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…madame la marquise! Para los que peinamos canas (y algunos ya ni eso) no es necesario explicar el sentido del título de esta columna. Pero habida cuenta de que –según me dicen- me lee también alguna gente más joven, procedo a informarles a ellos de donde procede este galicismo.
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En la década del 30 del siglo pasado Europa asistía al ascenso sostenido del nazismo. Aparecían los primeros campos de concentración, fue incendiado el Reichstag, se dictaron las Leyes de Núrenberg. España enfrentaba el riesgo de una guerra civil, que comenzó a mediados de esa década.
Los gobiernos franceses miraban para otro lado, y no se advertía en la posición oficial ninguna inquietud.
Entonces, una orquesta muy popular en esos tiempos, la de Ray Ventura, puso de moda en 1935 una canción con ese nombre, en la que el valet de la casa de campo de una marquesa le contaba por teléfono a su ama, que estaba en París, cómo andaba todo en su establecimiento. Cada estrofa reflejaba un drama mayor que el precedente, y, desde la muerte de su yegua preferida, hasta el suicidio de su marido, la cosa era cada vez peor. Pero el estribillo repetía, entre estrofa y estrofa, “tout va très bien, madame la marquise”. Los franceses la cantaron hasta mayo del 40, cuando las tropas nazis entraron en París, pero la frase quedó para la historia como una expresión proverbial de ceguera ante acontecimientos desgraciados, como lo ejemplifica la actitud del gobierno ante el resultado recién divulgado de las pruebas PISA.
En un conceptuoso y clarificante discurso pronunciado en la conferencia de prensa en la que las autoridades de la educación dieron a conocer oficialmente esta catástrofe, el ministro Ehrlich dijo, entre otras cosas, que “el resultado es elípticamente analizable tomando en consideración los abordajes infinitesimales de la evaluación de la sinapsis formal de las células cerebrales, que, desde todo punto de vista, implica una reconsideración de algunos de los circuitos neuronales de los educandos, los cuales, los circuitos, no los educandos, admiten una reprobación angular que traba cualquier posible consideración crítica de la evaluación que se nos ha suministrado, dando lugar a que sometamos la misma al análisis contraevaluatorio del Consejo Especial de Reformulaciones Residuales, que se expedirá sobre fines de 2014, momento en que volveremos a convocarlos para informarles cuáles han sido las conclusiones de este cuerpo académico, que, como ustedes saben, trabaja en la percepción indicativa indirecta de los mecanismos complejos de la metafísica educativa”.
Hubo que despertar a los periodistas presentes para que escucharan a continuación las clarísimas explicaciones que dio a continuación el presidente del Codicen, Wilson Netto.
Éste, por su parte, aclaró que “las pruebas PISA pueden llegar a ser una trampa para países con contextos críticos como el nuestro, ya que, según se me ha informado, uno de los alumnos que participaron en las pruebas fue Rudecindo Yonatan Bermúdez, oriental, casado de 46 años, quien en estos momentos cursa segundo de liceo, como repetidor, porque empezó el liceo a los 13, pero recién salvó primero cuando tenía 28, y pasó a segundo, pero no ha podido aún superar este curso. Rudecindo es alumno del Liceo Departamental de Artigas, y justo el día de las pruebas llovía, y él, que con el sacrificio que ustedes se podrán imaginar, va al liceo a caballo desde el rancho de lata en el que vive con su concubina y sus ocho hijos a veinte quilómetros de la capital departamental, cuando llegó estaba resfriado, empapado, se sentía mal, y de todos modos completó como pudo el formulario, pero es obvio que él, víctima de los latifundios explotadores generados al amparo del neoliberalismo de hace décadas, no pudo superar su condición de producto inocente e involuntario de un contexto crítico que los gobiernos del Frente venimos combatiendo, para que en sucesivas pruebas PISA se empiecen a reflejar los verdaderos resultados de la revolución progresista que venimos implementando en la enseñanza, y que determinará un futuro glorioso, cuando podamos dejar atrás esta herencia maldita del capitalismo insensible e insensato que nos legaron décadas de gobiernos corruptos e ineficientes, de blancos y colorados”. Hubo aplausos de parte de los representantes de los sindicatos de la enseñanza allí presentes, quienes desplegaron banderas con carteles alusivos que decían, por ejemplo “66% del PBI para la enseñansa”, o “vamo que podemo, dosentes y estudiantes hunidos y hadelante”.
Fuera de este contexto de la conferencia de prensa, la senadora Lucía Topolanski se despachó críticamente contra los resultados de las pruebas PISA, declarando a la prensa que “estos engendros del primer mundo son para la politiquería barata de la oposición, que usa cualquier dato perdido para criticar al gobierno, yo soy de la idea que estos resultados no deben divulgarse, porque crean incertidumbre y segregación, y voy a presentar un proyecto de ley que declare reservados y secretos estos informes, de manera que podamos manejarlos en la interna del gobierno, y después le damos a la gente los datos que le resulten apropiados, sin que generen todo este revuelo”. Todavía agregó además que “Botswana y Angola estarán mejor que nosotros en matemáticas y en comprensión lectora, pero no clasificaron al mundial de fútbol, la alegría va por barrios, ya vendrán tiempos mejores, y encima miren cómo Suecia bajó varios lugares, eso debe ser porque Rama está de asesor del gobierno neoliberal sueco, que vuelvan al socialismo y van a ver cómo vuelven a los primeros lugares, ¡la derecha no sirve, muchachos!” —concluyó.
Por su parte, el presidente Mujica nos tranquilizó a todos cuando en su stand-up radial nos dijo que “lo que puédamo hasher lo haremo, cuando váyamo de nuevo a enyenar lo formulario eso de la prueba pisha trataremo de que nojdé una nota mejor, pero ¡qué queré, papá! shon gurishe de familia complicada, ¿ta? Con madre que laburan y esho, y no pueden dedicarle ashushijo el tiempo que le dedicaron a ella, ¿mentendé? Ashí que aflojen un cacho, que me tienen pajpao con ejto bajone, y dejenshé de jodé con la pisha, la musharela y la fainá”.
Sean los orientales tan ilustrados como inconscientes.