Entre los motivos esgrimidos por Porley al comunicar su decisión de dejar la comisión del Sunca que trata las irregularidades en el Fosvoc, el referente opositor expresa que hay de parte de la lista 658 manifestaciones de “pérdida de confianza” respecto a su corriente, la Manuel Barrios, a la que se la responsabiliza de filtrar información a la prensa. El dirigente considera que esas acusaciones son “inadmisibles”, “infundadas” y “una falta de respeto”. Incluso cuenta que en el marco del Congreso del PIT-CNT sufrió comentarios de ese tipo de parte de “algunos boca floja, cagones y cobardes”.
Porley reivindica el manejo que su corriente ha hecho del tema, actuando con “extrema paciencia y cuidado”. Resalta que mantuvieron ese cuidado incluso en el transcurso del Congreso del PIT-CNT. Además, destaca que no dieron “una sola nota” en todo este tiempo sobre el tema, a pesar de haber sido “bombardeados” por la prensa.
En cambio, recuerda que su corriente fue “barrida arbitrariamente y en estilo dictatorial” de la participación en los fondos sociales desde 2011. “Hay quienes se manejaron y se manejan como dueños del sindicato y eso sí que lo repudiamos”, dice en el comunicado.
Un expulsado no oficial
La demora en la comunicación de algunas expulsiones es otro de los elementos señalados por Porley en el comunicado en el que anunció su alejamiento de la comisión que trata los asuntos derivados del Fosvoc. El dirigente explica en el texto que hay 11 personas que pertenecen al Sunca involucradas en maniobras irregulares, que en siete casos se cumplió con la “decisión tomada por la dirección nacional” de expulsión y comunicado público, pero en otros cuatro “por diferentes razones” eso no se aplicó.
El martes 27, el Sunca hizo pública la expulsión de Miguel Duarte. Fue la octava expulsión. Antes habían sido desvinculados: Víctor Rivero, Santiago Bernaola, Bruno Bertolio, John Fernández, Marcelo Martínez, Juan Ortiz y Carlos Larrosa.
Una de las expulsiones ya dispuestas pero no comunicadas es la del dirigente Iván Häfliger, quien es integrante del Instituto Cuesta Duarte en representación del Sunca y era hasta el año pasado secretario de formación del sindicato. Häfliger estuvo presente el primer día del congreso, no como congresal, sino por las tareas que cumple en el Cuesta Duarte.
Consultado por Búsqueda, Häfliger confirmó que el sindicato le comunicó la expulsión en febrero y se la notificó oficialmente por telegrama el pasado 23 de mayo. Explicó que tiene plazo hasta el viernes 6 de junio para presentar sus descargos por escrito y dijo que puede apelar la decisión en el próximo Congreso del Sunca. En el Cuesta Duarte, hasta ahora, continúa sus tareas con normalidad.
La expulsión de Häfliger obedece a que se identificó un cheque del Fosvoc a su nombre por $ 223.000, por fuera de los mecanismos previstos para acceder a beneficios.
El dirigente explicó a Búsqueda que en realidad recibió $ 140.000 en efectivo de parte de uno de los delegados del Sunca en el Fosvoc. Sostuvo que nunca supo que había un cheque a su nombre por un valor mayor. Detalló que había hecho al fondo, a través del delegado sindical, un “pedido especial” para pagar el ingreso a una cooperativa de vivienda. Las “partidas especiales” eran una práctica frecuente, además de los beneficios más estandarizados que otorgaba el fondo.
Häfliger aseguró que, apenas le entregaron el dinero, hizo el depósito a la cooperativa de algo más de $ 80.000. Luego ofreció al delegado sindical en el Fosvoc devolver el dinero que no había usado, pero este le respondió que no se podía devolver.
En el telegrama de expulsión que le envió el Sunca se alude a “acciones y omisiones” en el préstamo no reembolsable que recibió.
“El sindicato, según me transmitió, me achaca la responsabilidad política de no haber notificado la “sospecha” en ese momento (agosto de 2023) de que podía tratarse de un procedimiento irregular; ergo entienden que fue un error de procedimiento. Yo actué de buena fe y recibí el beneficio. No me lo otorgué, me fue otorgado”, dijo Häfliger. Sostuvo que no tiene “nada que ocultar” y desmarcó su caso de las maniobras de “estafa” que investiga fiscalía.
Según dijo, ofreció al sindicato apartarse voluntariamente de sus responsabilidades mientras la Justicia aclaraba el tema, pero se lo negaron.
“Espero que laude el asunto la Justicia, que es lo más importante, para saber cómo actuar frente a una situación que considero injusta y desproporcionada contra mi honor y dignidad”
“Entrevistas financieras” y plebiscito
Esta semana, durante una asamblea en una obra de la zona de Parque Batlle, las irregularidades en el Fosvoc fueron motivo de consulta a referentes de la dirección del Sunca por parte de trabajadores. En una grabación que circula entre afiliados del sindicato, se escucha un intercambio entre trabajadores de la obra y el dirigente Federico Steinhardt al respecto.
Allí se alude a la expulsión de Miguel Duarte. Un trabajador le recuerda a Steinhardt que si bien esta semana se comunicó públicamente su desvinculación, un par de meses antes en otra asamblea se había informado que ese dirigente se retiraría por temas de salud. Luego le preguntan a Steinhardt por la situación de Laura Alberti, secretaria de Finanzas del Sunca y del Partido Comunista, que declaró como indagada en fiscalía tras ser nombrada por varios de los implicados en las maniobras.
En declaraciones en la Policía por este caso, varios testimonios señalan que Alberti estaba al tanto de algunas de las maniobras irregulares. También algunos de los indagados argumentaron ante la Policía que el dinero que recibieron no era para provecho personal, sino que iba dirigido después a otros fines institucionales, y hay menciones a “posibles derivaciones de dinero para apoyar en campañas del Partido Comunista”.
Ante la consulta en la asamblea, Steinhardt respondió que Alberti declaró y puso a disposición toda la información, sus cuentas y el celular. Luego un trabajador le pidió explicaciones sobre otro episodio en el que la dirigente se vio involucrada: una captura de pantalla de una conversación de WhatsApp en la que habla con otro dirigente, Leonardo Molina, sobre dónde depositar US$ 10.000 aportados por un proveedor de mochilas de otro de los fondos sociales de la construcción.
Sobre esto dijo Steinhardt en la asamblea: “Cuando hay período de elecciones, todas las corrientes tienen lo que se llama ‘entrevistas financieras’ con distintas empresas y proveedores (...). Y se les pide una colaboración para la campaña. Es así. (...) Cada lista pide para sí. Es lógico. Así como algunas listas tienen más vínculo con algunas empresas, incluso para ingresar a trabajar”.
Sobre las posibles derivaciones de dinero a financiamiento de campañas, fuentes al tanto de la investigación dijeron que en las declaraciones de Rivero y Bernaola en la Policía se aludió a actividades del plebiscito de la seguridad social.
“Se abrió la caja de Pandora”
Miguel Duarte militó más de 30 años en el Sunca antes de ser expulsado. La decisión, asegura, se la informaron en febrero y fue comunicada públicamente esta semana por el sindicato.
Duarte no esquiva su responsabilidad. “Yo me hago cargo de lo mío. La cagué. Tengo dos cobros indebidos”, dijo a Búsqueda.
Según contó y figura en documentos, recibió dos transferencias por fuera de los mecanismos previstos para acceder a beneficios del Fosvoc. En total fueron $ 280.000. Consultado sobre a qué corresponde ese dinero, Duarte dice que no sabe, que nadie le dijo nada. Que simplemente fue a retirar dinero al banco y el cajero le dijo que tenía ese dinero. Ahora reconoce que quizás estuvo mal en no preguntar y en no informar. Pero dice que en ese momento su pareja tenía que hacerse un tratamiento de salud y no dudó en tomarlo.
Más allá de asumir los cobros indebidos, Duarte cree haber recibido un trato injusto del sindicato. Según cuenta, ofreció devolver el dinero, pero no se lo permitieron ni lo escucharon.
Duarte se está asesorando legalmente —dice que varios compañeros se ofrecieron a ayudarlo con el pago del abogado— y planea hacerle un juicio al sindicato. Entre otras cosas, anuncia que le reclamará al Sunca por pagos de complementos de salario en negro durante varios años. Duarte es funcionario del Fondo de Capacitación, otro de los fondos sociales de la construcción. Desde hace años, es referente en temas de seguridad laboral.
Si lo convoca la Justicia, asegura que no se quedará en el reclamo económico. Aunque “nunca fue buchón”, dice que si la Fiscalía lo cita —ya declaró ante la Policía—, apuntará a otras irregularidades. “Rompieron los códigos. Se abrió la caja de Pandora”, afirma, y apunta al uso del sindicato como herramienta del Partido Comunista.
Duarte se muestra particularmente molesto con el tono del comunicado de su expulsión, que dice que “defraudó la confianza” y “afectó gravemente el prestigio y los principios” del Sunca. “Mirá cómo vivo y ahora resulta que soy un chorro”, dijo al mostrar los pisos sin terminar de su casa en el barrio Marconi.