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70 años y 70 veces Charly García

Este no será un perfil definitivo, pero sí puede servir para una trivia sobre el mayor ícono del rock argentino

1 · En 1978, Ruben Rada voló de Estados Unidos a Argentina, donde el disco de Opa Magic Time era un éxito, para seguir probando suerte en la música. “Estaba caminando por Avenida de Mayo, en un hotel berreta donde paraba, no me conocía nadie... Y de pronto me para un flaco alto: ‘Amo tu música. Amo a Hugo (Fattoruso). Amo a Los Shakers. Ustedes cambiaron la música. Ustedes son increíbles’. Me da un abrazo, le doy un abrazo y se va. A los dos años, cuando estoy armando La Banda, voy a ver a Serú Girán. Y me doy cuenta de que el flaco alto estaba en el escenario”, relata Rada a Galería. El flaco alto era Charly García.

2 · El primer recuerdo musical de Charly García fue una cajita musical de su padre que tocaba Torna a Sorrento; también esa fue la primera melodía que tocó en un pianito de juguete que le regaló su madre a los tres años, según contó a Jorge Lanata.

3 · Carlos Alberto García Moreno nació en Buenos Aires el 23 de octubre de 1951. Hijo de una familia de clase alta, el mayor de cuatro hermanos vivió su primera niñez en un edificio señorial de Caballito, con niñera, mucamas y montacargas que subían los manjares desde la cocina, como enumeró La Nación.

4 · El famoso bigote bicolor es causado por el vitíligo, un problema de pigmentación en la piel. Le surgió de chico por una crisis nerviosa: sus padres se fueron a un largo viaje solos por Europa, dejando a los niños al cuidado de las niñeras y de una abuela.

5 · “Casi todas las bocinas están en si bemol, que es una nota particularmente irritante”, le dijo una vez a Beto Casella. Charly es conocido por el “oído absoluto”. A los 10 años le dijo a su madre, que producía un programa de música folklórica: “El maestro tiene la quinta cuerda desafinada”. El maestro era Eduardo Falú. Y era así.

6 · A los 13 años ya era profesor de piano, teoría y solfeo, recibido en el prestigioso conservatorio Thibaud Piazzini con notas extraterrestres. Amaba a Mozart y a Chopin.

7 · There’s A Place es un tema del disco debut de The Beatles, Please Please Me. No fue un hit, pero si Carlos Alberto se transformó en Charly es en parte por él. “Me volví loco. Pensé que era música marciana”, le dijo a su biógrafo Sergio Marchi en No digas nada.

8 · En 1969 quiso zafar del servicio militar tomando un montón de fármacos con intención de ser enviado al hospital del cuartel y a su casa. No lo logró y casi se pasa para el otro lado; pero de esa experiencia nació Canción para mi muerte.

9 · En el Instituto Social Militar Dr. Dámaso Centeno había conocido a otro Carlos Alberto, Mestre, de apodo Nito. Con él formó Sui Generis en 1969. Originalmente era un quinteto, para 1971 ya eran un dúo y en 1972 ya habían publicado Vida, su primer disco.

10 · Charly García aportó piano, guitarra, voz y prácticamente el 100% de las canciones de este grupo que evolucionó del folk-rock al rock progresivo, y de tonos inocentes a otros más oscuros. Solo por su etapa allí, él merecería un lugar en el Olimpo de la música popular: Canción para mi muerte, Necesito, Dime quién me lo robó, Bienvenidos al tren, Lunes otra vez, Confesiones de invierno, Rasguña las piedras, Instituciones, Juan Represión y Botas locas. Mucho.

11 · En agosto de 1975, el dúo y sus músicos fueron presos tras un recital en Montevideo. En plena dictadura, a algunos no les gustó la canción Botas locas. Según se narra en No digas nada, zafaron porque Charly les hizo creer a los uniformados que en vez de cantar “si ellos son la patria, yo soy extranjero”, la letra decía “si ellos son la patria, yo me juego entero”. Al comisario le pareció bárbaro ese nacionalismo y los mandó soltar.

12 · Un mes después, Sui Generis decía adiós. Lo hizo con dos shows en el Luna Park porteño, ante 25.000 personas, algo inédito para el joven rock argentino. Charly y Nito volverían a tocar juntos en Uruguay, en el estadio Luis Franzini y ante 16.000 personas, el 11 de diciembre de 1981. En 2000 volvieron a los estudios para grabar Sinfonía para adolescentes, con su respectiva gira.

13 · “Fue muy bueno decir ‘no’ por primera vez. Es como si vos estás en una fiesta en la que todo el mundo la está pasando bien menos el dueño de casa (…). Yo era muy pibe todavía, y era absurdo entregarme tan joven con las manos atadas. No pensaba casarme todavía y menos con Nito”, le dijo al periodista Pipo Lernoud sobre ese fin.

14 · Entonces sí estaba en pareja con María Rosa Yorio, polifacética artista que sería la madre de su único hijo, Miguel, Migue, nacido en 1977. Ella lo acompañó en Sui Generis y en Porsuigieco como corista. Al terminar la relación, ella se fue con Nito Mestre.

15 · Dos grupos de efímera vida, Porsuigieco (Raúl Porchetto, Sui Generis y León Gieco) y La Máquina de Hacer Pájaros, fueron sus siguientes aventuras. En uno escribió El fantasma de Canterville (cantado por Gieco) y para el otro Cómo mata el viento norte.

16 · Para 1978, ya en pareja con la bailarina brasileña María Zoca Pederneiras, alquiló por tres meses una casa en Buzios. Con él iría un guitarrista amigo, David Lebón, con quien pasarían penurias económicas y crearían música. Formaron Serú Girán con el baterista Oscar Moro y el bajista Pedro Aznar.

17 · El debut de Serú fue el 28 de julio de 1978 en un Luna Park de espantosa acústica. Fue en el Festival de la Fundación de la Genética Humana, horrible nombre de una entidad presidida por Alicia Raquel Hartridge de Videla, esposa del dictador Jorge Rafael Videla. Tocaron tres canciones y les tiraron pilas de lo mal que se oía.

18 · La presentación del disco debut homónimo, en Obras Sanitarias y el 3 de noviembre de 1978, tampoco fue memorable. En un momento hicieron una parodia de música disco, muy de moda pero detestada por el público rockero que no entendió la humorada. La gente le pedía temas conocidos y Charly se negaba. “¡Charly nos cagó!”, bramaba el público. “Ustedes se cagan solos”, retrucaba el bicolor. Marcelo Fernández Bitar, en su libro 50 años de rock en Argentina, recordó que el diario La Opinión cuestionó sus “voces homosexuales”, todo un insulto entonces.

19 · Más allá de estos comienzos, Serú Girán terminó siendo uno de los mayores grupos del rock argentino. Grabaron cuatro discos entre 1978 y 1981 y Charly compuso varios himnos inmortales: Eiti-Leda, Seminare (originalmente cantada por Lebón), Viernes 3 A.M., Canción de Alicia en el país, Desarma y sangra, Peperina y Cinema verité. Solo por esta etapa, también merecería un lugar en el Olimpo.

20 · Charly fue un faro de luz en esos años de hierro. “Fue la figura más creativa de la época, sobre todo si comparamos su obra de entonces con otros momentos de su propia producción musical. Me parece que fue central, en particular por su agudeza para poder decir, para trabajar la metáfora siempre vinculada a lo sonoro, a lo musical. En ese sentido, las canciones de Charly García son maravillosas y, a diferencia de otras de la misma época, se bancan perfectamente el paso del tiempo”, dijo Sergio Pujol, autor de Rock y dictadura, a Página/12.

21 · Como ejemplos de este Charly historiador de su tiempo, están Hipercandombé (El grito milenario del Río de la Plata), de La Máquina de Hacer Pájaros, Canción de Alicia en el país, Los sobrevivientes, Encuentro con el diablo o No llores por mí, Argentina, de Serú Girán, o la mucho más explícita Los dinosaurios, ya solista.

22 · El propio Charly, en cambio, a veces ególatra, a veces autoiconoclasta, minimizó su rol: “Juro que cuando la escribí no pensé en los militares (…). La letra tenía más que ver con el sentimiento de ausencia que se produce en uno cuando pierde algo, desde un amor hasta el cepillo de dientes”, dijo a Rolling Stone argentina en 2002 sobre esa última canción. Vamos, Charly.

23 · El canto del cisne de Serú fue tan polémico como su inicio, en el Festival de la Solidaridad Latinoamericana el 16 de mayo de 1982, organizado por la dictadura para alimentar al Fondo Patriótico Malvinas Argentinas. “Me sentí tan pelotudo… lo tomé como un premio consuelo, que la gente tuviese algo (…). Te decían Luis (Alberto Spinetta) va a ir, y bueno, vamos. No ir hubiese sido un desprecio para los pibes y para los músicos (…). Fue una de las primeras veces que me dio algo de vergüenza ser rockero nacional”, lamentó a los periodistas Daniel Riera y Fernando Sánchez, en el compilatorio de entrevistas Charly recuerda.

24 · En realidad, toda la crema del rock argentino estuvo ahí, algo muy cuestionado por las generaciones posteriores con la óptica que da el paso del tiempo, más allá de que los músicos estaban muy lejos de apoyar al régimen. Lo mismo pasó puntualmente con Charly cuando cultivó una estrecha relación con el presidente Carlos Menem, a quien le ofreció un recital privado en la residencia de Olivos, en 1999.

25 · También es cierto que, a diferencia de muchos de sus colegas de igual generación o generaciones siguientes, Charly jamás demostró un interés real en la política. Por eso muchos lo acusaron de tibio, pero también le ahorró un flanco más en el que pegarle.

26 · Todo gran artista precisa su “rival”. En el caso de Charly, eso recayó en Luis Alberto Spinetta. Así lo fomentó la revista Hurra, en 1980. La relación personal entre ambos, en cambio, fue casi siempre cordial. Y siempre hubo admiración mutua.

27 · Ambos próceres del rock coincidieron en un efímero proyecto titulado simplemente Spinetta/García, que solo dejó un tema editado, Rezo por vos, en 1984. Habían proyectado un disco que nunca vio la luz. Años después, Charly usaría su título para un trabajo propio.

28 · Uno de los motivos de la ruptura fue los distintos ritmos de vida. Spinetta por entonces quería atender a su familia y a sus dos hijos chicos. Charly, en cambio, ya empezaba a ser el Charly que todos tenemos en el imaginario.

29 · En lo musical, difícilmente se pueda concebir una seguidilla de discos como los seis que grabó Charly García entre 1982 y 1990: Yendo de la cama al living, Clics Modernos, Piano Bar, Parte de la religión, Cómo conseguir chicas (el título pensado con Spinetta) y Filosofía barata y zapatos de goma. Ese período incluye la banda sonora Pubis Angelical, la colaboración con Pedro Aznar Tango y el breve proyecto con Spinetta.

30 · Esa década consolidó a Charly como artista popular con canciones de-esas-que-sabemos-todos como Inconsciente colectivo, Yendo de la cama al living, Yo no quiero volverme tan loco, Nos siguen pegando bajo, Los dinosaurios, No me dejan salir, Demoliendo hoteles, Promesas sobre el bidet, Raros peinados nuevos, Cerca de la revolución, Buscando un símbolo de paz, El rap de las hormigas, No voy en tren, Fanky, Fantasy, No me verás en el subte y, con Aznar, Hablando a tu corazón. Solo por esto también tiene asegurado un sitio en el Olimpo; y arriba del todo.

31 · En estos años también empezó a mostrar las primeras señales de ir al borde, que hoy resultarían apenas simpáticas pero en su momento fueron un escándalo. La primera de ellas fue el 8 de diciembre de 1983, cuando en un show en Córdoba se bajó los pantalones por primera vez, como respuesta a un público metalero —que vaya a saber qué estaba haciendo ahí— que le gritaba cualquier disparate homófobo.

32 · En esa década, su banda de acompañamiento estaba integrada por músicos que luego tendrían su propio peso específico en el rock argentino, con el tecladista Fito Páez a la cabeza: Andrés Calamaro (teclados), Fabiana Cantilo (coros), María Gabriela Epumer (guitarra), Carlos García López (guitarra), Hilda Lizarazu (teclados), Cachorro López (bajo) o Daniel Melingo (saxo).

33 · Fito Páez, cuya carrera solista comenzó en 1984, en un momento pareció sumarse a Charly y a Spinetta y formar una Santísima Trinidad del rock argentino. Como Luis, grabó una canción con Charly: La rueda mágica, en 1992. Pero su popularidad (y su “credibilidad” rockera) decayó.

34 · El histórico concierto en Buenos Aires de Amnesty International, en octubre de 1988, provocó roces entre los artistas locales y las estrellas internacionales (Peter Gabriel, Sting, Tracy Chapman). Charly, bastante alto el piso y ofuscado porque el sonido que iba a tener no lo convencía, gritó tras bambalinas “¡El jefe acá soy yo!”, en alusión a un ilustre visitante, Bruce Springsteen. Este último ni se enteró.

35 · La primera internación en una clínica psiquiátrica de Charly García, por temas de drogas, fue en agosto de 1991. Estuvo tres meses recluido y salió a tiempo para ofrecer un recital de fin de año, el 22 de diciembre. Llegó al escenario en el estadio de Ferro en una ambulancia, mofándose de su situación.

36 · En 1992, Serú Girán volvió brevemente; el verano de 1993, en Punta del Este y con su hijo Miguel, fue una locura mediática. En su libro, Sergio Marchi escribió que Donald (sí, el de sucundún-sucundún) lo salvó de una turba furiosa que lo corría por las calles del balneario. “La persecución fue algo constante en aquel paso de Charly por Punta del Este: lo persiguieron las chicas, después los amigos de las chicas, los dealers, los dueños de los pubs y los hoteles, los fotógrafos, los periodistas, y finalmente la policía y las autoridades uruguayas. Fue declarado ‘persona no grata’ y casi deportado de Punta del Este. Charly definió aquel veraneo como ‘la resaca después de la borrachera de Serú Giran’”.

37 · Un pastor, Carlos Novelli, se lo llevó a su clínica en Diego Gaynor, una localidad rural bonaerense, para rehabilitarlo. El tema trascendió en la prensa y el músico internado se convirtió poco menos que en una atracción turística, se cree que con la anuencia del religioso. Furioso con la idea de ser una atracción de circo, Charly se escapó.

38 · El libro de Marchi asegura que Novelli estaba convencido de que Charly García era el diablo y le practicó un exorcismo. El músico primero se sorprendió, luego se divirtió y finalmente se hartó al ser bañado en agua bendita. Lo echó a patadas.

39 · Con La hija de la lágrima, de 1994, el público ya nota que los tiempos están cambiando. Tiene 23 canciones, incluyendo Chipi chipi y La sal no sala. Fue presentado pomposamente como una ópera rock y hoy es visto como un disco de transición.

40 · En esa época, Charly se tiñó de rubio en homenaje a Kurt Cobain. Y, como el cantante de Nirvana, vivía detonado. Tanto, que su madre lo interna compulsivamente en noviembre. Al salir, iniciaría los trámites para quitarse el apellido materno.

41 · Ese disco se presentó en 10 noches en el Teatro ópera, en setiembre de 1994. Fueron unos shows erráticos que, se sostiene, derivaron en su internación. Desde entonces, sus recitales son una ruleta rusa: o son brillantes al punto de lo épico, o son un fiasco por su no presentación, su apatía o su huida.

42 · Aun así, hay cosas que recordaban que era un genio. Un ejecutivo de su discográfica estaba preocupado porque el trabajo no tenía un tema “para la radio”. Él tardó 10 minutos en escribir Chipi Chipi, cuyo nombre inicial iba a ser Canción sin fin.

43 · Para el verano de 1996, el gobierno de la provincia de Buenos Aires impulsó el eslogan “Sol sin drogas” y a alguien se le ocurrió que una buena cara para impulsarlo era Diego Maradona. Seguramente a la misma mente brillante se le ocurrió que Charly García también podía sumarse. El músico tuvo un momento de honestidad brutal: “Yo prefiero drogas sin sol”. Eso le valió una denuncia judicial luego archivada.

44 · Y cuando todo el mundo pensaba en lo caótica que estaba volviéndose su vida, llegó la época Say No More, iniciada en 1996 con el disco de ese nombre, lema y brazalete.

45 · Aunque aún es capaz de conmover en vivo, su nombre pasó de la MTV a los programas chimenteros. De hecho, según los siempre discutidos Top 100 de la revista Rolling Stone, entre sus cien mejores canciones solo 12 fueron publicadas de 1996 a 2015.

46 · “Yo lo que hice fue inventar el concepto de estrella de rock acá en Argentina. Ahora hay muchos que se creen estrellas de rock, pero yo soy una superestrella de rock”. Así hablaba de sí mismo en los años 90, según recordó Rolling Stone Argentina en 2016.

47 · El primer número de la edición de ese país de la revista salió en abril de 1998 y él fue el artista retratado en tapa. No podía ser otro. “La primera tapa de Rolling Stone de Estados Unidos fue John Lennon. Y la de Argentina, Charly García, como corresponde. ¡Rock and Roll!”, dijo entonces, según consigna el especial web que subieron por su 70 aniversario. La producción de la nota fue difícil, con algunos gastos que el director editorial, Victor Ghitta, recuerda que “no se podían justificar”, en Miami, donde el músico grababa El aguante.

48 · Alguien en el mundo piensa en mí, Estaba en llamas cuando me acosté, Cuchillos, Kill My Mother, El aguante, Tu vicio, Influencia, Asesíname y La Máquina de Ser Feliz son algunas de las canciones más reconocidas de esta última etapa. Son momentos de real inspiración; pero no modificaron su lugar en el Olimpo.

49 · En su libro Por la vereda del rock, Carlos Bebe Contepomi habla de un ultraquejoso Charly, bien en plan estrella, furioso por la mala calidad de salas en Tucumán y Salta. Sin embargo, en un momento deja todos sus berrinches de lado para conseguir que uno de sus músicos, un violinista, consiga pasaje a Buenos Aires para irse con su mujer que había tenido un problema de salud. Lo logró. Y canceló el show.

50 · “A Charly lo quiero mucho, pero es muy difícil estar con él. (…) Nunca sabés lo que va a pasar y eso te genera una tensión muy particular, no podés estar relajado al lado de Charly porque es un tipo excesivamente intenso. A veces esa intensidad se le transforma a Charly en dulzura, en bondad y otras en violencia”, escribió Bebe Contepomi en su libro.

51 · Que la cultura de la cancelación surgiera con un delay de 20 años impidió que muchos le prendieran fuego durante el cambio de siglo, cuando se supo que tenía una novia (o similar) menor de edad, llamada Florencia, hija de un fan ya cincuentón.

52 · Para su presentación en el Buenos Aires Vivo 3, el 27 de febrero de 1999, Charly pensó en arrojar muñecos desde un helicóptero para emular los Vuelos de la Muerte del Plan Cóndor. Aunque quiso ser un homenaje, organizaciones de detenidos desaparecidos le hicieron desistir de esa idea de dudoso gusto.

53 · Él ya era famoso por autoboicotear recitales, muchas veces ofuscado por un sonido deficiente, su obsesión. Pero cuando quería hacer historia, lo hacía. Ese show, ante unas 250.000 personas, fue tan bueno que quedó grabado: Demasiado ego. El nombre cayó como anillo al dedo.

54 · No fue su único disco en vivo de ese año. El ya mencionado recital casi personal que le ofreció al presidente Menem se editó bajo el nombre Charly & Charly, unas 2.000 copias solo distribuidas “para los amigos”; los del exmandatario.

55 · El nuevo milenio trajo muy pronto la que quizá es su locura más conocida. “‘¿Cuánto tiene la pileta?’, gritó Charly García al joven bañero desde la terraza del hotel Aconcagua. ‘Tres metros de hondo...’, contestó Lucas Rodríguez, siete pisos más abajo. Y García se tiró sin escuchar el final de la frase del bañero: ‘... pero recién la están llenando’. Así comenzó la crónica de Clarín el 4 de marzo de 2000.

56 · “Esta es la primera cosa deportiva que hago”, dijo al salir de la piscina, ante un racimo de micrófonos que aparecieron como por arte de magia. “¿La sensación?... El vacío, y después el agua mojada. ¿Miedo? Sí, un poquito, pero si no, no tiene gracia”.

57 · Fue el colofón de unos días típicos en su vida: el 1º de marzo tocó en Mendoza junto a Mercedes Sosa, el 2 en la mañana fue detenido por un incidente en un pub local, el 2 en la tarde pidió que llamaran a su abogado “Carlos” (Menem), y el 3 se tiró al vacío unos 20 metros para caer en la piscina del hotel donde se alojaba. Al volver a su apartamento en Buenos Aires siguió arrojando cosas, cansado del acoso periodístico.

58 · En 2003, una gripe mal curada derivó en la muerte de la guitarrista María Gabriela Epumer. Charly quedó muy afectado y le dedicó su disco de ese año, Rock and roll, yo. “Pienso mucho en vos, María Gabriela. Todavía en los shows me doy vuelta para buscar tu mirada cómplice. Ojalá tengan tocadiscos en el cielo. Random es mi humilde homenaje a la mejor guitarrista que existió”, escribiría en 2017.

59 · El músico y profesor de música Pablo Zerboni, director musical de Babel FM, dice a Galería que la carrera de Charly es como la película El curioso caso de Benjamin Button: “En Sui Generis había sabiduría, calma y profundidad en las letras, hablaba de los grandes temas humanos, amor, muerte, soledad. Su cumbre musical es en La Máquina de Hacer Pájaros. Pero luego de La hija de la lágrima entra en un declive… llega a un rock adolescente, elemental, ‘el aguante’, tres acordes desafinados...”.

60 · Siete años después que su predecesor, en 2010 el disco Kill Gil salió a la venta. La demora se atribuyó, además de a su caótica vida, a que sus canciones fueron filtradas en Internet. Charly acusó de ello a su hijo, Migue, lo que provocó una ácida pelea que fue pasto para la prensa sensacionalista.

61 · Luego de causar destrozos en un hotel en Mendoza, tierra que parecía sacarle lo peor, fue internado nuevamente en 2008. De ahí se fue a seguir su tratamiento a la quinta de Ramón Palito Ortega. Denostado por el rock y la intelectualidad, con una calidad musical en las antípodas de la de Charly, Palito hizo más por su colega que nadie.

62 · “Era la última persona en el mundo que pensaba que iba a hacer eso. Me dio un hogar, un estudio y su familia (…). Palito me salvó la vida. Es un tipo increíble. Yo no salí de ningún infierno. Yo fui víctima de la ignorancia y el prejuicio de los que estaban cerca mío, y no era esa la manera”, diría Charly en 2013.

63 · “Con muchos amigos viví historias, pero lo más fuerte que viví con un amigo fue con Charly. Me permitió descubrir a un ser de una inteligencia superior y un músico sublime. Nunca en la vida imaginé que podía tocar con semejante musicalidad, conocimiento, técnica, sensibilidad”, respondería Palito en 2017.

64 · Charly recuperó pelo y peso bajo los cuidados de Palito. Si bien volvió a los hospitales, fue por cuestiones puntuales y ya no por los escándalos. Juntos grabaron Corazón de hormigón, un tema que el genio escribió cuando tenía nueve años y estaba dedicado a su madre. Ya la relación filial era complicada por entonces.

65 · Random, que salió a la venta en febrero de 2017, fue para muchos el regreso de “aquel” Charly. Fue grabado en el estudio de Palito Ortega, quien por esto quizá merezca algún peñón en el Olimpo.

66 · La portada incluye la imagen de una cocina. En La máquina de ser feliz, el corte de difusión, Charly canta: “La máquina de ser feliz / la tiene el papa, la tengo yo”. En junio de 2017, a través de uno de sus músicos, Charly le envía un ejemplar de Random autografiado al papa Francisco: “Querido Peace Maker, esta es mi cocina. Random es el viento de la vida. Rezo por ti”. Charly siendo Charly siempre y ante quien sea.

67 · Su sucesor, La lógica del escorpión, aún no tiene fecha de salida.

68 · El 13 de enero de 2019, Charly fue el invitado sorpresa en un recital que Ruben Rada dio en Medio y Medio, en Punta Ballena. “Estábamos haciendo prueba de sonido y nos avisan que quizá venga Charly y se suba a tocar”, recuerda a Galería Nacho Mateu, bajista de la banda de Rada. “Llegó con rebuena onda y supercopado con Rada, que es ídolo máximo de los músicos argentinos. Charly llegó en una onda refan. Tocamos Dedos y Malísimo, sin prueba de sonido, ensayo ni nada. El tipo metió las manos en el teclado y fue a la nota exacta, es un genio absoluto con el oído absoluto. Un capo… Estuvo tremendo”.

69 · Rada casca su voz para imitar a Charly. “Me lo encuentro en Medio y Medio y nos cagamos de la risa. ‘Mencanta charlar con vos, Rada, mencantaaaa’. Conmigo siempre fue un amigazo, hablamos de música, del disco La Conferencia Secreta del Toto’s Bar, de Los Shakers. Y lo canta (canta Rada). Él dice que sacó muchas cosas de Hugo Fattoruso”.

70· Genio, loco, revolucionario, banda de sonido de cuatro generaciones, reflejo de lo excelso y lo miserable, antena receptora y transmisor. Esto último prefiere el propio Charly, según sus propias palabras, según recordó el especial de Clarín por sus 70 años: “Yo soy como una antena, capto cosas. Y las manos son el parlante. Si está bien el parlante y capto las cosas, transmito. No creo que la inspiración se pueda definir”.