Desde 1960, Uruguay tiene la ventaja de contar con una infraestructura que es propiedad estatal en el recinto de Il Gardini. La adquisición fue otorgada por el Municipio de Venecia en concesión de derecho de uso hasta el año 2027. Junto con Brasil y Venezuela, son los únicos países latinoamericanos con esta particularidad, mientras que el resto debe alquilar el espacio, incrementándose exponencialmente el presupuesto de participación.
Tras una convocatoria abierta de la Dirección Nacional de Cultura, el proyecto seleccionado para el envío nacional de esta edición es En Ópera. Escenarios futuros de una joven Ley Forestal, del estudio MAPA + INST y el músico Carlos Casacuberta. La propuesta curatorial invita a entender esa ley como un ensamblaje en construcción, capaz de perfilar distintos escenarios hacia un Uruguay laboratorio de futuro en madera. Este concepto se traducirá en la práctica a través de la sinergia entre varias disciplinas como la arquitectura, la música y la instalación.
Para el curador de la muestra, Mauricio López Franco, la idea es que quien visite la obra se adentre en una gran cantidad de información, con una base rítmica-musical que propicie un momento de reflexión. En ese contexto, la arquitectura es entendida como una disciplina integradora y necesaria para construir futuros más sostenibles. Como complemento también se presentará un catálogo que profundiza sobre las temáticas planteadas.
El valor cultural detrás del pabellón. Sin dudas, existe una tendencia en el circuito internacional del arte por utilizar instalaciones conceptuales. Desde el punto de vista del comisario del envío, Facundo de Almeida, director del Departamento de Internacionalización de la Cultura, esto tiene que ver con no hacer tan explícito cada uno de los temas que se presentan y fomentar la reflexión a través de la formulación de preguntas que promueven la diversidad de lecturas de los visitantes.
Intervención gráfica sobre escaneos de infraestructuras de la cadena forestal.
“El uso de disciplinas variadas, como ocurre en esta iniciativa, sin duda ayudará a que la propuesta sea accesible para los diferentes públicos que recorren durante seis meses la Bienal de Venecia, que son muy diversos en cuanto a nacionalidades, intereses e inquietudes”, sostiene. “De alguna forma los autores del proyecto ‘humanizan’ a la ley para hacerla dialogar con los visitantes y así generar un debate sobre estas temáticas, evidenciando modos que son muy propios de la idiosincrasia uruguaya: el debate público, el respeto por la legalidad, la consolidación de políticas de Estado y la construcción de consensos en el Parlamento”.
Mariana Wainstein, directora nacional de Cultura, advierte que el envío de Uruguay a la bienal requiere un procedimiento bastante complejo y sofisticado que incluye no solo la gestión logística y financiera para la instalación, sino el mantenimiento del pabellón durante todo el año, ya que Venecia es un lugar muy húmedo. En este sentido, detrás del envío de Uruguay, hay una importante planificación que tiene como emblema la promoción del país en un evento que opera como una gran vitrina mundial por la que pasan más de 300.000 visitantes por año.
A través del Instituto Nacional de Artes Visuales y el Departamento de Internacionalización de Cultura, la Dirección Nacional de Cultura es la entidad encargada de organizar las exposiciones que en cada edición representan a Uruguay en la bienal. Además, colaboran otras instituciones como la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de Universidad de la República y la Facultad de Arquitectura de Universidad ORT. Esta labor se desarrolla en coordinación con la agencia Uruguay XXI y el Ministerio de Relaciones Exteriores, que, a través de la Dirección General para Asuntos Culturales y la Embajada de Uruguay en Italia, acercan distintos servicios para el apoyo del pabellón nacional.
Un tema que ocupa y preocupa. Si bien en En Ópera. Escenarios futuros de una joven Ley Forestal se abordan temas de gran relevancia para Uruguay como la ley forestal y los debates en torno a su futuro, se desprenden del proyecto varias cuestiones que ocupan la agenda global: la producción sostenible, la preservación del medio ambiente, la utilización de recursos renovables, la distribución justa e inclusiva de los beneficios que generan esos recursos, entre otras. De esta manera, una vez más, nuestro país ofrece al mundo la posibilidad de ser un laboratorio de buenas e innovadoras prácticas en aspectos que involucran recursos renovables, el aporte que significa la plantación de árboles para contrarrestar el calentamiento global y el impacto en las soluciones habitacionales; y lo hace a través de la cultura, en particular, de la arquitectura, la música, el audiovisual, la fotografía y la instalación.
La obra presentada por Uruguay será una sinergia entre varias disciplinas: la arquitectura, la música y la instalación.
Según Facundo de Almeida, este encuentro universal es una oportunidad inmejorable para internacionalizar la cultura en general y en particular el talento de los arquitectos uruguayos. Durante medio año visitan Venecia los arquitectos más importantes y diversos del mundo, así como prensa especializada y público selecto. Y, en este contexto, Uruguay está en el centro del centro (por la ubicación destacada del pabellón, junto a los de Estados Unidos, Australia, Israel y los países nórdicos) de la arquitectura global. Por otra parte, “es una ocasión inigualable para el equipo de arquitectos y curadores porque les permite interactuar con sus pares de otros pabellones durante los días de la inauguración, así como con colegas que llegan de a miles para el evento”.
Las autoridades referentes involucradas en lo que implica la presencia nacional en la bienal coinciden en que es una gran acción cultural exterior, tal vez la de mayor impacto y la más eficiente en términos del costo-beneficio.
Mariana Wainstein reflexiona al respecto: “Siempre decimos que nuestro país no es una potencia militar ni económica, pero sí cultural. La cultura es básica para la marca país, es lo que somos y lo que nos distingue. Por eso es muy importante organizarse, ser eficientes y trabajar juntos para no duplicar esfuerzos y que los fondos públicos rindan lo más posible”. Por su parte, la directora del Instituto Nacional de Artes Visuales, Silvana Bergson, afirma que la Bienal de Venecia es “la madre de todas las bienales” y la de arquitectura resulta especialmente relevante para el país. “Nos importa mucho acompañar esa disciplina en diálogo con el arte más tradicional y con distintos lenguajes expresivos”.
Con las instalaciones conceptuales se busca fomentar la reflexión de determinado tema, en vez de presentarlo de manera explícita.
La internacionalización de la cultura se traduce en múltiples beneficios, como ayudar a construir y consolidar la imagen país en el exterior; en este caso, muy claramente por los temas urgentes y los debates innovadores que se promueven. Pero también colabora en diferenciar la producción de materias primas y en facilitar su aceptación en otros mercados. Este proyecto, por ejemplo, pone luz sobre valores de sostenibilidad y preservación del medio ambiente en la producción forestal. También contribuye presentando a Uruguay como un destino atractivo para las inversiones y promueve las exportaciones de servicios como la arquitectura uruguaya, “que es reconocida en el mundo no solo por grandes nombres de la disciplina sino también por nuevas generaciones de arquitectos como los integrantes del estudio MAPA + INST”, dice Almeida.
Cambios de cara al futuro. ¿Qué implicancia tiene la industria de la madera en la construcción del futuro? Según indica el texto curatorial, Uruguay (“un país con cuatro vacas por habitante”) atraviesa un cambio sin precedentes en su matriz productiva. Por primera vez, las exportaciones de celulosa superarán a las de carne en el 2023 y pasarán a liderar las ventas al exterior. Desde la aprobación de la ley forestal de 1987, la superficie forestada se multiplicó por más de 30 veces y se espera que esta expansión continúe, ya que el país tiene cuatro millones de hectáreas con prioridad para usos forestales.
¿Qué implicancia tiene la industria de la madera en la construcción del futuro?, se pregunta la obra uruguaya que se presentará en la Bienal de Venecia.
“Pareciera que hoy los árboles y la madera merecen nuestra atención. Por lo que este proyecto es una invitación a debatir y aprender juntos sobre las implicancias de la ley en los procesos de descarbonización y descolonización y su capacidad para perfilar al Uruguay como un laboratorio del futuro de la madera”, explica el arquitecto Mauricio López Franco, de MAPA + INST. Para él, estamos ante un momento mundial de gran efervescencia por el respeto de la madera, en el que muchos países como Finlandia y Austria ya tienen consolidada una producción maderera.
Instalar mundialmente a nuestro país como tierra de desarrollo para potenciar esa industria es una de las contrapartidas que tiene participar de este tipo de exposiciones internacionales. “Desde la oficina es un tema que venimos trabajando hace muchos años y tiene distintas repercusiones. Una de ellas es la posibilidad de incorporar la madera como material de construcción”, explica López Franco.
Entre las interrogantes que el proyecto invita a hacerse se destacan las siguientes: ¿podemos imaginar al Uruguay como un laboratorio del futuro de la madera?, ¿qué espacialidades dialogan con la ley forestal?, ¿de qué forma lo hacen?, ¿qué controversias enuncian?, ¿cuál es aquí el lugar de la arquitectura? Si bien ninguna de estas se responde en la intervención de la bienal, son varias las reflexiones que emergen especialmente en cuanto al impacto de la ley en la arquitectura.
Siguiendo la mirada del curador de la obra, actualmente varias empresas tienen la capacidad de producir madera y paneles de madera con tecnologías específicas que le otorgan capacidad estructural (vale como ejemplo el Museo MACA, en Punta del Este, uno de los primeros y últimos edificios en madera a escala local). “En poco tiempo este material formará parte de nuestro catálogo constructivo y es necesario que la academia genere conocimiento y proyectos de investigación”, concluye el curador.