Nombre: Alain Mikael Aprahamian • Edad: 33 • Ocupación: judoca • Señas particulares: colecciona distintos objetos, es muy ordenado, practicó danza armenia.
Nombre: Alain Mikael Aprahamian • Edad: 33 • Ocupación: judoca • Señas particulares: colecciona distintos objetos, es muy ordenado, practicó danza armenia.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá¿Cómo se lleva con el desorden? Necesito que las cosas estén ordenadas en mi cabeza y en el lugar donde estoy. Hasta ordeno lo que me molesta en casas ajenas. Me gusta saber lo que voy a hacer en el día, y si me voy un fin de semana para afuera arreglar todo de antemano. Muchas veces me juega en contra y por eso lo estoy trabajando.
Está transitando un camino de introspección. ¿A eso se refiere? Sí. Estoy trabajando conmigo mismo, algo que va a durar toda la vida. Es un camino para encontrarme con el niño que tengo adentro, en darle el amor que preciso o necesité en el pasado. Tengo muchas inseguridades y hablando conmigo mismo es que puedo darme confianza. En el colegio nunca prestaba atención, me costaba mucho concentrarme y eso es algo que arrastré. Me afecta, entre otras cosas, mi desempeño en el judo. Hoy la gente que me ve competir me ve más enfocado, yo también lo noto.
¿Empezó a practicar yoga por eso? Sí, pero no me siento un gurú. Medito casi todos los días, escribo y leo. Empecé por mi deporte, pero me ayuda en todos los aspectos de mi vida. Antes me desmotivaba si algo salía mal, pero después me di cuenta de que no existen buenas o malas decisiones. Solo decisiones. Me costaba mucho tomarlas porque no podía hacerme responsable de lo que decidía. Siempre me apoyaba en otros y ahora aprendí que soy responsable de lo que hago. Eso me ayudó para la concentración, bajar la ansiedad y estar en el presente.
Dicen que es una persona disciplinada, con vocación y voluntad. ¿Se considera así? Sí, todo lo del orden va de la mano con la disciplina que requiere el deporte. El no faltar al entrenamiento y respetar los horarios es algo que requiere de mucha organización y voluntad. Creo que es algo que transmito en todas las áreas de mi vida, me gusta agitar a otros para que logren metas. También soy indeciso y eso me afecta porque va en contra de la organización que me gusta.
¿Es cierto que colecciona medias, tazas y Legos? Sí, ahora estoy usando unas de Mario Bros. Me divierte usar medias especiales. Tengo tazas de Starbucks de todos los países que visito, pero la mayoría las tengo guardadas. A veces le traigo a mi familia llaveros de Lego y colecciono los personajes de películas. Pero todos están guardados, no los armo porque no tengo lugar.
Dicen que no soporta la sobremesa con platos sucios. ¿Por qué? Cada vez que terminamos de comer y estamos charlando, yo empiezo a levantar. Tengo una amiga que cuando terminamos de almorzar y yo levanto, me dice: “Ya empezaste”. Y nos reímos porque yo no me doy cuenta de que lo hago. Lo hago por inercia.
¿Qué lee? Libros de autoconocimiento o entrenamiento, también clásicos. Leí Un nuevo mundo, ahora de Eckhart Tolle. Empecé a leer Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, y quiero leer El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez.
¿Cómo le gana a la pereza? Muchas veces no tengo ganas de entrenar o estoy cansado. No es que me levanto todos los días y digo “qué bueno, tomo café y me voy a entrenar”. Es algo más parecido a “hay que levantarse e ir a entrenar”. La motivación es querer superarme y, hablando del deporte, es un tema de competencia. Mientras yo no lo haga, hay otro que lo va a estar haciendo. Me pongo un objetivo y hago todo para alcanzarlo, me empujo cuando cuesta.
¿Le gustaría ser entrenador? Sí, después de los Juegos Olímpicos 2024. Soy licenciado en Comercio Internacional e hice un máster en Dirección Deportiva. También hice varios cursos de entrenamiento personal. Ahora quiero arrancar con entrenamientos online y ver si puedo trabajar en eso al mismo tiempo que entreno yo.
Practicaba danza armenia. ¿Es cierto que obligaba a sus amigos a ir a verlo? Hice siete años de danza, es algo muy importante de la cultura armenia y una forma que tengo de estar conectado con ella. Viajé mucho a Buenos Aires para concursar y fui a Armenia para ensayar allá. Les decía a mis amigos que vayan, sí (ríe), porque era una manera de llenar el teatro y sustentar la academia.
¿Qué lugar ocupan en su vida la amistad y la familia? El más importante. En España (donde vive y entrena la mayor parte del año) tengo barra de amigos pero no es lo mismo que ver a los de la infancia. A nivel deportivo y personal es muy importante para mí estar en contacto con amigos y familia de Uruguay. Son los que siempre se van a levantar a cualquier hora para verme competir.
Su hermano Pablo también es judoca. ¿Cómo es su relación? Nos apoyamos el uno al otro. Somos tres, Agustín es el más chico, que hizo judo hasta los 18 años y con el que ensayaba danza, y Pablo es el más grande. Yo lo motivo para entrenar y él me ayuda con los papeleos de la Federación, los trámites y, fundamentalmente, en conseguir apoyos.
Dicen que vino a romper paradigmas familiares. ¿Por qué? Se trata de romper patrones que vengo repitiendo y no me gustan, de ver todo desde otra perspectiva y darme cuenta en qué me afecta. Además, no estoy casado, no tengo hijos, no tengo la vida “típica”.