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Interpretar a un reconocido icono de la cultura popular siempre es un desafío, pero el relativamente ignoto Austin Butler brilla como Elvis Presley en su nueva biopic, dirigida por el exuberante Baz Luhrmann
En 2019, cuando Austin Butler escuchó que Baz Luhrmann planeaba hacer una película de Elvis Presley, no lo pensó dos veces y le envió un video de audición. En él se podía ver al actor interpretando en el piano, entre lágrimas, Unchained melody — de The Righteous Brothers, posteriormente un clásico del cantante de Mississippi.
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Al verla, el director australiano quedó conmovido y le pidió que viajara a Nueva York para conocerse. Cuando lo hicieron, conversaron durante más de tres horas sobre el proyecto y sus respectivas visiones. Al otro día, Luhrmann le pidió que leyera algunas escenas. El día siguiente, que cantara algunas canciones. Se juntaron una, otra y otra vez.
De repente, habían pasado cinco meses de trabajo con el director y Butler ni siquiera había hecho una prueba de cámara.
Más allá de la química que pudiera tener con Luhrmann, nada era seguro para Butler.
El californiano de 32 años hizo su carrera principalmente como actor de series juveniles como iCarly y Zoey101, fue pareja de la protagonista de High School Musical, Vanessa Hudgens, y recién en los últimos años logró roles menores en películas prestigiosas, como Había una vez en… Hollywood.
El director le pidió que preparara tres canciones, pero a la hora de filmar el australiano las cambió por otras. También eligió escenas diferentes y diálogos distintos a los que había estudiado Butler.
“Ahora me doy cuenta de que él es muy espontáneo en el set y quería saber si me enloquecería improvisando”, recordó el actor en una entrevista con Kelly Clarkson y luego agregó: “Pensé que no lo había logrado y una semana después recibí la llamada de Baz, sonando algo sombrío —le gusta ser muy dramático— y me dijo que quería ser el primero en decirme: ‘¿Estás listo para volar, señor Presley?”.
Antes de que llegara a su mano la cinta de Butler, Luhrmann había estado considerando otras opciones como Miles Teller o Harry Styles. “Desde el momento que conocí a Austin, él llevaba consigo algo de Elvis. Tenía un toque de pavoneo, un toque del sonido”, dijo a Vogue. Después de dos años de rodaje, la película se estrena hoy jueves 14 en las salas uruguayas.
De Austin a Elvis. El rodaje quedó en suspenso en marzo de 2020, con la llegada del Covid-19. Pero el actor aprovechó ese retraso de unos meses para profundizar más en el papel. “Creo que la película habría sido muy diferente si hubiéramos comenzado a filmar en ese punto. Y estoy agradecido de haber tenido tiempo para dejarme marinar”, dijo a GQ.
En la película, la dedicación de Butler es evidente y durante las performances —que son los puntos altos del largometraje de dos horas y cuarenta minutos— se puede llegar a dudar si se está viendo una biopic o un documental. Y eso que, físicamente, la diferencia entre ambos es notoria; sin embargo el intérprete captura los gestos de Elvis a la perfección. Incluso, según contó Luhrmann, Butler interpreta todas las canciones de la primera etapa, porque las grabaciones originales estaban en mala calidad y no se podían usar. El parecido vocal es tal que el director mostró la prueba de cámara en la que se lo escucha cantando, porque aún había algunos incrédulos.
“Básicamente puse el resto de mi vida en pausa durante dos años y simplemente absorbí todo lo que pude”, dijo Butler en rueda de prensa en el Festival de Cannes sobre cómo preparó la interpretación de Presley. El actor se obsesionó con escudriñar las aristas del personaje, dividió su vida en períodos de tiempo y comprobó cómo iba cambiando su voz y su movimiento. “Y pasé dos años estudiando, tratando de encontrar su humanidad lo mejor que pude a través de eso”.
Cuando terminó el rodaje, el actor se llevó consigo algunos elementos de Presley, como el acento sureño. El asunto se volvió viral en redes sociales, donde algunos aseguraban que lo hacía con el objetivo de lograr una nominación a los premios Oscar —algo que no es tan descabellado teniendo en cuenta que en las dos últimas entregas la mitad de los nominados en las categorías de actuación interpretaron a personas reales.
El actor, sin embargo, explicó que se trata de una cuestión de costumbre. “Aún sigo siendo una persona tímida, entonces tenía que acceder a ciertos aspectos de la personalidad de Elvis para animarme a subir a un escenario y estar frente a un montón de personas.
Estar rodeado de carteles con su nombre, y haber pasado tanto tiempo obsesionándome con él, es casi un reflejo, ciertas cosas me provocan volver a Elvis”, dijo en una entrevista con Elle Magazine Australia.
El director, Baz Luhrmann, Austin Butler y Tom Hanks. Foto: AFP.
Comienzo accidental. Es que Austin Butler, al igual que el Rey del Rock, había sido un adolescente tímido hasta que encontró su pasión; para uno fue la música, para el otro la actuación. Su carrera comenzó casi de casualidad, cuando su hermanastro llamó la atención de un agente de talentos en una feria del Condado de Orange. Pensaron que él sería la estrella de la familia. Butler lo acompañó a una audición en Los Ángeles y le preguntaron si él también quería probarse frente a la cámara. “No sé qué me pasó ese día, porque era muy tímido, pero dije que sí”, recordó en su entrevista con Kelly Clarkson. Así, empezó a conseguir papeles en shows de Nickelodeon, Disney Channel y CW.
“Realmente no tenía pasión por nada en aquel momento”, dijo a la edición británica de GQ. “No hacía deportes. No hacía cosas con otros niños”. Sin embargo, recoge la revista, cuando se dio cuenta de que realmente podía disfrutar con la interpretación, buscó un profesor de actuación y comenzó a conseguir más papeles de manera gradual.
A medida que la televisión fue ganando más terreno en su vida dejó los estudios, con el apoyo de sus padres, para perseguir una carrera delante de las cámaras. Apareció en Hannah Montana, en Ned 's School Survival Guide, iCarly y The Carrie Diaries, entre otras. Estos papeles le permitieron meterse en la industria, aunque eran monótonos y repetitivos: siempre ocupaba el rol del chico lindo y popular.
“Estaba un poco avergonzado por algunas de las cosas que tenía que hacer, pero tenía que ir metiéndome en el tema”, dijo Butler a Vogue. “Así que decidí tratar cada uno de esos trabajos como una manera de crecer”. “Estaba viendo Toro Salvaje y ese tipo de películas y decía: ‘No quiero ser simplemente un tipo que atraviesa una puerta en cámara lenta”, aseguró.
El teatro le dio esa oportunidad. En 2018 debutó en Broadway con la obra The Iceman Cometh, donde compartió escenario con Denzel Washington. Ambos competían, de forma amistosa, por quién llegaba antes al ensayo. Esa dedicación le valdría, años después, la recomendación del legendario actor. Cuando Washington se enteró de que Butler iba a presentarse para el rol llamó a Luhrmann —aunque no lo conocía— y le dijo: “Vas a conocer a un actor con el que he compartido escenario y no vas a poder creer la ética de trabajo de este joven muchacho. No hay minuto que no se lo dedique al arte”.
Habiendo dejado atrás esos papeles juveniles, formó parte del elenco de películas como las comedias The Dead Don’t Die dirigida por Jim Jarmusch, con Bill Murray y Tilda Swinton, y Yoga Hosers, con Johnny Depp. Su momento de mayor notoriedad llegó en 2019, cuando interpretó a Tex Watson en Había una vez en… Hollywood, de Quentin Tarantino.
"Cuando tenía 12 años impimí el guion de Tiempos Violentos y se lo leía a mi madre en el auto. Mi sueño era trabajar con Quientin”, contó Butler a GQ. Su deseo se cumplió casi 20 años después, en 2019. “Estábamos allí, comiendo crepes de Nutella y Quentin dice: ‘¿Acaso no es genial esto?’. Pensé en mi yo de 12 años. Y él dice: ‘¿Sabes cuál es mi objetivo? Mi objetivo es hacer que todos en este set se lo pasen tan bien que su próximo trabajo apeste’”.
Butler caracterizado como Elvis.
Una pegadiza banda sonora
Otro clásico de Luhrmann es incorporar elementos contemporáneos que estrictamente no pertenecen a la época en la que sucede la historia, como lo hizo con Romeo y Julieta de William Shakespeare (1996). En Elvis se destaca Vegas, de la rapera Doja Cat, que hace oda a la versión original de Hound Dog de Big Mama Thornton, interpretada por Shonka Dukureh en la película. La canción aparece tan solo unos segundos, cuando el cantante se encuentra en el epicentro negro de Memphis, Beale Street, pero alcanza para quedarse con ganas de más. Tal vez por eso se volvió viral en TikTok.
La banda sonora ya está disponible en las plataformas de streaming y cuenta con la colaboración de una variedad de artistas de renombre, como Eminem, Tame Impala y Stevie Nicks, mezclando diferentes géneros y sonidos. Austin Butler también presta su voz a Trouble, Baby, Let's Play House y más. Desde la versión de Kacey Musgraves de Can't Help Falling In Love hasta hasta la versión de balada rock de Måneskin de If I Can Dream, el álbum combina los viejos clásicos con un toque único que da nueva vida a los clásicos de Elvis Presley.
El maximalismo de Elvis
Desde hace unos años, Hollywood sufre una avalancha de biopics —acrónimo de biographical picture—. El género, que durante décadas fue visto como inferior, se ha convertido en una apuesta segura para los estudios y prácticamente una garantía de éxito en la temporada de premiaciones. Entre las más exitosas se destacan El Discurso del Rey (12 nominaciones a los Oscars, ganó Mejor película entre otras categorías), Yo soy Tonya, Bohemian Rhapsody y Rey Richard: una familia ganadora (que le valió a Will Smith el galardón a Mejor actor en la escandalosa ceremonia de 2021).
Algunas buscan un retrato más intimista y complejo del protagonista; otras se tratan de puro entretenimiento y apelan a la nostalgia de los espectadores, entre los que se encuentran los fanáticos —es el caso de las de Freddie Mercury y Elton John—, y por eso dejan de lado los aspectos más controversiales de las estrellas.
El conocido maximalista Baz Luhrmann, en cierto sentido, es el director perfecto para reflejar la exuberancia de Elvis Presley, con sus trajes de colores con pedrería, pelo azabache elevado con fijador y fanáticas que se desmayaban con tan solo verlo. Visualmente, es impresionante.
Sin embargo, esa fijación por lo estético deja poco lugar a la complejidad desde lo emocional. La película nunca llega a acercarse del todo al interior de Elvis, a lo que piensa y siente. En parte, eso tiene que ver con que está narrada desde el punto de vista de su exmanager Tom Parker, interpretado por Tom Hanks —aunque está tan maquillado que es difícil reconocerlo.
La dinámica entre ellos es conocida en la industria: el manager manipulador se abusa de la ingenuidad de una estrella y explota su talento para enriquecerse, aunque eso le cueste la salud mental o la vida personal del cantante de turno. Por eso, Elvis no es visto como una persona, sino como una máquina de generar dinero.
Este punto de vista deja de lado los matices que genera la figura de Presley en la cultura estadounidense, donde mientras algunos lo idolatran, otros lo tildan de oportunista: el cantante se dedicaba a hacer “música negra” siendo blanco, aprovechando la segregación racial del sur. De hecho, no era un compositor, sino un intérprete que adoptaba elementos de la comunidad afro y los volvía accesibles a los blancos.
El director se preocupa porque nunca dejemos de hinchar por Elvis. No le interesa contar sus aristas más complejas, como por ejemplo su relación con Priscilla Presley, que comenzó cuando él estaba sirviendo en el ejército, a los 22 años, y ella tenía tan solo 14 años.
Por eso, Luhrmann ha sido cuidadoso de no usar el término “biopic” para referirse a su película, implicando que las licencias artísticas son tales que hay poco de biografía en ella. En cambio, se ha referido a Elvis como “un filme de superhéroes”, haciendo alusión a la secuencia del comienzo que narra la fascinación del cantante con los cómics de superhéroes. Y, de hecho, algunos efectos visuales se parecen más a una película de Marvel que a otra de su género.
Pero, a pesar de sus carencias, la película resulta exitosa gracias a la electrificante performance de Butler, que se posiciona como uno de los actores del momento y ya fue reclutado para la secuela de la exitosa Duna, de Denis Villeneuve, con Timothée Chalamet y Zendaya.