Nombre: María Fernanda Nani Rodríguez Edad: 45 Ocupación: Presidenta de la Fundación Gonchi Rodríguez; empresaria Señas particulares: su música preferida es la electrónica; no recuerda casi ningún cumpleaños; pasó una semana junto a Luis Miguel
Nombre: María Fernanda Nani Rodríguez Edad: 45 Ocupación: Presidenta de la Fundación Gonchi Rodríguez; empresaria Señas particulares: su música preferida es la electrónica; no recuerda casi ningún cumpleaños; pasó una semana junto a Luis Miguel
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá¿Por qué le dicen Nani?
Me lo puso mi hermano cuando nací. Tenía cuatro años y María Fernanda le quedó muy largo. Me decían Nanny, como "niñera". En un momento se me dio por aprender japonés y mi profesora me contó que en la cultura japonesa, los padres cuando le asignan un kanji a sus hijos, que es un símbolo, es como una forma de marcar su destino. Qué curioso, porque Gonzalo me puso Nanny y terminé dedicando mi vida en memoria de él a cuidar niños. Es como si me hubiera asignado un kanji, un símbolo que no era mi nombre y me marcó el destino.
Se caracteriza por ser optimista y estar siempre de buen humor, pese a que su vida ha estado marcada por adversidades. ¿Qué tanto se identifica con la palabra resiliencia?
Me la tatué este año en el brazo, mirando hacia mí para no olvidarme. He pasado un montón de obstáculos a lo largo de mi vida, desde chica. A los tres meses de nacer murieron mis abuelos en un accidente de tránsito en Argentina y mi madre no me pudo amamantar porque estaba viviendo el duelo. La separación de mis padres me agarró en primero de escuela. Repetí primero y tercero. Me impactó mucho y me generó mucha timidez. A los dos años de crear la Fundación murió mi padre. Ahora, un divorcio muy difícil.
Hay dos puntos que son claves: cómo te tomás las cosas, porque a veces lo único que podés cambiar es eso, y con quién te vinculás, que pueden ser personas conocidas o desconocidas. Soy de hablar con desconocidos y a veces, en un lugar o un momento del día totalmente inesperado, logro una conexión increíble. Es muy importante estar abierto e ir conectando con gente que te potencie para salir adelante.
¿Superó la timidez?
La superé públicamente, pero hay situaciones en las que quedo congelada y sufro un montón por dentro, pero lo disimulo bien.
¿Por ejemplo?
Cuando tengo que interactuar con personas que admiro mucho, que veo magníficas, me achico, no sé por dónde empezar a hablarles. También cuando he salido con chicos que me han gustado mucho. Quedo pasmada y hago todas las cosas que no hay que hacer.
Tiene dos hijos, de 11 y siete años. ¿Cómo quiere que la vean?
esiliente. Eso lo ven. Por ejemplo, el varón, en la primera fase de todo un proceso de cambio me decía: "Mami, vas a estar bien, tenés mucha gente que te quiere y te va a ayudar". O que en el colegio dicen que soy una mamá cool y entonces no me puede ir mal. Razonamientos muy simples, pero en realidad si sos una persona que tiene muchos vínculos y diste mucho a los demás, cuando estás tropezando esa gente viene y te da soporte.
¿Es creyente?
Creo en Dios, tengo mucha fe. Desde lo racional cuestiono todo. Pero todo eso desaparece cuando estás frente a una situación límite y lo único que te queda es la fe. La fe no es una actitud, está ahí aunque no quieras o no te guste. Va más allá de lo que uno pueda ver o entender.
Dicen que es "colgada" y tiene mala memoria.
Vivo saludando a gente equivocadamente. También me olvido mucho de lo que me cuentan, a veces me piden que no cuente un secreto y les digo: "Contámelo tranquila que dentro de 15 minutos se autodestruye en mi cabeza". Llegué a hacerme un estudio hace años y, aparte de ser mujer y acuariana, estoy en muchos proyectos simultáneos, viví en muchas ciudades y entonces nunca logro retener. Tengo mucha información flotante.
El año pasado su nombre estuvo en los medios por ser el primer caso de sarampión en Uruguay en 20 años. ¿Cómo lo vivió?
Varios periodistas me empezaron a decir que se rumoreaba que era yo. Con la buena relación que tengo con la prensa sabía que si se filtraba el nombre, iba a tener que dar 20 o 30 notas y no estaba en condiciones. Hasta que un periodista me dijo que si se sabía que era yo, tal vez la noticia iba a tener más fuerza y eso ayudaría a que la gente se vacune y tome conciencia. Y se vacunó un 700% más de personas que una campaña de vacunación tradicional. Además, dicho por las autoridades de salud, esto fue como una entrada en calor y preparación al sistema de epidemiología para el Covid-19, porque el protocolo de rastreo era similar.
¿Es verdad que la llamó Lacalle Pou?
Sí, había estado con él. Estaba internada y me preguntó si era verdad. Le dije que sí, y que se vacune. Ya estaba en el centro de vacunación y me dijo: "¿Me vas a arruinar la campaña?". Le dije que si se contagiaba, iba a estar brotado y rojo como si le hubiera picado una abeja. Y me dijo: "Bueno, no es tan grave". Por suerte no se contagió.
Tiene una anécdota con Luis Miguel.
Él tenía 18 y yo 15. Había ido a tocar a Argentina y su manager era amigo de un amigo de mi tío. Nosotros estábamos en Punta del Este y le preguntó si se podía ocupar de un cantante mexicano, superjoven, que estaba con el manager porque se había peleado con el papá y quería ir una semana de incógnito a Punta del Este a descansar. Mi tío nos preguntó y todos los sobrinos se hicieron humo. Era antes de largar el disco Romance, cuando tenía el pelo largo hacia arriba y andaba con esos jeans superapretados, megabronceado, y yo estaba en otra onda. Tomé casi como un castigo que me asignaran a Luis Miguel toda la semana. Pero fue muy divertido porque íbamos a navegar todos los días, salíamos en el barco de mi tío. De noche jugábamos al póker, él era muy bueno y nos quedábamos hasta las 5 o 6 de la mañana. Siempre teníamos que ir con guardaespaldas, que me parecía sumamente innecesario. En un momento voy al baño y cuando vuelvo estaba rodeado de mujeres. Ahí dije: "Este es conocido". Pasamos muy bien y esa fue mi historia.