Agregó que “eso muestra el interés de Filipinas de abrirse a los productos importados”. Consideró que “es una gran oportunidad para Uruguay”, al tratarse de un mercado de 115 millones de personas, “con el cual tenemos una muy buena relación”. “Es una oportunidad más de diversificar mercados para Uruguay, de empezar a ingresar en esta área del mundo, donde Uruguay no tiene una presencia importante”, sostuvo.
La embajadora admitió que el intercambio comercial entre ambos países “es bajo”, y que “no ha desarrollado todo su potencial”. Las cifras del comercio total del año pasado fue de unos US$ 25 millones. Uruguay le exportó básicamente productos lácteos, mientras que Filipinas le vendió textiles y productos electrónicos. “Si bien no tenemos un déficit comercial, el potencial para ambos países todavía resulta inexplorado”, remarcó González.
“Filipinas es un país que importa alimentos, porque no puede producir una cantidad suficiente para su población, por razones climaticas, entre otras. Es ahí a donde Uruguay tiene el potencial de incrementar el comercio, y de explorar para nuevos productos”, detalló la embajadora.
Como ya se mencionó, los lácteos son los principales productos de exportación de Uruguay a Filipinas, recientemente se abrieron los mercados de la carne y los cítricos, pero “también podemos pensar en soja y trigo, que son productos que Filipinas importa, inclusive de algunos países de la región (Mercosur)”, planteó la representante uruguaya.
También consideró que se deberían explorar oportunidades en otros sectores. “Filipinas es un país que exporta semiconductores y productos electrónicos, podemos buscar algunos mecanismos que nos permitan ver qué otras oportunidades hay, pero para eso tenemos que acercarnos más al sector privado. Todavía nos queda mucho camino por recorrer”, reconoció.
A propósito, agregó que “hay mucho desconocimiento de ambas partes, nos vemos lejos, no nos conocemos bien, no tenemos vínculos tradicionales, comerciales. Uruguay se ha dedicado más a Europa, a Estados Unidos. Y el principal socio comercial de Filipinas es Estados Unidos, pero comercia mucho con la zona”.
La embajadora recordó que ese país integra la Asean (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental), “un mecanismo de integración que también tiene acuerdos con otros países de la región. Ellos son parte del Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por su sigla en inglés), que es ese mega acuerdo que une a los a países de la región con sus socios”, en referencia a China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
“Ellos están en otra área, en otro mecanismo de integración, y a veces nos perciben un poco lejos. Me parece que ahora estamos en un buen momento para tratar de eliminar esa diferencia y empezar a reconocernos un poco más”, opinó la embajadora.
Aranceles
González indicó que los productos que exporta Uruguay pagan aranceles “bajos”, de entre 5% y 10%, “pero no olvidemos que nuestros competidores entran con arancel cero, porque tienen acuerdos con Filipinas”, puntualizó. “No quiere decir que eso nos deje afuera del mercado, porque por suerte los aranceles no son muy altos, pero al momento de sumar el flete por la distancia y todo eso, no competimos en las mismas condiciones”, dijo.
La embajadora también describió que la clase media en Filipinas aumenta su poder adquisitivo. “Eso es muy importante, porque es una población muy grande, y eso hace que demanden productos importados. Entonces, la oportunidad por esa vía es muy clara”, consideró.
Agregó que Filipinas tiene un vínculo económico “muy importante” con Estados Unidos, y hay que ver cómo reacciona a la política arancelaria del país norteamericano, de todos modos, destacó que “tiene una gran capacidad de diversificarse y de rehacerse”.
Destacó que la economía filipina ha crecido en los últimos años a niveles “muy importantes”, de alrededor del 7%. “Ahora bajó un poco, al 6% o 5%, pero es una economía que está en pleno desarrollo, con un gran potencial por delante, y con una población joven. Entonces, tiene muchos ingredientes para seguir creciendo”, afirmó.
Y resaltó que la demanda de productos con más calidad “va de la mano con el aumento del poder adquisitivo de la clase media, y de una población joven, que es más globalizada y que demanda productos extranjeros”.
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Yakarta, capital y ciudad más poblada de Indonesia
Indonesia
Indonesia es la primera economía del Sudeste Asiático y la 16ª a nivel mundial, con 280 millones de habitantes. “Es un país enorme, de gran potencial, con mucha riqueza”, destacó la embajadora uruguaya.
Explicó que ese país tiene características diferentes a las de Filipinas. “Es un país musulmán, el 80% de la de la población es islámica. Entonces, cuando hablamos de acceso a mercado, es importante el rito halal”, comentó.
El año pasado Uruguay obtuvo la certificación halal para la carne y lácteos, algo que “fue un gran avance”, resaltó. Y ahora “nos queda pendiente la parte sanitaria para esos productos, pero estamos trabajando en temas de acceso al mercado”, dijo.
El comercio entre Uruguay e Indonesia “no es muy importante, no ha desarrollado su potencial, entonces tenemos mucho trabajo por delante”, afirmó. Y agregó que también hay potencial para las exportaciones de soja y trigo.
“Son productos que Indonesia no produce en suficiente cantidad, tiene que importar, entonces estamos tratando de apuntalar de alguna manera que Uruguay se posicione como un socio estratégico de Indonesia, para la seguridad alimentaria de este país”, comentó.
Agregó que el nuevo gobierno de ese país, que empezó en octubre del año pasado, tiene como uno de sus programas faros otorgarle comida gratuita a los niños y a las mujeres embarazadas. “Los niños en Indonesia son 82 millones. Entonces ahí vemos que Uruguay podría ser un socio estratégico, por ejemplo con lácteos”, enfatizó.
A propósito de la carne uruguaya, analizó que al tratarse de un producto alta calidad, sería para otro segmento de la población. “Sería más para un mercado de nicho, pero con esta cantidad enorme de personas, el nicho es grande”, planteó. “Estamos trabajando para que esa oportunidad se transforme en una realidad, pero no es fácil”, dijo la representante diplomática.
Explicó que las habilitaciones tienen dos partes, la religiosa (halal) y la sanitaria. “Tenemos la esperanza de que este año tal vez se pueda hacer alguna auditoría en Uruguay”, dijo González.
Agregó que Uruguay ya presentó la documentación, y ahora lo tiene que tratar el Ministerio de Agricultura de Indonesia, seguir los pasos que corresponden, y el próximo paso sería una auditoría, para que continúe su proceso.
Cuotas
González explicó que muchos de estos productos también están cuotificados. “O sea que una vez terminada la parte sanitaria, después hay que pasar a negociar la cuota, porque la agricultura en Indonesia es muy protegida. El gobierno es el que provee algunos alimentos, no son los privados los que los negocian libremente. Entonces, al haber esa intervención gubernamental, fijan esa cuota para el ingreso de los productos, que también se producen en Indonesia, como una manera de protección a los productores locales”, describió.
Agregó que el volumen de importación de cada producto se establece cada año, dependiendo del nivel de la producción local. “Los aranceles son bajos porque justamente tienen necesidad de importar. Lo que es difícil es el proceso de habilitación y el acceso al mercado. Hay muchas trabas no arancelarias. Es así desde hace mucho tiempo”, explicó.
González también confirmó que el objetivo del gobierno de Indonesia es que el país no tenga que importar más alimentos, pero es una meta a largo plazo, porque “ahora es muy difícil que eso ocurra”.
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Ganado en pie durante la carga a un buque en el Puerto de Montevideo
Presidencia de la República
Por otra parte, la embajadora confirmó que Indonesia tiene como objetivo desarrollar su propia producción lechera y ganadera, por lo cual “tienen sumo interés en la importación de ganado en pie”, algo que ya le han planteado a Uruguay.
Comentó que “hay muy pocos países que están habilitados” para venderle ganado en pie a Indonesia. Uno de ellos es Australia, y el año pasado Brasil también obtuvo esa habilitación. “Indonesia está promoviendo que se hagan inversiones y que se empiece a producir en el país. Para ellos es una política estratégica de Estado, y el nuevo gobierno lo está promoviendo fuertemente”, insistió la embajadora uruguaya.
Destacó que Indonesia “es un país que está en transformación, en crecimiento, que tiene un potencial enorme”. También remarcó que “tiene muchos desafíos”. Señaló que “pretende entrar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), está en el proceso de membresía, es el único país del Sudeste Asiático miembro del G 20, y acaba de entrar a Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica)”. Con esa agenda internacional Indonesia pretende proyectarse como un actor importante a nivel global.
“Tiene todavía muchas cosas que desarrollar, desafíos en materia de educación, de salud. Es un país que tiene mucha riqueza, mucho potencial, pero todavía tiene muchas tareas. Así que no dudo que más adelante otros sectores comerciales se puedan desarrollar”, analizó la embajadora uruguaya con sede en Indonesia.
Asean
La Asean “es muy interesante, porque inició como un proceso político hasta que los países se sintieron con confianza suficiente para desarrollar el aspecto económico, y la verdad que ha sido un éxito”, destacó González sobre el bloque que integran 10 países del Sudeste Asiático, al que recientemente se sumó Timor Oriental.
También valoró que “tienen una agenda diversa de temas, es un proceso de integración profundo, con acuerdos de libre comercio con todos los países de la región, como China, Nueva Zelanda, Corea”. “Y además tienen procesos de diálogo y de cooperación, con países que ellos llaman socios estratégicos, que son muchos y van creciendo. Inclusive con algunos países de la región. Entonces tienen una agenda, no sólo de temas comerciales, sino también de temas de seguridad y estratégicos muy importantes”, destacó.
Además, comentó que cada vez que se hace una cumbre de Asean “vienen también presidentes de muchos otros países de la región, y es muy interesante ver cómo se proyectan como una verdadera comunidad, no solo en temas comerciales, sino también en otros que hacen al quehacer de la integración”.
González opinó que Asean “es un ejemplo muy interesante, porque son países muy diferentes, a nivel político, económico, poblacional, pero han logrado vencer esas diferencias e integrarse de una manera muy sólida. Admiro bastante cómo lo han logrado y a dónde están ahora”.
A nivel comercial consideró que “hay oportunidades para Uruguay en la Asean, pero nos queda por explorar”. La diplomática entiende que Uruguay “puso más foco” en esa región del mundo, porque es “una necesidad, pero también una mirada inteligente, porque el crecimiento del mundo está pasando por acá”.
“Uruguay tiene que posicionarse porque tiene la capacidad de proveer lo que la región necesita. Tenemos que empezar a estar, a mostrarnos y conocernos mejor”, sostuvo.
Más vínculos con la región
“Con Malasia tenemos muy buenas relaciones, también con Vietnam, con Tailandia, pero hay otros países con los que todavía no hemos desarrollado mucho el vínculo, pero tenemos que dedicarle recursos humanos, tiempo y animar al sector privado, que es fundamental”, propuso la embajadora.
Comentó que para que el sector privado pueda hacer negocios necesita que el gobierno continúe trabajando en el acceso. “Tenemos que empezar a mirarnos para ver el potencial, y ahí encauzar las medidas para que eso suceda”, planteó.
“Y una vez que el acceso a mercado se concreta, el sector privado tiene el rol fundamental, porque de esa forma se comienzan a desarrollar y consolidar los vinculos comerciales. Tiene que ser un trabajo mancomunado, para que Uruguay empiece a incrementar su perfil en esta región, porque el potencial para nosotros es muy importante”, dijo.
“Tenemos que acercarnos, generar confianza, darnos a conocer. No solo venir, sino que ellos vayan a visitarnos. Confío en que hay mucho por hacer, pero tenemos que dedicarle tiempo. En Filipinas son 7.000 islas, y en Indonesia son 17.000 islas. A nivel de actividades marítimas, portuarias, pesca, hay mucho para aprender, pero tenemos que acercarnos, conocernos, tenemos que ver qué oportunidades se nos presentan. Todavía no hemos terminado de hacer nuestro trabajo, tenemos que despertarles el interés para que nos vengan a buscar y conocernos”, concluyó González.