“Te observé mientras el ascensor se movía. Percibí tu cuerpo... robusto... tan cerca de mí. Nuestras miradas se cruzaron y el deseo, desenfrenado, fue mutuo. Nos acercamos... y comenzamos a besarnos, devorando nuestras lenguas”. (Fragmento de El ascensor está lleno)
Todo es una experiencia sonora, el ascensor, las lenguas y las voces quedaron vívidamente registradas en estudios de grabación. Esa es la experiencia que promete Xie, presentada por sus responsables, dos amigas, como “la primera startup de sextech —la tecnología aplicada al sexo— en el país”, orientada primordialmente a un público femenino. Tampoco encontraron antecedentes en América Latina: sí en cambio hay aplicaciones parecidas en Estados Unidos (Dipsea) y España (Calíope).
Xie, explica la economista y excalificadora de espectáculos públicos Valeria Díaz, significa “agradecer” en chino. Hay una explicación emotiva: “Queremos agradecer la oportunidad de este emprendimiento”. También hay una explicación de lógica comercial: la analista programadora Claudia Ramírez y ella, dos amigas que son las madres de la criatura, buscaban una palabra corta que a la vez comenzara con x, letra tan asociada al sexo. La búsqueda no fue corta ni sencilla. Por las dudas, para que el agradecimiento quede seguro, el emprendimiento está patentado en el Ministerio de Industria.
En Valeria y Claudia afloró tiempo atrás el deseo de investigar sobre el erotismo. Todo lo escrito, todo lo visual, está en su gran mayoría realizado o enfocado hacia los hombres. La pornografía está pensada desde la perspectiva masculina, subrayan. “La necesidad de hacer algo para las mujeres nos llevó, hace un año, a armar una encuesta en redes para saber qué cosas le interesan a una mujer. Y ahí salieron un montón de temas: orgasmo, autosatisfacción, educación sexual, fantasías sexuales, qué cosas querrían hacer y no hicieron”, dice Valeria. Erotismo con perspectiva de género, podría decirse. Luego de ese sondeo, realizaron una investigación de mercado y concluyeron que hay un vacío y una demanda a satisfacer.
La pornografía es masculina porque la estimulación de los hombres, indican, es ante todo visual. Acá puede aplicarse el famoso concepto del filósofo John Gray que aseguraba que los hombres eran de Marte y las mujeres de Venus. “Desde el punto de vista erótico, la mujer es mayoritariamente auditiva. Necesita un encuadre mental para excitarse. El deseo surge en la mente y estimula el órgano sexual por excelencia: el cerebro. Lo que brindamos es una experiencia inmersiva”, agrega la economista. Se recomienda especialmente utilizar audífonos de buena calidad para un mejor disfrute de la experiencia.
La aplicación de audios eróticos fue creada por dos mujeres y pensada para mujeres “de todas las orientaciones sexuales”, aunque —aclaran— nadie está excluido. Por ahora estos audios están en español neutro, lo que quizá resulte extraño a la primera escucha. La idea, en breve, es apuntar a los acentos, dependiendo de qué tanta penetración tenga en los mercados.
“Hacía tiempo que estaba sola y añoraba un fogoso encuentro sexual que se hacía esperar más de la cuenta. Sentada en la barra, con mi vaso en la mano, disfrutaba de ese momento de tranquilidad cuando te vi. Fue tan mágico ese instante… Verte con ese traje cruzado, de lino rojo, que ajustaba tus pechos; hacía que te destacaras en el fondo oscuro del lugar. Parecías flotar en el aire.
Mi mirada se detuvo en tu figura, en tu caminar desenfadado; no podía dejar de observarte. Te sentaste muy cerca de mí; tan cerca, que podía sentir el aroma de tu fragancia exquisita”.(Fragmento de Disfrutando del Shibari)
Esta startup no es una aventura improvisada, surgida de una trasnoche. “Nuestros audios están pensados para todas las categorías del erotismo, fetiches, sadomasoquismo; también hay guías de bienestar sexual, de masturbación”, afirma Claudia. Hay detrás de ellas, para el cuidado de los textos y los audios, un grupo grande de colaboradoras: sexólogas, comunicadoras, escritoras, editoras, ilustradoras, diseñadoras y actrices y actores de trayectoria para las voces; todo desde una óptica femenina. También hay espacio para lo visual, en el website y las redes sociales. “Todo esto está apoyado por gente que sabe”, agrega.
Nombran a los actores y actrices de voz, algunos de ellos son muy conocidos, pero ellas piden que no se publiquen sus nombres, ya que, dicen, no saben si les gustaría que los vincularan a estos trabajos. “Se recolgaron con lo que hicieron, pero esto sigue siendo un tema tabú”.
No todo es pago y no todo apunta al erotismo y la fantasía. Hay contenidos, como los referidos a la masturbación femenina y los tríos sexuales, disponibles en la cuenta de Instagram, que pueden calificarse de, a falta de una necesaria mejor palabra, didácticos. Otros relatos, como Fiesta temática, Tu fetiche y Juego comestible, habrían sido gustosamente firmados por E. L. James.
“De pronto, tocaste mis manos y sentí una electricidad que invadía mi cuerpo. Me miraste a los ojos, hiciste una pausa y me dijiste: ‘Ya no puedo más. Esperé hasta este momento para hablarte, me gustas mucho. Me encantaría conocerte’. Parecía ser parte de una novela que comenzaba a escribirse. No podía creer que fuera cierto. Mis manos se soltaron de las tuyas para acariciar tu rostro. Toqué el contorno de tus ojos, luego mis dedos se dirigieron suavemente a tus labios, emocionada por ese instante que deseaba fuera eterno, para fundirnos en un intenso beso húmedo. Comenzamos a excitarnos y, controlando ese momento, me dijiste: ‘Vayamos a un lugar más tranquilo, ¿te parece?’”. (Fragmento de Tu fetiche; la invitación es de un docente en Diseño de Interiores, el relato es de su alumna)
No son historias naif, dice Claudia, y tiene razón. No hay violencia (por fuera del sadomasoquismo) pero se relatan (y se oyen) sexo oral, sensaciones, gemidos, movimientos pélvicos y gente que la está pasando demasiado bien de todas las maneras imaginables y más. Son sonidos ASMR (sigla en inglés de Respuesta Autónoma Sensorial Meridiana), suaves y relajantes, que generan un hormigueo en el que escucha gracias a la liberación de hormonas como dopamina, endorfina y oxitocina. “Los textos y los audios son inéditos y los sonidos y la música también”, dice Claudia.
Desde el 11 de abril —luego de una inversión “bastante grande” realizada a lo largo de un año en intérpretes, grabaciones, ediciones de sonido y desarrollo digital—, Xie se puede descargar de forma gratis en teléfonos celulares (por ahora solo a través de Google Play, en breve se implentará una versión para Apple). De esta manera se puede acceder a una cantidad limitada de audios gratis. Para un acceso ilimitado a los audios eróticos se ofrece una suscripción mensual de 6,99 dólares o una anual de 59,88 dólares. Ese precio también fue calculado; y es más barato que las otras apps similares que están en el mercado, aseguran desde Xie.
“Hay gente que nos ha preguntado el porqué del español neutro. Es que apuntamos a otros países, no solo a Uruguay”, dice Claudia. Habla de Argentina, Paraguay, México, Colombia y el Estados Unidos hispano. “El che y el vos no llegan a esos otros lugares. Más adelante sí tenemos pensadas versiones más locales”.
Valeria y Claudia resaltan las bondades de Xie, más allá de la originalidad de la propuesta. “Un montón de sexólogas argentinas con las que trabajamos nos dicen que Xie es muy bueno como apoyo a las terapias sexuales. Es una forma de reconectarse con una misma”, dice Valeria. “Esa es una utilidad, pero en sí lo que queremos es que la mujer se erotice y se estimule. Está pensada tanto para una previa como para una mujer que está sola. Hay gente que precisa ver pornografía y es válido. Esto es otra cosa”, concluye Claudia.