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Cuatro lecturas para el último mes del año

Una selección de libros recomendados por Galería

De todos los nombres, el nombre, de Marcelo Estefanell

En los momentos más duros y oscuros, el pasado puede convertirse en la única luz, en una herramienta de autoconocimiento. En los agobiantes años de cárcel entre 1972 y 1985 el pasado fue, para Marcelo Estefanell, la compañía a la que siempre acudió para contrarrestar el vacío del aislamiento y la soledad. La luz de los grandes patios; la inocencia y autenticidad de los juegos; las voces, miradas y risas de personajes entrañables se presentaron siempre como reflejos de una infancia privilegiada o, como Estefanell dice, de una pequeña parcela de paraíso. Muchos años después, entre aislamiento, duelos y limitaciones pandémicas, aquellos ejercicios de memoria reflotaron y estimularon a Estefanell a escribir De todos los nombres, el nombre, una serie de relatos breves escritos entre 2020 y 2021 que conforman el universo nostálgico de una niñez en Paysandú a fines de los años 50. 

Aguilar, 155 páginas, 590 pesos.

Hotel California. Cantantes y vaqueros cocainómanos en Laurel Canyon, de Barney Hoskyns

A mediados de los 60, la música popular estadounidense dio un giro drástico cuando la fábrica de hits de Nueva York se vio desplazada por Los Ángeles, de la mano del genial productor Phil Spector y grupos como los Beach Boys, los Byrds o The Mamas and the Papas. Laurel Canyon se convirtió casi en el nuevo epicentro del rock and roll, y bares emblemáticos como el Troubadour vieron nacer a una nueva generación de cantautores. Sobre todo esto habla Barney Hoskyns en Hotel California. Cantantes y vaqueros cocainómanos en Laurel Canyon, un libro que repasa de forma minuciosa la escena del rock en California entre 1967 y 1976.

Contra, 414 páginas, 1.290 pesos.

El resto del mundo rima, de Carolina Bello

Todo comienza con un triple accidente en la ruta, en el que mueren siete personas. Sobreviven Andrés Lavriaga, un prófugo que acaba de robar una sucursal de préstamos, y Julia Bazlin, una bióloga. Ambos son derivados al mismo hospital y este hecho transforma la vida de ambos, que allí comparten su pasado y, en cierta manera, trazan su destino. Carolina Bello, de 39 años, se ha ganado un lugar destacado en la literatura uruguaya contemporánea, sobre todo después del éxito de Oktubre, una novela sobre el mítico segundo disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

Literatura Random House, 224 páginas, 590 pesos.

Los besos, de Manuel Vilas

Falta un día para que decreten la cuarentena y Salvador deja Madrid para instalarse en una cabaña en medio de un bosque. Ha empacado lo esencial y algunos libros. Lleva víveres y El Quijote. Es un docente jubilado, tiene 58 años (“Ya no hay vejez en la jubilación, al menos en la mía”) y mientras abre las ventanas de la casa que lo acogerá en los próximos meses piensa que ese sol que entra invita a enamorarse. “De qué sirve tener el cerebro y la inteligencia de Carlos Marx o de Albert Einstein si no estás enamorado”, escribe Manuel Vilas en Los besos, esta novela escrita en primera persona que es una invitación a habitar la cabeza de Salvador, con sus pensamientos errantes (“Parecía que era importante y resultó que no lo era. Acabó siendo un acto de extravagancia de la humanidad”, dice sobre la llegada del hombre a la Luna, o “El agua bendita era el hidrogel medieval”) y sus reflexiones vitales (“Cuarenta y cinco años es una edad importante, porque en esa edad ya sabes que el amor pleno entre un hombre y una mujer es una de las cosas más imposibles que hay en la vida”). Cuarenta y cinco años tiene Montserrat, la mujer a la que conoce en la tienda de alimentos del pueblo. Ella llega con su Opel Astra y él se pone colonia para esperarla: “(...) Pensé que no tendría sentido volver a usar colonia en la vida. Una gran colonia es la vida misma, pues los seres humanos se ponen colonia para agradar a los otros”. Y el virus que rige las vidas del resto del mundo no puede contra la inapelable ilusión que precede a cada visita de ella.

Planeta, 445 páginas, 790 pesos.