Antología de las canciones con las que los grandes artistas del rock se despidieron, muchas veces sin saberlo, de las presentaciones en vivo
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá"Gracias totales". Era el 20 de setiembre de 1997 y Gustavo Cerati inmortalizaba el adiós al público. Era el último recital de los argentinos Soda Stereo, y el líder de la banda dijo estas palabras antes de los acordes finales de De música ligera, la última canción de esa noche en un Estadio Monumental de Buenos Aires abarrotado. Era la anunciada despedida de una banda que, al decir de sus integrantes, ya solo "se llevaba bien en la cama". Fue esa la última canción del trío, más allá de la gira de regreso Me verás volver de 2007, cuyos recitales terminaban, nuevamente, con De música ligera.
El tour Gracias totales, cuyo inicio está previsto para febrero de este año, con Zeta Bosio y Charly Alberti más invitados en homenaje al fallecido cantante, solo haciendo un esfuerzo puede ser considerado otro retorno de Soda. Para el imaginario popular, aquel de 1997 fue el verdadero desenlace y aquel tema fue su despedida.
Hay recitales que ya tienen la carga emocional de ser el último. En Uruguay, por caso, las aproximadamente mil personas que fueron el 25 de agosto de 1989 al excine Cordón sabían que iban a ver la última presentación de Los Estómagos. Todos ellos recuerdan que la última canción que el cuarteto Peluffo-Parodi-Hernández-Lasso tocó fue Yo no me vendo, un tema inédito de los primeros tiempos. Pero muchas veces el infortunio, una crisis interna o una desgracia transforman un recital de una banda o artista, uno más de una gira, en el último, con la última canción.
La historia del rock está llena de estos casos, y lo que sigue es una recopilación de algunos de los más notables. Led Zeppelin y Nirvana tuvieron su canto del cisne en Alemania. Por otro lado, algo hermana a The Beatles, Amy Winehouse y Sex Pistols: sus últimas canciones en vivo frente al público fueron covers.
The Beatles, un cierre casi sin registro
Long tall Sally, un rocanrol lunfardamente traducido en esta parte del mundo como Sally la lunga, fue la última canción del último recital con público que ofreció la banda más importante e influyente de la historia del rock. Esto ocurrió en el Candlestick Park de San Francisco, el 29 de agosto de 1966. Popularizado por Little Richard, este es un tema bastante menor de la discografía de The Beatles, al punto de no haber sido nunca incluido en un long play británico. Pero es que la beatlemanía había hecho estragos en las actuaciones del grupo, cuyos miembros estaban hartos de no poder ni escucharse en sus propios conciertos por el griterío de las fans.
El recital fue parte de la tercera y última gira de The Beatles en Estados Unidos, precedida por la tensión generada por una ironía de John Lennon, quien había asegurado que eran "más populares que Jesucristo". Eso hizo que se tomaran más medidas de seguridad que lo habitual. Fue ante 25.000 personas, duró solo 33 minutos -sus recitales solían ser más cortos aún- y se interpretaron 11 canciones. Paul McCartney, quien cantó el último tema, le pidió al asistente de prensa del cuarteto, Tony Barrow, que grabara el recital. Pero este se olvidó de dar vuelta la cinta y el tema final quedó cortado por la mitad. Con el tiempo, se difundió la idea de que los músicos sabían que ese iba a ser el último recital al menos por un tiempo; acabó ser definitivo.
· Bis: Cuando The Beatles habían pasado de no soportar el griterío del público a no soportarse siquiera entre ellos, realizaron el famoso "concierto de la azotea" en los techos de los estudios de Apple en Londres, el 30 de enero de 1969. Fue espontáneo y trunco, ya que la policía los obligó a parar tras las quejas de los vecinos. La última canción interpretada, en un breve set de siete, fue Get back, también en la voz de Paul McCartney.
Sex Pistols, sin diversión
Los británicos Sex Pistols, en sí, duraron menos de tres años y solo publicaron un disco. Pero les sobró para sacudir la modorra de un rock anquilosado por los excesos y sentar las bases del punk rock. Luego de escandalizar a la sociedad inglesa y armar bardo por algún que otro país europeo, para enero de 1978 el manager de la banda, Malcolm McLaren, les organizó una gira por Estados Unidos. Lo hizo eligiendo lugares de la "América profunda", repleto de público redneck (estereotipo de alguien blanco, pobre, conservador y xenófobo), para garantizarse hostilidad y escándalo, la materia prima favorita de la que se alimentaban -conscientes o no- Johnny Rotten, Sid Vicious y el resto de la banda.
La gira relámpago incluyó Atlanta, Memphis, San Antonio, Baton Rouge, Dallas, Tulsa y San Francisco. En esta última ciudad, el recital del 14 de enero, en el Winterland Ballroom, terminó con una disolución prácticamente en vivo. El último bis, que el vocalista Rotten anunció como el único, fue No fun, un cover de The Stooges. En mitad de la canción se preguntó en voz alta: "¿Para qué sigo con todo esto?", y alteró los versos de la canción: cantó This is no fun, no fun, This is no fun at all, no fun ("No es divertido, no es divertido en absoluto, no es divertido" en vez de "No es divertido estar solo"). Luego, ya en plan catarsis, ni bien terminó la canción se dirigió de nuevo al público: "¿Alguna vez se sintieron engañados? Buenas noches". Cuatro días después se anunciaba la ruptura de la banda.
· Bis: En 1996, los miembros originales de la banda -Rotten, Paul Cook, Steven Jones y Glen Matlock- se juntaron para realizar la llamada Filthy Lucre Tour (Gira del lucro indecente). Con honestidad brutal, afirmaron que la única excusa que tenían para juntarse era la plata. Pasearon su sinceridad por 78 ciudades en cuatro continentes.
Led Zeppelin, una muerte inesperada
En menos de 15 años el rock cambió mucho luego de la influencia de la psicodelia, el progresivo y el heavy metal. Si los genios de Liverpool tocaron 11 canciones en 33 minutos en el que sería su último recital, Led Zeppelin -una de las pocas bandas que en importancia e influencia puede mirar a los ojos a The Beatles sin pasar vergüenza- insumió dos horas y cuarto para 14 canciones. Eso fue el 7 de julio de 1980 en el Eissporthalle de Berlín, en Alemania. El último tema del setlist fue una versión de 18 minutos del clásico Whole lotta love.
Tras el final de su gira europea, la banda se preparaba para regresar en octubre a Estados Unidos, al que no visitaban desde 1977. Pero tanto coqueteó con la muerte el baterista John Bonham debido a su adicción al alcohol que finalmente la sedujo. Eso fue el 25 de setiembre de 1980, ahogado en su propio vómito, tras tomar 40 medidas de vodka. Luego de la muerte del batero sus compañeros decidieron no seguir adelante.
· Bis: Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones se reunieron alguna que otra vez en casos puntuales, pero nunca quisieron volver a reunir oficialmente a la banda, más allá de las cifras siderales que se les ofrecieron. Sin embargo, en homenaje al empresario musical Amhet Ertegün, decisivo para el impulso de su carrera, Led Zeppelin se reunió como tal con Jason Bonham (hijo de John) en la batería, el 10 de diciembre de 2007, en el londinense O2 Arena. En esa ocasión, que no se volvió a repetir, el último tema fue Rock and roll.
REM, distinto a todo
Aun cuando habían saltado del circuito universitario al mainstream y vendieran 80 millones de discos en todo el mundo, REM, liderado por Michael Stipe, siempre tuvo el rótulo de "alternativa". Para el 18 de noviembre de 2008, cuando se presentaron en el colmado Auditorio Nacional de México D.F., ya eran una de las grandes bandas del mundo. A Stipe, Peter Buck y Mike Mills se los vio muy en forma y con gran comunicación entre ellos y el público. Al recital, ya de por sí extenso y lleno de hits, se le sumó un set de bises de más de media hora de duración que cerró con Man on the Moon.
Claro que no era oro todo lo que brillaba. Ese recital culminaba la gira del disco Accelerate, por 77 ciudades, en la que habían surgido problemas internos en la banda. Los músicos no querían -en rigor, les aterrorizaba la idea- repetirse en su propuesta, al tiempo que empezaban a creer que ya habían dado lo que tenían para dar. El siguiente disco, Collapse into now, efectivamente muy similar a trabajos anteriores, vio la luz tres años después y no incluiría un tour: el 21 de setiembre de 2011 la banda anunciaba en un comunicado su separación, sin dramas, sin muertos que lamentar, sin odios personales, solo para no hacer más de lo mismo. Hasta en eso estos norteamericanos fueron distintos.
· Bis: Así como The Beatles hizo un concierto en la azotea del sello discográfico del que eran dueños, REM realizó un show íntimo para un público pequeño de familiares y amigos en la planta baja del estudio en el que grabaron Collapse into now, el Hansa Ton Studio, de Berlín, Alemania. Eso fue en el mismo 2011.
Nirvana, desgarrador
Hay algo con Alemania y los últimos e inesperados conciertos de bandas que marcaron época y la posterior muerte de uno de sus miembros. El 1º de marzo de 1994 Nirvana subió al escenario montado en la Terminal 1 de Munich, donde antes funcionaba el aeropuerto. Las aproximadamente tres mil personas que fueron al lugar vieron un show más histórico por lo posterior, que inolvidable por lo musical. Todo andaba mal en la vida de Kurt Cobain, su salud, sus adicciones y su vida personal. Era imposible que no arrastrase a la mayor banda de la movida grunge a su decadencia. Fue un show corto de 23 canciones que no incluyó su éxito Smells like teen spirit. Cerraron, tras 80 minutos de música, con la desgarradora Heart-shaped box, de su último disco In utero, el mismo en el que basaban su gira.
Al término del recital, mucho más breve de lo esperado, Kurt fue diagnosticado con bronquitis y laringitis severa, cosa que había sido evidente en el escenario. El concierto de la noche siguiente fue cancelado, así como el resto de la gira por Europa. Eso fue porque el 4 de marzo fue hallado inconsciente en su cuarto de hotel en Roma, fruto de una combinación de alcohol y barbitúricos. De regreso a Estados Unidos, sus allegados lo convencieron de internarse para tratar sus adicciones, pero a la semana se escapó de la clínica de Los Ángeles donde había ingresado. El 5 de abril de ese año, Cobain se convirtió en socio del Club de los 27: se suicidó de un balazo en la cabeza en su casa en Seattle. Tenía 27 años y una hija.
· Bis: El luego elogiado MTV Unplugged en Nueva York, que Nirvana grabó en 1993, salió a la luz en noviembre de 1994 y de alguna forma -sin serlo realmente- quedó en la memoria colectiva como el último recital del trío. Pese a que tratar con Kurt Cobain y compañía jamás fue fácil, el resultado final fue excelente. El recital acústico se cerró con una tremenda versión de un clásico del folk norteamericano, Where did you sleep last night.
Amy Winehouse, el cover final
Ya que estamos en el club de los 27, su última incorporación, la británica Amy Winehouse, fue encontrada muerta en su apartamento el 23 de julio de 2011. Como Cobain (y como Jim Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Brian Jones) murió a esa edad. El exceso de vodka tuvo su que ver. Tres botellas vacías fueron encontradas en su habitación esa mañana.
Hacía poco más de un mes en Belgrado, Serbia, el 18 de junio de ese año, la gran esperanza blanca y británica del soul, el jazz y el blues había dado su último concierto. En rigor, había intentado darlo. Amy estaba tan demacrada cuando se subió al escenario del parque Kalemegdan que las aproximadamente 20.000 personas que la habían ido a ver perdieron la paciencia en breve, y lo demostraron en forma de abucheos y silbidos. Su último tema fue un cover, You're wondering now, de Andy & Joey. Fue la novena canción de un recital interrumpido a la fuerza, tal era la situación química o etílica o ambas de la notable cantante. Se canceló el resto de la gira y Amy entró en una depresión de la que no saldría más. La muy próxima noticia de su muerte impactó, pero en modo alguno sorprendió.
· Bis: En 2018 se anunció el regreso a los escenarios de Amy como holograma, con la anuencia del padre de la fallecida artista (tener una familia disfuncional suele ser requisito para integrar ese club, más allá de parejas que, como en su caso, no hicieron sino hundirla más en su consumo). Por fortuna para la sensibilidad del grueso de la gente, esa cuestión quedó en stand by.
Creedence Clearwater Revival, improvisación hasta el fin
Casi ocho minutos duraba la versión grabada de Keep on chooglin', la canción que John Fogerty compuso para el disco Bayou country de 1969 de su banda Creedence Clearwater Revival. En vivo, las improvisaciones hacían que el tema llegara a los 15 minutos. Y era el número que solían ofrecer como despedida en sus conciertos. No fue la excepción ese 22 de mayo de 1972 en Denver. Lo que no sabían los músicos de CCR era que no volverían a juntarse arriba de un escenario.
La importancia de Creedence quizá resultó tamizada por el tiempo, pero vale decir que en la previa al mítico festival de Woodstock, ellos eran la principal atracción, la cabeza de cartel en un evento que también incluía a The Who y Jimi Hendrix, entre otros pesados. Pero para 1972 había grandes tensiones internas. Tom Fogerty -hermano mayor de John- había ido convirtiendo al cuarteto en trío. Su disco de ese año, Mardi Gras, había sido un fracaso. La idea de darles participación y vocales a los otros miembros del grupo, el baterista Doug Clifford y el bajista Stu Cook, había resultado francamente mala. El 16 de octubre de ese año olvidable, CCR anunciaba su disolución.
· Bis: Mientras el cantante y guitarrista John Fogerty desarrolló una carrera solista de bastante destaque, Cook y Clifford -la base rítmica del grupo- formaron Creedence Clearwater Revisited, reclutando músicos para formar algo así como una banda tributo que ellos mismos integraron, con la que incluso llegaron a tocar en Uruguay. Mucho más digno fue el final de Tom Fogerty, quien murió de Sida en 1990.
Queen, final de campeones
Ninguno de los asistentes al Knebworth Park, al norte de Londres, ese 9 de agosto de 1986, imaginaba que era la última vez que iban a ver a Freddie Mercury en vivo, poniéndose a su banda Queen al hombro y al público en el bolsillo. Y había gente para imaginarlo, porque hubo 125.000 espectadores y el grupo debió llegar al escenario en helicóptero. Era el final de una exitosísima gira por Gran Bretaña y Europa, que volvía a poner al cuarteto en la cresta de la ola. Las últimas palabras de una de las mayores voces del rock fueron: "Buenas noches, sean felices", mientras de fondo sonaba la pista pregrabada de God save the Queen, el himno británico, versionado por ellos. En rigor, la última canción que tocaron en vivo fue la misma con la que cerraban sus conciertos desde 1978: We are the champions.
Entre el público, en ese último recital (que en ese entonces no tenía ese estatus), nació un bebé y un hombre fue apuñalado. Sobre el escenario, bien sobre el final, el bajista John Deacon arrojó furioso su bajo contra los amplificadores. Se decía que por entonces tenía problemas personales y un apego al trago un poco más profundo que lo aconsejable.
· Bis: Luego de la muerte de Mercury, en 1991, los tres miembros de Queen hicieron un concierto homenaje con la participación de varios artistas. Más acá en el tiempo, Brian May y Roger Taylor relanzaron a la banda con otros cantantes, como Paul Rodgers o Adam Lambert. Deacon no quiso saber nada con eso, en el entendido de que Queen sin Freddie no tenía razón de ser; esto es compartido por la abrumadora mayoría del público.