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Por su labor el periodista es el nexo entre la información y el público que quiere conocerla. Se encarga de obtenerla, procesarla y presentarla de forma sencilla para que el lector, oyente o televidente, pueda entender fácilmente lo que sucede. Sin embargo, recientemente las organizaciones terroristas le han dado un nuevo rol: ser el medio de propaganda de sus actividades.
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Esta es la mayor preocupación que tiene el Instituto Internacional para la Seguridad de los Medios (INSI, por sus siglas en inglés), que advierte que los periodistas están siendo usados por esos grupos como “peón de su propaganda”.
El periodista británico Jonh Cantlie fue secuestrado en 2012 en Siria por el Estado Islámico (EI). A él se suman al menos otros dos periodistas norteamericanos y un voluntario británico, quienes fueron decapitados. Previo a sus asesinatos, cada uno de ellos grabó un video en el cual responsabiliza a su gobierno por los ataques a Medio Oriente como la causa de la contraofensiva del EI.
Pero en el caso de Cantlie se da un paso más. El martes 23 se divulgó un segundo video del periodista freelance en el qué, enfundado en un traje naranja, es usado como vocero del EI para advertir al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que ingresó en una guerra que no ganará y que habrá un “caos potencial”, comparado con la guerra de Vietnam. Esta semana el gobierno norteamericano junto a aliados árabes inició bombardeos en Siria sobre centros identificados de los yihadistas.
Con la atención mundial que genera la situación de sus rehenes, el grupo terrorista envía en las palabras de Cantlie el mensaje de que su movimiento es el “más poderoso en la historia reciente” y que considerarlos como la personificación del “mal” no les afecta.
Hannah Storm, directora de INSI, conoció a Cantlie. Meses antes de su secuestro estuvo discutiendo con él la necesidad de que los medios se unan en reclamo de mayor protección para los periodistas en situaciones de conflicto. Pero no fue suficiente. Por eso, Storm redobla la apuesta ya que, en su opinión, “la seguridad de los periodistas ha cambiado”. Y no a su favor.
En un comunicado divulgado por INSI el lunes 22, la directora desconoce “exactamente las razones de este descenso a la inseguridad” pero asegura que “hay graves factores que están claramente involucrados”.
Uno de ellos, lo identifica en los videos de Cantlie. Para Storm, esa práctica es “un intento de los militantes islámicos para intimidar a los periodistas que toman riesgos para hacer visible los oscuros rezagos de la sociedad y documentar las historias de vida que necesitan ser contadas”.
“Mientras los secuestradores puedan usarlo como peón de su propaganda, continuarán mandando el mensaje de que los periodistas pueden ser manipulados como ellos quieran. Ya no es suficiente para los detractores de los periodistas asesinar al mensajero. Ahora el mensajero se convirtió en el canal para un mensaje despreciable de otra persona”, afirma.
El más oscuro.
Storm considera que es “uno de los períodos más oscuros para la seguridad de los periodistas” porque no recuerda época en la que se detuviera, secuestrara, asaltara y asesinara más que la actual.
El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) divulgó semanas atrás un relevamiento de los periodistas que murieron realizando su trabajo. Desde 2004 a la fecha, 619 periodistas perdieron su vida, de los cuales 44% fueron en situaciones de guerra (Búsqueda N°1.780).
Por ello, los relatores de diferentes organismos internacionales se unieron en un único pedido: mayor protección para los periodistas. “Los ataques disuaden y a veces impiden que los periodistas ejerzan su derecho de buscar y difundir información. Esos ataques privan a todos nosotros del derecho a conocer y acceder a información sobre situaciones críticas del mundo”, afirmaron en un comunicado.
El documento divulgado el lunes 1º está firmado por el relator especial de Naciones Unidas sobre Libertad de Opinión y Expresión, David Kaye; la relatora para la Libertad de los Medios de Comunicación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, Dunja Mijatovic; la relatora especial para la Libertad de Expresión de la OEA, Catalina Botero Marino, y la relatora especial para la Libertad de Expresión y Acceso a la Información de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, Faith Pansy Tlakula.
Para los relatores, lo hecho hasta el momento no es suficiente. Inclusive, si no se toman medidas solo puede empeorar. “La impunidad reinante por los ataques contra la población civil, incluidos los periodistas, incita a los autores a creer que nunca tendrán que rendir cuentas por sus graves crímenes”, afirma el documento.