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"Mi estilo de liderazgo es muy participativo"

Nombre: Graciela Reybaud • Edad: 64 • Ocupación: Gerenta General en Banque Heritage Uruguay • Señas Particulares: Descubrió su vocación docente mientras dictaba clases de francés a niños en Estados Unidos; Se recibió de contadora embarazada de su segunda hija; Va a misa todos los domingos.

Nombre: Graciela Reybaud • Edad: 64 • Ocupación: Gerenta General en Banque Heritage Uruguay • Señas Particulares: Descubrió su vocación docente mientras dictaba clases de francés a niños en Estados Unidos; Se recibió de contadora embarazada de su segunda hija; Va a misa todos los domingos.

Creció pensando que tenía una hermana melliza. ¿Cuándo descubrieron que eran gemelas?

Cuando nacimos a mi mamá el médico le dijo que éramos mellizas, porque tenía dos placentas, pero la verdad es que somos igualitas. Si nos ves, tenemos un look muy parecido y todo el mundo nos confunde. Yo voy por el supermercado o por el shopping y por las dudas siempre saludo. A veces puedo pecar por antipática, porque no sé cuánto mi hermana conoce a esa persona, pero no podés ir con el rótulo de "yo no soy". Con el paso de los años, y los avances de la medicina, nos enteramos de que hay gemelos que pueden tener dos placentas. Hace poco nos hicimos el análisis y descubrimos que lo somos.

¿Qué picardías hacían de niñas?

Nunca fuimos transgresoras. Nos cambiamos, de repente, para ir a sacar los boletos, así iba una sola por mes. Una vez nos agarraron y no lo hicimos más. Como gemelas, tenés un hermano con mucha más complicidad.

¿Sus padres las vestían con la misma ropa?

Sí, nos ponían lo mismo. La verdad que mis padres, que todavía viven, fueron bastante avanzados para su época. Mi madre nos puso en clases diferentes y nos vestían iguales pero hasta se acostumbraba hacerlo entre los hermanos. Nos trataban a las dos de forma diferente.

A los 15 años vivió seis meses con una familia en Estados Unidos. ¿Cómo recuerda aquella experiencia?

Fuimos con mi hermana, pero estábamos en distintos estados. ¡Éramos tan chicas! Me pregunto cómo mis padres me dejaron y ahí veo que eran muy avanzados. Yo, de otra época, no sé si hubiese dejado a mis hijos. Fuimos en la época de los hippies y la marihuana. Hubo un antes y un después, porque me tocó vivir lejos de mis padres y de mi hermana. Me sirvió para conocerme a mí misma, para darme cuenta de muchas cosas y saber cómo era. La gente tiende a unirme con mi hermana, y eso me hizo bien para tener más individualidad.

Pasó de la ciudad a vivir en una granja...

Claro, porque mi familia americana vivía en un pueblo de 3.000 habitantes y tenía una granja sin animales. Ellos cultivaban la tierra y tenían un invernadero con flores. Ahí me enseñaron a labrar la tierra, manejar el tractor y una camioneta automática. En ese estado te permitían manejar desde los 15 años.

¿Qué le dejó el estilo de vida americano?

Ahí aprendí a mejorarme a mí misma. Por más que mi familia americana me trató muy pero muy bien, me sentía sola por cómo es la sociedad. Son muy serviciales, pero no tienen la profundidad que nosotros tenemos en las relaciones. En la secundaria tenía que elegir materias opcionales, además de hacer las obligatorias. Había Física, Química y Matemática, pero yo quise hacer Gimnasia, Home Economics y Typing, una herramienta que me hizo entrar a mi primer trabajo en un banco. También elegí Francés y tenía que ir los viernes a enseñarles a los niños de seis años del colegio. Yo, que hablaba español, les enseñaba francés a niños nativos del inglés.

Fue profesora en la universidad durante 20 años. Los alumnos decían que sus clases eran participativas y menos jerárquicas. ¿En el banco también trabaja con un liderazgo más horizontal?

Mi estilo de liderazgo es muy participativo. Me gusta trabajar en equipo. En las reuniones siempre tengo un análisis hecho y una posición a priori, pero me gusta mucho interactuar y conocer la idea del otro.
¿Sus jefes fueron así? En mis 40 años de carrera tuve de todo. La verdad es que me adapto y soy muy perceptiva. Sé identificar el perfil de la persona y cómo trabajar con eso.

En esos momentos de dudas o incertidumbre, ¿en quién se refugia?

En mi marido, él es mi soporte.

Él fue su primer novio. ¿Cómo fue crecer juntos?

Nos ennoviamos a los 17 años, estuvimos cinco de novios y hace 42 que estamos casados. Esa es mi vida: muy lineal y simple. A los 27 ya tenía tres hijos; en la facultad me sentía diferente porque me recibí con una panza de nueve meses. Estaba por nacer mi segunda hija. Yo estudiaba de noche y dejé de trabajar cuando tuve al primero. Prioricé la crianza de mis hijos, pero siempre traté de competir conmigo misma.

Todos los años veranean y viajan en familia. ¿Cuál es el próximo destino?

En marzo nos vamos con mis hijos y nietos a Nueva York. Todos los años, hace por lo menos 10, nos vamos a algún lado. Y también viajo con mi marido. A Uruguay lo conozco de repente menos de lo que debería. En mi familia somos 14 de cuatro generaciones, contando a mis padres.

¿Qué debaten en la mesa?

No es un debate, pero sí vemos una diferencia en la forma de enfrentar la vida. La generación entre 30 y 40, que son mis hijos, tienen la ventaja de la espontaneidad y transparencia. Nosotros venimos de una época más estructurada y siempre tuvimos una rutina marcada. Las discusiones, o miradas diferentes, son más sobre lo que piensan o cómo afrontan las cosas. En nuestras generaciones no se hablaba de cuestiones como el sexo; a veces no se compartía ni las enfermedades. Las mayores diferencias vienen por ese lado.

Este año va a dejar su puesto de CEO. ¿Qué planes tiene para cuando se retire?

A mi edad, claramente, es algo que uno piensa y planifica. Me imagino disfrutando y cuidando mucho a mis nietos y pienso en seguir aprendiendo para trabajar la mente. Quiero retomar las clases de francés, piano e historia del arte. Para no dejar la veta profesional, voy a continuar como chair de Vistage Uruguay, con el objetivo de apoyar y potenciar a un grupo de CEO, dueños de empresas o líderes ejecutivos desde mi experiencia. También pienso en deporte: seguro será natación. Creo que cuando llegue el momento, mi agenda va a estar completa y bien balanceada