Escenario
más extremo. Desde 1880 el nivel del mar ha aumentado en el mundo entre 21 y 24
centímetros en promedio, según datos de la Oficina Nacional de Administración
Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. A su vez, la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) establece que el nivel del mar crece el doble de
rápido hoy que 30 años atrás. De hecho, pasó de crecer 2,1 milímetros por año
entre 1993 y 2002, a 4,4 milímetros por año entre 2013 y 2022.
Para Uruguay, La ciudad sumergida toma como referencia el estudio
realizado por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de
Cantabria y una investigación realizada por el oceanógrafo José Verocai. Esta
última establece que el nivel del mar en la costa montevideana creció 11
centímetros desde 1902 y en la costa de Rocha, más de 20 centímetros desde
1955. En tanto, el estudio realizado por la universidad española estima que el
mar en nuestro país subirá entre 42 y 58 centímetros para 2100.
Sostiene también que para ese año las lluvias acumuladas en Uruguay
aumentarán entre un 20% y 30% durante otoño y verano, y habrá mayor cantidad de
eventos extremos. También se estima un incremento de la velocidad de los
vientos en zonas costeras, con velocidades de hasta 200 kilómetros por hora en
períodos cortos y de 100 kilómetros en períodos largos.
Como consecuencia de esto, de la acción humana y de la ausencia de
políticas públicas eficaces, se prevé que en el escenario más extremo, nuestra
capital perdería el 10% de su superficie, lo que equivale a 200,7 kilómetros
cuadrados, impactando en la población y en la infraestructura.
Farías explicó que la investigación analiza el escenario más extremo para
la costa montevideana, porque para el Panel Intergubernamental de Cambio
Climático (IPCC) es el escenario más probable, dado que “se siguen quemando
combustibles fósiles de forma descontrolada y no hay nada que indique que eso
hoy se pueda frenar”.
La línea azul indica la línea de costa actual y el área blanca, la zona de posibles inundaciones en playa Pocitos y Malvín.
De hecho, la comunidad científica mundial ya ha advertido que si la
temperatura media del planeta aumenta más de 2 ºC, las consecuencias sobre el clima
y los ecosistemas serán irreversibles. Para evitar esto, los países deben
consumir menos combustibles fósiles, algo que no está ocurriendo. Por el
contrario, en 2022 las emisiones de CO2 derivadas de la quema de
combustibles fósiles y de la deforestación han aumentado cerca de 1% en
promedio, superando los 1,15 ºC, según datos de la OMM.
Temperaturas tan elevadas como esta aceleran el derretimiento de las
masas polares y glaciares, aumentando el nivel del mar, el cauce de los ríos y
provocando eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, tormentas
tropicales y ciclones.
Afectación
desigual. Unos 18.000 montevideanos, de las cuatro áreas analizadas en La
ciudad sumergida, son susceptibles de sufrir los efectos de la subida del
nivel del mar para 2100. A su vez, 7.500 personas residen en zonas que se
inundarán completamente. Estas son algunas de las principales conclusiones a
las que llega la investigación, luego de cruzar la línea de inundación con los
datos del censo 2011.
El estudio muestra también que de estas 7.500 personas, el 40% vive en
barrios de nivel socioeconómico bajo y otro 40% reside en barrios de nivel
socioeconómico alto. En tanto, unos 2.500 habitan en asentamientos irregulares.
Además, se concluye que la mayor vulnerabilidad social está asociada a sitios
cercanos a arroyos, cañadas y drenajes urbanos. De allí que la zona del arroyo
Pantanoso (Cerro y La Teja) albergue al menos unos 2.000 habitantes en condición
vulnerable factibles de ser afectados directamente por la subida del nivel del
mar. De estos, aproximadamente un 22% son niños de entre 0 y 9 años, y 5% son
adultos de la tercera edad. Si se consideran los habitantes que se verían
afectados parcialmente, por quedar su vivienda rodeada de agua, las cifras en
ambas franjas etarias se duplican. El fenómeno también afectaría a la refinería
de La Teja.
En la zona de Carrasco se prevé que hacia 2100 la franja costera quedará
comprometida y los eventos extremos inundarán la rambla. Esto no solamente
coloca al hotel Sofitel Casino Carrasco y a la entrada y salida de la calle
Arocena en una zona pasible de inundación, sino que además afectará una de las
principales conexiones terrestres entre Montevideo y Canelones y provocará una
disminución de las playas del barrio.
Por esta razón, el impacto no solo lo sufrirá la población de este
barrio, sino también los habitantes de Ciudad de la Costa, que verán colapsada
una de sus principales vías de tránsito desde y hacia Montevideo, y los de los
barrios aledaños, que son quienes más hacen usufructo de las playas de
Carrasco. “En términos de ocio y recreación, los que se van a ver perjudicados
no son tanto los habitantes del barrio, sino las personas que viven en los
barrios periféricos, que no van al este a veranear y lo hacen en las playas de
Carrasco”, comentó Farías.
Esta es solo una punta de cómo estos fenómenos causados por el cambio
climático afectarán de manera desigual a los sectores de la población, según su
nivel socioeconómico, más allá de que el porcentaje de afectados sea el mismo
en los barrios más pudientes y en los más pobres. “En términos cualitativos, la
afectación va a ser totalmente diferente”, subrayó Miguel Ángel Dobrich.
El puerto de Montevideo, un punto neurálgico para el país, será una de las zonas más afectadas por la crecida del nivel del mar.
“En caso de inundaciones, los habitantes de un barrio pudiente
probablemente tengan la opción de hacer teletrabajo, o capaz que ni siquiera
tienen que dar cuenta porque son los patrones. También tienen opción de irse a
vivir a la casa de afuera o de algún familiar o de trasladarse en auto. En
cambio, las personas de bajos recursos no pueden llamar al trabajo y decir ‘no
voy’. Capaz que les descuentan el día o pierden el trabajo”, apuntó Dobrich.
La investigación también hace foco en el impacto que tendrán estos
fenómenos según el sexo. Si bien los datos procesados indican que en las zonas
estudiadas el porcentaje de mujeres viviendo en asentamientos (52%) es bastante
parecido al de hombres (48%), la afectación que sufrirán unos y otros será
diferente; posiblemente las mujeres se vean más recargadas, al ser ellas
quienes se hagan cargo de los niños y adultos mayores, principales damnificados
en estas circunstancias adversas.
Golpe muy duro. No solamente la playa de Carrasco
se verá afectada, sino todas las de Montevideo y también las del este del país.
De hecho, la mayor erosión se producirá en Rocha. Farías explicó que en las
zonas costeras donde no hay construcción, la playa se desplazará hacia adentro.
Pero “en los ambientes tan degradados, como Montevideo, donde la playa no tiene
hacia dónde replegarse porque está todo construido, el sistema no podrá
recuperarse”, por lo tanto, la playa se perdería, indicó. “Que las playas estén
comprometidas, psicológicamente va a ser un golpe muy duro para la población”,
subrayó el periodista.
El puerto de
Montevideo, principal puerta comercial de Uruguay, donde se continúan haciendo
inversiones de envergadura, sería otra de las zonas que también quedaría
inhabilitada. La misma suerte correrían los puertos deportivos de Buceo y de
Punta Carretas.
De la misma manera, la investigación establece que muchas zonas donde los
últimos gobiernos han promovido la construcción de viviendas, mediante la
exoneración de impuestos, son áreas donde se prevé que para 2100 sufran
inundaciones. Un ejemplo son las torres Nostrum Bay y Nostrum Central, ubicadas
en el Centro e inauguradas en los últimos años.
En este sentido, los investigadores llamaron a pensar y desarrollar
políticas públicas eficientes que tomen en cuenta estos datos. “Si uno como
Estado fomenta el desarrollo inmobiliario en zonas que tienen proyección de
inundación, estamos haciendo las cosas mal”, afirmó Dobrich. “Y entonces,
¿nosotros como ciudadanos qué hacemos?”, se cuestionó.
El periodista señaló
que con esta investigación no pretende generar alarma, pero sí conciencia.
“Ochenta años no es nada. Los niños de hoy serán los que enfrenten estos
problemas. Esto nos tiene que interpelar. ¿Qué país les queremos dejar a
nuestros hijos?”, expresó.
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Playa Ramírez. La densa construcción sobre la rambla de Montevideo impedirá que el ecosistema de la playa pueda recuperarse.
La sequía
actual
La crisis
hídrica que actualmente atraviesa nuestro país está “muy relacionada” con estos
eventos extremos que se prevén para fines de siglo. Según explicó Dobrich,
precisamente el cambio climático está asociado con períodos grandes de sequía y
también con grandes inundaciones. De hecho, Farías recordó que los pronósticos
adelantan que el segundo semestre en nuestro país estará marcado por lluvias
muy extremas, que provocarán inundaciones. La otra cara de la sequía. “Entonces,
no solo tenemos que atender la situación actual, que es extrema, sino también
estar pensando cómo prevenir las inundaciones”, remarcó.
—
El problema de
la financiación
En abril de
2022 el Ministerio de Vivienda presentó el Plan Nacional de Adaptación de la
Zona Costera, que contiene 41 medidas para mitigar los efectos del cambio
climático. Sin embargo, Laura Marrero, de la División Cambio Climático del
Ministerio de Vivienda, dijo a Amenaza Roboto que el gran problema con el que
se encuentran para llevarlo a cabo es la financiación.