Mientras crece la “apatía política” en América Latina, y con ello se erosiona su calidad democrática, Uruguay subsiste como un “bastión” continental en políticas sociales “progresistas” y como un “modelo” capaz de “gestionar” y mantener el crecimiento económico con inversión social. Así lo afirmó a Búsqueda Nada Al-Nashif, subdirectora adjunta para las Ciencias Sociales y Humanas de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (Unesco).
“Necesitamos alzar la voz de Uruguay en la región para mostrar que la inclusión social con crecimiento económico es posible” y que “el modelo uruguayo es sostenible”, dijo Al-Nashif. Particularmente en momentos en que “hay mucha presión, nueva inmigración, más restricciones financieras” que amenazan la viabilidad del “ejemplo” uruguayo en el continente, añadió.
Para la experta, el rol de Uruguay en la región es “muy importante” porque es “uno de los últimos bastiones regionales en políticas progresistas”. Además, “tiene un enfoque de inclusión social —a través de políticas de cuidados en trabajos con la primera infancia, con la juventud, las vulnerabilidades, las capacidades diferentes y en políticas de género— al tiempo que es capaz de gestionar como gobierno y de mantener el crecimiento económico con retorno positivo en los salarios”, valoró.
Destacó a su vez que Uruguay “está comprometido” con el multilateralismo y los derechos humanos, algo que consideró “muy importante” en tiempos en que están “bajo ataque”.
Por todo eso, Al-Nashif insistió en que “hay que hacer sentir la voz y la posición de Uruguay en el mundo”.
“Este país sirve de ejemplo para mostrar algunas de las buenas prácticas que defendemos, y queremos trabajar con Uruguay para asegurarnos de que el modelo es sostenible”, añadió.
No obstante, Al-Nashif aseguró que la organización observa con preocupación algunos problemas locales, como “la alta tasa de abandono de estudiantes” del sistema educativo, la inseguridad, la violencia reflejada en las redes sociales y en los estadios de fútbol, y los episodios de corrupción política. “La corrupción tiene un costo muy alto para la democracia, y su erradicación es necesaria para la buena gobernabilidad”, advirtió.
De nacionalidad jordana, Al-Nashif es licenciada en Filosofía por la Universidad de Oxford y obtuvo el máster en Políticas Públicas en la Universidad de Harvard. Es subdirectora general de la Unesco desde febrero de 2015. Antes se desempeñó en la Organización Internacional del Trabajo y en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
En su quinta visita a América Latina y primera a Uruguay —invitada por el canciller Rodolfo Nin Novoa—, Al-Nashif se reunió con autoridades de los ministerios de Educación, Desarrollo Social y Relaciones Exteriores, de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, de la Universidad de la República y también de la Intendencia de Montevideo.
La Unesco es un organismo de las Naciones Unidas fundado en 1945, cuya misión es contribuir a la consolidación de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información. Cuenta con cinco secretarías (Educación, Ciencia, Cultura, Comunicación e Información y Ciencias Sociales y Humanas) y su directora general es la francesa Andrey Azoulay.
Uruguay es miembro desde el 8 de noviembre de 1947.
La responsable de Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco recibió a Búsqueda el martes 13 en la sede del organismo en Montevideo, una oficina del Edificio Mercosur.
“Tolerancia cero”.
Sobre la educación uruguaya, la experta dijo que “la Unesco está al tanto de la alta tasa de abandono de estudiantes”, que asoció a “un problema de resultados bajos en matemáticas, ciencias y lengua”. “Tenemos un compromiso con el Ministerio de Educación para incorporar mejores prácticas educativas”, sostuvo Al-Nashif. Aunque “no es un problema único de Uruguay, la idea es tomar otros ejemplos exitosos” de aprendizajes, agregó, y “aplicarlos” en el sistema educativo local.
Dentro del sistema de Naciones Unidas, la Unesco también se ocupa del deporte. Uno de sus temas de interés es contrarrestar la violencia en los estadios de fútbol. En ese sentido, la organización aboga por la “tolerancia cero” ante los violentos también en las tribunas de los escenarios deportivos. “No todos los hinchas deben ser penalizados por lo que hacen unos pocos fanáticos en un estadio”, afirmó.
La subdirectora de la Unesco se manifestó en contra del cierre de las tribunas e insistió sobre “la responsabilidad colectiva” de las aficiones y de todo el ámbito del deporte, por entender que “el castigo colectivo es injusto”. “Hay que individualizar las sanciones y responsabilizar a quienes ensucian el juego y dañan la reputación de un club”, explicó.
Al-Nashif dijo constatar que “en el poder de los deportes está sobreviviendo la violencia y la corrupción”, y que eso afecta la buena gobernanza en el ámbito deportivo, tras los connotados escándalos de la FIFA, los megacasos de corrupción y el dopaje de deportistas.
“La consigna debe ser tolerancia cero. Ese es el camino y no solo lo enfocamos en el fútbol. Hay una acción global que requiere de los gobiernos para defender la integridad de los deportes en general”, dijo.
No obstante, la experta insistió: “No creemos que todos los aficionados deban ser penalizados por lo que hacen unas pocas personas. Hay un rol importante de las federaciones y las asociaciones, de los clubes, de los jugadores y también de los hinchas. Es necesario ser más precisos en la sanción y para eso, como ciudadanos, hay que ser más vigilantes de las inconductas”.
En esa línea, Al-Nashif valoró la información filtrada por los propios aficionados (whisteblowers, en inglés) para denunciar a quienes a su lado se manifiestan con violencia.
Apatía política.
La especialista también evaluó con preocupación que haya “cada vez más apatía política en América Latina, donde muchos de los ciudadanos ya no van a votar, lo cual es muy peligroso”. Citó el caso de las recientes elecciones en Chile, donde “la gente pensó que el resultado (en favor de Sebastián Piñera) era un hecho consumado” y se quedó en casa.
“Todo eso atenta contra la democracia. Y ahí el rol de los medios también es crucial, el de un periodismo de calidad que explique estos fenómenos, porque hay una conversación mediática política y otra populista y muy peligrosa”, advirtió. En las redes “muchas veces se refleja la agresión, incluso por parte de algunos tomadores de decisiones que utilizan los 180 caracteres para explicar sus posiciones sobre todos los asuntos, desde el holocausto nuclear hasta un accidente en la esquina”, apuntó Al-Nashif.
