¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

La explosiva teatralidad de Miranda! en el Auditorio del Sodre

El dúo electropop argentino más sugerente y extravagante del Río de la Plata completó dos fechas con Hotel Miranda!, una propuesta escénica adaptada a su ritmo
Redactora de Galería

¿Miranda! en el Auditorio Nacional? Y no. No era por desconfiar de su capacidad para llenarlo, pero al tratarse del mismo escenario donde suele presentarse la Orquesta Sinfónica, el Conjunto de Música de Cámara y el Ballet­ Nacional (con entretiempos donde se bebe champagne), alguno de sus fanáticos más aguerridos acostumbrados a los shows de estadio y el pogo podía llegar a extrañarse. Pero nada más lejos de la realidad. Al fin y al cabo era música electrónica —“electropop melodramático” según sus propios integrantes—, con una teatralidad +18 muy particular que no depende de la sala en la que se presenten.

Los dos últimos shows de Hotel Miranda! (el nombre de su último álbum, una serie de videos musicales y una puesta en escena que conjuga todo) del 1 y 2 de noviembre se agotaron. Empezaban tarde, a las 21 horas de dos días entre semana, y aún así estuvieron repletos. Los palcos de la sala Eduardo Fabini parecía que iban a caerse encima de las plateas; los pies rebotaban repetidas veces sobre el fondo de los resistentes balcones, las manos se sacudían hacia todas partes y los asientos de la platea y la galería, de esos que saben volverse a su lugar solos, estaban todos levantados.

No había nadie sentado, y el enérgico dúo de Alejandro Sergi y Juliana Gattas no se cansaba de bailar sus coreografías ensayadas (y rápidamente aprendidas e imitadas por los fans) ni de demandar más fiesta. Para los músicos, el público nunca estaba saltando y cantando lo suficiente y al final de cuentas tenían razón, porque cada vez que así lo pedían, la sala volvía a responderles con más euforia. Qué divertido era ver cómo todo ese caos de luces fucsia, azul y violeta cambiando a cada beat también era cultura, también era la Fabini­ y el Sodre.

Además esos dos eran febriles y podían subirle la temperatura a cualquiera. Su energía era la energía del público —con una amplia media entre 20 y 50 años— y viceversa. Bailes erótico-festivos, movimientos vulgares y bufonadas. Los de Miranda! se mostraron libres como dos pájaros con alas de purpurina, cálidos como un arbolito de Navidad adornado con una mezcla de estética chic y tradicionales chirimbolos, con atuendos de impronta punky que en lugar de ser de cuero eran de charol.

Los detalles de las texturas no eran lo único que podía apreciarse desde la primera fila: además del sudor corrosivo que corría por el rostro de los músicos haciéndoles bailar el maquillaje, ver a Juliana intercambiado miradas entre cómplice y seductora con algunos de sus fans era un plus.

Desde ahí también se notaban las muecas del dúo ya vistas en otras oportunidades, las mismas que a lo largo de sus 22 años de carrera se encargaron de sembrar la duda de hasta qué extremos pueden llegar estos artistas para que sus cuerpos resistan el peso de dos shows tan bien dados. ¿Exceso de excentricidad o consumo de sustancias? Una pregunta que suele rondar cada aparición pública del dúo, pero que esa noche a nadie parecía importarle. Todo eran vítores y flashes en los momentos exactos en los que tanto Ale como Juliana congelaban sus movimientos para salir asombrosos en la foto.

De Marilina Ross a Hotel Miranda! Miranda! es la típica banda que se la recuerda por haber marcado a toda Latinoamérica a través de sus primeros videoclips en MTV. Empezaron en 2001, pero el éxito habrá aparecido por lo menos tres años más tarde. Antes de eso, Juliana y Alejandro ya formaban parte de un trío llamado Los Tres Lirios (en alusión a la flor favorita de ella) con el que versionaban temas de jazz.

La respuesta positiva del público de esta banda y el gesto de un tal Leandro Fuentes, que se acercó encantado con lo que acababa de oír, los animaron a más: formar un cuarteto. Fuentes, conocido como Lolo, terminó siendo el primer guitarrista de Miranda!, inmortalizado en el solo de guitarra de la canción Don.

Así nació la banda, del seno de los antros de música electrónica a premio Revelación 2002 de la revista Rolling Stone. Antes de esto último, ganaron algo más de trascendencia con Quereme, un tributo a las telenovelas en donde hacían covers de temas como la cortina musical de Piel naranja (1970), protagonizada por la cantante y actriz argentina Marilina Ross.

Su primer concierto en un teatro fue en el Ateneo de Buenos Aires, con Gustavo Cerati como invitado sorpresa. La banda empezó pisando fuerte, y siguió. En 2004 apareció el gran hit Don y Miranda! se convirtió en un éxito internacional. Ganó siete premios MTV, cuatro premios Gardel, dos Gaviotas de Plata y cuatro Antorchas en el Festival Viña del Mar, y tuvieron varias nominaciones en los Latin Grammy.

Con Hotel Miranda!, su propuesta escénica más reciente, no agotaron uno sino tres Luna Park. En más de una oportunidad Ale y Juliana contaron que la mayor parte de su tiempo la pasan en hoteles; de ahí surgió la idea de ese álbum, acompañado de una serie de producciones audiovisuales que rejuvenecieron sus grandes éxitos de la mano de varios artistas que fueron sus “huéspedes musicales“. Convocaron a músicos de diferentes generaciones y estilos —que conviven perfectamente dentro del universo Miranda!— como Lali Espósito, María Becerra, Emilia Mernes, Chano, Cristian Castro, Andrés Calamaro y Bandalos Chinos, para colaborar con temas como Yo te diré (2008), Perfecta (2008), Uno los dos (2008), Mentía (2009), Prisionero (2008), Tu misterioso alguien (2009) y Navidad (2004). Las grabaciones se realizaron en el mítico Hotel Elevage del centro porteño, que cerró hace más de 10 años y supo hospedar a grandes figuras como Diego Maradona.

En huéspedes también se convirtieron los espectadores de los últimos shows en el Sodre. La puesta en escena fue dinámica, divertida y absorbente. Ellos eran los dueños del establecimiento que debían imponer orden entre el personal y los esperados huéspedes musicales. Estos últimos aparecían representados en la pantalla del medio del escenario, mientras la de la izquierda se dedicaba a mostrar a Juliana y la de la derecha a Alejandro.

Desafortunadamente para el funcionamiento del hotel, aunque para fortuna del espectador, tanto la botones como el histriónico personal de limpieza (todas bailarinas que manejan muy bien el humor físico) no necesitaron más de dos canciones para contagiarse de la fiebre festiva y pícara de Miranda! Se alcoholizaron, se disfrazaron y bailaron como locas.

Así, la banda puso en escena una narrativa que exploraba todos los ambientes de un hotel, desde la recepción hasta la sala de pilates, lo que incluía una importante apuesta en visuales y más cambios de look de los habituales (que ya son muchos) para el dúo. Presentaron un nuevo outfit por canción del nuevo álbum, con por lo menos dos clásicos intercalados en el medio, y se despidieron con un beso al público llevando la misma mano a golpear el suelo del escenario bajo una lluvia de papeles plateados.