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Los pronósticos de Lourdes Ferro para saber qué esperar del próximo año

Moldearse como arcilla, valorar los recursos y estar listos para el cambio: las sugerencias de la Guía Astrológica de Lourdes Ferro para el próximo año
Redactora de Galería

Nadie sabe exactamente qué esperar de un año que empieza un domingo. Nadie, excepto la astróloga y tarotista Lourdes Ferro. En su último libro, Guía Astrológica 2023, además de ser —al igual que sus antecesores, la guía de 2021 y 2022— “un intenso viaje de introspección y encuentro“ con “la parte más sabia y profunda“ de sí misma, esta vez Ferro se aventura al complejo mundo del zodíaco chino.

Para este zodíaco, el próximo será el año del conejo de agua; de los nacidos en 1915, 1927, 1939, 1951, 1963, 1975, 1987, 1999, 2011 y el propio 2023. El conejo representa la longevidad y, cómo no, la buena fortuna. La pata de conejo para la suerte es una de las supersticiones más antiguas que existen, que se remonta a los tiempos de cultos paganos previo a la conversión al cristianismo del mundo mediterráneo. Las características de este animal —y de los nacidos bajo su signo—son la atención, la previsión y la discreción, además de la velocidad. Este 2023 va a ser un año veloz, pero de cuidado. Ferro explica en su libro que el conejo con el elemento agua habla de una sensibilidad y fragilidad muy particulares, pero también de las sutilezas del ingenio, donde la energía de lo creativo impulsará a que todos encuentren la forma de disponerse a los cambios y abandonar las expectativas.

Según el horóscopo chino, será un año favorable para la rata, el tigre, la serpiente, la cabra, el cerdo y, por supuesto, el conejo.

Otro paradigma. En 2023 se vienen tiempos de cambio; después de 200 años, Plutón vuelve a posicionarse en la doceava parte del cielo, que pertenece a la constelación de Acuario hasta 2043. La última vez que el planeta enano se posicionó sobre ese signo ocurrió la Revolución francesa, y se gestó la noción de los derechos del hombre ciudadano y la idea de Constitución. Este movimiento de Plutón suele relacionarse con un sacudón de las bases entendidas hasta el momento y el empoderamiento de las masas.

Ferro entiende que se acerca el comienzo de una nueva economía mundial. Al Dios del inframundo le complace sacar a la superficie la miseria y con ella destruirlo todo, dando la posibilidad de que se vuelva a construir. De su mano, el 2023 convocará a “una humanidad diferente“; “veremos desarmarse las estructuras más firmes y las personas más poderosas caerán“.

Para la astróloga, en este nuevo año “sentiremos que nos roban nuestra zona de confort. (...) quien creíamos bueno no lo es y quien creíamos malo tampoco”.

No es culpa de los planetas. El 2023 comienza con Mercurio retrógrado, por lo que hasta el 18 de enero las personas tendrán a quién culpar de sus problemas. Luego, ya no.

La retrogradación es un movimiento aparente que hace un planeta en relación con los demás, desde una visión geocéntrica. Que Mercurio, el planeta mensajero de los dioses en mitología, esté retrógrado, tiene un efecto sobre la comunicación en la Tierra, el relacionamiento y la expresión cotidiana. Pero este efecto no será necesariamente negativo y dependerá de “cómo pongamos los hechos que se desencadenen a nuestro favor”.

Ferro va en contra de la lectura de que todo lo que va para atrás es negativo. Ya sea por genuina credibilidad en la astrología o por mera coincidencia, no se puede negar que con Mercurio retrógrado suele haber caídas de las redes sociales. Para Ferro esto también es un problema, pero señala que quizás la demora en pasar del relojito al doble check en WhatsApp sucede por algo. Puede que determinado mensaje en realidad no debía ser enviado, y la tara de una aplicación puede generar la oportunidad para dar marcha atrás sobre lo hecho.

No es culpa de los planetas, lo que suceda alrededor de la retrogradación de Mercurio responde única y exclusivamente a los seres humanos y sus circunstancias, según Ferro. “Hay hechos que hay que saber poner de nuestro lado”, es decir, agradecer a la retrogradación o, de lo contrario, vivir en una queja constante, puesto que el fenómeno no dejará de ocurrir nunca.

En 2022 se vivió la retrogradación de casi todos los planetas, sin embargo, en el balance final, hubo tantos días caóticos como otros donde todo iba bien. En 2023, Ferro invita a sus lectores a entender que un mal momento para algo puede ser una excelente oportunidad para otra cosa.

A modo de resumen. Si bien la Luna será la vedette del nuevo año, el Sol marcará la pauta desde el día uno. En enero de 2023 el astro rey entrará en la constelación de Acuario, el signo que simboliza la libertad y la revolución. “Nos despierta la sensación de que tenemos que hacer algo para cambiar nuestro mundo”, dice Ferro. Acuario tiene un especial gusto por la aventura y romper barreras, algo con lo que no todo el mundo puede sentirse cómodo.

Luego de las idas y venidas románticas de Venus y Neptuno y la luna llena de febrero, 10 días antes de San Valentín, con la llegada del último ciclista el año no empieza en marzo, sino en abril. Un mes que se presta para “ver con ojos realistas la realidad material de cada uno”. El nuevo año hace énfasis en eso: concientizar sobre lo que se tiene. “Nos invita a conectar con nuestros recursos desde un lugar diferente”, no por nada autosuficiencia es una de las palabras del año para Ferro. “Las hambrunas desolarán nuestras tierras”; será un llamado para tomar aún más conciencia sobre el cuidado del agua y los residuos.

El 20 de abril habrá luna llena y, según Ferro, será la más majestuosa de todo el 2023, con Aries y Tauro como protagonistas. Este será su año, y la portada de esta Guía Astrológica 2023 lo sugiere: “El fuego (de Aries) y la tierra (de Tauro) crea en nosotros la arcilla que hay que moldear”. Este mensaje es el emblema de todo el libro y, por ende, del año que empieza, que sutilmente irá sugiriendo a cada uno que comience a trabajar en sí mismo. La recomendación de la astróloga es no desoír las visiones que se produzcan la noche de luna llena del 5 de mayo.

Para el segundo semestre se espera la superluna azul de agosto, que es la segunda luna llena que pasa dentro de un mismo mes y la más cercana a la Tierra. Esa Luna es para tomar conciencia social, apunta Ferro. Ese mismo mes es que  “Urano retrograda y le pega un cimbronazo a la economía mundial” y “Marte en Libra nos baña de diplomacia”, poniéndole un punto final a los conflictos.

Octubre será “el mes más intenso del año” y místico, con dos eclipses: uno el 14, de Sol, y otro el 28, que será parcial de Luna. Según Ferro, los eclipses despertarán el interés por los temas más tabúes, además de generar momentos de toma de conciencia y “conectar con nuestra justicia interior”.

Para finalizar el año, noviembre laterá en un sentido onírico porque el mapa astral será ideal para proponerse dilucidar los mensajes de los sueños y el universo, que siempre tendrá algo para decir. 

Guía astrológica 2023, de Lourdes Ferro. Planeta, 438 páginas, 790 pesos. Guía astrológica 2023, de Lourdes Ferro. Planeta, 438 páginas, 790 pesos.

¿Qué dicen los números?

Lourdes Ferro dejó de lado la numerología en su guía, pero lo que esta tiene para decir sobre el año que empieza en realidad acompaña muy bien sus predicciones. La suma de las cuatro cifras del 2023 da un resultado de siete. Un número que siempre aparece relacionado a temas del mundo: siete son los continentes, los océanos, los colores del arcoíris, los chakras, por lo que el número tiene un simbolismo muy terrenal pero místico.

Siete además son los arcángeles, por lo que desde algunas religiones se entiende al 2023 como el año del ángel; un ser sobrenatural de la mitología y la religión al que siempre se le atribuye la misión de mensajero. Es un año para confiar en las señales y valerse por la intuición.

Es curioso cómo de las múltiples ramas del análisis esotérico se desprende lo mismo: el año que empieza es un año para volverse tan atentos y cuidadosos como un conejo a la merced del bosque, de lo contrario, ¿cómo podría alguien darse cuenta de que hay un ángel tratando de dar un mensaje?

Además, 2023 lleva doble dos. Un número relacionado con la fe, que representa a la pareja, a la familia y al equilibrio entre la vida privada y la social. Al hablar de la pareja, el número dos también carga un importante mensaje de adaptabilidad, lo que puede aplicarse a los grandes cambios estructurales que Ferro anticipa.

La destrucción/creación de Plutón está reflejada en el número cero, el punto donde todo comienza y termina, mientras el número tres aporta la parte sensible y sobre todo creativa del año, cualidades a través de las cuales se podrán primero percibir y luego sortear con gran dinamismo aquellos cambios.

Los colores del 2023:

El color del año será el rojo del fuego de Aries, de la mano con los terrosos y rupestres colores que sugiere Tauro. La conjunción de ambos habla de la posibilidad de resurgir, representada en los colores negro y blanco por el carbón y la ceniza que aparecen cuando dejan de arder las llamas, quemando la tierra.

Pero, cada signo tendrá un color propio que le favorecerá en los próximos 12 meses: para Aries curiosamente será el verde, por la abundancia de recursos, y para Tauro sí, el rojo, para avanzar y seguir adelante.

Para Géminis, el lila, por la inspiración; para Cáncer, el celeste, de la revolución; para Leo, el marrón, que es la realidad de sus logros; para Virgo, azul,por los desafíos; para Libra, violeta, de soltar; Escorpio, rosado, por el amor; para Sagitario, el blanco, de cuidado; para Capricornio, el dorado, porque este año brilla; para Acuario, plateado, por la sensibilidad, y para Piscis, amarillo, para la comunicación.