¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

El ruido de la ciudad nos está enfermando

La contaminación acústica es invisible y sus efectos son difíciles de identificar, pero no por eso es menos nociva; según la OMS, es uno de los factores ambientales que provocan más alteraciones en la salud

Al pensar en contaminación, con seguridad vengan a la mente imágenes que tienen que ver con envases de plástico flotando en el océano o acumulándose en las playas. O tal vez basurales que se extienden hasta donde alcanza la vista, kilos de ropa sin usar en medio de un desierto y un cielo encapotado por el smog. Sin embargo, uno de los tipos de polución que más preocupa a la comunidad científica no se puede ver ni tocar: la contaminación acústica.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es altamente perjudicial y uno de los factores medioambientales que provocan más alteraciones en la salud, después de la contaminación atmosférica. Un informe que data de 2011 asegura que en la Unión Europea “cada año se pierden al menos un millón de años de vida saludable producto de la contaminación acústica del tránsito”. Por eso, las ciudades de más de 100.000 habitantes deben informar de los niveles de contaminación acústica mediante mapas de ruido, con el fin de que la ciudadanía esté informada y alertada. 

Montevideo ruidosa. El ruido se define como “todo sonido peligroso, molesto, inútil o desagradable”, aunque es innegable que en cierta medida nos hemos acostumbrado a él. Esa alarma que se dispara en medio de la noche, el motor de un ómnibus cuando acelera, las bocinas y sirenas, una obra con sus taladros y golpes. Todos estos ruidos forman parte del paisaje sonoro de la ciudad, aunque para muchos montevideanos es un problema. 

Según el último informe de la Defensoría de Vecinas y Vecinos, correspondiente a 2020 y 2021, “contaminación acústica” es la segunda queja que más se repite y corresponde al 16,4% de las denuncias. A partir del informe se puede concluir, además, que el municipio B —Cordón, Parque Rodó, Palermo, Barrio Sur, Ciudad Vieja, Centro— es el más ruidoso, porque de allí vienen el 21,8% de las quejas. 

Más allá de la irritabilidad que puede generar el tener que parar una conversación porque una moto hace imposible escuchar lo que dice el interlocutor, el estar expuesto de forma constante al ruido tiene efectos severos en la salud. Como es de esperarse, uno de los órganos más afectados es el oído. 

“La sordera inducida por el ruido (NIHL, por sus siglas en inglés) depende de tres variables: la intensidad del sonido, el tiempo de exposición y la predisposición genética”, explica el médico Daniel Drexler, músico, magíster en Ciencias Médicas y director del Centro Tinnitus Montevideo. Según el especialista, por debajo de los 35 decibelios (dB) “uno puede estar expuesto por infinita cantidad de horas sin inconvenientes”. Por encima de esa cifra, depende del tiempo de exposición. Una vez pasado el límite de los 100 dB es dañino para cualquiera. 

Sin embargo, en Montevideo las cifras suelen ser más altas. No existen mediciones oficiales desde 1999, pero según un informe del Instituto Ricaldoni de la Facultad de Ingeniería, realizado en 2021, en la avenida 18 de Julio prima el ruido del tránsito con valores de 73 a 77 dB con los autos en marcha. Cuando paran en el semáforo, el nivel de ruido baja un máximo de 20 dB. Galería realizó sus propias mediciones a través de la aplicación AudioTools (recomendada por Drexler) y comprobó que esos valores se repiten en las principales arterias de la ciudad, salvo cuando pasa un auto de publicidad rodante o arranca un ómnibus, que se llega a los 90 dB. En el interior del apartamento de quien escribe, en el tercer piso de una calle transitada la base es de 55 db, cuando pasa una moto con escape libre llega a los 68 dB.

Estos datos aislados confirman lo que todos los que viven en Montevideo saben: la capital es demasiado ruidosa y eso nos está afectando. La exposición a altos niveles de ruido puede causar efectos directos en la audición. Pero también, los niveles regulares de ruido ambiental que soportamos se han asociado con molestias, trastornos del sueño, problemas cognitivos y enfermedades cardiovasculares, en particular la cardiopatía isquémica. Además, estudios recientes sugieren que el ruido del tráfico podría estar asociado con la diabetes y la obesidad. Con una exposición a largo plazo al ruido, las diferentes reacciones del cuerpo humano podrían conducir a alteraciones crónicas, lo que explicaría estos hallazgos.

Foto: Lucía Durán Foto: Lucía Durán

Sin datos. “Hace muchos años que no se realiza un mapa de ruido completo de Montevideo y los datos por medición se necesitan porque contribuyen a tomar mejores medidas de gestión”, explicó Elizabeth González, docente del Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental (IMFIA) de Facultad de Ingeniería y responsable del proyecto del mapa acústico de 18 de Julio, llevado adelante por la Universidad de la República. Esencialmente, lo que no se mide no se puede cambiar.

Una ciudad que entendió esta máxima fue París, donde, a través de la organización Bruitparif, instalaron micrófonos —llamados Medusas— en diferentes partes de la ciudad, que les permite llevar un registro en tiempo real de qué tan ruidosa es cada área y cuáles son los orígenes del ruido. Así, por ejemplo, descubrieron que cuando una moto con escape libre atraviesa París puede llegar a despertar a 10.000 personas, lo que tiene un impacto en su salud y en el rendimiento laboral —por lo tanto, en la economía.

“Necesitás tener datos para saber dónde implementar medidas para reducir el ruido. Antes de Bruitparif, los políticos se peleaban para conseguir dinero para barreras de sonido, pero no necesariamente las instalaban donde se necesitaban”, explicó a The New Yorker el director de Tecnología de Bruitparif, Christophe Mietlicki.

En Montevideo, desde hace casi una década está penado transitar con una motocicleta con escape libre —sin silenciador, lo que las hace más ruidosas—. En teoría, los inspectores, equipados con sonómetros pueden detener a quienes estén circulando con un vehículo ruidoso (88 dB según la normativa, un número bastante alto), y se les otorga un plazo de 10 días para que solucionen el desperfecto. Vencido este plazo, se aplica una multa de 10 UR. Sin embargo, este tipo de fiscalizaciones se hace de forma esporádica por lo que sus efectos son muy magros.

Desde la Intendencia de Montevideo se está impulsando la ampliación de la flota de ómnibus eléctricos e híbridos, que son más silenciosos. Según informaron de la Oficina Central de Desarrollo Ambiental a Galería, actualmente hay 30 ómnibus eléctricos, 323 ómnibus con tecnología euro 5 y 39 ómnibus híbridos, de un total de 1.528 unidades que circulan por la ciudad. También se pretende aumentar la cantidad de taxis eléctricos.

Legislación. Por deformación profesional, Daniel Drexler siempre lleva un sonógrafo o tiene lista una aplicación en el celular para medir los decibelios. Hace poco fue a una fiesta y en la mitad de la pista registró un pico de 108 dB. Esos niveles pueden causar un trauma acústico inmediato a los que se encuentran allí. Intentó hablar con el DJ, pero no tuvo éxito. Es que en Uruguay, no hay una legislación en esa materia. Depende de la buena voluntad —y de la responsabilidad— de quien esté pasando la música. 

“Con pequeñas medidas, en Montevideo se podrían hacer cambios enormes, por ejemplo, tomarse en serio el multar a una persona que anda en una moto sin caño de escape. Esa es una agresión gratuita para todos. Los motores en general son un gran problema, pero por suerte creo que vamos a evolucionar rápidamente a los motores eléctricos. Lo otro que es insoportable es lo que pasa cuando vamos a cualquier fiesta o baile, me he cansado de recibir pacientes que a dos días de haber ido a una fiesta de 15 vuelven con un trauma acústico severo. No hay legislación”, afirma Drexler. 

Estrictamente, existe legislación: la Ley N° 17.852 de prevención, vigilancia y corrección de la contaminación acústica, aunque no contempla este tipo de situaciones en eventos musicales. De todas maneras, pese a tener casi dos décadas, aún no ha sido reglamentada. “Existen diversos vacíos que deberían ser colmados para atender esta problemática, que afecta no solo la salud de las personas, sino también la de otros seres vivos, y el ambiente. Pero además, si bien la contaminación acústica es uno de los grandes problemas que enfrenta nuestra sociedad, existe poco desarrollo doctrinario y jurisprudencial sobre la misma”, explica el integrante del Centro de Derecho Ambiental de la Facultad de Derecho Gonzalo F. Iglesias Rossini en un análisis publicado por la revista de esa facultad.

Foto: Lucía Durán. Foto: Lucía Durán.

Montevideo del futuro. Pero no todo está perdido, existen medidas que podrían revertir la situación. Más allá de las individuales —como poner doble ventana, como hizo Drexler—, a nivel internacional se está apuntando a acciones preventivas para la eliminación de las fuentes de ruido: peatonalización, supresión de carriles o incorporación de zonas verdes —entendidas como zonas silenciosas— son algunos ejemplos. 

La intendencia ha implementado algunas de esas iniciativas, como los “domingos de ramblas sin motores” e incluso se propuso peatonalizar la avenida 18 de Julio, un proyecto que causó controversia y resistencias, sobre todo entre los transportistas. Existe una tensión entre quienes creen que es necesario seguir expandiendo las calles y autopistas, y los que bregan por ciclovías y paseos peatonales. 

“Tengo la sensación de que estamos en la rodilla de la curva, yo ya vi algo así en relación con el tabaco, pero llevó mucho tiempo para que la gente se concientizara sobre los efectos del tabaco y su vínculo con el cáncer. Eso mismo creo que está pasando con la audición, simplemente que el tabaco empezó mucho antes”, resume Drexler.