Cuando un periodista asiste a un junket (una sesión de prensa en la que una sucesión de periodistas entrevistan a los protagonistas de una película o espectáculo) teme encontrarse con celebridades cansadas o hartas de escuchar una y otra vez las mismas preguntas. Si la figura en cuestión roza los 80 años y encima lleva el título de diva, espera lo peor. En caso de que el evento se demore dos horas, por cuestiones organizativas, solo queda rezarle al dios de la prensa y el espectáculo.
regenerado
Pero Susana Giménez está hecha de buena madera. Recibe a cada interlocutor con un beso y los despide con un “chau, mi amor”. Escucha con atención, es jocosa e intercede cada vez que su staff quiere cortar de forma precoz y arbitraria las entrevistas “por falta de tiempo”, como si ya no fueran ridículamente cortas.
Puede que esté atravesando una nueva faceta de su vida y que se esté convirtiendo en una “diva normal”. Es la diva de siempre: la del animal print, los brillos, los flashes y el personal de seguridad que sigue cada uno de sus movimientos. Pero está en una etapa en la que persigue la tranquilidad y desaparece de la escena pública cada ciertas semanas. En ese tiempo, disfruta —como cualquier mortal— de la lectura, las series, y de algún otro lujo, como pasar horas alrededor de su estanque de carpas y patos.
El último baile. Pero el show y el hambre de aplausos los lleva en las venas. Por eso, volverá a ese lugar en el que fue tan aclamada. “La Su” deja entrever su entusiasmo por regresar al hotel Enjoy Punta del Este con el éxito teatral Piel de Judas, como si se tratase de la primera vez que sube a un escenario. Aunque esta obra, producida por Gustavo Yankelevich, marcará definitivamente su alejamiento de las tablas. La exigencia física que le implica el teatro la lleva a decir adiós, en una ciudad más que especial para ella.
El espectáculo, que ya pasó por Buenos Aires y tuvo su temporada invernal en el hotel esteño, volverá a cartelera el 22 de diciembre y tendrá cuatro funciones semanales.
Pero cierra una puerta y abre otra. A mediados de 2024, y tras años de ausencia, volverá a conducir su programa televisivo, con su ya tradicional formato y la promesa de muchas novedades.
En vísperas de meses movidos, Susana Giménez dialogó con Galería sobre su inminente retiro del teatro, pero también de la vida que lleva cuando está instalada en Uruguay, las ventajas y desventajas de ser quien es, y de su adicción al Candy Crush.
¿Por qué se retira del teatro?
Dejo el teatro porque ya hice mucho teatro y llega un momento en la vida en el que todo se tiene que terminar. Me parece que ya hice demasiadas obras, con mucho placer y éxito, pero el teatro es desgastante. Tenés que sentirte siempre perfecta, sin dolor de cabeza, ni de estómago, ni en el pie. Y a veces a mí me duele algo, por eso decidí dejar el teatro. Quise despedirme en el verano con toda la alegría. Y ya está, estoy contenta. La obra es muy graciosa y hay gente que a lo mejor no la vio, por más que la hicimos ocho meses en Buenos Aires, y en el Enjoy tuvimos una temporada de invierno. Pensábamos: ¿quién va a venir en invierno acá? Pero se llenó siempre, fue una gloria.
Jugando con el nombre de la obra, ¿alguna vez sintió que estuvo en la piel de Judas?
No lo sé. “Piel de Judas” era una cosa antigua, que se decía antes. La obra es francesa y la traducción sería “piel de asno”. Antes se decía: “Esta chica es una piel de Judas”. Ahora eso no se dice ni en broma. Le querían cambiar el nombre a la obra y propuse mantenerlo porque muestra bien el carácter de mi personaje, que es una mujer brava. Además, es lindo revivir una frase que le escuchaba a mi abuela.
¿Qué extraña de Uruguay estando en Argentina y de Argentina estando en Uruguay?
Cuando estoy acá extraño a mis amigos y nada más. Estando en Buenos Aires extraño mucho a mis perros, que los tengo en Punta del Este. Cuando no estoy, ellos se ponen muy tristes, a veces se enferman. La última vez que me fui, Rita se agarró gastritis y estuvo enfermísima. ¡La tuve que llevar al veterinario como 20 veces! Sé que sufren, pero es así la vida.
¿Lleva una rutina? ¿Cómo es?
Me levanto tarde, a eso de la una de la tarde, porque veo series toda la noche. Me duermo a las tres y media, cuatro de la mañana. Lo primero que hago en el día es leer el diario, yo leo en papel. ¡No soporto leer en el teléfono! Después voy al lago a darles de comer a los patos y a los peces. Tengo carpas, que están gordas porque comen muchísimo. Paseo a los perros y los hago correr. Ellos necesitan correr porque son perros grandes, de caza. También leo mucho, pinto; ahora estoy tejiendo. Estoy tejiendo una bufanda larguísima, que por supuesto me va a quedar para el próximo invierno, para poder envolverme toda en mis idas al lago.
Ahora que no tiene tanta exposición pública, ¿se preocupa menos por su apariencia?
No, no, no. Cuando salgo trato de arreglarme un poco porque en Uruguay no tengo a mi maquillador ni a todo mi equipo de trabajo. En Buenos Aires me arreglo más, pero porque salgo más a la calle. Acá hay días en los que ni salgo a la calle, estoy todo el tiempo en la chacra. A veces me veo horrible y se me da por maquillarme porque todavía soy supercoqueta.
¿Qué le da y qué le quita ser Susana Giménez?
Me ha dado todo en la vida. Me ha dado mucha felicidad y mucho amor de Argentina, Uruguay y todos los lugares en los que he trabajado en América, porque he ido a todos lados a hacer shows. No me ha sacado más que, por ahí, la intimidad. Por ejemplo, el poder salir en alpargatas y desarreglada. Pero es más lo que me ha dado que lo que me ha quitado.
¿Sigue abierta al amor?
No, porque no conozco a nadie (ríe). Pero no estoy abierta al amor, no tengo ganas, no me falta. A veces, con todas las cosas que tengo que decidir, pienso que me haría bien tener un hombre al lado porque no me gusta tener que hacer todo. Pero me va mejor haciendo yo sola las cosas que teniendo a un hombre cerca.
En una entrevista con Migue Granados confesó que es adicta al Candy Crush. ¿En qué nivel está y cuánto dinero lleva gastado en la compra de vidas para el juego?
Vidas ya no puedo comprar más. En Argentina te ponen un 70% de aumento por ese tipo de compras. Me quedé en el nivel tres mil y pico, pero tengo otros juegos. ¡Me encantan! La computadora es algo que me tiene loca.
LA OBRA
Piel de Judas es una comedia francesa escrita por Pierre Barillet y Jean-Pierre Gréd. El personaje central le calza como anillo al dedo a Susana Giménez: es una mujer incisiva, de un gran sentido del humor, mordaz, franca, sabia e incluso algo ingenua.
La acompañan en el escenario Antonio Grimau, Julieta Nair Calvo, David Masajnik, Patricia Álvarez y Sebastián Slepovich. El director es Arturo Puig y la producción corre por cuenta de Gustavo Yankelevich.
La obra, que tiene una duración de 70 minutos, se presentará los jueves, viernes, sábados y lunes de verano en el Enjoy Punta del Este Casino & Resort a las 22:15 horas. Los precios van de 60 a 100 dólares.