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A los vecinos de la plaza l'Estrapade no les gusta Emily in París, y tienen sus motivos

La serie de Netflix divide las aguas de un barrio residencial parisino al convertir su pequeña plaza bella y tranquila en un punto que recibe cada vez más turistas

Son las cuatro de la tarde de un viernes en el Barrio Latino de París. Dos chicas jóvenes, una de boina roja y otra de boina verde, detalles que delatan su extranjerismo, están en plena plaza l’Estrapade. Este lugar, a pocas cuadras del famoso Panteón, recibe cada vez más turistas. Con sus cachetes casi pegados, las dos amigas se filman cantando la canción de la reconocida serie Emily in Paris al unísono. Bonsoir, enchantée, Your hands on my face, Embrasse-moi, mon soleil, Say you’d die for me, baby, dice la letra, que le puede resultar un tanto desagradable a cualquier parisino. Logra tal efecto primero porque mezcla francés con inglés, segundo por usar las palabras más básicas de su idioma y, tercero, por ser la canción de la serie estadounidense. Al terminar esos versos, las jóvenes se ríen y una le comienza a sacar fotos a la otra. La de boina roja posa, levantando un pie y sonriendo con sus labios rosados, otra evidencia de que no es local, en la puerta del único edificio residencial que da hacia la pequeña plaza.

<em> La plaza l’Estrapade, en donde transcurre la serie Emily in Paris, se ubica en el Barrio Latino de París y es cada vez más visitada por turistas.</em>La plaza l’Estrapade, en donde transcurre la serie Emily in Paris, se ubica en el Barrio Latino de París y es cada vez más visitada por turistas.

Es la casa donde vive la protagonista, Emily Cooper, en la famosa serie. Su gran puerta de entrada, de madera, aparece en cada uno de los episodios, convirtiéndola en casi tan famosa como la pirámide del Louvre. La pequeña plaza, típicamente parisina y tranquila, con una fuente en el centro, bancos que miran hacia ella y flores delicadamente distribuidas y cuidadas, es a la que miran los negocios gastronómicos La Nouvelle Mairie, restaurante francés con una hilera de sillas que dan a la plaza, y la Boulangerie Moderne, donde se encuentran los mejores croissants y pains au chocolat de todo París. Los acompañan las oficinas de Universal Music Francia y el también elegido para fotos de turistas de boinas coloridas, el restaurante italiano Terra Nera, más conocido como el restaurante de Gabriel, el joven francés del que se enamora Emily Cooper y casi todo espectador de la serie.

Un éxito del streaming. La serie —de tres temporadas y una cuarta que se estrenará a fin de año— relata la historia deEmily (Lily Collins), una joven estadounidense especialista en marketing y redes sociales, que se muda de Chicago a París a trabajar en una agencia de marketing de lujo. Creada por Darren Star, quien también produjo Sex and the City y el éxito televisivo de los noventa Beverly Hills 90210, lleva los estereotipos y el choque de culturas al extremo. Si bien para unos es mala y para otros buena, casi la totalidad del público está de acuerdo en que es adictiva. Los insights de cómo la vida de un extranjero en París puede llegar a ser, con sus blancos y negros, son más que precisos y tanto parisinos como extranjeros tienen algo para decir sobre la historia.

<em> Emily in Paris fue la serie de comedia más vista en Netflix en 2020, año en el que se lanzó su primera temporada. </em>Emily in Paris fue la serie de comedia más vista en Netflix en 2020, año en el que se lanzó su primera temporada.

A pesar de que muchos franceses la han mirado, pocos lo admiten y es todavía más difícil encontrar a uno que le haya gustado, confirmando así la arrogancia de varios personajes parisinos de la serie. Emily in Paris tiene todos los ingredientes para ser un éxito: un elenco de primer nivel, chicos lindos, varias historias de amor, affaires, una extranjera que sueña con encajar en la cultura de París, romantizada en el mundo entero, moda y paisajes espectaculares. Tanto es así que fueron 58 millones las cuentas de Netflix que hicieron click en la serie durante su primer mes, convirtiéndola en la comedia más vista del catálogo de esta plataforma de streaming en 2020.

<em> La plaza es cada vez más visitada por turistas, en general mujeres, que se visten inspiradas en Emily: con boina de colores y tacos altos. Los vecinos del barrio no están contentos porque la plaza solía ser más tranquila y residencial.</em>La plaza es cada vez más visitada por turistas, en general mujeres, que se visten inspiradas en Emily: con boina de colores y tacos altos. Los vecinos del barrio no están contentos porque la plaza solía ser más tranquila y residencial.

Y hace tiempo que el turismo de series es una tendencia. Hay quienes eligen su destino, o punto a visitar en tal ciudad, basándose en la serie o película que admiran. Así como Dubrovnik, en Croacia, es el spot predilecto para los fanáticos de Game of Thrones, la estación de trenes King’s Cross en Londres para los aficionados de Harry Potter, l’Estrapade es el must para quien ama Emily in Paris. Aunque, por la belleza de la plaza y el estilo residencial que todavía mantiene, debería serlo para todo aquel que visite París.

Barrio dividido. Ni un “Emily is not welcome” (Emily no es bienvenida) grafiteado en color rojo sobre la pared del edificio logra ahuyentar a los turistas. Estos llegan por su cuenta o con tours guiados, y el graffiti parece atraerlos más. Les da risa cuando lo ven y se sacan fotos junto a él. “Es horrible que la plaza se convierta en una atracción turística”, comenta Lucie, de 75 años, que vive en el barrio hace más de 20 y sale de La Nouvelle Mairiecon su nieta Sidonie (25). “Si bien es un barrio en el que hay puntos muy famosos, como el Jardín del Luxemburgo y el Panteón, la zona de la plaza es residencial y de universidades. Es un barrio tranquilo”, comenta la parisina mientras mira al grupo de turistas que rondan los 20 y se sacan fotos en la plaza. “Es un barrio que me encanta y no me gustaría que cambie”. Si bien Lucie no conoce la serie Emily in Paris, nota que su plaza atrae a cada vez más extranjeros. “No vi todas las temporadas”, admite Sidonie con tono arrogante. “Pero creo que lo que muestra es bastante correcto. Es cierto que al parisino no le gusta el estadounidense, nos sentimos invadidos por ellos y su manera de ser es muy distinta a la nuestra. La plaza siempre fue tranquila y no está bueno que se llene de turistas. Además nadie en París usa boina, eso es muy gracioso”, dice entre risas.

<em> La Nouvelle Mairie, restaurante sobre la plaza, recibe a cada vez más clientes internacionales que pasean por el barrio. </em>La Nouvelle Mairie, restaurante sobre la plaza, recibe a cada vez más clientes internacionales que pasean por el barrio.

Sin embargo, en la La Nouvelle Mairieno opinan lo mismo. “No me molesta que vengan los turistas”, expresa Valentin, su encargado, por obvias razones. Si bien la mayoría de los turistas que visitan la plaza se limitan a sacarse fotos frente a las locaciones de la serie y algunas veces hasta sentados en las mesas del restaurante, son pocos los que consumen en él y en el resto de los negocios que rodean la plaza. “Pero entiendo que los vecinos se enojen. Ha pasado que algunos turistas intentan meterse en el edificio y los que allí viven tuvieron que poner más seguridad en la puerta de entrada. También pasa que el dinero que la producción de la serie paga por usar esta plaza va para la Intendencia de París, no al Municipio del barrio. Entonces, lo recaudado ni siquiera va para mejorar el barrio, sino para los fondos de la ciudad en general”, agrega.

<em> La cuarta temporada de Emily in Paris se espera para diciembre de este año.</em>La cuarta temporada de Emily in Paris se espera para diciembre de este año.

En contra de la selfie. Si bien la pequeña plaza de l’Estrapade está cada vez más bajo el radar de quien visita París, se encuentra lejos de ser una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Es difícil admirar la grandeza de la Torre Eiffel por la cantidad de turistas que la rodean. Lo mismo sucede con Notre-Dame, Le Sacre Coeur, Café de Flore, Shakespeare and Company y un sinfín más. Con las masas de turistas llega la basura tirada por las calles, la incomodidad de caminar por la vereda y hasta el peligro de cruzar algunas calles.

<em> El grafiti pintado sobre el muro del edificio, donde la protagonista Emily vive en la serie, demuestra el descontento de la vecindad sobre el aumento del turismo.</em>El grafiti pintado sobre el muro del edificio, donde la protagonista Emily vive en la serie, demuestra el descontento de la vecindad sobre el aumento del turismo.

A diferencia de París, que parece no tomar medidas frente al extremo al que llega su turismo, Italia, Inglaterra y Austria sí lo hacen. La localidad de Portofino, ubicada en la Liguria italiana y en donde viven 500 personas todo el año pero que en verano se convierte en uno de los puntos más visitados de Europa, estableció una zona de espera prohibida. En esta, anunció a principios de año su alcalde, Matteo Viacava, todo aquel que se pare demasiado tiempo para sacarse una foto puede ser multado por 300 euros. En Hallstatt sucede algo similar. De 750 residentes, el pueblo al suroeste de Austria también sufre del turismo en exceso. Allí se levantó una valla de madera en uno de sus puntos más impresionantes por su paisaje alpino, para “hacer el lugar menos fotografiable”, según explicó su alcalde, Alexander Scheutz, a varios medios internacionales.