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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPara empezar, le retrataré el hecho —real— que da origen a esta, el 17/04/2015 tengo consulta con el cardiólogo y estando en Fray Bentos viajo a Montevideo a las 3:00 h. Al salir de Tres Cruces a las 7:30 h comienzo a recibir llamadas en mi celular y como había dejado en Fray Bentos a un hermano y a mi madre, lo primero que se me ocurre es que había pasado algo con ella, ya que desde algún tiempo andaba con la salud algo cascoteada, pero no, eran vecinos que habían visto una camioneta del Ministerio del Interior —Secc. 2a.— metida dentro de lo que era mi dormitorio, lo que había ocurrido a las 5:00 h cuando una camioneta particular había chocado con la policial. Por eso es que puedo escribir, por segunda vez le debo la vida al cardiólogo.
Allí comienza mi calvario, mi hermano va a la Comisaría y habla con el comisario de turno y este le dijo que hiciera arreglar todo que después le llevara las boletas y que él las pagaría. Cuando yo regreso a Fray Bentos el 20/04 me comenta lo sucedido, yo le dije: “te cagó de una mentira, eso no es así”, pero ya están reparando la casa y a las dos o tres semanas caímos a la Comisaría con las boletas, preguntamos por el comisario Massa, que por supuesto no estaba y le dijimos a la funcionaria que nos atendió que le dejábamos esas boletas para él, a lo que ella nos dijo que no era así y como yo me la veía venir y estaba juntando bronca, le dije medio enojado: “¿Quién manda aquí, Ud. o el comisario?”. A lo que ella accedió a recibir las boletas, pero en nuestra intimidad supimos que no iban a pagarnos nada.
Acá viene la segunda parte de lo ridículo: con un abogado local vamos a la Justicia a lo que se llama etapa de conciliación, ante lo cual se nos dice que tenemos que llevar esa medida a Montevideo, que es el lugar de la sede del Ministerio del Interior. Resulta que me rompen mi casa en Fray Bentos y tengo que venir a pedir justicia a Montevideo, tengo que trasladar testigos, con el costo de pasajes, pérdida de días de trabajo, etc. y supongamos el perjuicio que significaría para cualquier cuidando de ciudades más alejadas, por ejemplo, Artigas, con el único resultado que sería el desistimiento de cualquier acción contra el Ministerio.
A todo esto se agrega que aparece el Banco de Seguros del Estado como cómplice con el Ministerio del Interior, ya que ambos manifestaron que la responsabilidad es del otro, el tercer involucrado, nosotros no tenemos nada que ver, nos dijeron.
Consideración del caso, una de las preguntas que formulamos fue qué estaba haciendo ese vehículo policial a esa hora y nos contestaron que era un procedimiento; yo me pregunto qué procedimiento urgente sería que lo llevan a cabo dos agentes de segunda —un masculino y una femenina— sin balizas ni sirenas.
Según el parte del accidente dicen que efectuaban una “recorrida”, por lo que yo sé, las recorridas se practican a velocidades bajas, si eso fue así, ¿cómo es que no pudieron evitar subir a la vereda e incrustarse en mi casa?, o era el chofer un inepto o iban haciendo algo que les impidió reaccionar a tiempo, o tal vez iban a mayor velocidad en la recorrida para llegar a algún lugar que poco tendría que ver con sus funciones.
Dicen que el coche del otro conductor particular no poseía seguro, ¿cómo puede ser que existiendo el seguro obligatorio (SOA), nadie controle y justamente estos dos organismos del Estado que tendrían que ser los encargados de tal control, Ministerio del Interior y su cómplice el Banco de Seguros del Estado, pretendan eludir responsabilidades?
La espirometría a los agentes involucrados dio negativa y la realizaron integrantes de su misma repartición, lo que me plantea dudas acerca de los resultados.
Hace siete meses le pedí una entrevista al presidente del Banco de Seguros, al enfrentarme a tantos inconvenientes sin aparente salida. Su secretaria me contestó, luego de varios intentos, que el Sr. Mario Castro estaba muy ocupado, que cuando tuviera algún tiempo se comunicaría conmigo. Ello no ha ocurrido y entonces mi pregunta es: ¿estará ocupado negociando con empresas cuyos titulares están acusados de violaciones a los DDHH, integrantes de la OCOA?
Dijo alguien que para muchos juristas es el maestro, cuando lo justo choca con el Derecho, abandona el Derecho.
Luis Rodríguez