Hay una frase del periodista estadounidense Herb Caen que dice: “Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños”.
A partir de las medidas de tránsito que se tomarán en la calle 21 de Setiembre, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, habla sobre la gestión de movilidad y los proyectos para lograr una ciudad más verde
Hay una frase del periodista estadounidense Herb Caen que dice: “Una ciudad no se mide por su longitud y anchura, sino por la amplitud de su visión y la altura de sus sueños”.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáParece vital entender que, más allá de las escalas locales, iniciar a una ciudad en un camino verde e inteligente es una cuestión ciudadana que requiere gobernanza y gobernabilidad. Estos dos conceptos, diferentes pero complementarios, parecen ser la clave para una buena gestión de las ciudades del futuro.
La oportunidad de conversar mano a mano con quien lleva el timón de Montevideo no es de todos los días. Y que el encuentro se haya agendado con muy pocos días de demora, surgido de un tema de preocupación barrial concreto, habla de un ánimo de establecer canales de comunicación ágiles y variados con la población.
En el imponente espacio de la sala de reuniones principal del segundo piso de la intendencia, la ingeniera Cosse recibe al equipo de Galería con mate sobre la mesa, sin asistentes para respuestas y con la serenidad de quien tiene trayectoria amplia en temas técnicos sobre la infraestructura de diferentes áreas de la ciudad. Con calidez cercana y profesionalismo, respondió una a una en forma sintética, pero detallada y generosa en información, cada una de las preguntas que le fueron formuladas.
La charla recorrió temas relacionados con la intención preliminar de flechamiento de la calle 21 de Setiembre en particular, pero también sobre movilidad en general, los procesos de la planificación urbana, su visión para Montevideo como ciudad inteligente, los programas que incluyen avances no solo de equipamiento o servicios urbanos sino también transformaciones sociales, las acciones implementadas para trascender su gobierno y las metas más cortas que espera dejar resueltas o avanzadas en su período.
¿Cómo fue el proceso de diagnóstico previo a las modificaciones que se harán en la dinámica de la calle 21 de Setiembre?
El tema de 21 de Setiembre no puede verse aislado, hay que verlo en el marco de un análisis de todo Montevideo. Cada lugar tiene sus particularidades, no hay dos barrios iguales y dentro de un mismo barrio hay zonas que no tienen nada que ver unas con otras. Por eso nuestros tres ejes de trabajo en todos los temas son: equidad, diferenciación y evidencia. Equidad en encontrar los mejores resultados para todo el mundo, admitiendo que debemos tener acciones diferenciadas. Y evidencia para realizar esas acciones, es decir, no gobernar a partir de opiniones. Lo que tiene que mandar es la realidad. En ese marco consolidamos en una única plataforma los datos digitales de movimiento de sistema de transporte público, acumulados desde 2008. Estos datos provienen de 400 sensores que tenemos en distintos puntos de Montevideo, que registran la cantidad de vehículos en la hora. También tenemos un acuerdo de intercambio de información con Waze. Todo eso se consolidó en una plataforma que es pública. En el portal de datos abiertos de la intendencia puede verse el estado de congestión de todo Montevideo, a cualquier hora en cualquier día, así como seleccionar calles puntuales. Esa herramienta nos permitió ver objetivamente algunos puntos de congestión que conocíamos y otros que no. De ahí surgen, en el marco de Montevideo Se Adelanta, 10 puntos donde vamos a intervenir con unas 60 acciones en varias partes de la ciudad. El objetivo es resolver el tema de la movilidad porque el parque automotor se duplicó en 10 años. Esto impacta en la vida de la gente, no solo de los vecinos del barrio, sino de los que pasan para ir a trabajar u otros. En algunos casos, se trata de introducir inteligencia artificial en los semáforos; en otros, aplicar una serie de cambios que tienen que ver con flechamientos o la prohibición de estacionar. A partir del año que está por comenzar empezaremos con las obras.
A propósito de la recolección de datos de transporte, consumos y otros, ciudades como Buenos Aires o Barcelona tienen una muy buena gestión que mide desde el movimiento de tarjetas de crédito hasta los flujos de tránsito para luego aplicarlo a la hora de instalar comercios o emprender acciones. ¿Cómo estamos en ese sentido a niveles más generales?
Estamos muy bien. Esas métricas están de hecho en el portal de datos abiertos de la intendencia. Tenemos una activísima política de abrir datos, publicarlos y generar información de manera accesible. Por ejemplo, está el mapa de recolección de residuos de Montevideo. La intendencia tuvo el proceso de, en algunas áreas, generar información digital, acumular y publicar para ir por el camino de consolidar y usar. Hay obsesión por generar información. No solo tenemos publicados los mapas de recolección sino los mapas de calor (que indican la concentración de cierta actividad) que surgen de los WhatsApp que mandan las personas. Nos permite a nosotros, además, tomar medidas y tener diálogos con los vecinos.
¿Cómo fue la interacción con los vecinos de 21 de Setiembre?
En todos los proyectos que encaramos hablamos con los vecinos. Ya sea si vamos a hacer caminería en un asentamiento o a resolver un tema de iluminación, nos reunimos con los vecinos con un proyecto y lo conversamos. De esas instancias suelen surgir elementos muy interesantes que muchas veces nos hacen cambiar la propuesta. No tiene que ver con quién tiene razón, porque los vecinos no tienen el conocimiento técnico de una organización ni la organización tiene la cotidianeidad de los detalles que a través de la técnica no se pueden ver. Cuando fuimos a presentar este proyecto de la zona de Punta Carretas al Biguá, me llamó la atención que al otro día todos los medios titularon: “Se flecha 21”. Simplemente fue una instancia más, entre muchas otras. De hecho, después nos reunimos con el consejo vecinal y municipal, con una comisión representativa de los vecinos y los comerciantes, a quienes invitamos por folletería en los comercios. Cada uno de esos procesos ha servido para incorporar saberes y devolver una propuesta mejor.
¿Cuál es el estado de situación del tema luego de esas instancias de intercambio?
Los comerciantes nos insistieron con que les impactaba no contar con los dos surcos de transporte público. Para nosotros fue un elemento nuevo y atendible para incorporar en la propuesta, por lo que hicimos algunos cambios, por ejemplo, en el estacionamiento. No se va a poder estacionar de Ellauri al sur en las dos aceras. Y de Ellauri al norte vamos a habilitar de una acera sí y de la otra no, alternando horarios. También vamos a introducir fiscalización electrónica. Estamos sacando la variable del transporte público por Solano Antuña. A su vez se saca una fila de estacionamiento desde rambla hasta Jaime Zudáñez para que los autos fluyan mejor en esa parte más estrecha. Los semáforos que habíamos propuesto en una primera instancia los vamos a mantener en puntos que son necesarios, por ejemplo, en Luis de la Torre y 21. Todo esto se implementará gradualmente. Primero se empieza por avisar que no se puede estacionar, se comunican los cambios de recorridos del trasporte y demás.
Uno de los componentes de impacto a nivel casi teórico acerca del tema de Solano Antuña es el hecho de ir en contra de ciertas tendencias globales. Por ejemplo, la protección de las supermanzanas (en este caso, formada entre 21 de Setiembre, Bulevar España, José Ellauri y la rambla) con vías más rápidas en los costados y de tránsito más lento en las internas. Además, consiste en un área de protección y vigilancia patrimonial. ¿Coincide?
Sí y no. Es verdad que es una tendencia muy sana a nivel mundial y con la cual la intendencia está alineada, pero no se puede aplicar en todas las ciudades por igual. Montevideo no tiene vías anchas. Pero sí hay que proteger este aspecto y por eso no podemos improvisar. Ahora, el tema de movilidad hay que resolverlo porque los minutos de la vida de la gente acumulan días y nosotros no podemos ensanchar Montevideo. Tenemos que aplicar ingenierías. Las plataformas de datos son importantes porque nos permiten moderar y ver cómo funcionan las acciones en la práctica para incluso hacer algún cambio.
En zonas como Ciudad Vieja y Centro hubo ciertos estímulos para la creación de parkings. ¿Hay soluciones alternativas para que se generen estacionamientos alrededor de 21 de Setiembre? Ya sea, por ejemplo, en edificios residenciales que destinen una parte de sus estacionamientos para uso público.
Hace ya unos años hubo una iniciativa de hacer un parking debajo del parque Villa Biarritz, que creo que hoy nos hubiera resuelto mucha cosa. Por eso, en el diálogo con los vecinos siempre hay que tratar de adelantarse un poco. No hay nada peor que buscar la solución perfecta si eso implica quedarte en lo inviable. Hay pasos que deben darse. Nosotros tenemos una serie de exigencias con respecto a los estacionamientos en edificios y demás, y el área de planificación está evaluando estímulos para la generación de esos espacios.
Hace años estuvo el urbanista danés Jan Gehl asesorando en la gestión de Daniel Martínez. ¿Cómo se inserta en la práctica el diagnóstico de un referente internacional? ¿Esos aprendizajes quedan en la mera inspiración o se alinean a conceptos de la visión que se tiene de Montevideo?
Nosotros tenemos una visión cuidadosa de Montevideo. Presentamos dos proyectos muy grandes al presidente cuando recién asumí como intendenta, que creo que iban a significar un cambio importante para la ciudad en línea con esa visión saludable, verde. Uno tenía que ver con generar un parque urbano alrededor de lo que es el eje de la Estación Central. Eso requiere un endeudamiento, para el cual la intendencia está en condiciones, pero tiene que ser autorizado por parte del Ministerio de Economía y hay que obtener los votos en la Junta porque es un proyecto de inversión urbana importante, que va en línea con todos esos conceptos de vivir la ciudad en 15 minutos (distancia promedio entre el hogar y los lugares que uno frecuenta: trabajo, lugares de estudio, servicios). La pandemia ha puesto sobre la mesa, más allá de los conocimientos teóricos de los especialistas, la importancia del espacio público cercano.
¿Cómo se diseña un sistema de transporte eficiente para que la gente deje de comprar más autos y opte por el transporte público?
La respuesta es tener corredores eléctricos. Ese es el otro tema al que apuntaba el segundo proyecto que presentamos, la incorporación de dos corredores eléctricos.
¿Por dónde son los corredores?
Uno va desde Ciudad Vieja, 18 de Julio y 8 de Octubre hasta Las Piedras y otro desde Ciudad Vieja por Avenida Italia hasta El Pinar. Estamos convencidos de que hay que hacerlos porque tenemos los volúmenes de gente y son esos los lugares que hay que intervenir. Esa clase de tecnología te permitiría todo lo que suma al ambiente, el bienestar de la gente y dejar los autos. Son dos proyectos de muchos millones, que generan mucho trabajo y le hacen un bien a la ciudad. Pero nosotros no tenemos autorización para endeudarnos.
¿La puesta en marcha implicaría un cambio de infraestructura física o solo de renovación de flota?
Se puede hacer en etapas. Por ejemplo, arrancar por un cambio de flota razonable, tomar uno de los lugares y comenzar.
¿Por qué al implementar el plan de ciclovías en la ciudad no se consideró la rambla, como eje transversal a varios barrios?
Es un tema de escalabilidad y procesos. No hay recursos para todo y se va instrumentando en etapas, solo eso.
Si tuviera que definir en pocas palabras su visión de Montevideo como ciudad en general, ¿qué diría?
A mí me obsesiona que a Montevideo la queramos. Para poder tener una visión tiene que ser compartida con la ciudadanía y para eso tenemos que querer el lugar donde vivimos. Por eso me obsesiona la limpieza, porque es el primer gesto colectivo que hay que tener para construir algo que se realimenta positivamente. Si yo cuido al otro, el otro me cuida a mí, y eso empieza a conformarse como una cosa sana para generar cualquier visión de Montevideo. Entonces cuando desarrollamos una nueva estrategia ambiental, queremos que la ciudad esté limpia, pero queremos también que la ciudadanía participe. Por eso el número de WhatsApp ambiental 092 250260. En un año recibimos 280.000 fotos de lugares, está muy bien para ser Montevideo y ser la primera vez que esto se hace. Logrando la ciudad que todos queremos, cualquier visión sana empieza a florecer. Obviamente, se necesitan fondos, pero no todo es dinero. El año pasado arrancamos una iniciativa de que los barrios pudieran postular peatonales y este año la vamos a hacer explotar. Hemos visto que con tan solo generar la condición espacial de peatonal, se arma un parque humano. La gente va con sillas para tomar aire, los niños juegan. La idea es ir recuperando los espacios urbanos para el espacio humano.
¿Ese tipo de iniciativas suponen un testeo o la versión preliminar de acciones más permanentes?
Claro, es un testeo pero también una construcción cultural. Vamos por ahí.
¿Qué hay del plan de transformar Montevideo en una smart city?
Montevideo está evolucionando del paso de tener la información digital a usarla. Además, calificamos en la Alianza Digital de Ciudades promovida por la Fundación Bloomberg Philanthropies y, en ese sentido, estamos llevando adelante programas para aprovechar el listado digital y la información para mejorar algunas áreas de la intendencia. También gestionamos un proyecto para generar una metodología de innovación donde tomamos un punto piloto que es el Parque Rivera, donde se aplicó esa metodología con el objetivo de abordar temas de ambiente. En el trabajo de campo el equipo tuvo muchos descubrimientos y está consolidando otro proyecto que es el despliegue de huertas en la ciudad de manera masiva.
Todas estas acciones son importantes porque indican planes y objetivos que exceden su mandato. Pero ¿qué metas más cortas se propuso para cuando termine la gestión?
Estoy obsesionada con la limpieza. Realmente quiero seguir afianzando esa vocación ambiental en un sentido amplio y humanista. Tenemos programas de clasificación y reciclaje con la participación de quienes antes circulaban en la calle con carros a caballo y ahora lo hacen en motos. Ellos se ocupan de recolectar bolsas de residuos que estamos instalando en edificios, son quienes saben qué cosa sirve y cómo se puede canalizar en nuestra infraestructura. Lograr algo que no se ve, mejorando calidades de vida, pero que se pueda medir, que es el cambio cultural que necesitamos para que Montevideo sea verde.