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Se espera un descenso brusco en los rendimientos y la calidad del arroz en la medida en que el clima sigan habilitando áreas para trilla, y el mayor problema ahora radica en los caminos a la hora de entrar con la maquinaria, dijo a Campo el secretario de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Rómulo Gamarra.
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Expresó que “hay lugares donde el suelo permite trillar pero no salir”. El clima otorgó una “ventana” donde las cosechadoras aprovechan a sacar la mayor producción posible, y se ven obligados a “tropear” el grano hasta carretera firme en muchos casos, incurriendo en un costo más para la producción.
Las chacras implantadas en forma temprana son las más afectadas con plantíos desgranados, y las pérdidas son totales para quienes sembraron en octubre variedades propensas a la caída. Lejos de hacer balances, el productor arrocero señaló que los esfuerzos están totalmente destinados a salvar la mayor parte de la cosecha: “Hay que apretar los dientes y tratar de sacar lo que se pueda”, señaló.
Según informó la ACA, las lluvias de las últimas semanas, que ocasionaron importantes inundaciones en todo el país, afectaron más de 22.000 hectáreas de cultivo.
Aunque algunos ya hablan de una pérdida estimada de hasta 2.000 kilos por hectárea en las zonas más afectadas, desde la gremial de productores se asegura que “hasta que no se culmine la cosecha no es posible estimar las pérdidas totales, que responden tanto a las áreas afectadas por inundaciones como por arroz caído, atrasos en la cosecha por clima, imposibilidad de acceso a los campos y bajas en los rendimientos y calidad”.
En cuanto a la calidad de los granos cosechados hasta el momento, Gamarra indicó que “son de buena calidad” y con rendimientos satisfactorios, teniendo en cuenta que las primeras chacras cosechadas son las que se encuentran con una mejor realidad. Se espera que sobre el final de la cosecha el balance sea bastante más negativo en términos de promedios y calidad, al incluir áreas con “manchones caídos o granos desprendidos”.
En la zona norte, Artigas y Salto, ya las lluvias de diciembre afectaron el cultivo, informó Gamarra. Desde inicio del ciclo del cultivo en la primavera del 2015 a la fecha de hoy, van acumulados 2.500 mm en la cuenca arrocera de estos departamentos. Los rendimientos tienen una merma de entre 15 % y 20% con respecto a la media de los años anteriores.
El avance de cosecha en esta región es del 70% sobre una superficie sembrada de 26.000 ha de arroz en Artigas y 8.500 ha en Salto. De estas, 1.250 ha fueron afectadas por inundaciones en la siembra y otras 1.165 ha durante la cosecha, que representan en conjunto un 7 % del área total.
En Tacuarembó, los productores ya estiman una pérdida de 750 kg en promedio para las áreas que no fueron afectadas por las inundaciones, según se informó desde la ACA. Allí son 11.000 ha sembradas y se lleva cosechado más de un 60% del área. Un 10% de la superficie fue afectada por inundaciones.
Lavalleja, por su parte, presenta la menor cantidad de área sembrada con el cultivo dentro de los departamentos productores relevados, con 4.400 hectáreas, pero tiene la mayor incidencia de inundaciones, que afectaron un 35% de la superficie total implantada. También el avance de cosecha es de los menores, con algo más de un 40% trillado debido a que existen áreas cubiertas por el agua (parcial o totalmente) con la consecuente proyección de una disminución en los rendimientos, menor calidad y mayor vuelco de arroz.
En Cerro Largo las situaciones son dispares, aseguró Gamarra. Quizás sea de los departamentos menos afectados en función del área total implantada en la zona, unas 26.000 ha aproximadamente, de las cuales se ha levantado un 50 % y solo un 8 % fue afectado por las inundaciones.
Los departamentos más afectados por las inundaciones son Rocha y Treinta y Tres. En el caso de Rocha, el 26 % del área implantada se encuentra comprometida, unas 35.400 ha del total sembrado. En Treinta y Tres, el área total cultivada con arroz es de 49.000 ha, con un 13% de incidencia registrada por inundaciones.
Mercados
Con relación a los mercados de destino para el cereal, Gamarra dijo: “Esperemos que Brasil pase por una situación de pérdida como la nuestra y los valores puedan verse reflejados, tonificados a la vez por una mejora en el tipo de cambio, por lo que hay perspectivas de que en julio o agosto estemos vendiendo fuerte para ese mercado”.
Más allá de que ese posible mercado se presente como una eficaz salida para la producción arrocera de la presente campaña, sostuvo que el sector sufre una situación de fondo que lleva más de cuatro años con malos resultados económicos para los productores. “La producción nuestra es para exportar y mover el país, y hubo un compromiso importante únicamente asumido por el productor. Ahora el problema vuelve a la cancha nacional y se nos va la vida como país. Esto va a ser un tremendo golpe a la economía nacional y parece que no es entendido, ni por el gobierno ni por buena parte de la sociedad”, opinó Gamarra.
