Sin tiempo para morir, la última entrega de las aventuras del agente secreto más famoso de la historia, James Bond, también será la última en la que participará Daniel Craig, protagonista, hasta ahora, de cinco títulos de la franquicia. Quizás también sea la última del propio Bond, aunque no de un agente 007. Durante el desarrollo de Sin tiempo para morir, que se estrenará en abril de 2021, Bond debe ausentarse y su lugar es ocupado por otro miembro del MI6. Se llama Nomi. Es de raza negra. Y es mujer.
Lashana Lynch (Foto: Alberto E. Rodriguez - AFP)
En un especial de la revista Harper's Bazaar dedicado a las mujeres del año, Lynch habló acerca de lo que implica el compromiso de ser la primera mujer 007. "Soy parte de algo que será muy muy revolucionario", dijo la actriz, cantante y dramaturga nacida en Londres el 27 de noviembre de 1987. "Cualquier otra mujer negra habría sufrido los mismos ataques y el mismo abuso", comentó, en referencia a las furibundas agresiones que recibió en las redes, a raíz de las cuales decidió cerrar sus cuentas durante unos días. "El debate sobre querer o no querer una mujer 007 fue genial. Probablemente es uno de los debates más poderosos y conmovedores que ha tenido la franquicia, y es muy relevante teniendo en cuenta dónde nos encontramos hoy y el mundo hacia el que hemos estado yendo durante mucho tiempo", explicó.
Cuando le ofrecieron el papel de Nomi, al principio lo rechazó, sin siquiera llegar a ver el guion. Es que, en la franquicia de Bond, salvo unas pocas excepciones (como la versión de M, de Judi Dench o Vesper Lynd, la esposa del espía), las mujeres suelen ser carnadas, presas, adornos (y también asesinas) sin demasiado desarrollo dramático. Lynch temía que Nomi "se perdiera detrás del hombre", que cayera rendida ante la irresistible seducción de Bond, el mujeriego eterno. Pero fueron los productores quienes insistieron en que leyera el guion con atención porque, según sus palabras, buscaban que la producción tenga "una cierta impronta feminista". Alcanzaba con ver una de las firmas involucradas en la escritura del libreto de Sin tiempo para morir: la británica Phoebe Waller-Bridge, factótum de Fleabag, fabulosa comedia ganadora de cuatro premios Emmy.
Lynch no es un rostro todavía muy conocido. Egresada de la Arts Educational School de Londres, su primer trabajo en un largometraje fue en Fast Girls (2012), donde encarnó a una corredora olímpica. Previamente había participado en cortos y en algunos programas de televisión. Alcanzó mayor visibilidad por su labor en Capitana Marvel (2019), junto con Brie Larson, otra de las nuevas heroínas de acción que, poco a poco, van conquistando pantalla en el cine comercial de Hollywood.
Empoderada en la carretera. El caso de Nomi y Lynch llega en un momento especial en el que los personajes femeninos ganan terreno y protagonismo. La serie más exitosa de Netflix es Gambito de dama, protagonizada por una mujer que se abre paso en un mundo estereotipadamente masculino. El anterior bombazo de Netflix fue Poco ortodoxa, la historia de una mujer que se rebela contra el orden establecido.
Aunque es una tendencia que ha tomado fuerza y vigor, no es algo completamente nuevo. En mayo de 2016 ya se manejaba la posibilidad de que sea una mujer y no un hombre la persona encargada de suceder a Craig como agente 007. El personaje creado por Fleming había experimentado varios cambios con el tiempo (incluso Craig afirmó varias veces que le gustaría que Bond tuviera alguna experiencia homosexual). Y lo mismo había sucedido con su entorno (M, su jefe, pasó a ser mujer en un par de historias). En ese 2016, cuando a Craig todavía le quedaban balas en el cartucho, casi todas las miradas se dirigían hacia la rojiza y batida cabellera de Gillian Anderson, actriz que saltó a la fama por su papel de la agente Scully en Los archivos X y que actualmente se la puede ver interpretando a Margaret Tatcher en la cuarta temporada de The Crown.
El papel de Jodie Foster en Plan de vuelo (2005) en principio iba a ser interpretado por Sean Penn, ya que se trataba de un padre y no de una madre que pierde a su hija durante un vuelo de avión. En El juego de Ender (2013), la ganadora del Oscar Viola Davis encarna a la mayor Gwen Anderson, que en la novela de Orson Scott Card es un señor. La serie Elementary (2012) es una adaptación libre del universo de Sherlock Holmes, tan libre que modifica tiempo, espacio y género de varios personajes, entre ellos el inefable Watson, que pasa a llamarse Joan Watson y tiene el rostro de Lucy Liu. El mismo año que se emitió la primera temporada de Elementary se estrenó Enola Holmes, película basada en la serie de libros escritos por Nancy Springer sobre la hermana del detective creado por sir Arthur Conan Doyle, interpretada por Millie Bobby Brown. Para muchos se trató de un sutil cambio de género a Sherlock Holmes.
Millie Bobby Brown en Enola Holmes
El renacimiento de la saga de Star Wars tuvo una fuerte impronta femenina con la aparición de Rey (Daisy Riley), una chatarrera empoderada por la Fuerza y protagonista de sus tres filmes. En esta nueva trilogía, otro personaje femenino de considerable valor en la saga pasó de ser princesa a general: Leia Organa, interpretada por Carrie Fisher, fue mentora, además, de la joven Rey. Durante la promoción de El ascenso de Skywalker (2019), tercera y última entrega de la franquicia (hasta ahora), desde Disney, la propulsora de esta resurrección galáctica, se aseguró: "El final de una saga legendaria es también una película que fomenta la igualdad de género". La frase promocional, tuiteada desde la cuenta oficial de Star Wars, abrió un nuevo campo de batalla en las redes sociales acerca del empoderamiento femenino, la ideología de género, el marketing del bien y el oportunismo comercial.
Charlize Theron en Furia en la carretera
En el reinicio de la franquicia Mad Max, la explosiva cinta de acción Furia en la carretera (2015), Charlize Theron hizo de su personaje, la indomable Imperator Furiosa, una guerrera excepcional, protagonista indiscutida de una de las películas más espectaculares de las últimas décadas. El personaje pisó fuerte y en breve tendrá su propia película, una precuela que relatará sus orígenes y que tendrá a Anya Taylor-Joy, de Gambito de dama, como protagonista.
En 2016, el reboot de Los cazafantasmas se tituló simplemente Cazafantasmas, y lo protagonizó un elenco completamente femenino. No es descabellado pensar que hay una generción de espectadores para la que el escuadrón cazafantasma siempre estuvo compuesto por mujeres. Y no es descabellado pensar que parte del camino fue despejado a sablazos por una rubia vengativa anónima encarnada en los 1,81 metros de Uma Thurman en Kill Bill (2003, 2004). Aunque, hay que decirlo, quizás el origen se encuentre allí donde nadie te escucha gritar: el espacio exterior.
Leslie Jones, Melissa McCarthy, Kate McKinnon y Kristen Wiig: las cazafantasmas
Sola contra el monstruo. De todos los giros de guion posibles, el que Ridley Scott decidió realizar mientras trabajaba en la producción de Alien: El octavo pasajero (1979) quizá fue el más inesperado y, a la vez, el más acertado. Aunque a veces se recomienda ejecutar ese tipo de trucos para encontrar otras perspectivas a una narración, la movida de Scott parecía demasiado arriesgada, si no descabellada, para la época (década de 1970) y para los géneros en los que estaba emplazada su película (ciencia ficción, acción y horror). Lo cierto es que así nació uno de los personajes más poderosos de la historia del cine, una pieza clave, revolucionaria, que desafió las normas, las convenciones y las tradiciones de la época. Así nació la teniente Ellen Ripley, un personaje en un principio pensado y desarrollado como hombre, que incluso ya contaba con Paul Newman listo para interpretarlo. En las primeras versiones del guion, el teniente moría al final. Y eso también cambió cuando el héroe empezó a mutar. El resto, es historia.
Sigourney Weaver: pionera
El personaje, una mujer sola luchando contra un monstruo (con todas las lecturas metafóricas soplando en el viento) encumbró a Sigourney Weaver, que llegó a recibir una nominación al Oscar como mejor actriz por su trabajo en Aliens: El regreso (1986), en lo que se considera uno de los momentos más valiosos para el género, ya que por entonces la Academia no se tomaba muy en serio a las producciones de ciencia ficción, y menos aún las que involucraban acción y horror y monstruos del espacio exterior.
La elección de Weaver para interpretar un papel de Ripley se dio en la era preinternet, durante el proceso de preproducción del filme, en una época en la que poco se sabía de las películas antes de su estreno. No tuvo que soportar el peso y la sombra de un personaje de ficción previamente instalado en libros, como el caso de James Bond, pero fue rupturista, una verdadera rareza, abrió un camino y, décadas después, ya nadie (o casi nadie) cuestiona una premisa como la de Alien. Ya se verá qué pasa, dentro de unas décadas, con 007.