Implacables

Por un lado, el gobierno procedió a disculparse con las autoridades españolas y —más allá del mal rato por tener que andar pidiendo disculpas por algo que uno no hizo— se pasó página, y nada más que hablar.

El informativista estaba analizando los precios del ganado gordo, el atraso del dólar y los dramas de la Argentina. Cuando empezó el tema de las declaraciones de la senadora, Fortunato ya bostezaba con fuerza.

—Continúan los ecos de las declaraciones de la vicepresidenta en ejercicio, la senadora Graciela Bianchi, sobre las elecciones españolas…

A Fortunato se le cerraban los ojos. Pensó para sus adentros: “Este me va a contar otra vez lo mismo, qué garrón”; pero se equivocaba.

—Más reacciones sobre los dichos de la senadora —dijo el locutor, e informó que el edil de Durazno Braulio Lassurda había hecho declaraciones públicas sobre el episodio—. El edil, perteneciente al Movimiento Duraznense Progresista y Comunista, ha pedido que se le haga un juicio político a la senadora y que, tras la seguramente inexorable condena, porque sin duda —ha dicho el curul— todo el cuerpo político, oposición y gobierno votarán juntos, se la inhabilite para el ejercicio de la función pública por los próximos 25 años.

La información siguió adelante y el locutor volvió a resaltar otros pronunciamientos sobre el tema realizados en las últimas horas. Fortunato estaba casi dormido y no sabía si estaba oyendo, viendo o soñando.

—Por su parte —dijo el noticiero— una dirigente frenteamplista de Salto, la Lic. Ifigenia Lainsa Ciable, que pertenece al sector Por un Salto Emepepista, Mujiquista y Revolucionario, solicitó públicamente que la senadora Bianchi sea internada en un reformatorio político que empezará en breve a tratar casos casi incurables de desviación de lo políticamente correcto. Agregó —dijo el informativista— que el reformatorio funcionará en la sede local del PIT-CNT, será gratuito y estará abierto para todo público.

El informativo siguió agregando inusuales casos de protesta opositora contra las palabras de Bianchi en las redes sociales. Varios sindicatos políticamente muy activos, como Fancap, el de Conaprole y COFE, realizarán movilizaciones para protestar. Fancap, por ejemplo, ha informado que de manera sorpresiva ocuparán el edificio central de Ancap con una plataforma que reivindique la defensa de las pérdidas millonarias del negocio del cemento y con pancartas que digan “Perdemos guita pero es la guita del pueblo y no la de los oligarcas privados que vendrán a llevársela” y subtituladas con la leyenda “No nos desalojen a nosotros, desalojen a Bianchi del Senado”.

El sindicato de Conaprole dejará en fecha próxima de remitir leche a las pasteurizadoras, con lo que es inminente la falta de leche en los comercios. La plataforma de su actitud combativa es “No al desplazamiento sin pérdida del empleo de los compañeros por culpa de una máquina moderna, sí al desplazamiento de la senadora Bianchi del cargo de senadora, lo de ella es pura mala leche”.

COFE organiza un paro general en la administración pública y exige que se le extienda a la senadora un certificado médico de insania mental con internación temporaria en el Vilardebó, “pero no por nueve días, como nos quiere imponer a nosotros el gobierno, para hacer caja con los funcionarios enfermos, sino por 900 días, con lo que evitaremos que pueda hacer campaña política en las próximas elecciones”.

—Pero sin duda lo más inesperado —agregó el locutor— ha sido lo que planteó el candidato a alcalde de Caraguatá por el Partido Caraguatense, Comunista y Solidario, don Ambrosio Elter Minante. Este dirigente político —enfatizó el informativista— ha pedido públicamente que se reforme la legislación vigente y se restablezca la pena de muerte, procediéndose al fusilamiento de la senadora Bianchi en el paredón Che Guevara que él tiene instalado en su chacra y que, según expresa, está todavía sin estrenar. “Imagínense qué honor sería para esta instalación revolucionaria —dijo don Ambrosio— cortar la cinta del paredón con semejante reivindicación, que dejará el aire más libre para que vuelen alto los cuervos de la aniquilación”. Tras estas duras palabras, enfermeros de la policlínica de ASSE en Caraguatá procedieron a trasladar a don Ambrosio de vuelta a su pieza en la institución, de donde se había fugado subrepticiamente cuando le estaban por inyectar el ansiolítico en medio de un tratamiento que le están haciendo.

Fortunato ya hacía rato que dormía y no recordaba haber visto ni oído toda esta última parte del informativo. Se fue a la cama pensando de todos modos que este lío causado por las palabras de la senadora era una tremenda exageración.