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Lewis Hamilton: campeón, rompe récords y militante de causas sociales

Además de arrasar con todas las marcas, el británico logró que la Fórmula 1 le preste atención a luchas que nunca atendió, como el racismo

Además de arrasar con todas las marcas, el británico logró que la Fórmula 1 le preste atención a luchas que nunca atendió, como el racismo

Corría 2005. El todopoderoso mandamás de la Fórmula 1 Bernie Ecclestone, sinuoso personaje responsable de la transformación de la principal competencia de automovilismo mundial en el negocio multimillonario que es hoy, estaba muy preocupado. Ya habían pasado cinco años del monopolio absoluto de Michael Schumacher y Ferrari. Los últimos 13 campeones habían sido europeos caucásicos (con la excepción de Jacques Villeneuve, canadiense caucásico) y había que remontarse a 1991 para ver triunfar a un latinoamericano: el brasileño Ayrton Senna, fallecido en 1994 en las pistas. "Si tuviera que elegir a un piloto para la Fórmula 1 lo elegiría negro y árabe", dijo por entonces, buscando expandir públicos, intereses y mercados.

La respuesta la tenía Ron Dennis, presidente ejecutivo de McLaren. En su escudería tenía fichado a un tal Lewis Carl Davidson Hamilton, un muchacho casi adolescente proveniente de una familia humilde de Stevenage, Hertfordshire, que corría kart desde los ocho años. A puro talento, venciendo prejuicios, burlas y desplantes provocados por el color de su piel, había ido subiendo de categorías, siempre como campeón: Fórmula Renault, Fórmula 3, GP2. Para 2007, con 22 años recién cumplidos, debutaba en la Fórmula 1. El deseo de Ecclestone se convirtió en realidad a medias: Hamilton no era árabe pero sí negro, el primer afrodescendiente en competir en la máxima categoría. Y más allá del espaldarazo que significaban las palabras del boss, lo hizo a partir de sus méritos y no por esponsoreo alguno, en un deporte con bien ganada fama de elitista.

Y a diferencia de otros pilotos que ingresaron a la Fórmula 1 sin más objetivos que ampliar mercados (como Satoru Nakajima, el primer japonés en disputar una temporada completa en 1987, pero que en cuatro años de competencia no logró un triunfo, un podio, una pole position ni nada destacable), el británico resultó ser bueno, buenísimo, quizá el mejor de todos los tiempos. Tanto, que no ha dejado récords sin romper: nadie ha ganado más títulos mundiales que él (siete, igual que Schumacher), nadie ha ganado más carreras que él (98), nadie ha conseguido más poles que él (100) ni ha tenido más presencias en el podio (169). De los 14 campeonatos que culminó hasta ahora, ganó la mitad; en todos los campeonatos que lleva disputados, 15 incluyendo el actual, ganó al menos una carrera, lo que es totalmente inédito.

Y el inicio de su gran historia, que ya se vislumbraba pesada, comenzó hace, hoy, 14 años.

Todos los récords, todos. La interna en las grandes escuderías no suele ser armoniosa. Pero nada hacía pensar que el 2007 de McLaren sería tan conflictivo. Dennis le daba su primera oportunidad a Hamilton, que era una total incógnita más allá de sus antecedentes. Todo el mundo daba por sentado que la estrella sería el recientemente contratado Fernando Alonso, el español que venía con el galardón de ser el bicampeón mundial con Renault y que pintaba para ser el sucesor del enorme Michael Schumacher. Todos parecían tener claro quién era la estrella y quién el partenaire, pero...

El debut de Hamilton en la Fórmula 1, en el Gran Premio de Australia el 18 de marzo de ese año, fue con un tercer puesto. No había ocurrido un debut y podio en 11 años (Jacques Villeneuve, segundo también en Australia). Le siguieron cuatro segundos puestos consecutivos y una pole, lo que lo llevaron a ser el corredor más joven en liderar un campeonato, con 22 años, cuatro meses y seis días. ¿De dónde había salido este monstruito? La estantería terminó de caerse el 10 de junio de 2007, hace extactamente 14 años atrás, cuando quien hoy es el mayor ganador de la F1 vio su primera bandera a cuadros, consiguiendo el primer eslabón de una cadena a la que le quedan apenas dos para llegar a un histórico 100.

"Tuve una experiencia extraordinaria: el poder estar en el podio mirando a mi padre, y poder ver la sonrisa más grande que jamás he visto en su cara me hizo sentir muy orgulloso", dijo Hamilton entonces. Esa carrera lo potenció dentro de la escudería, mientras Alonso apenas llegaba séptimo, corriendo como un desquiciado y no como el doble campeón que era.

Aquellos resultados dejaron secuelas al final de ese año y a principios del siguiente. Hamilton terminó su temporada debut en la F1 como subcampeón mundial con 109 puntos, los mismos que su coequiper Alonso pero uno menos que el finés Kimi Raikkonen, quien se llevó el título. Para los hinchas del español, su ignoto compañero había sido el principal responsable de impedir el tricampeonato, al no comportarse como se esperaba de un novato y del "dos" de una escudería. A principios de 2008, en las pruebas de pretemporada en el Circuito de Cataluña, varios aficionados locales lo hostigaron con insultos racistas, con caras pintadas de negro, carteles ofensivos y sonidos guturales imitando a monos.

Aquella también terminó siendo un gran parteaguas. Fernando Alonso se iría ofendido de McLaren y volvería a Renault; más allá de obtener tres subcampeonatos más, no volvió a brillar como antaño. Cerca de cumplir los 40, el español anda hoy a los tumbos en el equipo Alpine, al que regresó en 2021 tras dos años de ausencia de la F1. A sus 36, de Hamilton solo queda esperar su centésima victoria y su octava consagración como campeón.

El inglés ganaría dramáticamente en 2008 el primero de sus siete títulos mundiales, logrando en la última curva y en los 15 segundos finales de la última carrera, en Brasil, bajo lluvia y demostrando a la par técnica y coraje para alcanzar la quinta posición que le permitió ganar el campeonato por apenas un punto. Fue uno de los finales más emocionantes de la historia. Lo felicitarían la reina Isabel II, el primer ministro británico Gordon Brown, el líder opositor británico David Cameron, el multicampeón Schumacher y su patrón Ron Dennis. Era el campeón mundial más joven de la historia, un récord que duraría poco: lo rompería en 2010 el alemán Sebastian Vettel. Tras el primero llegaron seis títulos más (2014, 2015, 2017, 2018, 2019 y 2020), todos con Mercedes, escudería a la que llegó en 2013. Además, se convirtió en un referente en la lucha contra el racismo, en un deporte que hasta entonces no le había prestado ninguna atención a ese problema.

Activista privilegiado. Vegano y defensor de los derechos de los animales, militancias que combinó al eliminar la carne de la dieta de su bulldog inglés Roscoe (lo que hizo que más de un veterinario y un animalista pusiera el grito en el cielo; imposible hoy por hoy dejar contento a todo el mundo), Hamilton es un star de estos tiempos. Sabedor de su condición de influencer, protagonizó el año pasado el spot publicitario de la serie eléctrica EQ de Mercedes, donde subrayó su lucha por un "mundo más verde" y que todos sus movimientos, como el haber roto barreras y volverse vegano, lo ha hecho en pos de la "sostenibilidad". Sincero, admite también que esa lucha por "contribuir al cambio" lo hace porque tiene "la oportunidad de hablar desde una posición privilegiada"; la suya y la de los compradores, porque para comprar un Mercedes eléctrico hay que pensar en pagar de cien mil dólares para arriba.

Pero ante todo, como el afrodescendiente más influyente en el Reino Unido, es conocida su lucha contra el racismo, algo que sufrió en carne propia. "Recuerdo que cuando era niño, adultos, maestros, padres de otros pilotos, me decían que no lograría llegar a nada. Me decían: ‘No vas a lograrlo, vuelve a tu país'. Recuerdo todas estas cosas horribles y haber pensado que iba a demostrar que se equivocaban", dijo en noviembre del año pasado, ya heptacampeón mundial, a la BBC. "Seguiré luchando hasta que nuestras voces sean escuchadas y hasta que vivamos en un mundo que trata a todos por igual, sin importar su origen o el color de su piel", concluyó en esa entrevista.

"Todos los reconocimientos que logró los volcó para comunicar cosas sociales", destaca de él la pilota de rally uruguaya Patricia Pita. "No solo trata el tema racial, sino también de la falta de espacio que tienen las mujeres en el deporte, de lo elitista que es la Fórmula 1. Él viene de una familia muy humilde, no llegó a la categoría con mucha plata atrás. Y por eso salió a declarar que tendría que ser más accesible para los pilotos que no tienen sustento económico, lo que es una realidad. Y que él, el único afro que llegó ahí, hable de eso me parece muy bueno. Usa su fama y sus logros para comunicar cosas que están buenas, que tienen un valor positivo".

"Él, que siempre dijo que fue discriminado por ser negro, ahora no solo está involucrado en las campañas contra el racismo sino que obligó a la F1 a involucrarse ella", dice Nelson Pelo Vicente, periodista especializado en automovilismo. Un ejemplo claro (y muy significativo) es el cambio que logró en su propia escudería, tradicionalmente conocida como la de las "flechas plateadas". "El equipo Mercedes, que históricamente tenía el chasis pintado de gris, ahora lo tiene de color negro. Los mamelucos de los pilotos son negros. Hamilton sube a los podios con insignias contra la discriminación".

Efectivamente, su influencia llegó a la F1 con la campaña End Racism (Fin al racismo), logrando que todos los pilotos vistan una remera con esa consigna, y que algunos de ellos -no todos- se arrodillaran antes del Gran Premio de Austria de 2020 en respaldo al lema Black Lives Matter, luego del asesinato en Estados Unidos de George Floyd.

Sus logros deportivos y sus banderas le valieron el título de Sir por la Corona británica cuando moría 2020, lo que aceptó de buen grado. En la citada entrevista con la BBC decía que eso era algo que lo honraría. Esto -convertirse en el cuarto piloto de F1 en ser nombrado caballero- también terminó siendo pasto para sus haters, esos que celebran cada derrota, derrape o despiste suyo (como el del pasado domingo). Hay razones económicas: vivir en Mónaco desde 2010 le ha significado un exilio fiscal que le ayudó a evadir una más que generosa suma de impuestos al Reino de Su Majestad (el nombre de Lewis Hamilton también apareció en los Panama Papers); pero además había ganas de revancha: ¿valía aceptar tamaña distinción de una monarquía que, además, tiene un macabro pasado esclavista?

El sin rival. Hamilton viene de ganar cuatro títulos seguidos, ha ganado seis de los últimos siete campeonatos y en la actual temporada pelea cabeza a cabeza, tras seis carreras disputadas, con el neerlandés Max Verstappen, quien a los 23 años tiene que demostrar si es un rival a la altura. Más allá de los números abrumadores, ¿Hamilton es bueno o simplemente no tiene rival? ¿Merece ubicar el mismo sitio en el Olimpo de la Fórmula 1 que Juan Manuel Fangio, Senna y Schumacher, o le debe toda su fama a la tecnología alemana de Mercedes Benz?

"Es muy difícil comparar las épocas, ha habido grandes cambios en todo: pilotos, circuitos, autos y tecnología", afirma Flavio Bonavena, expiloto y periodista. "Pero que va a quedar en la historia no me cabe la mejor duda". De inmediato cita a Oreste Berta, gloria del automovilismo argentino, quien decía que un piloto bueno no alcanza si no se cuenta con un buen vehículo. "Por algo se les dice ‘carreras de autos'. Pero a igualdad de motores, rendimientos, prestaciones, los que definen son los pilotos. Por algo los buenos equipos con buenos autos, como Mercedes, quieren a los mejores. Es algo circular: no le dan el volante a cualquiera. Por suerte, las competencias las sigue definiendo el ser humano".

Por su lado, Vicente destaca que si bien Mercedes ha puesto toda la tecnología disponible a disposición de Hamilton, tampoco ha escatimado esfuerzos para quien desde 2017 es su compañero de equipo. Se refiere al finlandés Valtteri Bottas, quien ha vencido 9 de 84 carreras disputadas con esa escudería. En cambio, el británico ha ganado 77 de las 163 carreras que corrió para los alemanes.

Tener al mejor equipo y al mejor auto a su servicio, no es una mancha a su talento. Patricia Pita recuerda al alemán Nico Rosberg, cuya carrera en la F1 comenzó apenas un año antes que la de Hamilton. Entre 2013 y 2016, año en que este ganó su único título del mundo, fueron compañeros en Mercedes. "Hicieron buena parte de su carrera juntos y estuvieron en el mismo equipo, pero Rosberg ganó y se retiró. ¿Sabés por qué? Porque fue tal el esfuerzo que tuvo que hacer para ganarle que decidió largar". Rosberg, ganador de una lucha encarnizada, ha sido la única pausa en la hegemonía de Hamilton en las últimas siete temporadas. "Está tocado por la varita mágica y tiene un estilo agresivo, que no duda. No para de romper récords, sus números son de locura".

Si de rivalidades se habla, Pelo Vicente señala que con Alonso y al principio de su carrera en McLaren, Hamilton sí tuvo algo parecido a encontronazos fuertes, de esos que hacen tanto a la sal y pimienta de la Fórmula 1. "Si bien fue duro, no llegó a la tensión como la que en su momento sostuvieron (Alain) Prost y (Ayrton) Senna", recuerda. Como si la escudería tuviera un maleficio, fue en McLaren y en los 80 cuando la complicada coexistencia entre el francés y el brasileño -dos números uno que se llevaron como se llevarían dos gallos en el mismo corral- hacía que hubiera tanta temperatura en los boxes como en las pistas.

Más allá de esa tensión con el español, Hamilton no tuvo grandes enfrentamientos con colegas; no la tuvo con el alemán Vettel, tetracampeón mundial entre 2010 y 2013 y el único que pudo relevarlo durante un tiempo a un segundo plano (y hoy está varios escalones por debajo), ni con Rosberg. Verstappen, hoy líder de la competencia con cuatro puntos de ventaja sobre Hamilton tras seis carreras disputadas, parece su rival más importante en la pista, pero sin que exista una animosidad como la que hubo entre Prost y Senna. El pasado domingo, en el Gran Premio de Azerbaiyán, ambos abandonaron la disputa en los tramos finales.

Legado. "Cuando se ha llegado a determinado nivel se corre por la gloria, no por el dinero", dice Bonavena, quien sigue Fórmula 1 desde 1975 y llegó a tener una relación de amistad con Ayrton Senna. Lewis Hamilton, que ha cambiado tanto de looks en el pelo como de novias famosas (en un largo listado que incluye a Nicole Scherzinger, Rihanna, Nicki Minaj, Barbara Palvin, Kendall Jenner y Florence Mueller), sostuvo en una entrevista con la revista española As, realizada en Mónaco y publicada el 20 de mayo, que un octavo título mundial no le cambiaría nada.

"Sé quién soy, de dónde vengo y de lo que soy capaz. No tengo ni idea de si lo voy a ganar, aunque trabajo para lograrlo, pero sin duda no va a cambiar nada importante de mi vida. Los números no son lo que más me preocupa. Me preocupa lo que soy. El año pasado había un tres por ciento de diversidad en este equipo, este año se acercará a un cinco por ciento y eso para mí es gigantesco y me apasiona. Aunque claro que quiero ganar el mundial, hay un enorme equipo que trabaja detrás de mí para eso", dijo.

El periodista que lo entrevistó, Jesús Balseiro, destacó el hecho de que quien se dice despreocupado por los números sí tenía claras las estadísticas sobre diversidad, aunque sea en la interna de Mercedes. El heptacampeón aseguró, en una frase que parece guionada por un publicista, que prefiere ser recordado como alguien que ha "ayudado a la gente". "No hay mejor sentimiento que ayudar a otra persona a que cumpla sus sueños. Y si es a más de una persona, podés descansar en paz porque has hecho algo con tu tiempo. Yo he conseguido muchas cosas, pero ahora toda mi concentración se va hacia ayudar a los demás. Estoy viviendo un sueño, no necesito nada para mí; pero ¿cómo puedo ayudar a un niño que quiere ser ingeniero o piloto?".

DESPEGADO EN TODO

Lewis Hamilton no solo hace la diferencia con los rivales en las pistas, sino que también lo hace en los contratos. El último que firmó con la escudería Mercedes, por la temporada 2021, le asegura ingresos anuales por 40 millones de libras esterlinas, unos 55 millones de dólares, según informó el tabloide inglés The Sun. La diferencia con el segundo mejor pago, Max Verstappen, es tremenda: el neerlandés recibe de Red Bull unos 25 millones de dólares, menos de la mitad. El otro piloto de Mercedes, Valtteri Bottas, no llega a seis millones de los verdes.

CANCELADO, BERNIE

En 2020, el venerable Bernie Ecclestone, otrora capo de la F1 y hoy presidente de honor de la categoría, demostró que a los 90 años sigue teniendo una lengua tan mordaz como totalmente anacrónica para los tiempos que corren. "Los negros son más racistas que los blancos en muchos casos", dijo a la CNN. No hace falta decir quién demoró nada en salirle al cruce.

Lewis Hamilton usó sus redes sociales para responder a su exmentor: "No sé por dónde empezar en esta ocasión. Estoy muy triste y decepcionado de leer estos comentarios. Bernie está fuera del deporte y es de una generación diferente, pero esto es exactamente lo que está mal: comentarios de gente ignorante y maleducada que nos demuestran lo lejos que necesitamos llegar como sociedad para la verdadera igualdad".

La "apertura" de Ecclestone fue fundamental para que Hamilton sea la figura que es hoy. Pero todos quienes conocieron aunque sea someramente al controvertido empresario sabían que su intención de incluir a un afrodescendiente a las carreras respondía pura y exclusivamente a intereses comerciales (que le importaban mucho) y no a deportivos (que le importaban relativamente) o de igualdad racial (que le importaban nada). Todavía no ha tenido la suerte de encontrar a un piloto árabe.

LOS NÚMEROS DE UN CAMPEÓN

261
Cantidad de carreras disputadas ?en Fórmula 1

98
Victorias (récord absoluto)

100
Poles position (récord absoluto)

169
Presencias en el podio ?(récord absoluto)

228
Carreras terminadas en posición de puntuar (récord absoluto)

7
Títulos mundiales (récord compartido con Michael Schumacher, pero con menos temporadas disputadas que el alemán)

4
Victorias en la temporada debut ?(récord absoluto; en la 2007)

77
Victorias en una misma escudería (récord absoluto; en Mercedes)

8
Victorias en un mismo Gran Premio (el de Hungría; récord compartido con Michael Schumacher, en Francia)

23 años, 300 días
Edad cuando ganó su primer título, en 2008; fue récord hasta que lo superó Sebastian Vettel en 2010 (23 años y 134 días)


Temporada en la que ganó su primer título (récord compartido con Jacques Villeneuve)

54
Cantidad de vueltas rápidas (está segundo, Schumacher tiene 77)