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Leo una crónica de una charla a oficiales militares en el Instituto Militar de Estudios Superiores y veo un par de afirmaciones que me mueven a opinar.
Lo primero a señalar es que el panel de conferenciantes olía fuertemente a foca fraudeamplista.
Primero un oficial militar narró que cuando estudiaba Antropología en la Facultad de Humanidades, con retrato del Che incluido (no dice dónde), tenía que ocultar su profesión por miedo a represalias. Cuando al fin dijo que era militar fue el único al que mandaron a examen.
Sabido es (¿no sabía ese militar?) que esa Facultad es una cueva comunista, dominada principalmente por el maoísmo. Más vale ni acercarse.
Luego se habló de “sadismo y tormento gratuito a miles de prisioneros indefensos”.
Quien haya leído mi testimonio Los hombres grises (van 24.000, ¿todavía no lo leíste?) verá que ahí narro mi pasaje por el cuartel del sexto de caballería, en el que efectivamente fui objeto de apremios físicos para sacarme información y también cuento cuando estuve prisionero en Punta de Rieles, que ya era cárcel militar, pero todavía no para mujeres, y en los años 73 y 74 en el Establecimiento Militar de Reclusión Nº 1, más conocido como Penal de Libertad, con el número 705 (http://loshombresgrises.blogspot.com/2007/11/los-hombres-grises.html).
Luego de salir del cuartel, salvo una sola excepción que también narro, nunca vi sadismo ni maltrato físico a ningún prisionero en esos establecimientos.
También se afirmó que el partido comunista (PCU) “tuvo un aparato armado que nunca utilizó”.
Fui militante de la UJC y PCU y fui testigo y oí contar numerosas agresiones con armas de todo tipo, desde palos y cadenas a armas de fuego a “fachos y ultras”. También cuando cursé la Escuela de la Juventud uno de los disertantes atribuyó al PCU atentados contra empresas norteamericanas. Es más, y cito nuevamente Los ho?mbres grises, fui objeto de una brutal agresión de las “fuerzas de choque”, aparato armado, “autodefensa” del PCU, que me ha dejado graves secuelas físicas que también describo en ese testimonio. También es sabido que hubo sindicalistas disidentes, llamados por los comunistas “amarillos”, asesinados por el aparato armado del PCU. Y muchos heridos cuando una manifestación anticomunista pasó cerca de la sede del PCU en la calle Sierra.
Ya desde El Estado y la Revolución de Lenin los marxistas-leninistas tienen como objetivo principal para llegar al poder captar a militares para sus filas mediante la infiltración y destruír las instituciones militares existentes, con fuerza armada propia. Para eso existía y probablemente hoy exista el aparato armado del PCU.
Finalmente, creo que no corresponde hacerle portar la mochila de los Gavazzo y similares a los actuales oficiales de un ejército democrático, totalmente subordinado al poder político emanado de elecciones libres y democráticas.
