El origen fue el programa de la BBC Monty Python’s Flying Circus emitido entre 1969 y 1974. Lo formaban seis comediantes que se consideraban a sí mismos más guionistas y escritores que actores: John Cleese, Eric Idle, Michael Palin, Terry Jones, Terry Gilliam y Graham Chapman. Su legado de humor surrealista, satírico, absurdo y en varias ocasiones negro, basado en sketches y alejado de los chistes (a los que odiaban), la inclusión de animaciones y la apelación al flujo de conciencia, continuó con cinco películas y la influencia en programas de humor de todo el mundo, desde Saturday Night Live a Cha Cha Cha, desde Los Simpson al uruguayo Gastos comunes.
Y como no es nada inusual con los grupos de rock y las compañías musicales, detrás de todo esto se escondían odios y malos relacionamientos. Esto, un secreto a voces, saltó a través de un medio tan nuevo como X (el ex-Twitter), motivado por un tema tan viejo como la plata.
“Yo no sé por qué la gente siempre asume que estamos forrados. Los Python son un desastre. Spamalot generó plata hace 20 años. Yo tengo que trabajar para vivir. No es fácil a mi edad”, le contestó Idle en esa red social a un fan. Monty Python’ Spamalot fue una exitosa comedia musical de 2004 de la cual él fue el dramaturgo, basada en la más exitosa película del grupo Los caballeros de la mesa cuadrada (Monty Python And The Holy Grail, 1975), obvia parodia a las leyendas del Rey Arturo. Idle, quien ha actuado en varias películas y puesto su voz tan característica en distintas animaciones, tiene 80 años.
Eric Idle se enfrenta con sus tres excompañeros que aún viven. Tiene 80 años y muchas ganas de sacarse cosas de adentro. Al día siguiente, también a través de esa red, el cómico escribió: “Somos dueños de todo lo que hemos creado en Python y nunca soñé que a esta edad los flujos de ingresos disminuirían de manera tan desastrosa. Pero supongo que si pones a una niña de Gilliam como tu manager, no deberías sorprenderte tanto. Un Gilliam ya es bastante malo. Dos pueden acabar con cualquier empresa”.
En 2014, los por entonces cinco sobreviventes llenaron diez O2 en Londres. Necesario contexto: Terry Gilliam (83) fue fundador con Idle de los Python, además de ser el responsable de las animaciones que los hicieron tan famosos. Holly Gilliam es su hija y la directora de HDG Proyects, empresa que desde 2014 está a cargo del management del grupo de comediantes y su acervo. Distintos medios señalaron que el propio Gilliam (el padre) fue quien puso trabas para una versión cinematográfica de Spamalot, algo que hubiera beneficiado más a Idle que a ninguno de sus compañeros. El motivo sería bastante lógico: es raro hacer una versión fílmica de una obra teatral que a su vez se basó en una película.
Fueron días de furia. El 11 de febrero un fan le pregunta sobre su relación con John Cleese (84), seguramente el más famoso de los Python, con una exitosa carrera posterior en Hollywood; este incluso calificó a ambos como los Lennon/McCartney de la comedia. “No lo he visto hace siete años”, respondió. “Eso me pone triste”, le comentó un fan. “¿Por qué? Eso me hace feliz”, replicó.
Como no todo es plata, también interviene la familia. En esos días Lily Idle, hija de Eric, dio su parecer en X: “Estoy muy orgullosa de mi papá por finalmente comenzar a decir la verdad. Siempre se ha enfrentado a matones y narcisistas y merece absoluta tranquilidad y validación por hacerlo”.
Retruco. Cleese respondió. Lo hizo por duplicado y en el ex-Twitter. Un extuiteo fue claro y el otro ambiguo. “Holly Gilliam. He trabajado con Holly durante los últimos 10 años y la encuentro muy eficiente, lúcida, dura, trabajadora y agradable en el trato. Michael Palin me ha pedido que deje claro que él comparte esta opinión. Terry Gilliam también está de acuerdo con esto”, escribió. La cosa era clara: como Terry Jones y Graham Chapman ya fallecieron, la división de los Python es, básicamente, una bronca de Idle por plata.
El otro tuit de ese mismo día, en respuesta a un fan, causó polémica: “Siempre nos hemos odiado y despreciado unos a otros, pero solo ahora la verdad ha salido a la luz”, indicó. Por supuesto, esto salió a la prensa. Por ello, Cleese debió continuar el tema señalando que eso “era una broma”, cuestionando la falta de sentido de humor e ironía de los periodistas, y que explicar un chiste le quitaba su sentido.
Es cierto que el humor de Cleese siempre ha sido cáustico, bien británico. Pero que hay heridas, las hay. Y su aclaración no hizo más que oscurecer.
Es que Idle estuvo particularmente activo sobre el tema. “Todavía amo y estoy orgulloso de lo que hicimos como Python. Era un grupo muy singular. Pienso en nosotros como en un exequipo del Liverpool. Jugamos bien juntos. Hace mucho tiempo. Pero nunca resultó un apoyo para los sentimientos y emociones de las personas. No éramos hermanos. Eramos colegas”, comentó, ante la obvia polvareda que causó su primera declaración. Hay más cosas que rozan directamente lo comercial, como la acusación de que Cleese despidió “tontamente” a su exmanager Jim Beach, que estaba dispuesto a ser el productor ejecutivo de (adivinen) la versión fílmica de Spamalot. Otras cosas fueron más complicadas: aseguró que Cleese le hacía bullying a Terry Jones. “Siempre me sentí avergonzado de no haber hecho nada”.
Terry Jones, el Python que dirigió Los caballeros de la mesa cuadrada (con Gillian), La vida de Brian (1979), El sentido de la vida (1983), quizá tres de las mejores comedias que jamás se hayan filmado, murió en 2020 a los 77 años.
John Cleese es quizá el más famoso de los Python. Diferencias. El origen de los Python es universitario. Palin y Jones asistieron a Oxford, mientras que Cleese, Chapman e Idle eran alumnos de Cambridge. A eso se le atribuye la vasta cultura de la que hacían gala en su humor (como el partido de fútbol entre filósofos). La otra veta, la del absurdo, era de las expresiones de comedia que admiraban, como las de Peter Sellers, Dudley Moore, Spike Milligan y Peter Cook. Todos ellos se conocieron guionando o actuando en distintos programas de televisión británicos. A Gilliam, el único estadounidense del sexteto, lo habían conocido Cleese y Chapman (que además de compañeros de universidad lo eran de promoción) en un viaje a Norteamérica.
En 1968, Cleese y Chapman fueron convocados por la BBC para hacer “algo”. Cleese, que siempre pareció llevar la voz cantante, no confiaba en exceso en su compañero, más inestable de carácter y con serios problemas de alcohol. Entonces convocó a Idle, Jones y Palin, las cabezas de un programa satírico de breve pero notorio suceso llamado Do Not Adjust Your Set, donde también Gilliam aportaba sus surreales animaciones. Así, la maquinaria empezó a rodar.
Nunca escribieron juntos. Cleese y Chapman trabajaban por su lado, Palin y Jones por el suyo e Idle lo hacía solo. Luego hacían la puesta en común y votaban qué era lo que salía en el programa (que homenajeaba a un personaje ficticio llamado Monty Python). El animador era el que tenía más libertad creativa. Esa división en bandos también jugó en las futuras afinidades o en la falta de ellas.
Cleese se fue (parcialmente) de los Python al final de la tercera temporada. Sentía que no podía aportar más al conjunto y, además, estaba particularmente hastiado del alcoholismo de Chapman (fallecido de cáncer en 1989, fue uno de los primeros artistas británicos en hacer pública su homosexualidad, lo que lo convirtió en una suerte de pionero). Por supuesto, siguió vinculado en las producciones fílmicas y teatrales del conjunto, pero, además, comenzó su camino propio en el cine, lo que provocó que sus viejos compañeros lo miraran de reojo.
Idle también adquirió cierta notoriedad por fuera de los Python. No es extraño que los roces entre ellos hayan sido los más notorios. Así lo dijo Michael Palin (curiosamente, alguien que también tuvo cierto suceso en el cine, aunque eso es algo que no parece desvelarlo) en una entrevista hace pocos años en la BBC. “John y Eric tenían estilos de vida, como lo podría decir, algo más ‘complicados’. Querían irse de vacaciones a Barbados y todo eso, mientras Terry (Jones) y yo éramos felices con una pinta de cerveza en un pub”. No en vano Palin y Jones, los dos made in Oxford, escribían juntos.
Muy curiosamente, Cleese también es un octogenario que tiene que seguir trabajando. La revista Vanity Fair recordó que en 2022 tuvo que hacer más de 40 shows en todo el mundo. Se dice que esos siguen siendo los coletazos del divorcio con su tercera mujer, en 2007, que le costó 14,5 millones de euros.
De todas formas, la pelea no deja de ser una pena. En julio de 2014 los cinco Python que entonces estaban vivos (Terry Jones fallecería en 2020, luego de años de padecer demencia) realizaron 10 espectáculos de reunión a sala llena en el O2 de Londres. Iba a ser uno solo, pero la venta online agotó los tickets en 40 segundos. Difícilmente algo así vuelva a repetirse.