Nombre: Ignacio Obes Edad: 36 Ocupación: Músico Señas particulares: Es calentón; elige destinos de viaje según la gastronomía; se viste de negro para no dar un mensaje equivocado.
Nombre: Ignacio Obes Edad: 36 Ocupación: Músico Señas particulares: Es calentón; elige destinos de viaje según la gastronomía; se viste de negro para no dar un mensaje equivocado.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáGanó el premio Manuel Oribe como cantautor del año. ¿Qué significado le da?
Lo tomo con mucho orgullo. Había ganado premios Graffiti y algunos otros premios de la Intendencia, pero en este caso es un premio que viene de parte del Partido Nacional, y claramente está identificado con la canción que hice para Luis Lacalle Pou. Eso habla de que fue un muy buen trabajo. Entiendo el contexto, lo agradezco y lo recibo con mucho gusto por supuesto. Le doy la importancia que tiene.
Antes del 13 de marzo de 2020 su trabajo se basaba en viajar y hacer shows para marcas y productoras internacionales. ¿Cuál fue el lugar más extraño en el que tocó?
En un barco precioso en el Bósforo, en Estambul, donde tuve que improvisar unespectáculo para algunos famosos argentinos. La productora estaba probando unos servicios para la final de la Champions League, alquilaron un barco y necesitaban un artista para entretener al público invitado. Yo estaba de vacaciones, me vieron en Instagram y dijeron que me esperaban. Me fui a comprar ropa y a improvisar arriba de un barco. El otro fue en Marrakech, para tocar en un cumpleaños en el medio del desierto. Se armó una carpa, se cerraron cinco hoteles e invitaron a 700 personas. Estaba Ricky Martin. Fue una experiencia extraña llegar a esos lugares con una guitarrita.
Ahora está en Uruguay debido a la pandemia. ¿Cómo seguirá su vida después?
2020 fue muy particular. Nunca pensé estar en televisión o hacer cosas que estuvieran tanto en el ojo público. Es una etapa. Creo que mi naturaleza es estar siempre haciendo cosas para crecer y en 2021, a medida que se vayan abriendo las fronteras y espectáculos, planeo ir hacia más, no quedarme haciendo lo mismo que hice en 2020, sino más cosas. Eso seguro. Además, estoy sacando mis canciones.
¿Cree que el jingle de Lacalle Pou y estar en Santo y seña le abrirán otras puertas?
Obviamente que trabajar en Uruguay, caminar por la calle y que la gente me reconozca y me diga algo lindo es espectacular. Pero entiendo que en algún momento eso también baja y uno tiene que ir a más. Tener prensa o que algún medio de comunicación me llame uno lo tiene que tomar como un transporte hacia otra cosa, como un medio hacia otro fin y, en mi caso, yo soy cantante. Mucha gente ve que el fin de mi carrera era terminar tocando en la televisión. Y en realidad es un medio, un momento. Tanto como el jingle de Luis Lacalle Pou del que tanto se habló, fue un medio para llegar a otras cosas. En el plano personal tengo otras metas, como viajar por todo el mundo como venía haciendo. El jingle y salir en la televisión me abrió puertas y también me sectorizó mucho. Tengo que ser inteligente con mi carrera y no hacer siempre lo mismo. Fue un año de grandes decisiones a escala personal y familiar, de exponerme, porque no es una empresa o una banda. Soy yo, es mi cara, mi nombre, el producto y lo que se vende. Eso genera alabanzas y críticas.
¿Qué siente cuando lo catalogan como músico de derecha o rockero cheto?
Soy lo que soy. No me voy a teñir el pelo de negro, no voy a dejar de comer en un lugar que me gusta o viajar a un lugar que me gusta. Me importa dar el mensaje de quién soy y la música que hago y por qué hago lo que hago. Quiero demostrar que puedo llegar a más, que puedo cumplir otras metas. Soy competitivo, contra mí mismo y contra las opiniones. Me parece sano porque soy ambicioso. No reniego de nada de lo que hice, pero sin dudas quiero demostrar otras cosas. Soy cantante de rock y por más que la gente me vea como un cantante sectorizado en este momento, yo también siento y tengo cosas para decir.
¿Cuida su imagen?
En muchas de las fotos de prensa y shows estoy vestido totalmente de negro. Tiene que ver con que es un ienzo "en blanco", y trato de que me vean por cómo canto, por quién soy. De repente el estilo no lo dejo atrás, pero es un mensaje, que estoy vestido sin una estampa de un colectivo, ni de algo político, ni una marca. Me importa mucho no lucrar con pavadas que el día de mañana no están. La imagen trato de cuidarla en el sentido de no dar el mensaje equivocado.
"Bienvenidos los halagos y las puteadas" tuiteó una vez. ¿Es mejor que hablen mal a que no hablen?
Totalmente. Me busco en redes porque es mi marca, mi trabajo, y tengo que saber qué es lo que se dice. Todo el tiempo estoy pendiente, arriba de mi trabajo. Si no hablaran y no pasara nada, uno se empieza a preocupar porque no estás generando nada. Esa es la ley que los publicistas y las marcas saben. Lo que puede llegar a un exceso es lucrar con el chimento. Eso puede ser que se haya querido hacer y hoy en día no soy tan partidario.
Es casado. ¿Cómo llevó el matrimonio viviendo más en hoteles que en su casa?
En estos últimos cinco años lo que hubo que hacer fue adaptar la relación. Pero al estar trabajando en el exterior hemos podido recorrer el mundo juntos. En ese sentido, es un estilo de vida que uno elige y que uno fantasea cuando se dedica a la música. Obviamente uno lo disfruta adaptando la convivencia. Quizás durante mucho tiempo no nos vemos, pero cada tanto nos vamos juntos en el avión.
Tiene una personalidad fuerte. ¿Le cuesta ceder en discusiones?
Sí. Soy un tipo muy especial. Mi padre es un tipo con mucha personalidad y me eduqué saliendo a trabajar a los 14, 15 años, yendo para adelante. Entonces, eso me dio una personalidad de choque para defenderme un poquito, y la uso. Pero me ha servido mucho para reinventarme. Me encanta discutir. Amo el debate y me quedaría con una persona opuesta a mí charlando hasta el amanecer, solo para gozarnos.