¿Desde
cuándo se dedica a la docencia?
Desde hace
17 años doy seminarios intensivos de actuación basados en un sistema propio.
Este año estoy empezando a armar mi escuela en Vicente López (Buenos Aires). En
Montevideo daré una condensación de los primeros dos meses del primer año, es
un curso introductorio de dos fines de semana. El sistema es una creación mía
basada en mi experiencia profesional porque por varias cuestiones yo no pude
estudiar, soy autodidacta. De chica tenía muchísimas inclinaciones expresivas
que estaban ligadas a la música y a la literatura, que era lo que naturalmente
se cultivaba en mi casa. Vengo de una familia de padres trabajadores pero con
mucha inclinación cultural y artística.
¿Y de
niña soñaba con ser actriz?
La verdad
es que no soñaba con ser algo en especial, pero sí tenía una pulsión
expresiva-creativa tan poderosa que si no la hubiera plasmado, yo creo que
hubiera muerto, literal. Estudié lo que podía porque yo vivía en Dolores, en un
pueblo chico, entonces había una serie de actividades artísticas en las
escuelas municipales de arte. Estudié danza clásica y descubrí que era una nena
prodigio, tenía capacidades bastante fuera de lo común. Luego, en la época del
proceso esas escuelas se fueron cerrando y yo lo que quería era
profesionalizarme. A los 12 años les pedí a mis padres para ir a Buenos Aires a
hacer la carrera en el Teatro Colón, pero ellos no podían mandarme sola a la
capital. Entonces me quedó una sensación bastante amarga de tener que transitar
los cinco años de la secundaria, que para mí significaron una pérdida muy
grande de tiempo, de energía y de disponibilidad, porque yo necesitaba plasmar
mis necesidades expresivo-creativas.
En Dolores
había actuado en el musical infantil Saltimbanquis de Sergio Bardotti y
Luis Bacalov, y estando ya en Buenos Aires me contacté con su director y me
dijo que la iba a reponer en el Teatro Presidente Alvear. Ahí gané muchísima
experiencia, pero me intimidaba mucho que se aplicara la misma verticalidad del
sistema educativo en clases que tenían que ver con la expresión creativa; me
parecía una contradicción, porque no se respetaba la singularidad, porque había
un manual y un método unificador, masificador, y sobre todo me asustaba la
verticalidad, que hubiera una persona diciendo lo que tenés que hacer en lugar
de estar poniéndose por debajo para sostener o al costado para acompañar, sino
por encima para aleccionar. Eso me parece una contradicción. Entonces cuando
empecé a buscar trabajo me di cuenta de que no necesitaba más que mi propio
instrumento porque tenía una capacidad innata para expresarme. A lo largo del
tiempo fui desarrollando mi propia técnica trabajando en cine y en teatro, que
son la madre y el padre. La madre sería el teatro, el padre sería el cine y la
televisión, el hijo raro.
¿Por
qué?
Porque todo
nace del teatro. Me formé trabajando en dos rubros opuestos y a la vez
complementarios y desde allí empecé a desarrollar una técnica propia. Algunos
amigos me pedían que los coacheara, la gente me paraba por la calle para
ver si daba clases. En mi método bajé a la teoría lo que yo aplico en la
práctica. Es un sistema muy simple, de un abordaje extremadamente fácil, que
echa por tierra todas las complejidades, porque la gente piensa que para actuar
hay que ser raro. Por otra parte, en mis clases no hay desarrollo crítico, no
hay calificación bueno, malo, peor, hay una intención de fomentar la
autoevaluación del alumno y estimularlo para que se supere a sí mismo. De
hecho, en mis clases se genera una solidaridad entre alumnos que están en
diferentes niveles evolutivos, porque yo mezclo personas con formación con las
que no la tienen. Es un método aplicable para otros órdenes de la vida. Las
necesidades expresivas están coartadas justamente por la crianza, por la
educación, por los mandatos o por dificultades propias, pero en general hay que
desactivar esa creencia de que no servís para algunas cosas. Lo que falta son
horas de vuelo, lo que falta en realidad es recorrido.
Entonces,
¿todos podemos interpretar?
Sí, todos
podemos pero lo que yo no hago es amalgamar las singularidades. Cada quien va a
su ritmo, a su tiempo y eso se respeta. Hay un proceso que es común para todos,
hay una serie de lineamientos que yo aplico para actuar, pero les explico que
habrá ciertos aspectos de los lineamientos que les van a servir y otros que no,
depende de cada uno y que no se esfuercen en lograr lo que no les sirve para
fluir en expresión, que se enfoquen en lo que sí les sirve, y a partir de ahí
cada uno arma su propio método. Porque en mi sistema confluyen elementos de
diferentes corrientes de entrenamiento, por ejemplo, físico o espiritual, y
además, detalles que resultaron de mis propias deducciones. Así que insto al
alumno a crear su propio método.
¿Cómo se
ajustan sus horarios de trabajo a la rutina de sus hijas?
Primero,
las mantengo 100% en su rutina, eso les da contención y seguridad. Segundo,
trabajo para tener personas idóneas que las cuidan, ese es un tema bastante
difícil. Tercero, estoy en contacto permanente con ellas (se llaman Vida y
Cielo) por videollamadas y llamadas.
Vida y
Cielo son nombres poderosos, ¿les marcó su camino con esos nombres?
Ellas son
eso, Vida y Cielo. Lo que te puedo decir es que antes de adoptarlas yo ya sabía
que se iban a llamar así y que iban a ser dos niñas.
¿Tiene
premoniciones?
Tengo una
cierta conexión. Igual son certezas relativas, uno duda y dice: “Qué raro esto
que siento”, pero yo lo sabía. De todas maneras, cuando me llamaron para
decirme que había dos menores, cabía la posibilidad de que fueran dos nenes.
Nosotros nos habíamos anotado para adoptar hermanos con enfermedades tratables
o reversibles hasta los 9 o 10 años, así que podía aparecer cualquier opción. Y
aparecieron estas niñas que coincidieron con las certezas que yo tenía. Yo se
lo había comunicado al padre, mi pareja en ese momento, él también sentía eso
pero no lo esperábamos 100%. Tenía esas sensaciones, pero estaba abierta a todo
y cuando las conocí me di cuenta de que eran así, Vida y Cielo. Incluso me
habían dicho que Vida era hipoacúsica y cuando la conocí se alejó unos pasos
para abrir una puerta, la llamé Vida y se dio vuelta. Lo probé dos veces y se
daba vuelta y venía. Incluso tengo un video a la semana de llegar y se da
vuelta y me mira. Ellas tenían otro nombre, y por supuesto que si el chico
responde a ese nombre no hay que cambiarlo porque le generás una crisis de
identidad muy grande, pero ellas no reconocían su nombre. Son dos nombres
contundentes que las describen.
Usted
está impulsando la ley de capacitación obligatoria en discapacidad para
docentes. ¿En qué está ese proyecto?
Se supone
que va a salir, pero hasta que no pasen las elecciones no se sabe nada. El
proyecto ya entró en Diputados y en Senadores por distintas líneas políticas,
con lo cual suponemos que va a salir porque lo están impulsando dos partidos
enfrentados. Por ahora, se logró el certificado único de discapacidad, un
documento que certifica la discapacidad sin vencimiento porque era absurdo que
hubiera que renovarlo cada tres o cinco años. Era tremendo porque revictimizaba
a la persona.
Que
usted ponga el tema en agenda contribuye a visibilizar la situación de
discapacidad…
Estoy
ayudando porque de verdad hay un montón de gente trabajando en estos temas y
como soy una cara visible puedo contribuir porque tengo cierta llegada.
Es
actriz, cantante, docente, escritora, ¿cómo se define?
No sé
porque no me gusta decir que soy una sola cosa. Me gusta hablar de todo lo que
hago. Mis dos padres escribían y muy bien, entonces escribir fue algo que
desarrollé en silencio y en soledad, y lo disfruto mucho.
¿Cuáles
son sus próximos proyectos?
Este año
por el teatro tuve que parar con el canto. Tengo un disco que se llama Nude,
que está en Spotify, y que fue nominado a los Premios Gardel, y ahora estoy
viendo cómo retomo ese camino. Tengo ganas de hacer un segundo disco. Después
continúo con este taller que no es nada simple, que me lleva mucho tiempo y
mucha energía. Retomo con Bosque adentro en noviembre acá en Montevideo
y en diciembre en el Teatro Picadero en Buenos Aires. Y para el año que viene
tengo una propuesta teatral y estoy armando las clases.
¿Cuál es
su misión en la vida?
Despertar
almas. En realidad, el taller es una excusa para que las personas se contacten
consigo mismas, que redescubran capacidades lúdicas, de goce, de creatividad y
de comunicación, porque para mí todo lo que tiene que ver con el arte no tiene
que ver, como dicen algunos, con el ego y el aplauso. Para mí, tiene que ver
con la comunicación, con ese abrazo metafórico que sucede entre quien te lee y
vos, entre quien te escucha cantar y vos, entre los músicos y yo, entre el
público que te ve actuar y lo que estás sintiendo. Es el emisor y el receptor
generando una sinergia que termina circulando sin límites. Lo que les digo a
mis alumnos siempre es que cuando uno se expresa creativamente está ejerciendo,
consciente o inconscientemente, influencia, y esa persona que se siente
influida a su vez se expresa y ejerce influencia sobre otros, entonces el
alcance es ilimitado. Por eso hay que ser constructivo en el arte, porque lo
que emitís está creando y cocreando una realidad. Mis talleres son para
cualquiera que necesite contactarse consigo mismo y mejorar ciertos obstáculos
que le impiden el libre fluir en la vida.
¿Se considera feliz?
Estoy
satisfecha con la persona en la que me he convertido, pero siempre estoy
buscando evolucionar y considero que soy una persona en búsqueda de la
felicidad. Estar feliz es algo momentáneo, uno puede ser feliz y no estar
feliz. Creo que soy una persona bastante feliz pero tengo una vida muy
esforzada, por eso a veces me disgrega un poco, me distrae en el mal sentido,
me impide gozar plenamente de la existencia. Siempre disfruto de todo lo que
hago, disfruto el momento de estar trabajando, de estar en ese estado tan
parecido al meditativo. Ese momento es hermoso, muy nutritivo para mí.
Expresión
Creativa para la Interpretación. Método Inés Estévez. Sábado
21 y domingo 22 de octubre, sábado 4 y domingo 5 de noviembre, de 11 a 18
horas, en Emociones Escénicas (San José 1015, unidad 202, Galería del
Entrevero). Por más información: 092 340 673,
[email protected]