Si la
Academia quería
organizar una ceremonia sin imprevistos: misión cumplida. La noche del domingo
fue de las más predecibles; sin sorpresas ni sucesos fuera de guion. Parece una
meta poco ambiciosa para un lugar como Hollywood, que vive de entretener, pero
el propio anfitrión, Jimmy Kimmel, completó satisfecho con un 1 la pizarra
ubicada detrás del escenario que decía: “Número de transmisiones de Oscar sin
incidentes”.
Ni un solo
premio escapó a los vaticinios. Tradicionalmente es el ganador a Mejor actor
del año anterior quien entrega el Oscar a Mejor actriz, y viceversa. Este año
el ritual se interrumpió por un motivo evidente: Will Smith, ganador de la
estatuilla en 2022, no estaba invitado a una ceremonia cuyos organizadores
tomaron todos los recaudos (con equipo de gestión de crisis incluido) para
prevenir una nueva cachetada de cualquier índole. En su lugar, Jessica Chastain
(Mejor actriz en los Oscar del año pasado) y Halle Berry presentaron juntas las
dos principales categorías actorales.
“Para todos
los niños y niñas pequeños que se parecen a mí y están mirando, este es un faro
de esperanza y posibilidades”, dijo Michelle Yeoh al recibir el Oscar a Mejor
actriz. Competía con Cate Blanchett, Ana De Armas, Andrea Riseborough y
Michelle Williams, pero Yeoh era la principal favorita y el veredicto de la
Academia la confirmó. La malaya fue la primera mujer asiática en ganar en esa
categoría. “Gracias a la Academia. ¡Esto es historia en proceso!”.
La película
protagonizada por Yeoh, Todo en todas partes al mismo tiempo, se llevó
siete de los 11 premios a los que estaba nominada, incluyendo los más
importantes, Mejor película, Mejor director para la dupla de Daniel Kwan y
Daniel Scheinert (los Daniel), Mejor actriz de reparto para Jamie Lee Curtis y
Mejor actor de reparto para Ke Huy Quan. “Dicen que historias como esta solo
pasan en las películas. No puedo creer que me esté pasando. Este es el sueño
americano”, dijo el actor vietnamita, conmovido. Quan, que debutó en la
actuación siendo niño en Indiana Jones (por eso el abrazo sentido que se
dieron al final de la ceremonia con Harrison Ford) y Los goonies, fue el
segundo actor asiático en ganar en esta categoría después de Haing S. Ngor, que
obtuvo el Oscar a Mejor actor de reparto por The Killing Fields (Los
gritos del silencio).
Jamie Lee
Curtis fue, en su primera nominación, la destinataria del premio que transportó
a la audiencia a las ceremonias de otras épocas, en las que triunfaban
representantes de un linaje oriundo de Hollywood. “Mi madre y mi padre fueron
nominados a los Oscar en diferentes categorías. ¡Acabo de ganar un Oscar!”,
dijo al recibir el premio a Mejor actriz, mirando hacia arriba. Y agradeció a
todas las personas que han apoyado las películas que ha hecho en toda su
carrera, muchas de ellas de terror: “Acabamos de ganar un Oscar juntos”.
Gracias, Academia.
Jamie Lee Curtis se llevó su primer Oscar como Mejor actriz de reparto por Todo en todas partes al mismo tiempo. Foto: A.M.P.A.S. Ke Huy Quan, Mejor actor de reparto, se sacó una selfie con Nicole Kidman. Foto: A.M.P.A.S.
Metáforas y algunas indirectas. Seguramente
Brendan Fraser ya tenía previsto ganar y había preparado su discurso porque,
aunque su estado era de evidente nerviosismo y agitación, pronunció una
seguidilla de metáforas marítimas en alusión a su película, que difícilmente se
le puedan ocurrir a alguien en una transmisión en vivo. “Estoy agradecido con
Darren Aronofsky (el director) por lanzarme un salvavidas creativo y llevarme a
bordo del buen barco, The Whale (La ballena). Esta fue escrita
por Samuel D. Hunter, quien es nuestro faro”, dijo. “Ha sido como si hubiera
estado en una expedición de buceo en el fondo del océano”. Era, también, su
primera nominación.
Brendan Fraser emocionado con el primer Oscar de su vida. Foto: A.M.P.A.S.
Uno de los momentos menos felices de la ceremonia fue el intercambio
entre Jimmy Kimmel y Malala, que acudió en su rol de productora ejecutiva de
uno de los cortos documentales nominados, Stranger At the Gate. “¿Te
parece que Harry Styles escupió a Chris Pine?”, le preguntó él en plena
transmisión, como si hablarle a la Nobel de la Paz de un chisme banal con
connotaciones violentas fuera una idea ingeniosa. “Solo hablo de paz”,
respondió Malala.
Sarah Polley
recibió, sorprendida, el premio a Mejor guion adaptado por Ellas hablan
(Women Talking), y lo dejó en claro en su speech: “Solo quiero
agradecer a la Academia por no ofenderse mortalmente por las palabras mujeres
y hablando juntas de esa manera”, dijo riendo la que también es
directora del filme, aunque no estuvo nominada en esa categoría. De hecho,
ninguna mujer fue nominada este año a Mejor dirección.
Florence Pugh y Andrew Garfield le entregaron a Sarah Polley el premio a Mejor guion adaptado por Ellas hablan. Foto: A.M.P.A.S. Malala Yousafzai, productora de uno de los cortos documentales nominados, fue con su esposo, Asser Malik. Foto: A.M.P.A.S.
Chau,
Argentina. Top Gun:
Maverick, la película que, dicen, llevó a la gente en masa nuevamente al
cine y que, de alguna manera, reinstauró un hábito perdido, se llevó el Oscar a
Mejor sonido, pero estaba nominada a cinco más. Tom Cruise, celebrado por su
decisión como productor de esperar para estrenar la película en cines y no
ceder ante las plataformas de streaming, sin embargo, no fue.
Los que sí
fueron pero volvieron con las manos vacías fueron los integrantes del equipo de
Argentina, 1985. Ricardo Darín, Peter Lanzani y Santiago Mitre
con sus respectivas esposas llegaron esperanzados, pero la Academia premió en
su lugar como Mejor película internacional a la alemana Sin novedad en el
frente. El filme bélico producido por Netflix ganó en total cuatro de las
nueve estatuillas a las que aspiraba.
Ricardo Darín con su esposa, Florencia Bas. Foto: A.M.P.A.S. Santiago Mitre, director de Argentina, 1985, con su pareja, Dolores Fonzi. Ella llevó un vestido de María Gorof. Foto: EFE
Del
superbowl al Oscar. Los números
musicales fueron desparejos, algunos generara notoriamente mayor interés que
otros. Casi directo desde el halftime show del Superbowl llegó Rihanna,
con su panza un poco más crecida, para interpretar la canción Lift Me Up,
de Pantera Negra: Wakanda por siempre.
Después de
llegar y hacer su paso por la alfombra roja —que esta vez era color champagne y
dejó a más de uno desconcertado— con un despampanante diseño de Versace con
transparencias en la cola, Lady Gaga pasó a interpretar la canción Hold My
Hand, de Top Gun: Maverick, en una versión unplugged,
de jeans rotos y remera negra gastada. Difícil competir con esos niveles de
estrellato, pero lo intentaron Sofia Carson y Diane Warren con su
interpretación de Applause; David Byrne, Stephanie Hsu y Son Lux con This
Is A Life, y Rahul Sipligunj y Kaala Bhairava con Naatu Naatu, el
resto de las canciones nominadas.
Halle Berry y Jessica Chastain conversaron detrás de escena con Harrison Ford. Foto: A.M.P.A.S.
John
Travolta, visiblemente afectado, presentó el segmento In Memoriam, que
homenajeó a los miembros de la industria fallecidos en 2022, un año que tuvo
que ver marcharse a figuras como Olivia Newton-John (compañera de reparto de
Travolta en Grease), Kirstie Alley (coprotagonista también de Travolta
en Mira quién habla), Ray Liotta, Irene Cara, Jean-Luc Godard,
Angela Lansbury, Gina Lollobrigida, James Caan y Raquel Welch. Como sostenido
en el tiempo, exactamente igual que como se veía o sonaba hace 20 años, Lenny
Kravitz acompañó el tributo desde el piano con su canción Calling All Angels.
En busca de los espectadores perdidos. Hace tiempo
que la Academia viene peleando contra la fuga de espectadores, con poco éxito.
La contratación del equipo creativo de la Gala del Met para revitalizar la
alfombra roja, la inclusión de códigos QR durante la transmisión y la búsqueda
de un ritmo menos tedioso en general fueron parte de la estrategia para este
año, que parece haber mejorado ligeramente los números. Esta edición de los
Oscar la sintonizaron en Estados Unidos unas 18,7 millones de personas, 12% más
que en la anterior. Los que la vieron fueron testigos del triunfo de Todo en
todas partes al mismo tiempo y de The Whale en las principales
categorías; ambos filmes del estudio independiente A24, el primero en
conquistar todos los premios a la actuación, además de mejor dirección y mejor
película. Lo que parece abrir un nuevo capítulo en la escena cinematográfica.
Jimmy Kimmel fue la apuesta segura de la Academia para conducir la ceremonia. Foto: A.M.P.A.S.
La historia recuerda demasiado a la de Harvey Weinstein y
Miramax, su productora independiente. Ahora que Weinstein está neutralizado en
una cárcel de Nueva York, ya no se especula con el lobby poco ético que
realizan algunas productoras o estudios para promocionar sus películas entre
los miembros de la Academia. Después del cuestionamiento tan intimidante que
dirigieron a Andrea Riseborough, llegando la Academia a replantearse su
nominación a Mejor actriz por los elogios que había recibido en redes por parte
de celebridades a partir de su actuación en To Leslie, la institución se
dio por satisfecha en su misión de fiscalizar los mecanismos de promoción.
Sin
embargo, solo un lobby muy bien hecho puede explicar el triunfo
arrollador de algunas películas por sobre otras. Pero de nuevo, esto no nació
ni murió con Weinstein, y seguirá existiendo.
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HIGHLIGHTS DE LA RED CARPET
Cara Delevingne con un vestido de Elie Saab. Foto: A.M.P.A.S. Emily Blunt se sumó a la tendencia de los vestidos blancos. Foto: A.M.P.A.S. Florence Pugh por Valentino. Foto: A.M.P.A.S. Jamie Lee Curtis, ganadora como Mejor actriz de reparto, con su marido, Christopher Guest. Foto: A.M.P.A.S. Jennifer Connelly optó por Louis Vuitton. Foto: A.M.P.A.S. Michelle Williams, nominada a Mejor actriz, llegó vestida por Chanel. Foto: A.M.P.A.S.