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La voz de Rihanna es reconocible desde que editó sus primeros sencillos, pero poco se sabe sobre su vida privada. La cantante y empresaria no es de esas figuras que cuentan con quién salen o qué hacen después de subirse a los escenarios. La excepción fue aquella vez que estuvo envuelta en un escándalo por su tormentosa y abusiva relación con el rapero estadounidense Chris Brown. Una noche de febrero de 2009, los tabloides llenaron sus páginas con fotografías de las lastimaduras que Rihanna tenía sobre su rostro y su cuerpo por una pelea desencadenada por los celos. El escándalo sacudió los cimientos de Hollywood y muchos creyeron que tenían el poder de opinar sobre lo que había ocurrido.
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Desde entonces, la cantante decidió escudarse en su círculo más cercano y alejó -o al menos intentó- su intimidad de los focos. Así, las noticias con su nombre en el titular cambiaron de ángulo: entre 2005 y 2012 recorrió premiaciones, estuvo en videoclips y editó más de siete álbumes.Tuvo un breve descanso de los estudios de grabación y, cuatro años más tarde, volvió a estar entre las artistas más escuchadas por su último disco, Anti (2016). Fue noticia por batir récords, por vender más de 60 millones de discos y, este año, fue nombrada por Forbes como la cantante más rica del mundo: tiene una fortuna de 530 millones de euros. Mientras tanto, y lejos de los tabloides -que cada tanto le dedicaban páginas si se teñía el pelo o aumentaba de peso-, expandió sus negocios a la industria de la belleza y su influencia en la moda. Ahora, a los 31 años y ya en otra etapa, abandonó su hermetismo para contar su historia en una autobiografía visual.
No se trata de un libro con anécdotas exhaustivas ni escándalos jugosos: es una edición especial de casi siete kilos con recuerdos inmortalizados en más de 1.000 fotos. "Estoy muy emocionada de compartir esta colección de increíbles imágenes. Me siento muy agradecida por todos los talentosos artistas y fotógrafos que han contribuido a ello", aseguró Rihanna. Después de presentar el libro, que define como "una obra de arte", la cantante también dijo que se retirará temporalmente de la música para encontrar equilibrio y estabilidad en su vida. ¿Cuáles son las razones? Quizás estén documentadas en su autobiografía.
Una historia visual. Publicado por Phaidon, el libro tiene 504 páginas -algunas desplegables-, pósters, recuerdos e icónicas imágenes que marcaron su carrera, además de mostrar un estilo que es replicado por sus fanáticos. Desde Londres, fue diseñado por el estudio Brandbook, el mismo que ganó un Grammy por la portada de Blackstar, el último disco de David Bowie. Y es fácil reconocerlo en las librerías porque lleva el nombre de Rihanna y su tapa es, básicamente, un primerísimo primer plano de la artista. Pero lo más curioso es que el libro no tiene una sola edición: está la versión comercial, otra que está firmada por la cantante y The Haas Brothers, la tercera que viene con un atril dorado inspirado en sus manos y la cuarta -y más exótica- que incluye un pedestal de mármol portugués. Sí, un pedestal de Rihanna. Uno de los que tiene el atril de mesa ya fue comprado por la rapera Cardi B en un acto benéfico a un costo de 100.000 dólares.
Los ejemplares especiales fueron diseñados con la ayuda de los artistas norteamericanos The Haas Brothers (conocidos por hacer esculturas que difuminan la línea entre el diseño y el arte) ; esa es la razón por la que Rihanna considera que este trabajo es una obra de arte. Hace un tiempo, los artistas se declararon fanáticos de su música y Simon, uno de los hermanos, dijo que colaborar juntos era un "verdadero sueño hecho realidad". Ambos pensaron en hacer el atril con las manos tatuadas de Rihanna porque consideraban que eran un símbolo. La artista fue una de las responsables de la moda de los tatuajes maoríes entre las mujeres occidentales, además de su icónico "shhh..." y "love" en los dedos. También es conocida por usar largas y puntiagudas uñas, que dos por tres se pinta con colores vibrantes. "Sus manos son icónicas para mí", dijo Simon en la presentación del libro.
Rihanna fue presentado como una autobiografía visual, pero es difícil colocar esta edición dentro de una categoría. La artista no pretende contar allí su historia, sus engaños amorosos ni los problemas de su carrera. Pero tampoco planeó convertir la edición en un libro objeto. En ese sentido, podría resumirse como una traducción al papel de las imágenes y el estilo de vida que muestra en su cuenta de Instagram. Pero con un valor agregado: es contenido inédito. Rihanna hace un recorrido fotográfico por su infancia en Barbados, incluye material de cuando era más conocida por su verdadero nombre Robyn Fenty y documenta el día en que ayudó a organizar una fiesta para su abuelo con una torta en forma de cerveza.
También muestra cómo fue el día en que ganó un concurso de belleza y recopila muchas fotos espontáneas tomadas por su mejor amiga, Melissa Forde. Ambas todavía mantienen un estrecho vínculo. Aparecen figuras como el rapero Jay Z, la cantante Beyoncé y los festejos después de éxitos como Umbrella. También está fumando marihuana con Snoop Dogg y el detrás de escena de videoclips, conciertos y premiaciones como la gala del MET. "Mis seguidores son jóvenes y tienen una capacidad de atención muy corta. Prefieren mirar fotos que leer, seamos realistas. Dicen que una imagen vale más que 1.000 palabras, y yo lo creo", dijo Rihanna en la presentación del libro en Nueva York. Ese argumento podría explicar la razón por la que la artista guarda tantas fotos de su vida, su familia y su carrera. De hecho, estuvo más de cinco años recopilando el contenido para contar su historia.
Un cuento real. Allá por 2005, eran pocos los que podían imaginar el futuro que le esperaba a la adolescente de Barbados que creció con el sueño de triunfar en la música. La chica morena de ojos verdes y largas piernas, sin embargo, superó sus propias expectativas y se convirtió en una exitosa empresaria que navega en la música con la misma facilidad que en la industria de la belleza y la moda. Es considerada una de las mejores artistas del siglo XXI, ocupa el tercer lugar por su cantidad de hits en el Top 10 del Got 100 de todos los tiempos y acumuló más de una decena de premios desde que empezó su carrera artística. Aunque su gran valor, y lo demuestra con su libro, es su poder de reconversión.
La reina de Barbados hizo un imperio alrededor de su nombre: se unió a grandes marcas y, en el último tiempo, la mayor parte de sus ingresos provienen de Fenty Beauty, su conocida línea de maquillaje. Los especialistas comparan su éxito con el crecimiento de Kylie Jenner, quien se convirtió en la millonaria más joven del mundo a los 21 por sus productos de belleza. El crecimiento de Rihanna no termina en esta industria. También triunfó con su línea de lencería, registrada con el nombre Savage x Fenty, que vende piezas para todo tipo de cuerpos, talles y etnias. Tiene más de un centenar de diseños.Fue directora creativa de Puma -con modelos que se agotaron en menos de una hora- y participó como actriz en el remake de Ocean's Eleven.
Su firma aparece en la creación de una línea de zapatos con Manolo Blahnik, otra de ropa interior para Armani y una colección de joyas para la casa Chopard. Además, LVMH -el conglomerado internacional que reúne firmas del tenor de Dior, Givenchy y Louis Vuitton- anunció que se transformará en la primera diseñadora negra en tener una línea con ellos. En otras palabras, el nombre de Rihanna es sinónimo de éxito. Y nadie se cansa de seguirla.
Trabajar el equilibrio. Para sus fanáticos, la emoción por el libro de Rihanna estuvo acompañada por un doloroso comunicado que anunciaba su retirada temporal de los escenarios. Después de la presentación, la cantante utilizó su cuenta de Instagram para contar que necesita tomarse unos meses para dedicarse a sus proyectos familiares y, como se dice de forma coloquial, bajar la pelota al piso. "A todos mis amigos/familia/equipo, a los que tenía que haber contestado en los últimos meses..., por favor, perdónenme. Este año ha sido demasiado intenso y ahora estoy trabajando en eso conocido como equilibrio. Volveré pronto", escribió junto a una selfie de su rostro con los labios pintados de rojo, un sombrero y el cuello cargado de cadenas.
Hacía ya un tiempo -en una entrevista que sorprendió por abandonar su hermetismo- había contado que quería dedicarle tiempo a su pareja, el multimillonario Hassan Jameel, y que quería tener hijos. "De la misma forma que nutro mi negocio, también necesito nutrir esta relación. En el último par de años me he dado cuenta de que se necesita tomar tiempo para uno mismo porque la salud mental depende de ello", dijo entonces. Así, la forma de conocer y seguir en contacto con la artista será desde el libro que lleva su firma.