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    Comisión federal de EEUU intentó estudiar cómo periodistas generan sus contenidos, pero debió dar marcha atrás ante aluvión de críticas

    Un comisionado de la propia FCC fue el encargado de divulgar la iniciativa del gobierno

    Funcionarios del Estado que ingresan a redacciones para inspeccionar cómo generan sus contenidos los periodistas es algo que resulta inimaginable en países que donde existe libertad de expresión. Este tipo de acciones están normalmente asociadas a regímenes donde hay un control estatal sobre los medios de comunicación, con gobiernos autoritarios o dictaduras. Allí, las autoridades intervienen en las publicaciones de los diarios y en los contenidos de las emisoras de radio y televisión.

    Aunque parezca increíble, esa fue la intención del gobierno de Estados Unidos presidido por Barack Obama que, luego de recibir una enorme cantidad de críticas, desistió de aplicar la polémica iniciativa.

    La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por su sigla en inglés) pretendió desarrollar una tarea que denominó “Estudio de múltiples mercados de necesidad de información crítica”, para investigar “el proceso mediante el cual se seleccionan las historias”, “cómo los medios cumplen la necesidad de información crítica” y si se “percibe un sesgo de enfoque” en las noticias.

    Inmediatamente que los medios tomaron conocimiento de la iniciativa de la FCC, las críticas comenzaron a llegar. El 10 de febrero, el diario “The Wall Street Journal” calificó de “decisión estúpida” colocar “policías del periodismo que inunden las redacciones” para  comprobar cómo se realiza la tarea.

    El diario fue el encargado de dar a conocer la noticia luego de que Ajit Pai, un comisionado de la FCC contrario al proyecto, hiciera llegar la información al periódico. Si Pai no hubiera filtrado la información, el estudio de la FCC hubiera seguido el proceso previsto originalmente.

    En el documento enviado por Pai, éste explicó que en el informe de la FCC “se planea pedir a los administradores de estaciones, los directores de noticias, periodistas, presentadores de televisión y reporteros en el aire, que digan cuál es su filosofía de noticias y cómo se asegura que la comunidad recibe información crítica”.

    “La FCC también quiere meterse en la política de la oficina. Una pregunta para los periodistas es: ‘¿Alguna vez ha sugerido la cobertura de lo que usted considera una historia con información crítica que fue rechazada por sus directores?’. Las siguientes preguntas piden detalles sobre cómo se ejerce el criterio editorial así como el razonamiento detrás de las decisiones”, informó Pai.

    El comisionado aseguró que “la participación en el estudio es voluntaria, en teoría”, porque “a diferencia de las encuestas de opinión que los estadounidenses ven a diario y contestan o no, las consultas de la FCC pueden ser difíciles de ignorar para los organismos de radiodifusión”.

    “Ellos estarían fuera del negocio sin una licencia de la FCC, la cual se renueva cada ocho años”, recordó Pai.

    Marcha atrás.

    El portavoz de la FCC, Shannon Gilson, fue el encargado de informar a los medios de comunicación que, tras “repasar y por los comentarios públicos”, se modificaría el proyecto del estudio. 

    En un comunicado divulgado el 21 de febrero, la FCC dijo que “las preguntas de la encuesta dirigidas a los administradores de medios de comunicación, directores de noticias y periodistas, excedieron los límites de lo que es requerido”.

    “La intención no es regular la expresión política o de otro tipo de los periodistas. Para que quede claro, ya no se les pedirá a los propietarios y periodistas de medios de comunicación que participen en el estudio piloto”, agregó el organismo. 

    “Cualquier sugerencia de que la FCC intenta regular el discurso de los medios o que planea poner monitores en las redacciones norteamericanas es falsa”, afirmó.

    El caso adquirió tal relevancia que el propio presidente de la FCC, Tom Wheeler, se vio obligado a asegurar que en los estudios futuros el organismo federal “no buscará la participación ni incluirá preguntas para los propietarios de medios de comunicación, directores de noticias o periodistas”.

    Sin final feliz.

    El proyecto fue frenado por la propia FCC y no continuará como estaba previsto, pero para los periodistas estadounidenses esto no es suficiente, ya que lo preocupante es que haya existido la intención de realizar una propuesta de este tipo.

    “Esto no pudo haber llegado a despegar. Y quién sabe lo que habría pasado si un comisionado de la FCC, que se opuso al proyecto, no lo hubiera hecho público en un artículo de ‘The Wall Street Journal’ a principios de mes. Esto fue lo que movilizó la oleada de atención que condenó la iniciativa desacertada”, precisó el diario. 

    Añadió que “es probable que se tratara de algo bien intencionado, pero mal pensado; como una salida para asegurarse que los ciudadanos reciban cada vez más información crítica en una era donde la revolución digital golpeó a los medios tradicionales”.

    “Pero en realidad no es inteligente para el gobierno enredarse con el periodismo sin importar el motivo. La independencia de la prensa es primordial”, enfatizó el artículo de “The Wall Street Journal”.

    En este sentido, recordó el papel que tomó la FCC en 2011 cuando varios medios de comunicación sufrían problemas financieros, lo que llevó a que se propusiera que el gobierno financiara a las agencias de noticias pese a que implicaría un conflicto de intereses para los periodistas encargados de investigar las acciones del gobierno.

    En ese entonces, el organismos estatal fue contundente en su rechazo a que el gobierno interviniera de cualquier forma sobre los medios de comunicación.

    “La mayor parte de las soluciones a los problemas de los medios de comunicación hoy en día se encontrará por empresarios, periodistas y ciudadanos creativos; no por legisladores”, había dicho la FCC en 2011 en un informe sobre el estado del periodismo. “El gobierno no puede salvar al periodismo”, consideraba entonces la FCC.