Al igual que hizo su padre hace 30 años, Luis Lacalle Pou utilizará el día de su asunción la cachila que perteneció a su bisabuelo Luis Alberto de Herrera
Al igual que hizo su padre hace 30 años, Luis Lacalle Pou utilizará el día de su asunción la cachila que perteneció a su bisabuelo Luis Alberto de Herrera
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl 1º de marzo de 2020, Luis Lacalle Pou tiene previsto trasladarse desde el Palacio Legislativo hasta la plaza Independencia en el auto que perteneció a su bisabuelo Luis Alberto de Herrera y que hace 30 años utilizó su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera, cuando asumió como presidente.
Se trata de un Ford V8 Club Cabrolet que se encuentra en el Museo del Automóvil Club del Uruguay y pertenece a Inés Lacalle, hermana del expresidente y tía del mandatario electo. Por su antigüedad, el vehículo es conocido como "la cachila de Herrera".
La decisión de Lacalle Pou de utilizarla reabre una historia familiar que tiene como protagonistas a abuelos, padres, hijos, tíos y primos de diferentes apellidos y generaciones, cuyo hilo conductor es un auto cargado de recuerdos.
la quinta y el auto. Más allá de su legado político, y de sus incontables discursos y escritos que marcaron la vida del Uruguay, hay otros dos elementos asociados a Herrera que ocupan un lugar simbólico en la historia del país.
El primero es la quinta en la zona de Brazo Oriental que compró en 1911 y habitó hasta que murió, el 8 de abril de 1959. La casona, que pertenece al Museo Histórico Nacional, fue escenario de reuniones trascendentes durante medio siglo y hoy, luego de haber sido restaurada, puede ser visitada por el público en general.
El otro elemento emblemático fue su auto, un Ford V8 Club Cabrolet que compró el 31 de agosto de 1937, cuando tenía 64 años. El vehículo, con capacidad para cinco personas, pesaba 1.250 kilos, tenía 22 caballos de fuerza y fue empadronado con el número 80428, según consta en la libreta de propiedad de la época.
El coche estaba tan asociado a la figura de Herrera que incluso está mencionado en algunos libros que hablan sobre la vida del caudillo. Por ejemplo, Lacalle Herrera contó en su libro Herrera. Un nacionalismo oriental (Banda Oriental) que mientras integró el Consejo Nacional de Gobierno entre 1955 y 1959, su abuelo llegaba a las sesiones en el Ford, manejando él mismo, "desechando el automóvil oficial y el chofer".
Eduardo Víctor Haedo también habló del coche en su libro Herrera. Caudillo oriental (Arca), cuando se refirió al patrimonio que el líder blanco tenía al momento de su muerte.
"No es el menor de sus legados el hecho de que el hijo de Juan José de Herrera y nieto de Luis de Herrera, el heredero de una estirpe rica y fundadora, después de haber gravitado más de medio siglo en la vida del país, muriera sobrepasados los 85 años, en pobreza edificante. Dejó por todo capital dos mil pesos depositados en un banco y como única propiedad un auto desvencijado, en el que durante años paseó con alegría por la ciudad. El pueblo reconocía con entusiasmo aquella vieja 'voiturette' que aparecía en cualquier parte, y veía en ella un reproche a concupiscencias y fastuosidades", escribió Haedo.
la radio y los primos. Un día de 1987, Fernando de Posadas escuchó en Radio Clarín un aviso que anunciaba la venta de una cachila de valor histórico. Pensó que podría tratarse del auto de Herrera. Llamó al teléfono que escuchó y, cuando confirmó su sospecha, decidió comprarla, contó a galería.
A De Posadas -hermano del exsenador Juan Martín y del exministro Ignacio, entre otros-, lo une una historia familiar con Lacalle Herrera. Su abuela, María Elena Uriarte de Montero, era hermana de Margarita Uriarte, señora de Herrera y abuela del expresidente.
En 1989, dos años después de que De Posadas comprara el vehículo, Lacalle Herrera ganó las elecciones. Un día, mientras charlaban, el presidente electo le comentó que quería utilizarla para su asunción.
Para cumplir con el deseo de su primo segundo, De Posadas tuvo que acondicionar el vehículo, porque tenía algunos achaques propios del paso del tiempo. Compró otra cachila del mismo modelo para obtener los repuestos que necesitaba, la pintó del mismo color gris verdoso que tenía en la época de Herrera, y trajo una capota de Estados Unidos, idéntica a la que lucía en la época del caudillo.
El 1º de marzo, De Posadas manejó el vehículo que trasladó a Lacalle padre y al vicepresidente Gonzalo Aguirre. En el asiento delantero, junto a él, viajó el coronel Jack Alberto Martínez, quien fuera edecán de Lacalle Herrera.
El militar retirado es una pieza importante en la historia de la familia Lacalle: es el padre de Nicolás Martínez, jefe de campaña y hombre de confianza de Lacalle Pou, que también lo fuera de Lacalle Herrera en las campañas electorales de 1999, 2004 y 2009.
Tan estrecho es el vínculo entre el presidente electo y Nicolás Martínez, que el día que ganó la elección interna estuvo junto a él mientras pronunciaba su primer discurso. La otra persona que lo acompañó fue su señora, Lorena Ponce de León.
"Nico es como un hermano más a esta altura. Hace muchos años que estamos juntos", dijo Lacalle Pou el 30 de junio. También definió a Martínez como "el mejor recurso humano político" y "de las mejores personas" para rodearse.
El 2 de diciembre, cuando visitó a Tabaré Vázquez para iniciar la transición, Lacalle Pou fue acompañado por tres personas con cargos definidos en su próximo gobierno: Azucena Arbeleche, ministra de Economía; Álvaro Delgado y Rodrigo Ferrés, secretario y prosecretario de la Presidencia respectivamente. El cuarto integrante de la comitiva fue Nicolás Martínez, mano derecha del presidente electo.
OTRO PADRE, OTRO HIJO. Hace unos años Óscar Caviglia, marido de Inés Lacalle, supo que De Posadas tenía a la venta la cachila y la compró para regalársela a su señora.
Cuando el auto retornó a los descendientes de Herrera, su hija María Hortensia quiso volver a subirse. Inés conserva fotos de su madre en el vehículo que fuera de su abuelo, también de sus tres hijos que la utilizaron cuando se casaron, y de sus nietos pequeños, que son tataranietos del caudillo.
La familia Caviglia-Lacalle guardó la cachila durante un tiempo en su casa de Carrasco, hasta que por razones de trabajo se mudaron al exterior y decidieron dejarla en custodia en el Museo del Automóvil Club, donde se encuentra ahora.
Lacalle Pou reflotó la historia de la cachila a pocas horas de confirmarse su triunfo electoral, cuando en algunas entrevistas le preguntaron qué pensaba hacer el 1º de marzo. El presidente electo dijo que le gustaría utilizar el auto que perteneció a Herrera, aunque comentó que desconocía su paradero.
Su tía lo escuchó y pensó que era una broma que le hacía su sobrino. Lo llamó y confirmó que de verdad ignoraba que el coche era de su propiedad. Después, Inés se comunicó con el Museo del Automóvil Club para comenzar a acondicionarlo y dejarlo impecable para el 1º de marzo de 2020.
Ese día, Lacalle Pou se subirá a la cachila que antes usaron su bisabuelo y su padre. Y si de tradiciones se trata, él también elegirá un conductor asociado a la historia familiar: la tarea recaerá en Santiago, hijo de Fernando de Posadas.
Luis Alberto Lacalle y Gonzalo Aguirre el 1º de marzo de 1990 en la cachila de Herrera. En la parte delantera el conductor, Fernando de Posadas, y el edecán militar, Jack Martínez. María Hortensia, hija de Luis Alberto de Herrera, con Inés Lacalle, nieta del caudillo.