Nº 2266 - 29 de Febrero al 6 de Marzo de 2024
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáUna semana pasó desde que la Fiscalía resolvió archivar la investigación en torno a la construcción del Antel Arena durante el último gobierno del Frente Amplio. Muchísimo se dijo, escribió, discutió, festejó, cuestionó… Hubo para todos los gustos. Por supuesto que el fallo judicial se introdujo de lleno en la campaña electoral, con cada una de las partes tratando de llevar agua para su molino.
Los seguidores de Carolina Cosse, intendenta de Montevideo y precandidata presidencial del Frente Amplio, festejaron casi como si hubieran ganado una final en el último minuto. Cosse fue la gran promotora del Antel Arena cuando estaba al frente de esa empresa estatal y, antes de que se construyera, anunció que valdría tres veces menos de lo que terminó saliendo. Su argumentación actual es que en ese precio solo estaba incluida la estructura básica pero lo cierto es que el monto que informó a la opinión pública estuvo muy por debajo del final y que eso, sumado a compras directas por altas sumas y algunas otras acciones polémicas, terminó generando una investigación judicial.
Del otro lado, algunos de los representantes del oficialismo más combativos contra Cosse cuestionaron la independencia de la Justicia. Aseguraron que la Fiscalía suele ser afín al Frente Amplio y que eso explica este archivo en un año electoral. No es la primera vez que lo dicen, es importante señalarlo. La senadora del Partido Nacional Graciela Bianchi hace ya más de dos años que sostuvo en una charla con militantes de su colectividad que desde su punto de vista la Justicia está “infiltrada” por la izquierda y muchos vieron esta acción sobre el Antel Arena como una confirmación.
Los argumentos están en la sentencia, que también se difundió al detalle durante los últimos días. Lo que sostiene la Fiscalía es que no se pudieron detectar delitos en el desempeño de los jerarcas públicos que tuvieron a cargo de las decisiones más importantes en la construcción del estadio cerrado de Antel, aunque sí hubo, según señaló la sentencia, fallas en la planificación del proyecto de la polémica obra.
Hasta ahí lo conocido y lo que ha estado en agenda. Seguramente por ese lado irán también la mayoría de las repercusiones de las próximas semanas. El centro será, obviamente, la campaña electoral y una pelea por ver de qué lado están los buenos y de cuál los malos. Una discusión sorda que se centra en desacreditar al otro sin importar cuál es el tema de turno.
Pero hay algo en el trasfondo de este juicio sobre el Antel Arena y de muchos otros episodios en el pasado reciente que es muy importante y suele quedar en un segundo plano. Esto es el uso que realizan algunos políticos de las empresas públicas como forma de posicionarse en los primeros lugares de las opciones electorales. Más allá de si hay alguna irregularidad o no, es una realidad que rompe los ojos que muchos de los que hoy están en la competencia presidencial o que lo estuvieron antes utilizaron como plataformas de lanzamiento sus cargos de relevancia en empresas que se sostienen con el dinero de todos los ciudadanos.
Allí hay un problema de no tan difícil solución. Y vale la aclaración de que algunos de los que terminaron siendo candidatos presidenciales o son precandidatos ahora pueden haber tenido muy buenas gestiones a cargo de esas empresas. Pero parece bastante evidente que esos desempeños se terminaron mezclando con intereses electorales personales. Muy válidos, por supuesto, pero que poco tienen que ver con la administración empresarial.
Hay muchos Antel Arena en el pasado. Y los seguirá habiendo en el futuro si no se les pone coto a los políticos devenidos en gestores de empresas públicas con aspiraciones presidenciales. Las empresas estatales deberían ser manejadas como verdaderas empresas y más si el capital que las sostiene es de todos los uruguayos. A cargo de ellas habría que poner a especialistas formados especialmente para eso, que no estén pensando cuál es la mejor forma de construir edificios como la Torre de las Telecomunicaciones o el Antel Arena o tantas otras obras y acciones para acercarse a la banda presidencial.
Los políticos tienen mucho espacio dentro del Estado, como por ejemplo la mayoría de los cargos del Poder Ejecutivo y todo el Parlamento, como para mostrarse. Debería ser más que suficiente.