¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

Nacho Pignataro e Inés Beisso se preparan para el Uruguay Longboard Festival

La competencia tendrá lugar en Manantiales entre el 21 y el 25 de febrero y reunirá a grandes figuras del surf internacional

Es domingo y son las cinco de la tarde. La playa Bikini, en Manantiales, está repleta de gente sentada en sillas, acostada en pareos, jugando al fútbol o a la paleta. El agua está tan fría que los valientes que se bañan son pocos; llevan traje negro al cuerpo, que les llega hasta los tobillos, y flotan sobre tablas de más de dos metros. Se ven alrededor de 10 surfistas de tabla larga(longboard­) reunidos en el agua. Esperan las olas. 

Si se camina hacia esa zona, donde hay más rocas sobre la orilla que en el resto de la playa, hay menos gente sobre la arena. Un par de hombres, jóvenes y flacos, bajan por una rampa de madera. Llevan dos tablas enormes, dentro de unas fundas de tela, y llevan puestos trajes de surf. Cuando llegan a una de las sombrillas, saludan al grupo de chicas que la ocupan. Después de sacar sus tablas de la funda, los dos caminan a la orilla. Señalan algo en el horizonte y conversan entre ellos. Se meten al agua y se suben a sus tablas, sentados sobre sus piernas dobladas y, con los brazos, empujan el agua para avanzar. 

<em> Inés Beisso e Ignacio (Nacho) Pignataro son dos referentes del longboard en Uruguay. Foto: Adrián Echeverriaga</em>Inés Beisso e Ignacio (Nacho) Pignataro son dos referentes del longboard en Uruguay. Foto: Adrián Echeverriaga

Se suman así al conjunto de longboardistas. Al poco rato llega una serie de olas y uno logra subirse a una. La corre casi hasta la orilla. Da unos pasos hacia adelante, sobre el tablón, y llega a la punta con uno de sus pies, logrando la posición hang 5 (haciendo referencia a los cinco dedos del pie que sobresalen de la tabla). Si hubiese llegado con ambos pies, sería un hang 10, de las posiciones más difíciles de alcanzar. Después vuelve hacia atrás, con una gracia y elegancia que hipnotizan. Sigue sobre la ola y dobla un poco las rodillas, después tuerce su cuerpo hacia un lado y, con él, la tabla. Cae al agua, se vuelve a subir, y se dirige de nuevo hacia donde están todos. 

Otros dos intentaron subirse a esa misma ola, pero él llegó primero. Esa es una regla del surf, tanto del de tabla corta (shortboard) como del de tabla larga: el que llega primero a la ola se la queda. 

La ola uruguaya. Las olas de este día en Bikini son bajas y se mantienen armadas por bastante rato, lo que las hace perfectas para el longboard a diferencia de las olas altas, que pueden romperse en pocos segundos o ser demasiado grandes para los tablones, que pueden medir entre 8,6 y 9,5 pulgadas (218 y 241 cm respectivamente). “Las condiciones de las olas en Uruguay son perfectas para longboard el 90% o 95% de los días”, dice Ignacio Nacho Pignataro, gran impulsor del longboard en Uruguay y dos veces medallista en Juegos Panamericanos. “El mejor ejemplo es hoy. Varios fuimos a tablonear, pasamos de 10 y la gente con tabla corta ni fue a la playa. Ese es el principal diferencial con el surf de tabla corta”. Como no siempre hay olas grandes, como sí puede pasar en determinadas zonas de Chile o Perú, por ejemplo, el que surfea con tabla corta en Uruguay debe estar pendiente del oleaje todos los días. Cuando entra alguna serie de olas seguramente sea por Maldonado o Rocha, los dos departamentos con mejores olas.  

<em> Nacho Pignataro es un impulsor del longboard en el país y organiza, junto a Martín Cortinas, el Uruguay Longboard Festival. Foto: Howler Brothers</em>Nacho Pignataro es un impulsor del longboard en el país y organiza, junto a Martín Cortinas, el Uruguay Longboard Festival. Foto: Howler Brothers

Chequean las condiciones climáticas en las aplicaciones WindGuru o Surfline para ver dónde y a qué hora ir para agarrarlas. Es común que en una semana de verano el que surfea con tabla corta haya entrado al agua una sola vez. O ninguna. Con el longboard, en Uruguay, eso no sucede. Con tabla larga se puede incluso disfrutar del agua en Montevideo. 

“Si bien está esa diferencia, los dos (longboard­ y shortboard) comparten el mismo objetivo: pasar bien, disfrutar, divertirse. Y creo, además, que es muy importante que se entienda el concepto de quiver”, cuenta el longboardista uruguayo, haciendo referencia a la selección de tablas que alguien puede tener y así, con esa variedad, poder surfear cualquier ola, cualquier día. “Todas las tablas conviven dentro del mundo del surf, tienen el mismo objetivo, no son opuestas”. 

Uruguay sobre la ola. Las condiciones que ofrecen algunas de las aguas uruguayas son una de las razones por las que la World Surf League (WSL), organismo mundial del surf profesional, decidió que Uruguay sea la sede de una etapa del circuito clasificatorio regional. Eso significa que quienes participen en la competencia suman puntos para clasificar al Tour Mundial de surf, donde se define el título más importante del mundo. 

Del 21 al 25 de febrero se celebrará el Uruguay­ Longboard Festival en playa Bikini, del que Nacho es uno de sus organizadores, junto con Martín Cortinas, fundador del Punta­ del Este International Surf Film Festival­. 

<em> Inés Beisso se convirtió, en septiembre del año pasado, en la primera mujer uruguaya en clasificar a los Panamericanos de longboard. Foto: Luciano Rodríguez</em>Inés Beisso se convirtió, en septiembre del año pasado, en la primera mujer uruguaya en clasificar a los Panamericanos de longboard. Foto: Luciano Rodríguez

Uruguay fue de a poco ubicándose en el mapa del longboard internacional, principalmente por Julián Schweizer, medallista de plata panamericano de este deporte en 2019; Nacho, que ya se está preparando para los Juegos Olímpicos de 2028, e Inés Beisso, la primera mujer uruguaya en clasificar a los Panamericanos. “Es un éxito que Uruguay sea una sede de algo tan grande. Es histórico. Me emociona muchísimo, es tremendo poder vivirlo, además, como competidora”, dice Inés, que participará en el campeonato.  

Reconocidos nombres del surf regional, como los peruanos María Fernanda Reyes y Piccolo Clemente, los brasileños Wenderson­ Biludo y Luana Soares, y los estadounidenses Kevin Skvarna y Tony Silvagni, entre varios más, visitarán Uruguay para competir en las aguas de Manantiales. La lista de uruguayos compitiendo incluye los nombres de Schweizer­, Beisso, Pignataro, Fernanda Barbot, Avril Viega y Camille Beauvois, entre otros. Un campeonato internacional de este nivel no venía a Uruguay desde hacía más de 20 años. En aquel entonces, en 1999, la WSL celebró una etapa de las clasificatorias para el Mundial de surf de tabla corta en playa Montoya, en La Barra. En esa instancia vinieron a Uruguay leyendas del surf como el estadounidense Rob Machado y el brasileño Otavio Lima. 

<em> Foto: Adrián Echeverriaga</em>Foto: Adrián Echeverriaga

Deporte en auge. Si bien en Uruguay no sucede lo que sí en California, uno de los lugares con cultura surfista de larga data y en donde el deporte se transmite de generación en generación, en Uruguay hay cada vez más personas que practican algún deporte en aguas abiertas. Que se celebre una etapa del circuito regional para el Mundial de surf en aguas uruguayas no hace más que confirmar el buen nivel de surf y de olas que hay en el país. Cada verano se ven más nadadores en aguas abiertas, kayaks, stand up paddles y, efectivamente, más tablas cortas y largas de surf. “Sin duda hay un auge del longboard en Uruguay, se notó especialmente después de la pandemia”, cuenta Inés, que solía practicar surf de tabla corta y, cuando en 2020 probó con tabla larga, pasó a enfocarse en ese estilo de surf de manera profesional. Se mudó de Montevideo­ a Punta del Este, lo practica en todas las estaciones y cada año se forma para poder competir cada vez a mayor nivel, de manera internacional. “Hace unos años solo veía a Juli (Schweizer) y a Nacho (Pignataro­) con tablones, ahora se ve mucha más gente y sin duda cada vez más chicas. No diría que la cantidad es pareja con los hombres que lo practican, pero casi. Tengo cada vez más amigas que se tiran al agua con tabla larga”, agrega. Además, cuenta que le interesa la posibilidad de prepararse para clasificar a los Juegos Olímpicos que le siguen a los de Francia­ 2024. 

<em> Foto: Luciano Rodríguez</em>Foto: Luciano Rodríguez

Más allá de la competencia. El surf tiene algo de hipnotizante, y no solo para los que lo practican. Cualquier persona, por más alejada que viva del agua, literal o metafóricamente, puede pasar horas viendo cómo varios desconocidos se suben a tablas y corren olas como si supusiera un esfuerzo menor. Es difícil imaginar el surf sin su público. Sin playas repletas de gente mirando, aplaudiendo y lamentando alguna caída, o sin fotógrafos y camarógrafos que buscan captar los mejores momentos. Con el longboard, que se caracteriza por ser de movimientos más lentos que el surf de tabla corta, pasa algo particular. El surfista de longboard no solo tiene que acompañar la ola, sino que debe caminar por su tabla mientras lo hace. Puede darse vuelta e ir de espaldas hacia la orilla, hasta puede bailar o sumar a alguien más para hacer piruetas antes de caerse. Todas esas hazañas son más que atractivas para el ojo, no solo para el que sabe del deporte sino para el que solo lo conoce de lejos. 

<em> Foto: Howler Brothers</em>Foto: Howler Brothers

Uruguay Longboard Festival se tratará de dos días de competencia, masculina y femenina, que se marcarán sobre la fecha para poder elegir los días con condiciones más óptimas. Más allá de las olas que se corran, se está poniendo mucha atención en que haya eventos de tarde y de noche, “para que cualquiera pueda sentirse parte”, como dice Nacho. 

La grilla de actividades incluye música en vivo en distintos puntos de Manantiales, una noche de proyección de películas de surf, un asado y una fiesta de cierre. La dirección exacta de cada uno y sus horarios se podrá chequear en el Instagram del festival (@uruguaylongfestival­), que apunta así a ser una experiencia 360. “La idea no es que vengan los competidores y se vayan”, dice Nacho. “El principal objetivo es poner a Uruguay en el mapa y que la gente venga a conocerlo. También que la gente de Uruguay vea y conozca esta realidad, el nivel de surf que hay acá. Para poder hacer esa mezcla se tiene que generar un intercambio cultural”.