo y Diseño. 

Paula vive en Italia hace más de 20 años y quedó varada en Uruguay por la pandemia. Adora visitar la librería Feltrinelli de Milán y siempre que puede compra algún libro para tener stock en su casa y dedicarse a la lectura los fines de semana. Se enorgullece al reconocer que supo transmitirles esta pasión por los libros a sus cuatro hijos, muy particularmente a los dos mayores, que leen mucho y en seis idiomas. 

Una lectura que recomienda es la de una obra que ha marcado una etapa muy importante de su vida: "Hay un libro que lo leen los chicos, generalmente en secundaria, llamado Kensuke's Kindom, de Michael Morpurgo, que cuenta la historia de un niño que naufraga en una isla habitada por un japonés y sus orangutanes. Es una enseñanza de vida y me ayudó muchísimo a ser la persona que hoy soy", reflexiona. 

 

Eduardo Kovalivker 


El amor entre Eduardo y la poesía se remite a su propia infancia, cuando a los 10 años le regaló a una compañera de primaria una pequeña obra de su autoría. "Llegué a la poesía por mi mamá. Antes de dormir ella me recitaba poesías épicas que hasta el día de hoy recuerdo de memoria", confiesa mientras da prueba de ello recitando algunos de esos versos que lo trasladan en un viaje exprés a su niñez. 

Eduardo se recibió de ingeniero químico en su país natal, Argentina, pero nació escritor. El gran mentor de su literatura fue Jorge Luis Borges, cuyas obras supieron copar su mesa de luz durante más de una década. "Conocía de memoria su estilo", reconoce. También se declara un gran admirador de escritores como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. "Si bien he leído mucha literatura inglesa, francesa y norteamericana, siempre me atrajo mucho la hispanoamericana. Está en mis raíces, es la que me hace sentir", explica el autor de varios libros de poesía y cuentos, que en el último tiempo se ha volcado a las novelas eróticas y ensayos novelados. 

Entre sus recomendaciones no puede faltar El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura, ni El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez. "Hace un tiempo me propuse releer literatura hispanoamericana y lo que más me apasionó de este clásico de García Márquez es su increíble forma de expresar el amor entre dos personas mayores. Me conmueve ese amor que perdura durante tantos años. Es una obra maestra que todos deberían leer en alguna etapa de su vida", asegura.