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Donatella Vetraino se despidió de Uruguay con una cena entre amigos y familiares

Cerró hace más de 15 años, pero las pastas, los panes y el tiramisú del restaurante Roma Amor, que se ubicaba en Bacacay 1331, aún resuenan en el paladar de quienes lo frecuentaban. 

El lugar fue un ícono de esa zona de la Ciudad Vieja, en una época en la que no abundaba la oferta gastronómica sobre la calle Bacacay, y se convirtió en un punto de encuentro para quienes visitaban el Teatro Solís o trabajaban cerca de la plaza Independencia.    

La propietaria de Roma Amor, la italiana Donatella Vetraino, quien además tuvo un restaurante en Punta del Este, volvió a Montevideo tras años sin venir por la pandemia para disfrutar de un mes y medio en el que aprovechó para reencontrarse con viejos amigos y pasar tiempo con su familia.

Días antes de retornar a Roma, la Tana—como todos la conocen y como ella se presenta a los desconocidos— disfrutó de una despedida que le organizó el diseñador Marcelo Roggia en su hogar y estudio. Roggia, que estuvo cocinando desde las siete de la mañana, preparó una mesa con panes caseros, untables y fiambres, además de algunos de los platos favoritos de la Tana. 

Sobre el final de la noche, tanto la homenajeada como los invitados se llevaron una remera con una fotografía que Carolina Viola Villar le tomó a Donatella días atrás en la calle Bacacay.

Fotos: Sofía Torres