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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl ex diputado nicaragüense por el Frente Renovador Sandinista (FRS) Enrique Sáenz viene de denunciar el “mutismo” de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de su secretario general, nuestro ex canciller y ex senador del MPP Luis Almagro, respecto de la situación política de Nicaragua y del reciente fraude electoral promovido por el presidente Daniel Ortega y de su esposa y actual vicepresidenta Rosario Murillo, ambos del Frente de Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para perpetuarse en el poder.
En un artículo que publicó en el diario “La Prensa” de Managua, Sáenz denunció que todos los funcionarios de la OEA que negocian con el gobierno de Ortega fueron funcionarios del gobierno del ex presidente uruguayo José Mujica y estuvieron subordinados al ministro Almagro durante su gestión en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Economista y abogado, Sáenz identifica a los funcionarios que integran la comisión designada por Almagro para las negociaciones con Ortega como el ex ministro de Defensa Luis Rosadilla, el ex subsecretario de Economía y de Relaciones Exteriores Luis Porto, el ex director general de Secretaría y ex representante de Uruguay en las Naciones Unidas Gonzalo Koncke y el ex embajador itinerante Gabriel Bidegain. “Todos son compadres, ex miembros del gabinete de Mujica”, agregó.
El ex diputado del FRS no lo dijo, pero es obvio que estas “comisiones” no son gratis, corren bajo un estatuto de contrato siempre bien remunerado. Amigos son los amigos, sobre todo cuando hay una caja que otros contribuyen a financiar.
“¿Qué hace el ex ministro de Defensa de Mujica como miembro de la comisión que “conversa” con Ortega? ¿Nos están embarcando en una operación del “mujiquismo”, del gobierno del Frente Amplio o del Partido Socialista uruguayo?, preguntó Sáenz.
El informe de la OEA en conjunto con el gobierno de Ortega emitido el pasado 20 de enero ha sido cuestionado por diversos sectores nicaragüenses por cuanto consideran que “hace borrón y cuenta nueva de la pasada farsa electoral”.
“Una cosa es el sigilo diplomático y otra es el secretismo. Usted nos debe una explicación”, reclamó Sénz a Almagro, tras recordar que en un artículo reciente el secretario general de la OEA publicó: “No podemos permitir que el silencio se transforme en cómplice de malas prácticas”.
“Que los funcionarios del régimen (nicaragüense) no digan una palabra no es extraño, porque es su costumbre. Pero que ningún funcionario de la Secretaría General (de la OEA) haya abierto la boca para ofrecer a los nicaragüenses una explicación sobre lo pactado con Ortega, no tiene justificación.
No solo porque se trata de un texto cargado de ambigüedades, sino primordialmente, porque está en juego el destino de millones de nicaragüenses”, sostuvo el ex diputado del FRS.
Según Sáenz, que el año pasado presentó en nuestro país un libro sobre la realidad política nicaragüense, el acuerdo fue publicado a la medida del régimen de Ortega, presenta “la farsa electoral como hecho consumado y coloca como lápida: lo robado, robado está”. El informe, añadió, utiliza al organismo regional “como hoja de ruta para encubrir su flagrante violación de la Carta Democrática Interamericana y exhibir el acuerdo como recurso de legitimidad“ para intentar neutralizar el proyecto conocido como “Nica Act” y distraer a la opinión adversa que prevalece en gobiernos y en la opinión pública informada de América Latina.
En el acuerdo el gobierno de Ortega “gana tiempo e invita a la OEA a participar como acompañante en las próximas elecciones municipales”, concluye el artículo de “La Prensa”.
A mediados de 2016, a cuatro meses de la elección presidencial del 6 de noviembre, una decisión del Tribunal Supremo judicial destituyó al líder del Partido Liberal Independiente (PLI), Eduardo Montealegre, quien se negó a aceptar la “intervención” judicial.
Frente a tal “desacato”, semanas después el Consejo Supremo Electoral revocó el mandato de 16 diputados titulares y 12 suplentes del PLI, entre ellos dos miembros del FRS, impidiéndoles participar en la elección presidencial y legislativa. Ortega, además, no aceptó la presencia de observadores internacionales en la elección.
Pregunta: ¿la situación de Nicaragua es tan distinta de la de Venezuela?
Centinela