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Las actividades que se desarrollan en el Museo de Arte Precolombino e
Indígena (MAPI) llevaron a que este se señale cada vez más como un centro
cultural en lugar de como un museo. Más que una crítica, su director, Facundo
de Almeida, lo toma con orgullo. El MAPI busca y se reinventa justamente en ese
sentido, como un espacio que busca difundir la cultura del continente en un
sentido más amplio que “lo precolombino”. “Somos un lugar de difusión de la
cultura latinoamericana en general”, afirmó De Almeida, y contó que la nueva
definición de museo —aprobada el mes pasado por el Consejo Internacional de
Museos en el marco de su 26ª Conferencia General— contempla, como gran novedad,
la idea de disfrute. En este sentido es que el MAPI, en conjunto con la
Embajada de Paraguay, invitan a la Noche de Paraguay: Música y Gastronomía en
el MAPI, a realizarse el miércoles 5 de octubre a las 19 horas, con la
presentación de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura y una cena de
tres pasos en el MAPI Café con gastronomía típica del país. El encargado de
Negocios a.i. de Paraguay, Juan Radice, aseguró a Galería que ya tienen
confirmada la asistencia de varios miembros del Poder Ejecutivo así como del
Cuerpo Diplomático. Se trata de una “experiencia integral” que representa “una
gran oportunidad de disfrute”, expresó De Almeida.
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El MAPI tiene una vocación internacional de base. Para
su director, generar una agenda cultural “diversificada” forma parte de la
responsabilidad de una institución, y por eso apuesta a que el espacio del
museo sirva para acercar al público uruguayo a otras expresiones culturales.
“Estoy seguro de que para el 90% de las personas que vayan a la cena va a ser
la primera vez que prueben gastronomía del Paraguay”.
De residuos a instrumentos. La propuesta de la orquesta llegó al MAPI a través de la sección cultural
de la Embajada de Uruguay en Paraguay. La motivación de la Orquesta de
Instrumentos Reciclados de Cateura va en línea con los valores y miradas de la
institución; “se trata de un proyecto con un propósito social tan definido y
potente que nos parecía importante darle un lugar en el MAPI”. El museo
reivindica con la incorporación de la orquesta a su agenda su compromiso social
y con el público joven y su participación activa. En el tema reciclaje, el MAPI
ya venía trabajando de la mano con un diseñador argentino, Alejandro Sarmiento,
y un grupo de expresos en la producción de objetos para la tienda del museo,
hechos con descartes. No se trata de basura, sino de materia prima que otro
descartó y alguien más puede aprovechar.
Es en esta misma línea que Favio Chávez, director y
creador de la orquesta, instaló como lema del grupo “El mundo nos manda basura
y nosotros le devolvemos música”. Todo comenzó a principios de 2006, cuando
Chávez empezó a trabajar como técnico ambiental en un proyecto de procesamiento
de residuos sólidos domiciliarios dentro del vertedero de Cateura, el basural
más grande de Paraguay, que queda en la comunidad homónima. Allí le nació la
iniciativa personal de enseñar música a los hijos de los recicladores del
lugar, pero la cantidad de niños interesados en el taller iba en aumento y los
recursos no permitían seguir comprando instrumentos. “Así la música comenzó a
ser una necesidad y los residuos fueron la respuesta”, contó Chávez a Galería.
La gente de Cateura tenía un amplio conocimiento en reutilización, sus casas
eran en su mayor parte recicladas. Uno de los padres de los estudiantes de
Chávez se las ingenió para construir un violín con una vieja cacerola y otros
objetos encontrados en el vertedero. Donde otros veían basura, estas personas
encontraban oportunidades.
Un luthier uruguayo, Camilo
Abrines, colaboró en el armado de los instrumentos y en 2011 nació formalmente,
con sus “melodías de la basura”, la Orquesta de Instrumentos Reciclados de
Cateura. Está compuesta por un grupo estable de alrededor de 30 jóvenes y niños
de entre 10 y 20 años. No es una filarmónica al uso; “el futuro que estamos
labrando aquí es una de las cosas más grandes”, declararon sus músicos en los reportajes
previos a su concierto en Madrid, durante la última gira de la banda. A esa
función asistió la reina Sofía de España, presidenta de honor del proyecto
social de Ecoembes, La Música del Reciclaje, inspirado en el trabajo de estos
muchachos. También recorrieron varios países de América Latina, Estados Unidos,
Canadá, Noruega y Holanda, y desde el viernes 30 hasta el 6 de octubre la
orquesta estará en Montevideo. Nunca pensaron recorrer el mundo con “esos”
instrumentos: cellos, violines, guitarras, trompetas y saxofones hechos con
latas de aceite como cajas de resonancia; monedas, botones y tapas de refrescos
como llaves de instrumentos de aire; cucharas como clavijas y tenedores para
estirar las cuerdas. Tan interesantes resultaron que los estadounidenses Brad
Allgood y Graham Townsley, en coproducción con Paraguay, lanzaron en 2015 el
documental Landfill Harmonic con la historia de la orquesta, donde
además cuentan cómo fue que este grupo llegó a ser telonero de Metallica y
tocar junto a Megadeth.
Tres pasos paraguayos. Por otro lado, la gastronomía forma parte de la cultura y es protagonista
de varias de las actividades del MAPI. Las cenas temáticas que se organizan
desde el museo tienen la finalidad de difundir otras culturas: “Son una forma
de hablar a través del paladar y mostrar la diversidad cultural del
continente”, explicó De Almeida.
En el caso de la gastronomía paraguaya, basa su
elaboración principalmente en yuca y mandioca, dos alimentos que se consumían
dentro de los grupos indígenas locales. La cocina del MAPI, a cargo de Juan
Pablo Flores Cadenas y Javier Chaibun y orientados por un asesor gastronómico
propuesto por la embajada, les dará un toque contemporáneo a estos platos
típicos, por ejemplo, en su presentación. Se trata de una cena en tres pasos en
donde se servirá primero un shot de soyo con tortillas, luego el plato
principal: asado a la olla con mandi’o chyryry, y de postre tarta de
maracuyá; todo acompañado por una copa de vino.
Radice explica que la selección de los platos no es
casual; cada uno de ellos carga con un pedacito de historia y guarda muchísimo
valor cultural. El so’o josopy, mejor conocido como soyo, es una
abreviación de dos palabras del guaraní: so’o que significa “carne” y josopy
que deriva de josopyré y significa “aplastado”. Esta comida era
utilizada para alimentar a personas de bajos recursos porque funciona muy bien
como único plato del día por su alto contenido calórico. Hoy es una de las
recetas más utilizadas en todos los hogares y restaurantes paraguayos. La tarta
de mburukuja, por su parte, lleva como ingrediente principal el fruto de
una planta enredadera cuya flor es la flor nacional de Paraguay. También
conocida como la flor de la pasión, los conquistadores españoles creyeron ver
en sus tres pistilos una corona de espinas que representaba los clavos de la
cruz de Cristo.
Miércoles 5 de octubre, a las 19 h, en el MAPI (25 de
Mayo 279 esq. Colón). Estacionamiento frente al museo. Ticket para el concierto
y la cena + copa de vino: 1.550 pesos. Reservas: [email protected]