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Inés Estévez: “La gente piensa que para actuar hay que ser raro”

La actriz argentina viene a Montevideo a dar el taller intensivo de Expresión Creativa para la Interpretación
Coordinadora de Sociales

Inés Estévez vuelve a Montevideo para enseñar su método de actuación en un anticipo de lo que será su presentación a mediados de noviembre en el Teatro Solís con la reposición de Bosque adentro, de Carla ­Moure. Esta talentosa e incansable actriz, madre de dos hijas, creó y lleva adelante su Escuela de Expresión Creativa para la Interpretación, con dos sedes en la ciudad de Buenos Aires, mientras prepara nuevos proyectos teatrales y musicales para el próximo año.

Acaba de terminar dos obras de teatro en Buenos Aires y la filmación de una miniserie. ¿Cómo es un día cualquiera?

Mi vida es bastante ajetreada. Este año actué en dos obras en simultáneo (Bosque adentro y Plagio) e hice la miniserie Previa en Córdoba, por lo que en la semana viajaba en un ritmo muy loco. Ahora aparté dos fines de semana en que mis hijas están con el papá y vengo a dar estos seminarios intensivos de interpretación. Idealmente iba a venir todos los viernes pero la dueña del espacio, la actriz uruguaya Angie Oña, muy talentosa, me propuso condensarlo en dos fines de semana. El 21 y 22 de octubre haré todo lo que tiene que ver con la teoría y algo de práctica, y 4 y 5 de noviembre haremos la práctica. Además, el fin de semana siguiente, del jueves 9 al domingo 12 de noviembre, estaré con Bosque adentro en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís.

No hay un día igual a otro.

No, ningún día es igual y para mi espíritu eso está bien. Sin embargo, el ritmo de vida de mis hijas es absolutamente estable y por su condición de discapacidad (condiciones madurativas limitadas) requieren de una rutina. Mi vida particular es muy aleatoria y de verdad no tengo una regularidad. Hago una película en la que estoy trabajando a destajo desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde o en horarios nocturnos. Después si hago una miniserie, tengo semanas muy cargadas y otras no tanto, o en teatro trabajo de noche de miércoles a domingo. Además, doy clases, eso sería lo único regular que hago, pero tengo un socio porque yo sola no podría.

¿Desde cuándo se dedica a la docencia?

Desde hace 17 años doy seminarios intensivos de actuación basados en un sistema propio. Este año estoy empezando a armar mi escuela en Vicente López (Buenos Aires). En Montevideo daré una condensación de los primeros dos meses del primer año, es un curso introductorio de dos fines de semana. El sistema es una creación mía basada en mi experiencia profesional porque por varias cuestiones yo no pude estudiar, soy autodidacta. De chica tenía muchísimas inclinaciones expresivas que estaban ligadas a la música y a la literatura, que era lo que naturalmente se cultivaba en mi casa. Vengo de una familia de padres trabajadores pero con mucha inclinación cultural y artística.

¿Y de niña soñaba con ser actriz?

La verdad es que no soñaba con ser algo en especial, pero sí tenía una pulsión expresiva-creativa tan poderosa que si no la hubiera plasmado, yo creo que hubiera muerto, literal. Estudié lo que podía porque yo vivía en Dolores, en un pueblo chico, entonces había una serie de actividades artísticas en las escuelas municipales de arte. Estudié danza clásica y descubrí que era una nena prodigio, tenía capacidades bastante fuera de lo común. Luego, en la época del proceso esas escuelas se fueron cerrando y yo lo que quería era profesionalizarme. A los 12 años les pedí a mis padres para ir a Buenos Aires a hacer la carrera en el Teatro Colón, pero ellos no podían mandarme sola a la capital. Entonces me quedó una sensación bastante amarga de tener que transitar los cinco años de la secundaria, que para mí significaron una pérdida muy grande de tiempo, de energía y de disponibilidad, porque yo necesitaba plasmar mis necesidades expresivo-creativas.

En Dolores había actuado en el musical infantil Saltimbanquis de Sergio Bardotti y Luis Bacalov, y estando ya en Buenos Aires me contacté con su director y me dijo que la iba a reponer en el Teatro Presidente Alvear. Ahí gané muchísima experiencia, pero me intimidaba mucho que se aplicara la misma verticalidad del sistema educativo en clases que tenían que ver con la expresión creativa; me parecía una contradicción, porque no se respetaba la singularidad, porque había un manual y un método unificador, masificador, y sobre todo me asustaba la verticalidad, que hubiera una persona diciendo lo que tenés que hacer en lugar de estar poniéndose por debajo para sostener o al costado para acompañar, sino por encima para aleccionar. Eso me parece una contradicción. Entonces cuando empecé a buscar trabajo me di cuenta de que no necesitaba más que mi propio instrumento porque tenía una capacidad innata para expresarme. A lo largo del tiempo fui desarrollando mi propia técnica trabajando en cine y en teatro, que son la madre y el padre. La madre sería el teatro, el padre sería el cine y la televisión, el hijo raro.

¿Por qué?

Porque todo nace del teatro. Me formé trabajando en dos rubros opuestos y a la vez complementarios y desde allí empecé a desarrollar una técnica propia. Algunos amigos me pedían que los coacheara, la gente me paraba por la calle para ver si daba clases. En mi método bajé a la teoría lo que yo aplico en la práctica. Es un sistema muy simple, de un abordaje extremadamente fácil, que echa por tierra todas las complejidades, porque la gente piensa que para actuar hay que ser raro. Por otra parte, en mis clases no hay desarrollo crítico, no hay calificación bueno, malo, peor, hay una intención de fomentar la autoevaluación del alumno y estimularlo para que se supere a sí mismo. De hecho, en mis clases se genera una solidaridad entre alumnos que están en diferentes niveles evolutivos, porque yo mezclo personas con formación con las que no la tienen. Es un método aplicable para otros órdenes de la vida. Las necesidades expresivas están coartadas justamente por la crianza, por la educación, por los mandatos o por dificultades propias, pero en general hay que desactivar esa creencia de que no servís para algunas cosas. Lo que falta son horas de vuelo, lo que falta en realidad es recorrido.

Entonces, ¿todos podemos interpretar?

Sí, todos podemos pero lo que yo no hago es amalgamar las singularidades. Cada quien va a su ritmo, a su tiempo y eso se respeta. Hay un proceso que es común para todos, hay una serie de lineamientos que yo aplico para actuar, pero les explico que habrá ciertos aspectos de los lineamientos que les van a servir y otros que no, depende de cada uno y que no se esfuercen en lograr lo que no les sirve para fluir en expresión, que se enfoquen en lo que sí les sirve, y a partir de ahí cada uno arma su propio método. Porque en mi sistema confluyen elementos de diferentes corrientes de entrenamiento, por ejemplo, físico o espiritual, y además, detalles que resultaron de mis propias deducciones. Así que insto al alumno a crear su propio método.

¿Cómo se ajustan sus horarios de trabajo a la rutina de sus hijas?

Primero, las mantengo 100% en su rutina, eso les da contención y seguridad. Segundo, trabajo para tener personas idóneas que las cuidan, ese es un tema bastante difícil. Tercero, estoy en contacto permanente con ellas (se llaman Vida y Cielo) por videollamadas y llamadas.

Vida y Cielo son nombres poderosos, ¿les marcó su camino con esos nombres?

Ellas son eso, Vida y Cielo. Lo que te puedo decir es que antes de adoptarlas yo ya sabía que se iban a llamar así y que iban a ser dos niñas.

¿Tiene premoniciones?

Tengo una cierta conexión. Igual son certezas relativas, uno duda y dice: “Qué raro esto que siento”, pero yo lo sabía. De todas maneras, cuando me llamaron para decirme que había dos menores, cabía la posibilidad de que fueran dos nenes. Nosotros nos habíamos anotado para adoptar hermanos con enfermedades tratables o reversibles hasta los 9 o 10 años, así que podía aparecer cualquier opción. Y aparecieron estas niñas que coincidieron con las certezas que yo tenía. Yo se lo había comunicado al padre, mi pareja en ese momento, él también sentía eso pero no lo esperábamos 100%. Tenía esas sensaciones, pero estaba abierta a todo y cuando las conocí me di cuenta de que eran así, Vida y Cielo. Incluso me habían dicho que Vida era hipoacúsica y cuando la conocí se alejó unos pasos para abrir una puerta, la llamé Vida y se dio vuelta. Lo probé dos veces y se daba vuelta y venía. Incluso tengo un video a la semana de llegar y se da vuelta y me mira. Ellas tenían otro nombre, y por supuesto que si el chico responde a ese nombre no hay que cambiarlo porque le generás una crisis de identidad muy grande, pero ellas no reconocían su nombre. Son dos nombres contundentes que las describen.

Usted está impulsando la ley de capacitación obligatoria en discapacidad para docentes. ¿En qué está ese proyecto?

Se supone que va a salir, pero hasta que no pasen las elecciones no se sabe nada. El proyecto ya entró en Diputados y en Senadores por distintas líneas políticas, con lo cual suponemos que va a salir porque lo están impulsando dos partidos enfrentados. Por ahora, se logró el certificado único de discapacidad, un documento que certifica la discapacidad sin vencimiento porque era absurdo que hubiera que renovarlo cada tres o cinco años. Era tremendo porque revictimizaba a la persona.

Que usted ponga el tema en agenda contribuye a visibilizar la situación de discapacidad…

Estoy ayudando porque de verdad hay un montón de gente trabajando en estos temas y como soy una cara visible puedo contribuir porque tengo cierta llegada.

Es actriz, cantante, docente, escritora, ¿cómo se define?

No sé porque no me gusta decir que soy una sola cosa. Me gusta hablar de todo lo que hago. Mis dos padres escribían y muy bien, entonces escribir fue algo que desarrollé en silencio y en soledad, y lo disfruto mucho.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Este año por el teatro tuve que parar con el canto. Tengo un disco que se llama Nude, que está en Spotify, y que fue nominado a los Premios Gardel, y ahora estoy viendo cómo retomo ese camino. Tengo ganas de hacer un segundo disco. Después continúo con este taller que no es nada simple, que me lleva mucho tiempo y mucha energía. Retomo con Bosque adentro en noviembre acá en Montevideo y en diciembre en el Teatro Picadero en Buenos Aires. Y para el año que viene tengo una propuesta teatral y estoy armando las clases.

¿Cuál es su misión en la vida?

Despertar almas. En realidad, el taller es una excusa para que las personas se contacten consigo mismas, que redescubran capacidades lúdicas, de goce, de creatividad y de comunicación, porque para mí todo lo que tiene que ver con el arte no tiene que ver, como dicen algunos, con el ego y el aplauso. Para mí, tiene que ver con la comunicación, con ese abrazo metafórico que sucede entre quien te lee y vos, entre quien te escucha cantar y vos, entre los músicos y yo, entre el público que te ve actuar y lo que estás sintiendo. Es el emisor y el receptor generando una sinergia que termina circulando sin límites. Lo que les digo a mis alumnos siempre es que cuando uno se expresa creativamente está ejerciendo, consciente o inconscientemente, influencia, y esa persona que se siente influida a su vez se expresa y ejerce influencia sobre otros, entonces el alcance es ilimitado. Por eso hay que ser constructivo en el arte, porque lo que emitís está creando y cocreando una realidad. Mis talleres son para cualquiera que necesite contactarse consigo mismo y mejorar ciertos obstáculos que le impiden el libre fluir en la vida.

¿Se considera feliz?

Estoy satisfecha con la persona en la que me he convertido, pero siempre estoy buscando evolucionar y considero que soy una persona en búsqueda de la felicidad. Estar feliz es algo momentáneo, uno puede ser feliz y no estar feliz. Creo que soy una persona bastante feliz pero tengo una vida muy esforzada, por eso a veces me disgrega un poco, me distrae en el mal sentido, me impide gozar plenamente de la existencia. Siempre disfruto de todo lo que hago, disfruto el momento de estar trabajando, de estar en ese estado tan parecido al meditativo. Ese momento es hermoso, muy nutritivo para mí. 

Expresión Creativa para la Interpretación. Método Inés Estévez. Sábado 21 y domingo 22 de octubre, sábado 4 y domingo 5 de noviembre, de 11 a 18 horas, en Emociones Escénicas (San José 1015, unidad 202, Galería del Entrevero). Por más información: 092 340 673, [email protected]