Generación de oro
"Tiene que ver con un montón de cosas, con la fundación de una escuela de cine, con la especialización en la (Universidad) Católica de narración creativa, como se llamaba en esa época, y tiene que ver también con el cambio tecnológico. Nosotros vivimos ese cambio, del paso del cine al video y del video (analógico) al video de alta definición digital, fue todo muy rápido y lo vivimos toda la generación que ahora tenemos 40 y algo. Empezamos trabajando en VHS, pasamos por todos los formatos de video que hubo y llegamos al cine, que era lo máximo que se podía hacer en términos de calidad en ese momento. 25 Watts es una película del siglo XX, porque se filmó en 16 milímetros. Después lo dejamos atrás y pasamos al digital. Lo vivimos en nuestra vida estudiantil y laboral. No nos vino ya armado, como a la gente que vino después, ni tuvimos que sufrirlo como los que estaban antes, que de repente un día les cambió todo; lo fuimos surfeando. Otra cosa importante fue el hecho de que empezaron a haber fondos públicos, y esto hizo que mucha gente se pusiera a escribir soñando que tal vez consiguiera plata para hacer una película. Antes podías escribir todo lo bien que quisieras y aun así era muy difícil que pudieras hacer la película solo".
Malas palabras
"25 Watts no ganó el FONA (Fondo para el Fomento y Desarrollo de la Producción Audiovisual Nacional). De hecho, lo perdió con una declaración de (Homero) Alsina Thévenet que decía que la película tenía malas palabras, entonces no se podía premiar. La anécdota es que mucho tiempo después con Leti (Leticia Jorge, su pareja) compramos su casa, ahora vivimos en donde vivía Alsina. Muy raro. Pero ganamos otro que se llamaba Fondo Capital, que era un fondo medio raro, como para proyectos culturales en general. No nos queríamos presentar y Fernando fue el que nos dijo: ‘No sean estúpidos'. Agarró unos guiones que ya estaban impresos -porque en ese tiempo se presentaba copia física-, los llevó y los presentó. Le dijimos ‘¿qué vamos a hacer con 15.000 dólares? (que era el valor del fondo). Una película sale mucho más cara'. Era poca plata para hacer una película, pero a su vez era mucha plata. Me acuerdo que un amigo me dijo: ‘¿Alguna vez tuviste 15.000 dólares? Capaz que no tenés nunca más, hacé la película'. Me quedé pensando, fui a dar una caminata larga, de esas nocturnas, tipo adolescente, y llegué a mi casa como a las 3 de la mañana. Llamé a Juan y le dije: ‘Tenemos que hacer la película'".
23 días
"Tuvimos todo el año 99 de preproducción, haciendo casting, buscando locaciones. Filmamos en febrero de 2000, en 23 días, y la película se estrenó en 2001. Estuvimos un año entero posproduciéndola. Editábamos de noche, entre las 8 y las 3 de la mañana, con Fernando, que era editor, que trabajaba en el día en publicidad, yo en ese momento trabajaba en TV Ciudad y un poco en publicidad, y Juan Pablo lo hacía en publicidad también".
Primeras opiniones
"Cuando la empezamos a mostrar, alguna gente nos dijo que era una mierda irrecuperable, que qué lástima que habíamos perdido toda esa plata y todo este tiempo haciendo esa cosa horrible; fue bastante duro. Por otro lado, a nosotros nos parecía que estaba buena. Se la empezamos a mostrar a gente amiga y les gustaba, ahí la mandamos a Sundance, que habíamos quedado finalistas del concurso de guiones -que después ganamos con Whisky- y no la aceptaron, nos dijeron que no les interesaba. Ahí me enteré, leyendo una revista de cine que se llama El amante -que no existe más-, que había un festival en Rotterdam que tenía un fondo que se llamaba Hubert Bals que ayudaba a producir películas en países de mierda, digamos. De hecho, habían ayudado a Pablo Trapero con su primera película, Mundo grúa, que había filmado con algunos amigos también. Mandamos el VHS de la película. La edición estaba terminada en video, pero como filmamos en 16 milímetros, había que hacer lo que se llamaba blow up, que era llevarla a 35 mm, que era lo que pasaban las salas comerciales y lo que tenías que hacer para tener distribución y poder ir a cualquier festival. Eso salía unos 10.000 dólares que no teníamos. Después estaba la mezcla de sonido, que también es una plata. Entonces la presentamos al Hubert Bals, que nos dio más plata de la que habíamos tenido para el rodaje, y con eso hicimos todos esos procesos en Buenos Aires".
Contrarreloj
"Después, los del Hubert Bals nos aconsejaron que la mandáramos al festival de ?Rotterdam. La mandamos y la aceptaron, pero entonces los tiempos se nos desfasaron, porque los de Hubert Bals todavía no nos decían si nos daban el fondo para poder terminar la película, y necesitábamos eso para ir al festival. Ahí entró un componente fortuito. Dani Hendler había hecho un comercial en Argentina y le habían pagado mucha plata, entonces nos prestó creo que 10.000 dólares, que nos dio para pasar la película a 35 mm. Llegamos al festival con Juan Pablo y Barbarita (Álvarez, directora de fotografía de la película) pero sin Fernando. Los procesos se habían atrasado. Estábamos en Rotterdam y la gente nos preguntaba: ¿la película llega? Sí, llega, decíamos. Era el año 2001, para mandar un mail teníamos que ir a un cibercafé, lo mandábamos y volvíamos cinco horas después a ver si Fernando nos había respondido. Después tuvo que pelear para poder llevarla en la cabina del avión, porque la querían despachar. La película llegó y el día de la función de prensa nos fuimos todos al cine con Daniel (Hendler), que lleva mate y termo a todos lados, y vimos 25 Watts en pantalla grande por primera vez".
Rotterdam
"Después de que entramos en ese mundo nos dimos cuenta de que existía, que había posibilidades. Después Whisky se hizo de una forma mucho más profesional, pero en ese momento era una cosa completamente lejana para nosotros. El festival que nosotros conocíamos era el de Cinemateca. Eso era un festival para nosotros, ver muchas películas en Semana Santa. Cuando fuimos a Rotterdam nos pagaron por estar. Nos dieron unos viáticos y Juan decía: ‘Para mí, que se equivocaron' (risas). ‘Vamos a no gastar nada por las dudas'. Ahí nos dimos cuenta de lo que era un festival de verdad. Nos pedían los derechos de la película para pasarla en Francia y pensábamos ¿a quién le están hablando? En 20 días entendimos cómo funcionaba".
Se estrena
"Fue completamente inesperado ganar, y también lo que pasó después. Ganamos el premio, que eran 10.000 dólares, la plata que teníamos que devolverle a Daniel, así que estuvo buenísimo. Todos trabajamos gratis, hicimos una especie de cooperativa, entonces la idea era tratar de estrenar la película en Uruguay y generar ventas. Ese año también estaba En la puta vida, entonces por primera vez en mucho tiempo se estrenaban dos películas uruguayas, que además eran superdistintas, entonces se dio una cosa como de Peñarol-Nacional, de ‘cuál te gusta más'. El día del preestreno, que fue en Cinemateca 18 cerrando el festival, se hacían dos funciones y fue muy extraño, porque era estar pasando la película en la sala donde nosotros íbamos a ver películas. Había gente haciendo cola. Se llenó esa función y vino otra después que estaba igual. Y la gente se reía en el cine y la película les gustaba. Todo era una cosa muy rara".
Volver a verla
"La última vez que la vi fue en Finlandia, en una retrospectiva que nos hicieron a Juan y a mí con las dos películas que teníamos en ese momento en un festival muy copado que se llama Sodankylä, en el que siempre es de día, las 24 horas. Fue uno de los últimos viajes que hicimos con Juan presentando películas. Debe haber sido como en 2005 o 2006, un poco antes de que Juan muriera. Y ahí la vi. Dijimos que no la íbamos a ver, pero la vimos los dos. La pasaron en una carpa de circo. Después no la vi más".
Retrato de los 90
"Hace unos días estuve filmando una serie en Colombia, en Bogotá, y justo se inauguró un edificio nuevo de la Cinemateca Colombiana que es alucinante, y dentro de la fiesta de inauguración hicieron un ciclo de películas latinoamericanas que habían influido el cine latinoamericano de los últimos 25 años, y estaba 25 Watts. Como justo yo estaba ahí la fui a presentar. Yo estaba trabajando con pibes bogotanos de entre 15 y 18 años, que eran todos los actores de la serie, entonces los llevé para que la vieran porque esta serie que estábamos haciendo está ambientada en el 2000 pero es muy noventera -obviamente para ellos los 90 eran como Egipto y los faraones-, y había cosas como un videoclub, que ellos no sabían lo que era. Entonces, con el director de casting y el showrunner de la serie nos pareció una buena idea que la fueran a ver. Era la primera película en blanco y negro que veían pero les gustó. Se habían copado, habían entendido, se habían reído con los personajes, se habían identificado con algunas cosas que pasaban".
Vigencia
"No sé si ‘vigente' es la palabra pero sí que es una película que cuenta un momento y lo cuenta certero. Es bastante simple y directa, no tiene muchas vueltas de guion ni en la dirección. Hay películas que se hacen con truquitos del momento y después te das cuenta y decís ‘esta es de tal época'. La cámara ahora es mucho más fácil de conseguir, también es más fácil editar, pero la forma de usar el lenguaje hiperbásica sigue siendo la forma de acceder a contar algo. Me parece que tiene la vigencia de ‘quiero contar una historia, tengo mi guion, tengo mi camarita, tengo mis tres amigos y, aunque sea, un celular: la puedo contar'. Eso es lo que le da cierta atemporalidad".
La misma juventud
"Por más que tengas Internet en tu cuarto, por más que tengas Playstation 250 y veas la cara de Suárez cuando hace un gol, hay un punto en el cual el aburrimiento lo tenés adentro. Eso sigue existiendo, sigue pasando, y siempre, sentarte en un murito imaginario a charlar con tus amigos es lo mejor que te puede pasar en el día. En ese sentido quizás sigue existiendo esa vigencia, lo cual es horrible".

Fernando Epstein (productor ejecutivo y editor)
¿Qué significó en tu carrera 25 Watts?
Todo lo relativo al estreno de 25 Watts fue como vivir un sueño. Como en los sueños, sucedieron cosas que anhelábamos, otras parecidas con la realidad pero muy bizarras, conteniendo un significado profundo y preclaro de eventos por venir. El estreno en Rotterdam a sala llena, las risas de los holandeses, el aplauso cerrado al final... y luego los premios. Después el estreno en Cinemateca, y llegando a la Sala 18 con Juan Pablo (Rebella) ver la fila de gente dando la vuelta a la manzana, lo cual se repitió también para la segunda función el mismo día. Para mí es como un tatuaje sensorial. Cuando la película salió a las salas comerciales, el primer fin de semana los distribuidores más veteranos me llamaban a felicitarme por los primeros 5.000 espectadores, y nosotros aún sin vislumbrar la verdadera dimensión.
¿Cómo ves hoy la película?
Hoy pasaron casi 20 años del rodaje, un poco más de 18 años del estreno comercial, y la película nos sigue dando alegrías. Se convirtió en un hito no solo del cine uruguayo, sino también del cine latinoamericano. ¡Hasta hay una revista de cine en Ecuador que se llama 25 Watts!
Extrañamos mucho a Juan Pablo, pero seguimos unidos por esa experiencia. La función en 35mm en la nueva Cinemateca el jueves pasado junto a Pablo y todo el equipo fue pura emoción. Constatar que el tatuaje es colectivo y aún perdura.
Jorge Temponi (Javi)
¿Qué significó en tu carrera 25 Watts?
La importancia de 25 Watts en mi carrera es gigantesca. Fundamental. Sin ser aún actor en aquel entonces, tuve la enorme doble fortuna de ser adecuado para el personaje de Javi y de tener la confianza de Rebella y Stoll. Estaba formado en Comunicación, había actuado en varios cortos de la carrera y recién después del rodaje de la película entré a la EMAD y estudié actuación. De modo que fue mi primer trabajo como actor profesional. Increíble. Me marcó para siempre. Nunca me canso de la película, obra maestra de jóvenes atrevidos, ni del inmenso amor de tantos por ella, incluidos quienes la hicimos.
¿Cómo ves hoy la película?
Hoy, después de haberla visto 14 veces entre 2001 y 2003, la vuelvo a ver y sigo encontrando nuevos detalles. Y ante todo, me impacta en este reencuentro la infinita pelotudez de los tres protagonistas. Sí, es proverbial y la columna vertebral de la historia, pero ahora esa actitud perdedora de estos tres me encuentra con 43 años y me sacude. Esa apatía en su momento era una caricatura de mi realidad y hoy es todavía más graciosa y absurda por lejana. Genial.
Alfonso Tort (El Seba)
¿Qué significó en tu carrera 25 Watts?
Para mí, 25 Watts fue la posibilidad de actuar en una película con un personaje protagónico y eso para un actor que recién empezaba era toda una experiencia, y una posibilidad de empezar a entender qué era trabajar de actor, digamos que fue mi primer trabajo como actor. Luego viene todo lo que pasó con la película, sus premios en diversos festivales, cosas que eran inimaginables para todo el equipo. Nosotros teníamos solo un objetivo, que era filmar la película.
¿Cómo ves hoy la película?
Mirándola hoy pienso que sigue teniendo cierta vigencia porque aunque los tiempos son otros hay algo que transmite que hoy sigue vigente, la frustración de ese vacío que te genera el no saber qué hacer en la adolescencia, eso de dejar pasar el tiempo compartiendo con amigos y amigas en una plaza, en un murito, en la casa de un amigo. Creo que tiene elementos narrativos vigentes. Después, cinematográficamente tiene planos muy lindos. El otro día cuando la veía en el cine y en 35mm ciertos planos eran por momentos pictóricos, creados con muy pocos recursos, porque fue una película realizada con bajo presupuesto; hay algo muy artesanal en cada plano de la película. Y por otro lado creo que hay personajes y escenas muy bien creados y bien actuados. En fin, mucha emoción al volver a verla.
Dónde y cuándo verla
Jueves 10
21 horas, Sala Cinemateca (Bartolomé Mitre 1236. Con la presencia del director Pablo Stoll).
Viernes 11
19 horas, Sala B Auditorio Nelly Goitiño (Av. 18 de Julio 930). 21 horas, Sala Cinemateca (con la presencia de los actores Jorge Temponi y Alfonso Tort).
Sábado 12 y domingo 13
21 horas, funciones en 35mm, Sala Cinemateca.
Lunes 14
21 horas, Sala Cinemateca (van tres amigos y paga solo uno).
Martes 15
21 horas, Sala Cinemateca (con la presencia del productor y montajista Fernando Epstein y moderado por Juan Andrés Ferreira).
Miércoles 16
21 horas, Sala Cinemateca (con la presencia del director de arte Gonzalo Delgado y moderado por Mariángel Solomita).
Viernes 18
19 horas, Sala B Auditorio Nelly Goitiño.
Viernes 25
19 horas, Sala B Auditorio Nelly Goitiño.
1º de noviembre
19 horas, Sala B Auditorio Nelly Goitiño.