“Esto es para el país, para conocer cuál es la actividad sísmica y la actividad geomagnética de Uruguay. Sabemos que la actividad sísmica en el país existe, no sabemos cuánta tenemos”, dijo a Búsqueda Leda Sánchez, doctora en Ciencias Geológicas y profesora grado cuatro de la Facultad de Ciencias, en referencia a la instalación del primer sismógrafo del país el próximo 11 de marzo en el observatorio geofísico de Sierra de Carapé, en Maldonado. Esta tecnología llega “en el momento justo”, porque permitirá estudiar la “sismicidad natural” y la que es “inducida por voladuras” —explosiones— en minería y también realizar estudios en momentos en que Ancap está en etapa de prospección de hidrocarburos, entre otras líneas de investigación.
Pero la instalación del sismógrafo encontró un obstáculo: la construcción de un parque eólico del empresario argentino Eduardo Eurnekian a pocos kilómetros del lugar podría afectar su funcionamiento.
Hace poco más de un año, el 25 de enero de 2012, los científicos Leda Sánchez y Gonzalo Tancredi presentaron un recurso ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) en el que plantearon que la instalación del parque eólico podría generar “inconvenientes para la operación”. El observatorio es el primero de su tipo en el país y por eso no hay antecedentes.
Pese a que siguen sosteniendo los distintos argumentos científicos que indican que la ubicación de este parque eólico puede presentar inconvenientes para el observatorio, los científicos debieron retirar el martes 19 por la tarde el recurso presentado a Dinama, informaron fuentes a Búsqueda.
Los científicos están convencidos de que el sismógrafo es necesario para el país, pero el grupo Eurnekian les advirtió que puede iniciar acciones legales en su contra, el director nacional de Energía habló de “chantaje” y el decano de la Facultad de Ciencias no respaldó el planteo de sus docentes porque no fue discutido en ámbitos formales.
El Ministerio de Educación y Cultura, la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, la Dirección Nacional de Energía, la Intendencia de Maldonado y el grupo Eurnekian estuvieron en contacto en la última semana para resolver el problema. “Los dos proyectos son muy importantes —dijo Sánchez—. Tenemos que llegar a una solución”.
Único.
Todo comenzó en 2010, cuando surgió la idea de instalar un observatorio geofísico —con un sismógrafo— que incluye además un observatorio geomagnético en el mismo sitio en el que estaba desde 2002 el observatorio astronómico de Maldonado, en medio de la Sierra de Carapé, donde se encuentra el punto más alto del país. Ayer, miércoles 20, llegó al país el sismólogo e ingeniero geofísico Oscar Castro, de la Universidad Nacional Autónoma de México, —contratado por la Universidad de la República para ser docente en la Tecnicatura en Minería en Treinta y Tres— y el 11 de marzo llegará desde la Universidad de San Pablo el ingeniero Luis Galhardo, quien se dedica a la instalación de estaciones sísmicas en Brasil y estará encargado de hacer la instalación del laboratorio sismológico en Maldonado.
“Vamos a poder tener una primera estación sísmica en el país con un sismólogo trabajando con nosotros que forme estudiantes uruguayos”, destacó Sánchez, docente e investigadora del Departamento de Geología del Laboratorio de Geofísica y Geotectónica. Argentina, Paraguay y Brasil ya tienen, pero en Uruguay “hacía falta”.
El lugar.
El sitio fue elegido para alojar un observatorio geofísico (sismológico y geomagnético) porque allí no hay maquinaria agraria, como tractores, que trabajen próximos a los instrumentos y puedan producir perturbaciones en las medidas, lo que también ocurriría con carreteras de tránsito pesado o vías férreas. “Por eso el lugar era óptimo”, destacó Sánchez.
“Era”, porque a una distancia no inferior a 5,6 kilómetros del lugar elegido para el emprendimiento se ubica el predio del parque eólico licitado por UTE asignado a Vengano SA/Fingano SA —consorcios de Corporación América, del grupo Eurnekian— que prevé la instalación de 14 aerogeneradores en varios padrones. La localización del parque, cuya construcción aún no se inició, surge de un informe presentado por la empresa a la Dinama.
La Facultad de Ciencias firmó un comodato con el dueño del predio de Laguna del Catedral, que hoy les brinda luz y agua, entre otros servicios, y están a la espera para renovar el comodato vencido en julio de 2012, mientras “en este momento gran parte del instrumental del observatorio ya está funcionando”.
El director nacional de Energía, Ramón Méndez, dijo a Búsqueda que hay “informes científicos contundentes que muestran que en casos similares a este, con distancias iguales entre el parque eólico y el observatorio y con equipamientos mucho más sensibles, no existen afectaciones”.
El grupo Eurnekian le pidió a una empresa española una evaluación sobre la proximidad de un parque eólico con el observatorio pero no realizó estudios de campo y no toma en cuenta que Uruguay está dentro del área de la Anomalía Magnética del Atlántico Sur, con condiciones muy particulares que hacen variar resultados. Por eso el estudio no es comparable, aclaró Sánchez. “No se puede” comparar lo que ha ocurrido en otros casos en cualquier parte del mundo, sostuvo.
El decano de la Facultad de Ciencias, Juan Cristina, dijo a Búsqueda que la casa de estudios no hace suyo el planteo de los investigadores, ya que “no se discutió en el Consejo de la Facultad”.
Observatorio versus parque.
El “análisis preliminar” del proyecto de instalación del parque eólico, realizado por investigadores, indica que “se pueden presentar” inconvenientes para la operación del observatorio debido a su proximidad. El realojo y la reinstalación en otro sitio asciende a varios millones de dólares, según fuentes.
“Vemos con muchísima preocupación la postura de los dos investigadores. Comprendemos a los que entienden que esto es un chantaje”, opinó Méndez.
Sánchez respondió con “profunda indignación” que “esto es para el país”.
“¿Cómo va a haber algo espurio atrás de esto? —cuestionó— Incluso le planteamos —al grupo Eurnekian— que pueden aportar para el proyecto de la Universidad descontando impuestos en el marco de la ley de responsabilidad social empresarial. Acá no hay ganancia personal”.
Según una carta que el grupo Eurekian envió a la Facultad de Ciencias, la instalación del parque eólico “de ninguna manera perjudica” al observatorio “ni mucho menos resultan incompatibles ambos proyectos”. Indica que se reservan “el derecho de entablar acciones” legales. La presentación del recurso a Dinama ha demorado el comienzo de las obras, aunque ahora quienes lo presentaron “lo tuvieron que retirar”, comentaron diversas fuentes a Búsqueda.
Por su parte, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, dijo a Búsqueda que están “a la espera” de lo que pase y en caso “de que no salga en el lugar convenido”, analizarán “otra locación”.
Primeros registros.
Méndez dijo que tiene “un informe de un escribano que certifica que no hay ningún equipo funcionando” en el observatorio, algo que Sánchez desmiente.
La científica detalló que desde octubre está funcionando el observatorio. Los equipos están registrando información y está colocada una antena de baja frecuencia donada por la Universidad de Stanford para observar la actividad solar que produce perturbaciones de la ionósfera. A fines de marzo instalarán otra que vendrá de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Están instalados dos acelerómetros para detectar grandes eventos sísmicos para fines “educativos y de divulgación” y también como una primera aproximación para estudiar el ruido sísmico de la zona.
Antel le otorga conectividad a Internet al observatorio, que se comprometió a facilitar los futuros telescopios para uso del público y a brindar información sobre “perturbaciones geomagnéticas” porque éstas pueden afectar las telecomunicaciones. El observatorio también recibió fondos de la Universidad de la República y del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas. Sánchez comentó que como miembro del Sistema Nacional de Investigadores dedicó desde hace tres años ese sueldo al observatorio. “Lo hago de corazón, porque sé que lo necesitamos —destacó—. Armarlo fue un esfuerzo descomunal por parte de todo nuestro laboratorio”.