El último Mundial

El último Mundial

la columna de Alejandro Laborde

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Nº 2202 - 1 al 7 de Diciembre de 2022

Todas las miradas del mundo están puestas en Catar y en la Copa del Mundo, que ya promedia la fase de grupos. Uruguay tiene aún chances de clasificar a octavos de final. Para ello deberá ganar su partido del próximo viernes 2 frente a Ghana y esperar que se dé un resultado “lógico” entre Portugal y Corea. Una vez más, calculadora en mano y apelar al milagro.

Hace unos días, previo al viaje a Catar, la Asociación Uruguaya de Fútbol homenajeó a Diego Godín, Luis Suárez, Edinson Cavani, Fernando Muslera y Martín Cáceres. Estos cinco jugadores llegan en esta edición a vestir la Celeste por cuatro Mundiales consecutivos, registrando una marca histórica como deportistas.

Es que para ellos esta Copa del Mundo no será una más, ya que será sin dudas la última como jugadores. Con ellos se cierra el proceso de toda una generación que comenzó un tiempo antes del hito de Sudáfrica 2010 y que ha marcado una época con la Selección Celeste. Les toca ahora dar un paso al costado, o quizás hacia adelante, y dar lugar a la sangre joven que busca escribir su propia historia.

Esta situación que se da en la Selección tiene algunos puntos de contacto con los procesos de recambio en los puestos clave dentro de una organización, la salida de referentes y la búsqueda de candidatos que ocupen su lugar.

La serie Succession, que se puede ver en HBO, cuenta las vivencias de la familia Roy al frente de Waystar Royco. Durante las tres temporadas que ya se han emitido, la saga muestra la peripecia de Logan Roy y sus cuatro hijos, quienes controlan un conjunto de empresas de medios audiovisuales y de entretenimiento que son líderes en el mundo. La serie presenta la vida de cada uno de los personajes y sus anhelos, miedos y deseos. Mientras tanto, el jefe de familia y gerente general de la empresa, Logan, decide que ha llegado el momento de abandonar la compañía.

El recambio en un puesto de trabajo siempre es una tarea complicada. En algunos casos las expectativas son altas y están puestas en encontrar a un candidato “parecido” al que se va. Otras veces se busca todo lo contrario, alguien que cubra las carencias o deficiencias que tenía el colaborador que deja el cargo vacante.

Estas dificultades son un tema aparte cuando hay que suplantar al CEO de una empresa. Su alcance y su importancia es incomparable. La gran mayoría de las veces el desempeño de quienes ocupan esta posición determina el destino de una organización. ¿Quién podría negar entonces que la selección y la sucesión del CEO merece una atención especial por todos aquellos que están implicados directa e indirectamente en esta tarea?

Ya sea que se trate de los dueños, los accionistas o el directorio, las empresas deberían estar preparadas para llevar adelante este proceso con una visión clara de las necesidades actuales y futuras y con listas de candidatos preparadas mucho tiempo antes de que el día del recambio esté golpeando la puerta. Sin embargo, la mayoría de las veces no lo están.

En Estados Unidos, quizás uno de los países con mayor tradición en procesos corporativos y metodologías en lo que a recursos humanos se refiere, los procesos de sucesión de la gerencia general no están debidamente preparados. Abundan en las empresas los planes estratégicos, las definiciones de los modelos de negocio, la planificación de los planes de venta, pero no existen planes de sucesión. Una publicación de Boston Consulting Group del año 2019 encuestó a más de 300 grandes empresas y encontró que solo el 20% de los responsables de recursos humanos consultados estaba satisfecho en cómo estaba diseñado y preparado el proceso de sucesión de la gerencia general.

Cuando la sucesión está mal planificada, el resultado suele ser un mal desempeño del candidato elegido, y esto se traduce principalmente en una mayor rotación e inestabilidad al mando de la empresa. El puesto de la gerencia general es inherentemente complejo, desafiante y exigente.

Alinear las culturas del candidato entrante y del saliente, se torna fundamental para lograr el éxito en la sucesión. Cuando el proceso es interno sucede que muchas veces el actual gerente no confía en la próxima generación para asumir las responsabilidades del negocio y la próxima generación no siente el empoderamiento adecuado para hacerlo y dar el paso.

Los planes de transición exitosos incluyen formas de construir vínculos de confianza y de trabajo mutuo de intercambio, sobre todo cuando el candidato a suceder al CEO está dentro de la empresa.

La confianza, que es esencial para cualquier equipo de alto rendimiento y juega un papel fundamental en las transiciones de cargo, puede abordarse, según Charles Feltman, autor de The Thin Book of Trust, desde cuatro factores que conviene preparar y trabajar en profundidad a la hora de avanzar con una sucesión. Estos son: sinceridad, confiabilidad, competencia y cuidado.

Según el autor, la sinceridad es la coherencia entre las palabras y las acciones de un individuo. La confiabilidad refiere a la capacidad de mantener los compromisos que se toman con los demás. La competencia refiere a las habilidades, los recursos y la capacidad para hacer lo que una persona dice que puede hacer. El cuidado se produce cuando se busca lo mejor para los demás.

Todo plan de sucesión debería incluir formas claras y concisas de generar confianza, competencia y credibilidad para que el pasaje de mando se pueda hacer en forma gradual, cuidada y pensada.

Una preocupación central de un líder de cualquier empresa debería ser cómo preparar a la siguiente generación para tomar las riendas del negocio. Es crucial tomarse tiempo con el equipo interno para diseñar en conjunto ese proceso. La sucesión no es una tarea exclusiva de dos personas, una que entra y otra que sale. Es la organización en su conjunto que debe estar lista y convencida de dar el paso.

Esta preparación puede ser variada. Para algunos puede implicar que el candidato asuma desafíos previos de una índole similar al que asumirá en el futuro como CEO de la compañía. Para otros puede significar comenzar desde abajo y haber pasado por todos los niveles de la organización.

La planificación de la sucesión empresarial debe incluir la confección de una lista explícita de las habilidades deseadas, atributos y experiencias laborales necesarias para prever una transferencia oportuna de responsabilidades entre los líderes entrantes y los salientes. Preparar a los líderes emergentes para que asuman roles clave de manera responsable requiere previsión temprana, cronogramas y preparación continua de todos los niveles de la empresa.

Preparar no es solo una palabra que lleva a un lugar común. La palabra proviene del latín praeparare. El prefijo pre refiere al antes, a lo previo. El verbo parare del latín significa “dejar listo, disponer, establecer las condiciones”. Preparar sería entonces todo lo que se hace antes para dejar el escenario listo y dispuesto para actuar en sintonía con lo que se planificó.

Todo buen plan de sucesión debe abarcar no solo a las personas que están siendo preparadas como sucesoras, sino también a aquellas a las que reemplazarán. Es tan importante preparar al que entra como al que sale.

Muchos han seguido en este Mundial lo que está pasando en la Selección uruguaya con Luis Suárez y Darwin Nuñez. El histórico delantero de la selección comenzó su proceso de salida. Cada vez juega menos minutos, alterna la titularidad con la suplencia, es menos protagonista, da menos notas a la prensa.

Por su lado, Darwin Nuñez ha jugado casi todos los minutos, lleva la atención de las cámaras y las fichas para los próximos años están puestas en él como el futuro 9 de la Selección. Se los ha visto hablar varias veces, hasta varios periodistas informan sobre cómo Suárez “juega para Darwin” en la Selección.

Este proceso no comenzó ahora, ni el mes pasado. Seguramente se haya iniciado mucho antes de que Alonso tomara las riendas de la Selección y viene siendo preparado en forma paulatina y consensuada para ambos.

Estar listos para dar el paso y dar lugar al siguiente candidato no es algo que se consiga de la noche a la mañana. Aceptar, disfrutar y aprender en el proceso es crucial para cuando llegue el momento de jugar el último Mundial.