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Hace unas semanas llegó a nuestra mesa de trabajo un libro que nos llamó la atención por su tema, por su fotografía, por su encuadernación, por el nombre de su autora a quien no conocíamos. El delicioso olor a papel y tinta que salen de hojear las páginas cargadas de fotos es el preámbulo al encuentro de una serie de rostros que miran a la cámara en entornos claramente identificables. Son personas de campo. Son fotos hermosas de personas de campo. Y junto a ellas, breves relatos en primera persona que se leen como pequeños bocados, rápido, salteados. Las páginas se van pasando de a varias hasta que el movimiento se detiene en alguna cuya foto llama a saber un poquito más de ese hombre, de esa mujer, de esa joven, de esa pareja. Son textos que hablan de sus pensamientos, de su forma de ver la vida, de amor por la tierra.
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Al conocer más sobre quien firma el libro, entendimos que la razón de nuestro interés por el trabajo estaba en que transmite una mirada distinta, poética, foránea de algo muy cercano. Al instante reconocemos lo que vemos, y nos devuelve una parte de nosotros, de la cultura con la que crecimos, pero desde los ojos de alguien que supo rescatar la riqueza y la belleza de esa vida de tradición.
Mirella Frangella es hija de fotógrafo uruguayo y madre alemana, nació en Montevideo y de niña se fue a vivir a Alemania. El mundo de los gauchos que su padre solía contarle siempre le provocó curiosidad, y esos recuerdos los asociaba con Uruguay. Ya grande y trabajando profesionalmente de fotógrafa, decidió explorar la tierra gaucha en varios viajes por el interior de Uruguay. Fue entonces cuando su mirada educada lejos de aquí y su memoria emotiva se unieron en un trabajo que nos devuelve una imagen genuina y revalorizada de una parte de nuestra identidad cultural.
Este ejercicio que hizo la autora del libro de ir a los orígenes —de conocer aquello que alguna vez le habían contado y encontrar pertenencia, solidaridad, respeto, orgullo, humildad, generosidad, amistad— es una forma de conectar con nosotros mismos, es un camino de introspección que suele llevarnos a lugares que nos hacen bien. Siempre, o casi siempre, ir al sitio de donde venimos, recordar quiénes somos, nos pone en perspectiva, nos ayuda a entender el presente o nos devuelve al camino si es que nos perdimos. Muchas veces, el ritmo de la vida moderna de la ciudad o los avatares en los que nos enredamos nos hacen perder esa conexión y necesitamos de alguien que llegue de afuera para invitarnos a hacer ese ejercicio. Con frecuencia, en nuestros antepasados encontramos explicaciones, sabiduría, autenticidad.
“Espero que este libro sirva de inspiración a otras personas para que en sus propias disciplinas, puedan encaminar la búsqueda de las huellas de sus ancestros, explorar las tradiciones y reflexionar sobre la forma de preservar los conocimientos del pasado e integrarlos en nuestro presente. Nada que sea importante para nuestro futuro debería perderse”, escribe Mirella bajo el título Escuchar más para entendernos mejor.
Alguien que ha sabido buscar huellas de ancestros, preservar conocimientos del pasado y aplicarlos al presente es Carlos Blanco Fadol, etnomusicólogo y multiinstrumentista; otro uruguayo que vive lejos y del que también contamos su historia en este número.
Este hombre ha dedicado su vida a rastrear los antepasados a través de los instrumentos musicales. De hecho, parte de su tarea en ese viaje en el que se embarcó de joven, y que le ha valido contar con la mayor colección de instrumentos étnicos del mundo, fue devolver instrumentos musicales a los pueblos de donde eran originarios y que ellos mismos no conocían.
El estudio sobre culturas prehistóricas, pueblos indígenas, civilizaciones antiguas de todos los rincones del planeta le ha enseñado la humildad con la que se debe mirar al pasado y convertirse en “un peregrino que capta la esencia de la cultura”, como él mismo se describe.
En las páginas que siguen reproducimos algunos de los retratos de Mirella que envían mensajes directamente al corazón, como ella asegura y nosotros confirmamos, y ofrecemos las respuestas de Carlos en una charla sobre una vida dedicada a bucear en los orígenes de la música. Historias que invitan a salir en busca de quiénes somos y de dónde venimos.