Padre, apoderado, relacionista público y más del crack del Barcelona, su influencia en el jugador es considerada positiva, con excepciones.
Padre, apoderado, relacionista público y más del crack del Barcelona, su influencia en el jugador es considerada positiva, con excepciones.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáA todos aquellos que fueron a ver alguna vez un partido de baby fútbol y sintieron vergüenza ajena -o propia- por los padres que canalizaban su frustración en sus hijos, a grito limpio, con la esperanza de una salvación económica para toda la familia depositada en los pies del proyecto de crack, les gustará saber lo siguiente: el papá de Lionel Messi, tal vez el mejor jugador de todos los tiempos, apenas abría la boca cuando iba a ver a su hijo. Y el nene le salió bueno en serio, tanto como para manejarle la economía y salvar a varias generaciones futuras de los Messi. Eso pese a no siempre haber tomado las decisiones correctas.
"Está difícil", dijo Jorge Horacio Messi a los periodistas a principios de setiembre, cuando parecía que Lio iba a dejar el Barcelona, el club que lo vio nacer, crecer, explotar y triunfar. El Manchester City de Pep Guardiola primero y el París Saint Germain después, eran los nuevos destinos más posibles.
"Sí", diría escuetamente y casi a desgano pocos días después cuando se le consultó si se estudiaba la continuidad de un año más en el Barcelona. Finalmente el lunes 7, dos semanas después del burofax más mentado de los últimos tiempos que anunciaba su salida sin costo, la Pulga se presentó a entrenar por primera vez a las órdenes de Ronald Koeman, el nuevo DT. El viernes anterior, la Liga de España había hecho pública una breve y lacónica respuesta al "entorno del jugador", que no es otro que su padre, quien había asegurado que "no aplica en absoluto" la cláusula de rescisión de 700 millones de euros para que el crack dejase a los catalanes: es una "interpretación descontextualizada y alejada de la literalidad del contrato", replicaron. En buen romance: le dijeron al padre y apoderado del argentino que se deje de cosas raras.
El futbolista, que apareció en los últimos días replicando su amor por el Barcelona con una mayor cara de póquer de la que habitualmente luce, volvió a cumplir sus obligaciones con el club. Papá Jorge, el mismo que quería negociar la salida de su hijo, le había sugerido que desandara sus pasos. Bastantes problemas le había causado ya otrora por plata. Y 700 millones de euros es muchísima más plata.
Los orígenes. Quien hoy parece ser ante todo el CEO de una empresa que lleva por nombre Lionel Messi y que factura, según Forbes, unos 130 millones de dólares al año, nació en Rosario en 1958. Fue en el barrio Las Heras, el mismo en el que nacieron y crecieron sus cuatro hijos, donde conoció a quien es su esposa desde el 17 de junio de 1978, Celia Cuccittini. Fue jugador en las inferiores de Newell's Old Boys, donde no pasó nada con él ni con sus dos hijos mayores, Rodrigo y Matías, que tampoco dejaron huella en su pasaje por las formativas rojinegras, cuna de muchos cracks del fútbol argentino. El tercer varón, nacido el 24 de junio de 1987, fue el vencedor.
Jorge Messi era un hombre humilde y trabajador que llegó a ser responsable de producción de la metalúrgica Acindar. Lionel jugaba en el club Abanderado Grandoli, de la liga infantil del sur de Rosario, y él lo iba a ver, casi siempre sentándose detrás de uno de los arcos. Y, al contrario de lo que solían hacer todos los padres, que berreaban, insultaban y acomplejaban a gritos a hijos propios, ajenos, jueces, técnicos, dioses y monstruos, él tenía una discreción llamativa, según un perfil que le trazara el diario El País de Madrid en 2016. Y eso que, a diferencia de las torpezas de los otros infantes, el chiquito Lio, más de lo que debía ser para su edad, pintaba bien en serio.
Lionel Messi tenía problemas hormonales de crecimiento. Newell's lo fue a buscar a sus infantiles seis años y se lo llevó a sus primerísimas divisiones, donde descolló. Abundan los videos de YouTube que registraron su prodigio. Su fama trascendió a Rosario y llegó a Buenos Aires, al River Plate; también cruzó el Atlántico y llegó a Barcelona, España. Cuando la Pulga tenía 13 años se fue a Europa por una sencilla y decisiva razón: ni Newell's ni River quisieron pagarle el tratamiento para aumentar su estatura. Demasiado riesgo para un proyecto, pensaron. Vaya a saber si crece y sigue siendo hábil, vaya a saber si le gusta la noche y larga el fútbol, vaya a saber si no hay otra cosa en la que tirar la plata. Hasta hoy lo están lamentando. El Barça sí apostó y se hizo cargo de los 900 dólares mensuales que costaba la inyección subcutánea que era parte esencial del tratamiento. Una bicoca, tomando en cuenta todo lo que vino después.
La familia Messi llegó a Barcelona en setiembre de 2000. En 2001, luego de sortear con creces las pruebas de rigor, Lionel fue fichado por el club del que luego sería el mayor goleador e ídolo histórico. La familia no se adaptó a la vida en España y Celia, Rodrigo, Matías y Mariasol, la hermana menor y única hija mujer, volvieron a Rosario. Jorge se quedó a apuntalar a su hijo adolescente.
El tropezón fiscal. "Desde que comenzó la carrera de mi hijo -le estoy hablando de 2001 en que llegamos a Barcelona- siempre traté de facilitarle la vida. Él jugaba al fútbol y yo de buena manera lo acompañaba. En un momento lo charlamos y necesitábamos a alguien que nos guiase en lo legal y lo fiscal. Contacté con un argentino porque ya allí habíamos tratado varias veces con él. Y entonces apareció el señor (Rodolfo) Schinocca, que se ofreció para llevar a través de otras personas esta parte. Voy despacio porque quiero que quede claro. A partir de que en 2004 o 2005 Lionel comienza su carrera en el primer equipo, este señor me dice que debía tener una organización para tener los derechos de imagen. Sé el chino básico, entiendo lo justo de fiscalidad".
Esta declaración de Jorge Messi fue realizada a principios de junio de 2016 ante un tribunal español en la causa que investigaba a ambos por evasión al fisco. "¿Quién está preparado para todo esto?", agregó. Todo esto era tener un hijo que se convertía de a poco en el mayor Dios del planeta Fútbol.
Lio Messi, por su parte, un hombre que se expresa de forma exponencialmente mejor con la pelota que con las palabras, fue parcamente sincero ante la Justicia: "Yo solo jugaba al fútbol, firmaba los contratos que me decía mi papá".
Messi padre intentó siempre tirar la pelota afuera de la cancha, mencionando al "bufete Juárez", a "Schinocca" y admitiendo que de contabilidad "no sabía nada". Rodolfo Schinocca, quien fuera socio de Jorge Messi en todos los números relacionados con su hijo, dejó al padre del crack en muy falsa escuadra durante una entrevista concedida a la cadena Cope, de España, el 12 de setiembre de 2013. "Él (por Jorge Messi) quería que fuera todo a una cuenta off-shore", en paraísos fiscales. Su testimonio se reforzó al constatarse que la sociedad se rompió en 2006 y los montos cuestionados comenzaron en 2007. Para peor, la empresa conformada por el padre y el hijo, Mega Star Enterprises, apareció realizando "operaciones sospechosas" en la filtración de datos conocida como los Panama Papers, también en ese cruel 2016.
Ambos Messi fueron condenados a pagar 2.000.000 de euros por fraude al fisco español entre 2007 y 2009, y a 21 meses de prisión. Esto último fue finalmente sustituido por la Audiencia de Barcelona por una multa de 252.000 euros.
Agustín Colombo, periodista de Perfil, ha calificado a Jorge Messi como "el arquitecto de una estructura financiera que tiene semejanzas con la de otras grandes multinacionales: sedes en varios países, entramados societarios, presupuestos reales y ficticios, condenas por fraude fiscal, una fundación que financia proyectos pero que también es investigada y sospechada". Se refiere a la Fundación Messi, que en agosto donó 50 respiradores artificiales a hospitales públicos de Rosario.
Visión positiva. Jorge Messi "siempre tuvo una fuerte influencia (sobre su hijo) desde que se mudaron a Barcelona. Recordá que la mamá y los hermanos se volvieron a Rosario, y Lio y Jorge se quedaron allí. Primero tenían un representante y luego Jorge se encargó de todo; menos en la cancha, influyó siempre en lo económico. A medida que pasaron los años, Lio fue teniendo la última palabra. También su mamá fue referente. Y en las cuestiones familiares, ahora también es Antonella (N. de R.: Rocuzzo, la esposa del jugador y madre de sus tres hijos)", dice a galería Oscar Barnade, redactor de Deportes del diario Clarín. "Jorge, hace muchos años, era de reunirse en la Argentina con periodistas de diferentes medios. Después, los contactos los mantuvo por teléfono. Ahora tienen a una persona en Barcelona para hablar con los medio", agrega.
El hermetismo con que Messi y su padre manejan sus vidas -nadie sabe a ciencia cierta dónde viven Jorge y Celia en Rosario; mientras Lionel es mucho más celoso de su vida privada que varios de sus pares- le han restado, sobre todo en Argentina, cariño popular. Messi no despierta ni remotamente los sentimientos que despertaba en su momento Diego Maradona, por nombrar la referencia más obvia.
Pero esto también le juega a favor. En Barcelona aún hoy es recordado con disgusto el "clan Maradona", un grupo de varias decenas de amigos de la infancia que acompañaron al diez durante los dos años que vivió en la Ciudad Condal, entre 1982 y 1984, protagonizando varios escándalos en sus andanzas nocturnas. Se dice que ahí Maradona conoció la droga por primera vez. El "clan Messi" consiste en "sobre todo" su padre y "en los últimos tiempos" su esposa. Barnade considera que la influencia de Jorge ha sido positiva: "Las pruebas están a la vista. Tal vez el punto más oscuro es la cuestión con el fisco español, donde fueron condenados".
En España, Jorge tampoco es visto ni como el típico padre vividor de su hijo ni como el clásico representante que especula con una transferencia a otro club en busca de una mejor tajada. "Con nosotros siempre ha tenido un buen trato, nunca un inconveniente. A principio había más vínculo con la prensa; luego, a medida que Lio se iba haciendo mayor y tomando más peso en sus decisiones, él aparecía solo en las negociaciones", afirma a galería Xavier Ortuño, director adjunto del diario deportivo Sport, de Barcelona. "Yo creo que globalmente su influencia ha sido muy positiva, con excepción de algunas situaciones en particular (N. de R.: Nuevamente, el famoso juicio por evasión tributaria). No ha actuado como el representante típico, que trata a su apoderado como una mercancía, como un proyecto".
Desde Madrid, el periodista Jorge Aldea, del portal El Independiente, contrapone a Jorge Messi con Neymar Santos Sr., el padre del brasileño Neymar, otro mago del balón. "Ese sí que siempre está haciendo declaraciones y haciéndose ver. Jorge Messi es de un perfil mucho más bajo", señala para esta nota.
Hoy se puede dar por finalizado el culebrón Messi "al menos hasta el fin de esta temporada" con una frase del propio protagonista al portal español Goal: "Yo no iría a juicio contra el Barça nunca, porque es el club que amo, que me dio todo desde que llegué, es el club de mi vida, tengo hecha aquí mi vida. El Barça me dio todo y yo le di todo, jamás se me pasó por la cabeza llevar al Barça a juicio". Para entonces, la postura de su padre y apoderado (asesorado legalmente), ya había pasado del "está difícil que se quede" al "sí se queda". En ese último viaje, Jorge trajo desde Rosario especialmente dos heladeritas de plástico repletas de algo muy querido por su hijo: milanesas hechas por su madre, Celia. Lio Messi, poco abierto a entrar en confianza con cualquiera, sigue confiando -valga la redundancia- en su entorno más íntimo y cercano: papá y mamá.
OTRAS PATERNIDADES DEL DEPORTE
Ser padre es una tarea difícil. Ser representante de un astro del deporte es una tarea difícil. Ser ambas cosas ya puede poner a alguien al borde del surmenage. Y algunos, más que sumar (como, a la hora de pasar raya, logra hacer Jorge Messi), restan, generando un vínculo que roza la toxicidad.
Neymar Santos Sr. ha sido el artífice de la carrera de su hijo, Neymar Jr. Este brillante jugador, que fue compañero de Messi, y que, junto con Luis Suárez, conformó el legendario tridente MSN en Barcelona, fue alguna vez visto como el sucesor del argentino. Sin embargo, los deseos de no estar siempre a la sombra de la Pulga lo movieron a cambiar de aires y fichar por el PSG francés en 2017, en el que fue el pase más caro de la historia hasta entonces (hubo que abonar una cláusula de rescisión de 260 millones de euros). Se dice que papá Neymar le llenó la cabeza a su hijo con la idea de ser la estrella en un club donde sobraba la plata en vez de ser actor de reparto en un lugar donde el protagonista era Messi. En Francia, si bien tuvo sus momentos de brillo, Neymar no volvió a ser el del Barça y se recuerdan más que nada sus cruces con el uruguayo Edinson Cavani. "El padre era como un tractor", recuerda un directivo del Santos -club brasileño donde surgió Neymar-, según consignó la BBC. De hecho, las negociaciones con el Barcelona, adonde aterrizó en 2013, salpicadas de presuntas irregularidades, fueron llevadas adelante por su padre a espaldas de su club de origen, donde le hicieron la cruz.
En el tenis, sobre todo en el femenino, se han dado varios casos de relaciones paternales que han afectado carreras deportivas. Hay situaciones complejas de entender: Richard Williams fue un estricto hombre que se propuso hacer que sus dos hijas fueran las mejores desde que ellas eran muy pequeñas, así debiera ser expulsado de varios torneos por sus comportamientos y salidas de tono. Y lo logró, las hermanas Venus y Serena están entre las mejores tenistas de la historia. Lo mismo se puede decir de la alemana Steffi Graf, que debió soportar de su padre las prisiones primero y el derrumbamiento después, en forma de alcoholismo y defraudaciones al fisco. Sin embargo, el caso más triste es el de la italoamericana Jennifer Capriati: según recuerda La Vanguardia de Barcelona, su padre, Stefano, la sometió desde los 14 años, al hacerse profesional, a un régimen de vida militar espartano en que toda diversión estaba prohibida, así como toda actividad que no fuera entrenar. Como resultado, una atleta con un talento increíble se retiró a los 17 años para entrar en un espiral de drogas, depresión e intento de suicidio. Volvió a las canchas a los 20, pero ya no era la misma.
El golfista Sean O'Hair, una presencia recurrente en los principales torneos del PGA Tour, comenzó el deporte bajo las órdenes de su padre, Marc, quien también había sido profesional. La revista Golf World escribió en 2005 que, más allá de haber invertido dos millones de dólares en su preparación, "lo sometió a un régimen físico y psicológico que haría sonrojar a la mayoría de los sargentos de instrucción". Sean tuvo un rapto de lucidez y cortó vínculos con él muy pronto en su carrera, lo que hizo que mejorara en su juego. Apenas le dedicó un breve saludo cuando se casó, en 2002.
Para terminar, un caso uruguayo pero con una salvedad: Luis Cavani no ha hecho las veces de apoderado de su hijo Edinson, uno de los mejores delanteros de la historia del fútbol uruguayo. Pero sí le ha causado más de un dolor de cabeza con sus declaraciones altisonantes. "Le dije que iba a ganar todas las copas que hay en Francia, pero nunca una Champions. El fútbol no se gana con plata solamente", declaró en noviembre de 2019 al programa Uruguayos: los otros de Movistar. Un año después, el PSG -ya sin Edin- llegaba a la final de ese torneo. Pero también con episodios como el accidente fatal que protagonizó, test de alcoholemia positivo mediante, en Salto, en 2015, en el que murió un motociclista. El hecho, ocurrido mientras se disputaba la Copa América de Chile de ese año, afectó obviamente al jugador y estuvo detrás del recordado incidente con Gonzalo Jara, en los cuartos de final de ese torneo.