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Advertencia. Esta es una película de espías. No obstante, resulta conveniente aclarar que, como se basa en una novela del británico John le Carré (otras obras suyas llevadas el cine: Alto espionaje, La casa Rusia, El jardinero fiel y, más reciente, la extraordinaria El topo; en camino: Our Kind of Traitor), los siguientes tópicos no forman parte de la narración. Maletines elegantes y multiuso que permiten llevar desde cuchillos a explosivos, automóviles ultrasofisticados, lapiceras multiuso (capaces de alumbrar, disparar balas, rayos láser, veneno, capturar fotografías, grabar audio y video), mujeres escandalosamente hermosas que lucen vestidos y joyas cuyo valor equivale al presupuesto de una película independiente latinoamericana, escenas de erotismo soft, panorámicas de playas demasiado perfectas para ser reales o de palacios o edificios de lujo, vertiginosas y violentas persecuciones por escenarios emblemáticos y más acción, acción dura, trepidante, adrenalínica, ruidosa, hightech. No: no hay.
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En este filme de Anton Corbijn (El ocaso de un asesino) sí hay: paisajes grises, habitaciones ruinosas, callejones oscuros y solitarios, oficinas atiborradas de papeles rancios y bares bañados por una luz dañina, personajes que se mueven entre los intrincados pliegues de una trama sombría, donde nada es del todo claro, aunque por algunos momentos lo parezca. Sí hay: tensión por acumulación, muchos diálogos (que a veces dicen las cosas por la mitad), muchas dudas y suposiciones, paranoia y presión, y un protagonista agotado, que la sigue remando porque en el fondo cree que todavía se puede, según dicen por ahí, hacer “un mundo más seguro”, aunque esto implique ver a alguien de piel oscura como criminal en potencia. Aunque esto implique perseguir/acosar a un inocente de forma enfermiza. Ese protagonista es Philip Seymour Hoffman, un enorme actor con una trayectoria brillante, tanto asumiendo papeles protagónicos como secundarios (Noches de placer, Magnolia, La hora 25, El gran Lebowski, Con amor, Liza, Capote, Happiness), que falleció el 2 de febrero de este año debido a una sobredosis de heroína en Manhattan. Este es su último protagónico; no es el mejor, pero sí es un gran trabajo.
Y esta es la historia, que transcurre en Hamburgo, la ciudad portuaria alemana desde donde se sabe fueron planeados los ataques del 11 de setiembre de 2001. Allí llega Issa Karpov (Grigoriy Dobrygin), un inmigrante checheno, sin papeles, con el sello de Ilegal marcado en la frente. Se refugia en la casa de unos musulmanes y se contacta con una abogada especializada en derechos humanos interpretada por Rachel McAdams, que realmente es buena en lo que hace y parece una de esas buenas personas que te ayudan a lavar la cocina cuando se quedan a comer en tu casa. Issa es un enigma sacudido por los nervios. Su intención es reclamar la herencia de su padre, una herencia grande; para hacerlo debería llegar a un banquero (Willem Dafoe), y esa es la razón por la que necesita la ayuda de la abogada. Algunos de sus pasos son seguidos por la agencia antiterrorista liderada por Günther Bachmann (Hoffman), una agrupación que ni siquiera es reconocida por el gobierno. Aparece una representante de la Embajada de EEUU, que no es otra que una señora de la CIA (Robin Wright, morocha, como para zafar de su personaje de House of Cards), y se autoinvita a las reuniones del comando alemán para armar el puzzle y revelar si el hombre del título es o no es. Y se suman datos y sospechas. Bachmann, pasado de kilos, de estrés, de alcohol y de cafeína, tiene una cantidad de motivos, pistas y verdades a medias para sostener que Issa es un extremista, y que forma parte de una jugada del mundo terrorista islámico. Una de ellas: su contacto con quien se presume el enlace alemán de Al Qaeda: una importante autoridad del Islam (Homayon Ershadi, El sabor de la cereza). El pez pequeño conduce al pez más grande, y así. Y todo se vuelve más turbio en esta intensa y atrapante película. En la que llegará, irremediablemente, el momento en el que no se podrá confiar en nadie.
El hombre más buscado (A Most Wanted Man). EEUU-Alemania-Reino Unido, 2014. Dirección: Anton Corbijn. Guión: Andrew Bovell, sobre novela de John le Carré. Con Philip Seymour Hoffman, Grigoriy Dobrygin, Rachel McAdams, Willem Dafoe, Robin Wright, Nina Hoss, Daniel Brühl. Duración: 121 minutos.