¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
$ Al año*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
$ por 3 meses*
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
* A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
stopper description + stopper description

Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

Suscribite a Búsqueda
DESDE

UYU

299

/mes*

* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

¡Hola !

El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

Leticia Cohen: "Todo me da vergüenza, pero lo digo igual"

Nombre: Leticia Cohen • Edad: 41 • Ocupación: Comediante • Señas particulares: Dice mucho “plim”, ama a Xuxa, siempre tiene miedo de que no le vaya bien
Editora de Galería

Nombre: Leticia Cohen • Edad: 41 • Ocupación: Comediante • Señas particulares: Dice mucho “plim”, ama a Xuxa, siempre tiene miedo de que no le vaya bien

Es verdad que además de ser comediante tiene un trabajo administrativo? Sí, nunca pensé que iba a tener que ver nada con el arte. Iba a ser contadora. Empecé a estudiar y me puse a trabajar hasta que apareció esto de regrande y dije: “Bueno, ta, me divierte, lo hago”. Para mí era un hobby hasta que me vieron una chilena y una peruana y me invitaron a hacer una gira con Manzanas de Eva, un colectivo de mujeres comediantes de Latinoamérica. Conocí Chile y Perú gracias a hacer stand up. Ahí vi que ya no era un hobby.

¿Hay algo que le dé vergüenza? Todo me da vergüenza, aunque piensen que no. Pero lo digo igual, no me importa, y avergüenzo a los demás (risas). Cuando empecé les pedía siempre a mis amigas que fueran a verme; les decía: “Ustedes ríanse, no me importa si los demás no se ríen, yo necesito sentirme acompañada”. Llegó un punto en que me decían: “Te olvidaste de tal chiste”. Se los sabían más ellas que yo.

Como hija única que es, ¿se identifica con el estereotipo? Puede ser. Lo que no me considero para nada, aunque es horrible que lo diga yo, es egoísta. No sé por qué el hijo único se asocia con eso; tal vez porque está la idea de que no aprendiste a compartir de chico. Yo compartía con mis amigos, con mis vecinos. Pero por lo malcriada capaz que sí soy un poco hija única. Malaprendida, para no decir malcriada, pobre mi padre.

¿Es compinche con él? Está curado de espanto. Antes probaba más los chistes con él, pero ahora no quiere, me dice que prefiere escucharlo por primera vez en el lugar, así se ríe. Lleva a sus amigos de toda la vida y yo pienso que le voy a dar vergüenza, pero no le importa nada. Está feliz. Me pasa chistes.

¿Cómo y cuándo se le ocurren los chistes? No tengo ni idea.

¿Los anota? Cuando mis compañeros de trabajo de la oficina me dicen: “Eso tendrías que decirlo”, voy y anoto. Me sirve porque después tengo esas notas para sacar material. Ellos me festejan todo, no sé si son un público objetivo, porque me tienen cariño. Ese era el miedo que tenía al principio: mis amigas me decían: “Te va a ir bien”, y yo les decía: “Pero ustedes se ríen porque me quieren, no sé una persona desconocida qué va a pensar cuando me vea”. El primer programa (de La culpa es de Colón) pasé unos nervios… Me acuerdo que lo grabamos y el domingo que iba a salir al aire yo estaba en mi casa y me puse a llorar porque no quería salir en televisión. Me daba miedo que la gente me odiara. Tengo un miedo de que no me vaya bien...

Dicen que no tiene paciencia para aprender, que quiere saber pero aprende haciendo. ¿Es así? Es verdad, es horrible. Me gusta saber todo, pero no quiero perder tiempo aprendiendo. Siento que necesito dormir y pasear. Pero me encantaría saber muchas cosas. La otra vez dije: “Me gustaría aprender a tocar la guitarra”. Mi novio es músico y me dijo que me podía enseñar. Pero cuando vi que de entrada no me quedaban los dedos en la cuerda dije: “No es para mí, mucho tiempo, no tengo”. Prefiero ir a caminar a la rambla.

Hace seis años que está en pareja con Ignacio Talavera. ¿Cómo se conocieron? En un curso de improvisación. Cuando terminé de hacer el curso de stand up dije: “Tengo que hacer algo más para improvisar”, pensé que me iba a servir para ser maestra de ceremonias; yo era presentadora de shows también en los bares, y me sirvió muchísimo de hecho. Y además conocí a mi novio.

¿Quién tomó la iniciativa? Estábamos en un grupo de WhatsApp pero no hablábamos entre nosotros ni nada, y un día lo agendé para verle la foto (risas). Antes WhatsApp tenía la fotito y el ícono de la llamada al lado, y lo llamé por teléfono en vez de abrir la foto. Casi me muero, una sensación en el pecho... Después me contó que él estaba en Buenos Aires y no tenía roaming. Cuando se conectó vio la llamada perdida y me mandó un mensaje, y yo le dije que la llamada era para otro Ignacio. Y se lo creyó. Es muy bueno.

Dice mucho “plim”. ¿En qué circunstancias? Plim es tipo “bueno, ta, plim, no me importa”. O si me dicen: “¿Vamos? Sí, plim, me da lo mismo”. Es como “bien, dale sí, que fluya”.

¿Sigue siendo fan de Guns N’ Roses? Sí. En mi cumpleaños de 15 entré con November Rain, los amaba, Fui a ver a Axl cuando vino la última vez y yo ya tenía lumbalgia, imaginate lo grande que estaba. Un sufrimiento en el Estadio... Aparte la gente había roto todos los alambrados y pasaban para adelante y yo no podía porque de verdad me dolía mucho la espalda. No podía colarme. Igual me quedo con Xuxa. La amo.

¿A qué nivel? Me muero si la veo, me desmayo. Siempre la amé, desde chiquita, pero la dejé de ver mucho tiempo. No sé si decir esto porque voy a llorar, pero cuando vi una foto de Xuxa señora, de ahora, estaba igual a mi madre, que falleció. Se la mandé a mi padre y me dijo: “Sí, ya la vi, es igual a mamá”.  

¿Qué recuerdos o situaciones la llevan a su infancia? Cuando voy a una papelería y veo las hojitas perfumadas y cositas con flores; las veo y digo: “Qué feliz que era”. También soy feliz ahora, pero es diferente, porque uno cuando es chico quiere ser grande, y cuando sos grande decís: “Es mucha responsabilidad”.

¿Está en contacto con esa parte más de niña? Sí, claro, es imposible si no, tratar de hacer humor. No sé por qué cuando crecemos nos empezamos a prohibir cosas. Hay que divertirse. Tampoco voy a andar sacándole la lengua a la gente en la calle, pero ser uno mismo. Creo que por eso también se me pegan mucho los niños. Por eso y por el pelo.