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"Todo el mundo me dice Trini. A mí me encanta y como yo hablo tanto de Flores, me quedó"
EDAD: 33 • OCUPACIÓN: Comunicadora • SEÑAS PARTICULARES: de niña le encantaba comer cubitos de caldo, era experta recitando poemas, es la madrina de la Asociación Down de Flores
De niña tenía fama de charlatana. A pesar de eso, ¿era buena alumna? Sí, es verdad. En la escuela me ponían ‘puede rendir más si conversa menos'. Es una frase que tengo muy presente. Era estudiosa, responsable, pero me gusta tanto hablar...siempre hablé mucho, desde chiquitita. Me fue bien en la escuela, el liceo y la facultad, pero tengo ese problema.
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Creció en Flores y allí, en los actos escolares, siempre tenía algún papel, recitando un poema o bailando. Siempre me sumaba a todo y era experta en decir poemas. De hecho, me acuerdo que hacía competencia. Por ejemplo, si había un acto de alguna fecha patria en la plaza de Trinidad, el poema lo decía un alumno de una escuela y para eso se hacía un concurso. Yo me presentaba y alguna vez quedé.
A los 13 años tuvo su primer contacto con las tablas, previo a un show de Los Nocheros, en el que cantó el tango Cambalache frente a 20.000 personas. Siempre me sumaba a todas las actividades. Estaba en el coro de la escuela, en el coro departamental y en el del liceo. Venían Los Nocheros a Flores y querían que una pareja cantara el tango Cambalache. Yo me presenté, quedé y cantamos en el estadio con un compañero.
Cuando vino a Montevideo para estudiar se anotó en la Licenciatura en Relaciones Internacionales. ¿Por qué? ¿Qué tenía que ver yo ahí? (risas). Es que no iba a estudiar Comunicación para volver a trabajar a Flores, donde los recursos no eran los mejores: ganaba 500 pesos en el canal y no me acuerdo si 1.000 en la radio, apenas me podía comprar alguna ropa. Me dije: ‘Yo no voy a poder vivir de esto', entonces elegí Relaciones Internacionales. Fue el primer fracaso en Montevideo, con una adaptación horrenda, porque extrañaba. Me iba todos los fines de semana, lloraba todos los días, me quería volver. Mis padres fueron el apoyo fundamental. Me decían que iba a poder y me iba a adaptar. Hasta que, después de un año y medio de estar viajando todos los fines de semana, me quedé por primera vez en Montevideo.
Después comenzó la Licenciatura en Trabajo Social, que tampoco prosperó. ¡Pero ahí no me fue mal! Ahí me enganché, tenía una amiga que la estaba haciendo. Hice primer año pero no pude, justo ese año salió lo de CONTA, el concurso de Canal 10 que gané. Y ahí dije: ‘La vida me está demostrando que realmente es esto'. Siempre fui consciente de que esa era mi vocación, pero nunca me imaginé que las puertas se me iban a abrir en Montevideo.
¿En ese mismo momento empezó a hacer la carrera de Comunicación? Empecé después de Canal 10. Hice un primer programa de seis meses, La culpa es nuestra. Empecé como movilera y lo conducía el Piñe (Jorge Piñeyrúa) y (Gonzalo) Cammarota; también estaban Gonzalo Delgado, Álvaro Carballo y yo haciendo mis primeras armas. ¡Imaginate que no tenía idea! Pasar de lo que hacía en Trinidad a esto, era otro mundo.
También trabajó en la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior. No me daba el dinero y me replanteé buscar por otro lado. Ya había egresado y hecho un curso de asistente de Marketing, quise buscar. En un curso de inglés me encontré con quien terminó siendo mi jefe en el Ministerio del Interior, en la Unidad de Comunicación. Algo que ver tenía, pero era otro perfil, otra cosa, nada que ver. Al principio tenía temores sobre qué iba a hacer, pero terminé encontrándome con un grupo bárbaro y desarrollamos un montón de cosas que no había en la unidad. Terminé coordinando equipos y llegué a ser subdirectora de la unidad. Hice una carrera preciosa ahí adentro, sí sabiendo que no era lo que quería hacer.
Trabajando se ganó el apodo de Trini. ¿Por qué? Sí, fue Petru, por Trinidad. Nadie me dice Noelia. Todo el mundo me dice Trini. A mí me encanta y como yo hablo tanto de Flores, me quedó la Trini.
En Canal 10 también conoció a Fabricio, su pareja. En realidad, nos habíamos conocido hacía muchos años, cuando yo hacía producción en Telemental y él, alguna suplencia de cámara. Cuando empecé a trabajar en Canal 10 y era el camarógrafo de La mañana en casa nació el amor. Estuvimos como seis meses saliendo y yo no quería contar nada. Pero realmente nos enamoramos y ya estamos juntos desde hace dos años y medio.
También toca el piano y, a pesar de que nunca ejerció, se recibió de profesora. Mamá me quería mandar a inglés y yo estaba negada. Es un tema que tendré que resolver en algún momento, al punto que llegué a pensar en hacerlo por hipnosis. Quería hacer algo de música y estuve 10 años en el Conservatorio María Angélica Piola. Egresé de ahí, tengo un piano en Flores que me regaló mi hermano, pero cuando me recibí me vine para acá y nunca pensé en dar clases.
¿En dónde se ve trabajando en un futuro? Me imagino trabajando en Canal 10, pero no en este horario XXL que hago. Seguramente, haya una decisión que tengamos que tomar en algún momento, cuando decidamos con mi pareja hacer cosas personales, como ser papás.